Una investigación llevada a cabo por expertos norteamericanos ha descubierto que la clave para interpretar la diferencia de pronósticos entre distintos analistas bursátiles está en analizar el nivel de esas diferencias en las predicciones, es decir, en el mayor o menor grado de consenso entre los analistas, y en los cambios que ese nivel puede sufrir tras publicar las compañías sus beneficios.
Aunque hay grandes inversiones en tecnologías de la información, las empresas invierten poco en la protección de sus datos porque creen que las TIC cubren las exigencias de seguridad. Esta confusión afecta negativamente a sus expectativas de crecimiento, según un informe sobre el tejido empresarial británico que puede ser referente para otros países europeos. Otra constatación es que la tecnología por sí misma no es suficiente para garantizar la seguridad: particularmente en las PYMES la movilidad de la fuerza de trabajo entraña grandes riesgos. Por ello la seguridad deja de ser un asunto exclusivo de informáticos para implicar también a los ejecutivos.
Un estudio de la Universidad de Tel Aviv ha puesto de manifiesto que las mujeres podrían estar mejor dotadas que los hombres para negociar. El estudio ha consistido en hacer una serie de simulaciones de negociación que han confirmado que las mujeres son más generosas, escuchan mejor, ofrecen mejores condiciones que los hombres y se ponen en la piel de la otra parte que está negociando. Asimismo, el estudio asegura que los hombres están empezando a incorporar en sus negociaciones formas de actuar femeninas.
Algunas de las empresas tecnológicas más importantes del mundo se han unido en la iniciativa “Information Overload Research Group” para estudiar el problema del exceso de información. En la iniciativa están Microsoft, Intel o Google, que sufren en sus propias carnes la bajada de productividad de sus trabajadores debido a la abundancia de llamadas o correos electrónicos. Se calcula que un trabajador chequea su correo electrónico 50 veces durante su jornada laboral, además de ir otras 70 a la mensajería instantánea. Estas distracciones cuestan sólo en los Estados Unidos 650 mil millones de dólares al año.
Sólo 8 de cada 10 empresas está usando páginas de redes sociales para reclutar nuevos empleados, según una encuesta de Chartered Institute of Personnel and Development. Según la encuesta, únicamente el 8% de las organizaciones tiene previsto empezar a usar la web 2.0 para cubrir puestos vacantes. Es cierto, dice el informe, que muchos empresarios se han dado ya cuenta del potencial que tienen estas herramientas para entrar en contacto con futuros empleados, pero están ahora en pleno proceso para aprender a sacarle el máximo partido. Mientras, los trabajadores ya usan masivamente las redes sociales para comunicarse e incluso para llevar a cabo acciones de protesta contra sus organizaciones.
Las empresas de capital riesgo tienden a confiar más en el modelo de negocio de las “start-up” que apoyan, que en los directivos encargados de desarrollar dicho plan de negocio. A esta conclusión llega un estudio llevado a cabo por investigadores norteamericanos y suecos. Para llegar a esta conclusión analizaron el desarrollo de varias empresas norteamericanas en las que firmas de capital riesgo invirtieron desde que sólo eran una idea y comprobaron que sólo en el 44% de los casos mantuvieron a los mismos directivos que cuando fueron diseñados los planes de negocio. Curiosamente, sólo una de las empresas investigadas cambió de manera significativa su plan de negocio. El estudio concluye que para la mayor parte de estas empresas el equipo directivo no es vital para llevar a buen puerto una idea.
Los jefes que facilitan el acceso a las redes sociales (Facebook, My Space, blogs…) están contribuyendo a crear un ambiente de trabajo basado en la confianza y a aumentar la productividad de sus trabajadores. A esta conclusión llega un estudio encargado por la empresa PopCap y dirigido por psicólogos de la Universidad de Goldsmiths. El estudio es muy precioso e indica que prohibir este tipo de accesos cuesta a las empresas británicas 8 mil millones de euros al año en pérdida de productividad. Pese a estos datos, 7 de cada 10 empresas del Reino Unido reconocen que han prohibido a sus empleados conectarse a redes sociales durantes su horario laboral.
Una nueva ciencia económica, llamada economía evolutiva, considera que la economía es un sistema complejo y en constante cambio. Según esta teoría, los cambios y la regulación económica se asemeja al de un sistema vivo, donde siempre se producen de abajo hacia arriba, y no al revés. Un sistema económico está compuesto por la gente, que tiende a adaptarse de manera natural a los cambios. La complejidad del sistema no deriva del intervensionismo de los gobiernos, sino de una evolución y selección naturales. Por ello, y según la economía evolutiva, algunas acciones tomadas por los gobiernos últimamente (como los 400 euros que descontará el gobierno español del IRPF) contravienen esa evolución natural.
En tiempos de crisis, las empresas puedan imitar algunos procesos llevados a cabo por la naturaleza para mejorar su funcionamiento. Una investigación llevada a cabo por la empresa STIGA y el Hospital Central de Asturias sostiene que las organizaciones pueden evitar su “muerte” en momentos difíciles como los que estamos viviendo si imitaran el proceso conocido en biología como “apoptosis”, o muerte programada de las células. Según este proceso, aquellas partes de la empresa que no funcionan correctamente se sacrificarían para permitir que el conjunto de la empresa pueda seguir viviendo. Los autores enmarcan esta propuesta en las técnicas de Reestructuración de los Procesos de Negocio (RPN), un enfoque efectivo para mejorar los procesos internos reduciendo tiempos y costes.
Las mujeres del mundo se muestran muy activas en el mundo de los negocios. Según un estudio del Centro para el Liderazgo de las Mujeres del Babson College, en los Estados Unidos, las mujeres ya aportan el 93% del PIB del mundo. Esta cifra tan contundente no evita que las mujeres empresarias tengan más miedo al fracaso y más desconfianza que los hombres. El informe también apunta que las mujeres de los países ricos tienen más oportunidades de sacar adelante su negocio que la de los países con rentas más bajas. Las zonas de mundo que muestran más actividad emprendedora por parte de las mujeres son Latinoamérica y el Caribe. Asimismo, el hecho de ser empresaria está cada vez más relacionado con tener un trabajo que con tener más o menos formación.