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La conciencia emerge de los procesos cerebrales

Las funciones cerebrales desde el nuevo enfoque de las neurociencias


Las neurociencias gozan de una productiva actividad científica. Gracias a las técnicas de neuroimagen podemos empezar a comprender el funcionamiento del cerebro. La mente es aún hoy una gran desconocida para la ciencia a nivel fundamental. Los procesos cerebrales parecen tan complejos que es fácil dejarlos apartados de la comprensión física de la materia. Sin embargo, ahí están. Las evidencias experimentales exigen abrir un nuevo enfoque físico-neurocientífico. Por Manuel Béjar.


Manuel Béjar
12/11/2013

Imagen: jkt_de. Fuente: MorgueFile.
Imagen: jkt_de. Fuente: MorgueFile.
Recientemente la cátedra de ciencia, tecnología y religión ha celebrado un breve seminario de dos conferencias acerca de los mecanismos cerebrales que permiten distinguir el comportamiento humano de una simulación computacional propia de una inteligencia artificial.

Las conferencias fueron impartidas por Carmen Cavada (Facultad de Medicina, UAM) y Juan Pedro Núñez (Facultad de Psicología, U. de Comillas). (Artículo relacionado 1) Los asistentes pudimos profundizar de la mano de estos expertos en el conocimiento de la funcionalidad del cerebro humano para marcar las diferencias específicas con la poderosa inteligencia artificial.

Podemos enunciar ya dos conclusiones básicas de sus intervenciones. Primero, el ser humano es capaz de construir mentalmente escenarios hipotéticos para planificar el futuro en función de su experiencia pasada y del conocimiento de las perspectivas de sus congéneres. Segundo, la mente funciona en un doble modo: la incesante mente inconsciente en procesamiento paralelo y la sutil mente consciente que opera en serie.

De acuerdo con estas conclusiones la sensación humana de tomar decisiones libres requiere la construcción de una conducta adaptada a la información sensorial, emocional y visceral que procesa el cerebro. Así, entenderíamos que la libertad se ampara en una decisión orquestada por la mente consciente que no está determinada de antemano.

En este sentido, los expertos señalaron que la explicación de la libertad exige trascender el modelo mecanicista de la ciencia para que la dinámica neurofísica en la corteza orbitofrontal pueda monitorizar las experiencias, pasadas y presentes, que producen la sensación de estar viviendo libremente.

La idea de vivir en libertad parece necesitar de una ontología de base que lo permita tanto en el nivel físico fundamental como en el nivel psíquico más operativo. Es decir, como fue suscitado recurridamente durante el seminario, es preciso estudiar la naturaleza física de la conciencia. Y es aquí donde me gustaría iniciar una reflexión personal.

¿Qué es la conciencia?

La conciencia es un producto emergente de la materia en actividad psíquica. No conozco una definición mejor, ni importa para conocer su naturaleza física. La falta de definición parece una dificultad insalvable para concretar los objetivos de una investigación científica de la conciencia. Algunos investigadores desisten y olvidan el estudio de la conciencia por ser un fenómeno que no está bien definido. (Artículo relacionado 2).

Cuando me encuentro con preguntas tan difíciles como la definición de la conciencia, suelo trasladar la cuestión al ámbito de las ciencias físicas. A diferencia de las neurociencia, la física ha demostrado una consolidación epistemológica, científica y tecnológica a lo largo de más cuatro siglos de historia. Evidentemente no interrogo al físico por el tema de la conciencia. Pero, ¿y si le pregunto por la definición de materia?

La materia es una realidad que produce actividad física. El físico respondería a la pregunta sobre la materia de una forma parecida a nuestra definición de conciencia. La verdad, diría yo, es que la definición de materia produce la misma insatisfacción intelectual que la definición de la conciencia.

Sin embargo, un físico se olvida de la naturaleza de la materia y se aventura a descubrir más y más estructuras, interacciones y aplicaciones en distintos niveles energéticos. Después, una reflexión holística desde los experimentos y teorías físicas sí nos permite formarnos una idea sobre la naturaleza física de la materia.

Por tanto, pienso que no es necesario una definición de conciencia, ni conocer su naturaleza física para poderla estudiar científicamente. Así lo creen los neurocientíficos. Y así, lo expresan en sus publicaciones.

