La serotonina que segrega el cerebro cuando nos rascamos hace que aumente la sensación de picazón. Lo acaban de demostrar investigadores estadounidenses, que consideran que, para curar el picor crónico, la clave está en el neurorreceptor encargado de esta sensación.
Cuando más te rasques, más te picará. Esta verdad repetida por las madres a lo largo de la historia ha sido confirmada por un estudio de la Escuela Universitaria de Medicina de St. Louis (EE UU), que indica que ra...
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