Había llegado el momento de descansar de tanto viaje. Y qué mejor sitio que el Paraíso. Y todavía mejor si, como en este caso, son tres paraísos en uno. El vuelo esta vez fue de Chang Mai a Krabi para hacer la última escala programada en uno de los espacios naturales más bellos que he conocido: la península de Railay, y en uno de los Hoteles mejor armonizado con esa naturaleza: el Hotel Rayavadee. Me pasé los tres días enteros sin salir del Hotel, bueno, en sus playas (tres) dentro del agua que estaba gratamente templada, mientras en Madrid…. ¡nevaba!