¿Cuáles son los circuitos neurales de la conciencia?

Existen determinadas regiones del cerebro que entran en actividad neurológica cuando el sujeto psíquico percibe conscientemente el mundo físico. Una persona consciente del mundo necesita permanecer en un estado de vigilia. Cuando el cerebro está en un estado de vigilia entra en actividad el tronco del encéfalo y del hipotálamo. Si no funcionan adecuadamente el cerebro se hallaría en un estado fisiológico incapaz de producir conciencia. También es necesaria una actividad especial del tálamo y la corteza, así como múltiples conexiones talamo-corticales.

No siempre permanecemos conscientemente atentos al mundo exterior. En múltiples ocasiones el cerebro entra en un estado mental que se evade de la realidad y genera una actividad psíquica asociada a la experiencia del ensimismamiento. Es el denominado default mode que desatiende por un tiempo el aquí el ahora y se desentiende de la realidad inmediata. Solo la mente inconsciente permanece activamente procesando los cambios del entorno y si es necesario desencadena un proceso de alarma que devuelve el control a la mente consciente.

Pues bien, durante el estado consciente por omisión se activan tres regiones principales del cerebro: la corteza prefrontal medial, la corteza parietal lateral y el denominado precuneo. Se tratan de corteza asociativas que no están involucradas directamente en el procesamiento de los registros sensoriales. Estas tres regiones del cerebro manifiestan múltiples interconexiones mutuas cuyo dinamismo varía según el sujeto revisa su autobiografía, visualiza el futuro, analiza una situación moral o cuando se asume la perspectiva de otro individuo.

De alguna manera el cerebro produce en el estado por omisión simulaciones de situaciones futuras con relevancia para el sujeto. El cerebro recrea escenarios hipotéticos para someterlos a un análisis preventivo que nos prepara virtualmente para enfrentarnos a una situación con cierta probabilidad de llegar a ser real. Evidentemente la previsión y la visión real de los acontecimientos difieren notablemente. Pero aun con diferencias el cerebro está entrenado en el default mode para responder con éxito ante contextos semejantes.

¿Cómo explica la neurociencia la pérdida de conciencia?

Hemos visto hasta el momento cómo la actividad del cerebro es incesante. Incluso cuando pensamos que estamos ociosos en realidad el cerebro trabaja en el estado por omisión. Sin embargo también es posible estudiar la actividad del cerebro en pacientes que sufren algún estado patológico de conciencia como es el caso de los estados vegetativos.

En los estados vegetativos existe una anomalía en la comunicación entre el tálamo y la corteza cerebral. Cuando algunos pacientes recuperaron la conciencia tras sufrir estados vegetativos temporales su actividad talamo-cortical fue progresivamente asemejándose a la de otros individuos conscientes que servían de control durante la monitorización. Especialmente relevante en los estados vegetativos es la ausencia total de actividad neural en el precuneo.

Igualmente es posible desvanecer la conciencia de manera inducida en un paciente mediante el uso de anestésicos. Los estudios de neuroimagen en pacientes sedados revelan que la máxima depresión de actividad cerebral se localiza principalmente en el tálamo. Estudios complementarios apuntan que el hipometabolismo del tálamo es inducido por la reducción de la actividad cortical debido a la conectividad talamo-cortical.

Sin llegar a situaciones radicales de pérdida global de conciencia, podemos conocer qué regiones de la corteza cerebral deben mantenerse activas para tener conciencia de las sensaciones. Está demostrado que es posible sentir de forma inconsciente. Es decir, el cerebro procesa la información sensorial del mundo sin producir una realidad consciente. Un ejemplo muy recurrido de esta percepción inconsciente es el caso de la denominada visión ciega donde el paciente percibe su campo visual de manera inconsciente.

Otro caso de disfunción parcial de la conciencia se ha estudiado con pacientes que no reconocen algunos de sus miembros como propios. Nos referimos a anomalías conciertes en la propiocepción de la persona. Generalmente estas pérdidas de la conciencia de alguna parte del propio cuerpo se correlacionan con una actividad anómala en la corteza insular.

¿Por qué investigar la naturaleza física de la conciencia?

