Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión.
Escuela Técnica Superior de Ingeniería.
Universidad Pontificia de Comillas. En preparación hasta el 1.04.2006.
La consciencia es probablemente uno de los temas de moda en el panorama científico actual. Ha pasado de ser un misterio o un aspecto del psiquismo a convertirse en “el trofeo más preciado” de la neurociencia, la inteligencia artificial (I.A.) y la psicología. Nuestro objetivo en este artículo es poner de manifiesto algunas de las debilidades de las que adolece la concepción estrictamente mecanicista de la mente humana, revisar críticamente algunos de los planteamientos alternativos sobre el tema esgrimidos hasta la fecha, y presentar nuestra propia propuesta.
El pasado mes de mayo, la profesora Martha Craven Nussbaum ganó el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2012. Nussbaum es una filósofa estadounidense interesada por la filosofía antigua, la filosofía política, la filosofía del derecho y la ética. También por la religión y los derechos de la mujer. Para ella, la denominada “crisis silenciosa”, de la educación, es más grave que la pregonada crisis económica mundial: producirá “generaciones enteras de máquinas utilitarias”, en vez de ciudadanos libres, capaces de pensar por sí mismos, comprender el sufrimiento ajeno y poseer una mirada crítica sobre las tradiciones. En este contexto, la democracia estará amenazada.
Vivez!, un opúsculo de 90 páginas, rompe moldes. No es un libro-entrevista político, aunque el tema de la universalidad de los derechos humanos ocupe en él un lugar muy importante. En su prólogo, Edouard de Hennezel nos revela ya que él y su colega Patrice Van Eersel se dirigieron a Hessel “manifestándole su deseo de interrogarle sobre el tema de la espiritualidad”, ante lo que obtuvieron una inmediata respuesta afirmativa. Hessel no cree en el dios único que se convierte fácilmente en el dios de la tribu que forman los que creen en él, y que pide aniquilar al dios o los dioses de los otros. La espiritualidad de Hessel está abierta a la transcendencia, es acogedora para el Dios de Todos y no admite que nadie trate de apoderarse de la experiencia de lo divino.
Para el filósofo Xavier Zubiri, el ser humano está abocado, por su inquietud teologal, a cuestionarse por el fundamento último de lo real, cuyo poder impulsa lo impulsa a la existencia. ¿Cómo se presenta dicha inquietud en el siglo XXI, cuando el cambio de la imagen del universo ha sido inmenso?
El problema de Dios, en la forma de creencia o increencia, ha estado presente en los grandes científicos de la historia. Pero, ¿qué sucede en la filosofía? La inquietud teologal, que para el filósofo español Xavier Zubiri hace al ser humano estar abierto al poder de lo real, ha estado presente también en la historia de la filosofía, especialmente en los últimos siglos. La filosofía de este periodo muestra, al igual de la ciencia, que el hombre no puede vivir sin tener que tomar una posición ante el problema teologal de su condición humana, en el sentido teísta o en el ateísta.
La teoría de Kuhn sobre las revoluciones científicas contempla la aparición de las llamadas “anomalías científicas”. Así parece que habría que calificar hoy las llamadas "Experiencias Cercanas a la Muerte” (ECM), sobre las que se ocupa el cardiólogo holandés Pim Vam Lommel en su libro “Conciencia más allá de la vida”. Durante 25 años, Vam Lommel ha investigado este tipo de experiencias en pacientes recuperados tras un estado de muerte clínica, y a ellas trata el investigador de dar explicación desde la física cuántica.
Si atendemos al fracaso del intento de una liberación de la humanidad que se había emprendido mediante la eliminación y superación de las ancestrales creencias religiosas (es decir, el fracaso de la vieja convicción ilustrada y atea que apuntaba en este sentido [1]), creemos que hay que recuperar seriamente a la religión y a Dios como asuntos de reflexión filosófica. Porque en estas cuestiones parece, según manifiesta la historia, que la respuesta no va a ser nunca final y definitiva, sino que estamos de algún modo obligados a analizar todas las opciones, con frialdad y sereno espíritu filosófico. En las líneas que siguen vamos a intentar hacerlo, aunque dejando en los márgenes numerosos aspectos y matices.
A lo largo de la historia, muchos científicos han estado abiertos a la inquietud en torno al fundamento metafísico o han hecho valoraciones positivas de la idea de Dios y de lo religioso. Un breve recorrido por la historia de la ciencia muestra cómo la gran cuestión de lo que el filósofo español Xavier Zubiri llamó “la búsqueda del fundamento del poder de lo real” ha estado presente en los grandes científicos de los siglos XVII al XX.
Los grandes científicos, de una u otra forma, se han preguntado por la profundidad metafísica de lo real. En el siglo XXI, esas mismas inquietudes deberán replantearse, desde una imagen sorprendente y nueva que las ciencias han creado del universo. En este contexto, “lo religioso” deberá presentarse investido de una mayor racionalidad científica y una mayor razonabilidad filosófica, porque las razones de siglos anteriores, aunque pudieran seguir siendo válidas y necesarias, hay que esperar que no sean ya suficientes. Es lo que analizamos en este artículo, siguiendo el pensamiento del filósofo español Xavier Zubiri.