Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión.
Escuela Técnica Superior de Ingeniería.
Universidad Pontificia de Comillas. En preparación hasta el 1.04.2006.
El mundo, socializado por las nuevas tecnologías de la información, parece tender hacia una amplitud mental, hacia la integración de perspectivas en el proceso de búsqueda de respuestas. Tanto las tradiciones culturales, como las políticas, las sociales y las religiosas, deben cooperar juntas en este contexto, en la construcción de una conciencia global. Pero este esfuerzo no puede confundirse con posturas relativistas que, aunque razonables, deben ser superadas con sentido de humanidad para alcanzar la aceptación y el respeto a la multiforme expresión de la libertad humana.
No hay nada más esencial para la existencia humana que la búsqueda de sentido. No es posible vivir sin-sentido si queremos una “vida buena”, equilibrada, y en paz con las exigencias de autenticidad que pesan moralmente sobre todos nosotros. Pero, ¿es posible buscar y alcanzar un sentido que nos confiera la satisfacción de vivir? Para ello pueden resultar de utilidad las reflexiones humana realizadas a lo largo de la historia. Esa sabiduría ancestral ayuda a asumir y sublimar el sinsentido, a hallar un equilibrio realista entre la luz y la oscuridad.
Generalmente, se acepta que se ha producido un “desencantamiento del mundo”, a partir de la siguiente ecuación: modernización = racionalización = secularización. Diego Bermejo, profesor de Teología de la Universidad de Deusto, analiza en su libro “¿Dios a la vista?” la situación de lo religioso en la sociedad actual, y concluye que, aunque la secularización ha desplazado a la religión de la centralidad de la esfera pública y política, ha conducido también a la privatización, subjetivización y personalización de lo religioso. En este contexto, convendría adoptar una nueva perspectiva respecto de las religiones, e incluso incorporar éstas al proceso de modernización.
Entre 1926 y 1929 tuvo lugar en México la llamada Guerra Cristera o Cristiada. La política laicista del presidente Plutarco Elías Calle desató la violencia entre el ejército y las asociaciones católicas. Violencia que se cobró muchos muertos. Según algunas fuentes, 250.000 muertos y otros tantos deportados a EEUU. ¿Qué pasó en realidad? El estreno en España de la película mexicana rodada en inglés “El precio de la Libertad: Cristiada (For Greater Glory)”, de Dean Wright, ha levantado la polémica sobre lo que realmente ocurrió.
Las investigaciones del médico y psiquiatra americano Andrew B. Newberg se enmarcan en el terreno de la “neuroteología”, una rama de la neurología que analiza el correlato entre el mundo de las experiencias religiosas y el cerebro. El investigador insiste en que, aunque la ciencia debe ser rigurosamente científica y la teología teológica, la convergencia entre ambas puede resultar iluminadora para ambas disciplinas.
La Teología de la Liberación es, para muchas personas, un fenómeno casi exclusivamente ligado al cristianismo, bien protestante como católico. Pero en estos años está brotando la tendencia a establecer un paradigma común, desde el diálogo interreligioso. En el reciente Foro Mundial Social de Túnez, celebrado el pasado mes de marzo, se estrecharon los lazos teóricos y prácticos de una teología islamo-cristiana de la liberación. El teólogo Juan José Tamayo intervino en el evento con una serie de ideas al respecto.
Numerosos indicios y argumentos, construibles en una filosofía política, inducen a pensar que a fines del siglo XX y comienzos del XXI se está gestando un importante cambio en la sensibilidad ético-utópica de los ciudadanos de nuestro tiempo. De ser así, ¿qué nuevo orden internacional respondería lógicamente a ese sentir? Dicho orden debería aunar lo mejor de los principios de la modernidad (la libertad) y lo mejor del comunitarismo (la solidaridad), así como una nueva forma de regulación internacional de la libertad.
No se puede poner en duda que hoy se habla mucho de sociedad civil. Se habla de ella como una instancia nueva que podría contribuir a impulsar, quizá incluso a protagonizar, los cambios socio-políticos necesarios para resolver los problemas políticos y económicos de la humanidad que evitan que ésta pueda alcanzar sus ideales. Pero, ¿de qué ideales estamos hablando? ¿Qué habría que hacer para posibilitarlos?
‘Aliento de vida. Una teología del Espíritu creador’, del teólogo australiano Denis Edwards (Editorial Verbo Divino, 2008), es un libro de teología escrito con sensibilidad científica. En él, Edwards describe cómo actúa la acción divina del Espíritu creador en el universo, colaborando con la naturaleza. El libro, escrito desde la doble perspectiva de la tradición teológica cristiana y de la cultura científica actual, es una visión o interpretación cristiana del proceso evolutivo descrito por la ciencia.