Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión.
Escuela Técnica Superior de Ingeniería.
Universidad Pontificia de Comillas. En preparación hasta el 1.04.2006.
Cameron Freeman, profesor de filosofía de una universidad australiana y especialista en las parábolas de Jesús, ha publicado un artículo en The Global Spiral en el que hace una interesante propuesta: revisar dichas parábolas para comprender el lenguaje inicial del cristianismo: la paradoja. Según Freeman, al contrario que la metafísica tradicional, establecida siempre desde un punto central fijo alrededor del cual se colocan opuestos como el bien y el mal, el lenguaje paradójico de las parábolas de Jesús nos lleva a pensar en un nuevo lenguaje teológico, más adaptado a nuestro siglo.
Hawking, como señala Carl Sagan, se embarca en una búsqueda de la respuesta a la famosa pregunta de Einstein sobre si Dios tuvo alguna posibilidad de elegir al crear el universo. Hawking intenta, como él mismo señala, comprender el pensamiento de Dios. Y esto hace que sea totalmente inesperada la conclusión de su esfuerzo, al menos hasta ahora: un universo sin un borde espacial, sin principio ni final en el tiempo y sin lugar para un Creador. Sin embargo, a pesar de la interpretación de Sagan, el universo de Hawking, ¿es compatible con el teísmo? Un nuevo libro de Francisco Soler Gil aporta una visión positiva.
¿Es la ciencia el único camino hacia la verdad?, se pregunta el teólogo Keith Ward. Mientras algunos científicos alegan que verdadero será sólo aquello que puede ser constatado según el método científico puro, Ward -un teólogo de la Universidad de Oxford- defiende que hay otras verdades no constatables para la ciencia, pero no por ello menos verdaderas. Hechos históricos, procesos emocionales y experiencias religiosas estarían entre esas experiencias no mensurables pero ciertas. El autor propone que necesitamos una forma de conocimiento más integrado, que se fascine tanto por las regularidades y leyes globales de la física, como por las cualidades únicas de lo personal y de lo individual.
Al contemplar el pensamiento biogeográfico de José de Acosta (a finales del siglo XVI) y de Athanasius Kircher (en la segunda mitad del siglo XVII) constatamos que están insinuados muchos de los problemas biológicos relativos a la geografía que han dado lugar al actual desarrollo de las biogeografía histórica y la paleobiogeografía. Este sorprendente y entretenido viaje a la historia puede leerse como un formidable prólogo a las intuiciones evolutivas de Darwin.
El libro de Piergiorgio Odifreddi “Las Mentiras de Ulises” es un bello juego lógico. Odifreddi, situado en el más acá de las columnas de Hércules, que separan el mar de la razón del océano de la sinrazón, observa, con viveza y con humor, cómo a lo largo de la historia han ido naufragando todos aquellos que se han aventurado en las aguas ilimitadas de la sinrazón, navegando más allá de las columnas de Hércules que dividen el mundo de la civilización y el mundo de lo desconocido.
El profesor de la University of British Columbia de Canadá, Edward Slingerland, plantea en su libro "What Science Offers the Humanities. Integrating body and culture", la necesidad de replantearse el estudio de las religiones, la literatura y el arte desde una nueva perspectiva, que integre los descubrimientos de las ciencias naturales. De esta manera, las humanidades tendrían un nuevo enfoque que las libraría de las tediosas interpretaciones –tan extendidas- de teorías del conocimiento como el postmodernismo o el postestructuralismo, que en último extremo han terminado por obstaculizar el avance del conocimiento. La mente es el cuerpo y el cuerpo es la mente, dice Slingerland. Una vez superada la brecha metafísica entre la realidad del espíritu y la densa realidad física, se impone la reconsideración de las fórmulas de estudio de la cultura humana, afirma el autor.
Hoy en día es imposible entender no sólo la ontología del mundo físico, sino también la del mundo viviente y humano, o sea, entender la ontología del universo, de la vida y del hombre (la conciencia), sin hacerlo de acuerdo con la imagen de la realidad que nos ha propuesto la mecánica cuántica. Para Ramón Lapiedra esta imagen cuántica nos lleva a entender que, detrás de nuestras experiencias o medidas experimentales, se esconde una enigmática realidad cuántica “con carencias de realidad” que excluye el determinismo absoluto. Serían, tal vez, “carencias” de “realidad mecano-clásica”, pero, al mismo tiempo, “nuevas formas” de “realidad mecano-cuántica”.
David Sorkin es un profesor de historia y de estudios judíos de la universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, que ha publicado un libro con la Princeton University Press sobre el papel de los pensadores “religiosos ilustrados” de la época. Analizando a seis personajes del Siglo de las Luces que, desde su propia fe, lucharon por los principios de la Ilustración, el autor trata así de desmontar la creencia generalizada de que la Ilustración fue desde su inicio un movimiento únicamente secular.
La Naturaleza sugiere la trascendencia, según Neil Broom, profesor de ciencias materiales de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda. La complejidad progresiva, la intención y la capacidad de cambio de la materia responden, según Broom, a un elemento que va más allá de las meras leyes descriptivas de la física y de la química: algo similar a una “mente”.