TENDENCIAS DE LAS RELIGIONES
Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión.
Escuela Técnica Superior de Ingeniería.
Universidad Pontificia de Comillas. En preparación hasta el 1.04.2006.
Una obra reciente, publicada por Springer bajo el título “Origins of Altruism and Cooperation” (Orígenes del altruismo y de la cooperación), señala que el ser humano no es hostil o competitivo por naturaleza, sino altruista y cooperador. Desde múltiples disciplinas, como la religión, la antropología o la medicina, la obra presenta evidencias empíricas de este hecho, que contradice la percepción de que nuestra especie es agresiva, egoísta y hostil.
Con motivo del décimo aniversario del atentado del 11 de septiembre de 2001, en los últimos tiempos han aparecido diversos estudios y revisiones de los efectos que estos ataques han tenido en la población estadounidense. Uno de estos estudios, publicado por la revista de la American Psychologist Association, revela las personas más afectadas por estos atentados, concretamente aquéllas que perdieron a sus hijos en ellos o que presenciaron los atentados en directo, sufrieron más graves secuelas psicológicas y pasaron a darle menos importancia a sus creencias religiosas. El sentimiento de ausencia de sentido podría ser la clave de estos cambios, según los autores del estudio.
Las personas son más propensas a condenar el mal comportamiento de otros cuando se sienten observadas, revela un estudio realizado por especialistas de diversas universidades. Cuando las personas creen que alguien las mira, aunque no sean del todo conscientes de esta sensación, tienden a expresar una desaprobación mayor hacia las transgresiones morales que las que no se sienten observadas, constataron los investigadores. En relación con la religión, aunque los resultados obtenidos no prueban que la fe en la existencia de un dios crítico o que “juzga” esté relacionada con el comportamiento cooperativo, sí que demuestran que en el ser humano se da un proceso mental sensible a los juicios de presencias no del todo conocidas o no del todo vistas, afirman los autores del estudio.
Los resultados de un proyecto internacional de investigación de tres años de duración, realizado en 20 países y dirigido por dos académicos de la Universidad de Oxford sugieren que el ser humano tendría una tendencia natural a creer en dioses o agentes sobrenaturales, así como en la vida después de la muerte.
Una encuesta llevada a cabo por Ipsos MORI, compañía líder de investigación del Reino Unido, ha revelado que alrededor de siete de cada 10 personas en el mundo pertenecen a una religión, y que la mayoría de los habitantes de nuestro planeta ve la religión como algo importante en su vida.
La “espiritualidad no religiosa” o SBNR, por sus siglas en inglés, es una postura que se percibe como alternativa a la religiosidad organizada. ¿Puede mantener la ciencia una relación con la actitud SBNR en el contexto del mundo actual? Según el astrofísico Adam Frank, sí. Pero, para ello, señala el investigador, es precisa una revisión del lenguaje, y que lo “espiritual” pase a entenderse como “sagrado”, sin ninguna connotación sobrenatural. Por Yaiza Martínez.
En el contexto del mundo moderno es necesario proceder a una reconstrucción global de la hermenéutica del kerigma cristiano. Sin embargo, esta reconstrucción es percibida como una aventura que crea una angustia invencible para algunos, lo que lleva a no remover demasiado las cosas y dejarlas con “prudencia” como están. En el presente artículo, que continúa con reflexiones anteriores publicadas en el blog de Tendencias21 "Hacia un Nuevo Concilio", se presentan las ideas de uno de los teólogos que, en los últimos años, se han esforzado en formular la idea del hombre que constituye la antropología teológica esencial: Luis Ladaria. Por Javier Monserrat.
La espiritualidad o la religiosidad pueden ayudar a personas con traumatismo cerebral en su rehabilitación, señala un estudio reciente realizado con 88 pacientes que habían sufrido lesiones cerebrales de larga duración. Este efecto, sin embargo, no se consigue a través de la práctica religiosa pública sino de la confianza en la cercanía con un poder superior.
Las contiendas públicas entre científicos ateos y teólogos han aumentado en los últimos tiempos la impresión de que ciencia y religión no son sólo distintas sino que, además, están en conflicto permanente. Sin embargo, un estudio reciente en el que participaron más de 10.000 universitarios americanos ha revelado que, para la mayoría de éstos, el conflicto entre ciencia y religión no existe. Un 70% de los encuestados señaló que ciencia y religión no se enfrentan sino que son independientes la una de la otra o que pueden ser recíprocamente colaborativas.