Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión.
Escuela Técnica Superior de Ingeniería.
Universidad Pontificia de Comillas. En preparación hasta el 1.04.2006.
Cuando se reflexiona sobre las tendencias que las tradiciones religiosas muestran de cara al siglo XXI, no se puede dejar de lado la figura de Charles Taylor, profesor de derecho y filosofía en la Northwestern University Estados Unidos y profesor emérito del departamento de filosofía de la Universidad McGill de Montreal. Taylor está especializado en cuestiones como la secularidad, la espiritualidad, el retorno de Dios, la posmodernidad o los fundamentalismos. El filósofo defiende que numerosas formas de religiosidad han desaparecido o se han desestabilizado, pero otras han sido creadas, debido a que el papel de la religión dentro de las sociedades ha cambiado drásticamente en los últimos siglos.
Las tradiciones religiosas van siendo conscientes de que en el siglo XXI es mucho más necesario el diálogo con las culturas, las ciencias y las tecnologías. Por esa razón, el papa Benedicto XVI inició en 2009 lo que denominó el “Atrio de los Gentiles”; un espacio de encuentro entre creyentes y no creyentes en un ámbito interdisciplinar. ¿Es eso posible?
En el libro “Breaking the Spell. Religion as a Natural Phenomenon” (Viking, New York, 2006), el filósofo Daniel Dennett expone una dura crítica a la religión, fundada en que ésta es un meme y en que su organización histórica responde a un proceso replicativo derivado de una estructura memética (imitativa). La teoría de memes puede ser fácilmente aceptada porque da forma teórica coherente a un conjunto de hechos y teorías previas de naturaleza biológica, neurológica y psicológica que han sido ya objeto de un amplio consenso en la comunidad científica. Pero, ¿es suficiente para explicar los comportamientos religiosos del ser humano?
Las investigaciones sobre Jesús de Nazaret se han animado en los últimos tiempos gracias a los trabajos de los protestantes G. Theissen y A. Merz; de los católicos J.D. Crossan y J.P.Meier; de los historiadores E.P.Sanders y R. E. Brown; y de la feminista E. Schüsler Fiorenza, entre otros muchos autores contemporáneos. Las actuales ciencias humanas y los estudios culturales de campo están posibilitando una revisión humanística de la singular figura histórica del Nazareno.
El conflicto entre religiosidad mítica y razón es un conflicto entre dos formas de pensamiento de primer grado. Pero en la posmodernidad podría haber surgido un nuevo nivel de pensamiento al que podría denominarse relativista-multicéntrico, y que abre una gran oportunidad de reconciliar ambas visiones, hasta ahora enfrentadas.
Hace 20 años, un grupo de moralistas, etólogos y hombres de ciencia sacó a la luz la iniciativa conocida como “Proyecto Gran Simio”, e hicieron pública además la “Declaración de los Grandes Simios Antropoideos”. ¿Tienen derechos los animales como los tienen los humanos? Este debate sigue presente en las religiones, y en el debate ético de nuestra sociedad.
David Jou, autor del libro ‘Cerebro y Universo, Dos Cosmologías’, es físico, científico y poeta. La originalidad de su obra radica no solo en el tratamiento en paralelo del conocimiento científico del cerebro físico y del conocimiento científico del universo cosmológico. De especial interés es el estudio que hace del papel de la información en la ciencia actual.
La filosofía teísta ha defendido que los resultados de la ciencia respaldaban la filosofía teísta. Por otra parte, el ateísmo ha pretendido también que los resultados de la ciencia permiten explicar el universo sin Dios. ¿Es realmente así? ¿Tienen razón el teísmo o el ateísmo? A lo largo de este curso académico, la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto, Bilbao, desarrolla el ciclo “Dios y Religiones en la Era de la Ciencia” que, destinado a todos los profesores de la universidad, planteará y desarrollará estas cuestiones. El ciclo contará con tres sesiones, la primera los días 20-21 de noviembre de 2013, y la segunda y la tercera en los meses de febrero y abril de 2014. Por Javier Monserrat.
Las neurociencias gozan de una productiva actividad científica. Gracias a las técnicas de neuroimagen podemos empezar a comprender el funcionamiento del cerebro. La mente es aún hoy una gran desconocida para la ciencia a nivel fundamental. Los procesos cerebrales parecen tan complejos que es fácil dejarlos apartados de la comprensión física de la materia. Sin embargo, ahí están. Las evidencias experimentales exigen abrir un nuevo enfoque físico-neurocientífico.