Dos investigaciones norteamericanas han revelado que la meditación o el yoga pueden tener efectos positivos en los niños y en los jóvenes, al mejorar sus condiciones psicosociales y su bienestar emocional, incluso en situaciones vitales difíciles. Los beneficios podrían deberse a ciertos cambios cerebrales que estas prácticas provocan.
Una medición de la actividad eléctrica de neuronas individuales, realizada con electrodos implantados en los cerebros de pacientes con epilepsia, ha revelado que la percepción visual consciente está correlacionada con modificaciones en las células de dos áreas cerebrales específicas. Aunque el hallazgo no aclara el misterio del origen cerebral de la consciencia, sí añade una pieza más a un puzle que cada día se vuelve más complejo e interesante.
Cada vez hay más investigaciones que demuestran que la meditación tiene efectos beneficiosos para nuestras capacidades cognitivas. Ahora, un estudio ha demostrado que dichos efectos podrían perdurar, por lo menos, siete años. La clave de estos beneficios duraderos estaría en la modificación cerebral que la meditación propicia, señaló en 2017 otro exhaustivo análisis.
Un investigación, en la que se aplicó una amplia gama de anestésicos a diversos tipos de plantas, ha revelado que estas pueden perder y recuperar la “consciencia”. ¿Demuestra esto que las plantas son inteligentes o tienen algún tipo de vida interior? Con argumentos y pruebas a favor y en contra, aún no hay una respuesta definitiva para esta pregunta.
La posibilidad de crear máquinas conscientes es inquietante. Sin embargo, está lejos de convertirse en realidad. Por ahora, solo se ha logrado que algunos robots se autoidentifiquen, aunque de la misma manera que identificarían a otros, es decir, sin tener consciencia de su propio “yo”. Más allá de eso, queda un vasto camino por recorrer: comprender la consciencia para traducirla a programación que volcar en las máquinas.
El neurocientífico Michael S. Gazzaniga se hizo muy conocido en la segunda mitad del siglo XX gracias a sus descubrimientos sobre las diferencias entre los dos hemisferios cerebrales. En un libro reciente profundiza en una de las cuestiones más complejas de las neurociencias: el origen de la consciencia. Especula que esta podría ser un instinto superior, derivado de las relaciones entre otros instintos más básicos.
Investigadores de la Universidad de Nueva York han descubierto un mecanismo cerebral que podría ser esencial para el surgimiento de la consciencia: el equilibrio en la actividad de dos tipos de neuronas (excitatorias e inhibitorias) en las distintas regiones del cerebro.
La inteligencia colectiva funciona y afecta a nuestra vida y comportamientos a muchos niveles, pero está condicionada por factores como el sesgo individual y la información social, según una nueva herramienta matemática creada por investigadores norteamericanos. El hallazgo puede ayudar a entender mejor los patrones que subyacen a la “sabiduría de las multitudes”.
La posibilidad de crear una simulación informática que devuelva a la vida a la mente de personas fallecidas es atractiva e interesante, pero muy difícil de concretar. ¿Qué sustrato artificial podría sustentar una complejidad semejante? No parece muy factible, por más que los cerebros se conserven en perfecto estado tras la muerte para su posterior "regreso", como asegura poder hacer la compañía Nectome.
¿Son conscientes los bebés? ¿Desde que edad? El neurocientífico francés Stanislas Dehaene, director de la unidad de Neuroimagen Cognitiva del Centro de NeuroSpin de París y autor de varios libros sonados, ha hallado huellas de consciencia en el cerebro de bebés de solo dos meses; y piensa que es posible que los niños tengan consciencia desde que nacen.