La ciencia ya no puede dejar al margen el fenómeno de la conciencia. No es posible dejar fuera del estudio científico la realidad de la conciencia porque además de ser un hecho es también un fenómeno provisto de una importante carga experimental. La conciencia es un fenómeno observable muy vinculado a lo material.

No hay evidencia de una conciencia fuera del ámbito material. Es más, hemos visto que existe todo un correlato de actividad neurológica bien estudiado por las neurociencias cuyas anomalías manifiestan estados patológicos de conciencia. La conciencia es un fenómeno más de actividad de la materia. Y como fenómeno de la materia puede ser estudiado por las neurociencias.

Ahora bien el fenómeno en sí es algo escurridizo. No sabemos cómo emerge la conciencia de la materia. Desconocemos cómo explicar la realidad consciente a partir de entidades no conscientes. Apenas contamos con indicadores para cuantificar los niveles de conciencia. Pero todas estas carencias no deberían dejar en el olvido científico la tentativa de buscar un modelo neurocientífico de la conciencia.

En realidad, tampoco sabemos cómo emerge la materia, ni conocemos cómo explicar la materia a partir de entidades no materiales, ni siquiera podemos entender qué puso en marcha la actividad física de la materia. La naturaleza física de la materia es hoy tan enigmática como lo fue siempre.

El gran logro de los físicos ha sido poner cotos en esta realidad material enigmática. La materia es inconmensurable. Los físicos solo trabajan con magnitudes que expresan las variaciones conmensurables relativas a los procesos físicos que acontecen en esos cotos de realidad.

Hablamos así de la masa de los cuerpos en campos gravitatorios, o de energía interna de los cuerpos en un campo térmico, o de carga eléctrica de los cuerpos por su interacción con un campo electromagnético, o de fusión y fisión de partículas subatómicas en el interior del coto nuclear.

Como vemos, los físicos han sabido acotar y definir acertadamente sus espacios y sus medidas. Y lo han hecho bien, porque parecen dominar los procesos físicos: los explican, los predicen y los rinden tecnológicamente. Sin embargo, no podemos decir que se haya desentrañado el enigma de la naturaleza física de la materia.

La materia, tal y como se manifiesta, parece tener actividad física (partículas, campos, niveles energéticos…) y también actividad psíquica (sensaciones, percepciones, niveles de conciencia…). Si la materia es lo empíricamente dado y experimentalmente digna de ser reconocida por su actividad psico-física, entonces es plausible abordar un estudio de su naturaleza en clave monista. (Artículo relacionado 3).

La materia es lo que es y hace lo que hace por su naturaleza. La materia es lo dado y su funcionalidad es crear la actividad física y psíquica que hacen emerger los procesos psicofísicos.

Supuesto esto, estudiar la naturaleza física de la conciencia puede ser una tarea fructífera para los neurocientíficos. Podría iluminar el modo natural de parcelación de la materia en los distintos cotos que permiten los procesos dinámicos de actividad psicofísica. En este sentido, la conciencia pudiera entenderse como la actividad psíquica que emerge en la materia cuando la física alcanza un nivel de compartimentación de elevada sofisticación estructural y complejidad interactiva entre el sistema y su entorno.

Imagen: kittykatfish. Fuente: Flickr.
Imagen: kittykatfish. Fuente: Flickr.
¿Cuándo se inicia el flujo de la conciencia?

En recurridas ocasiones se usa el término flujo de conciencia. Es un concepto vago que pretende representar la incesante actividad cerebral que acompasa la formación del estado consciente.

De acuerdo con la lógica que hemos seguido podríamos decir que el cerebro es un órgano con actividad física. Tiene una masa, soporta flujos de sangre, alberga campos eléctricos… Pero sabemos que la funcionalidad propia del cerebro es producir actividad psíquica. Hablamos de que el cerebro produce la mente.

Podemos reconocer experimentalmente esta actividad psíquica del cerebro a partir de la modulación de su actividad física a gran escala. La mente no la identificamos con tal o cual actividad física localizada. No nos referimos a la mente como la actividad eléctrica presente en un conjunto de neuronas.

Cuando decimos que el cerebro goza de actividad psíquica percibimos una modulación de toda su actividad física en conjunto. La mente se reconoce cuando aparece cierta coherencia global en la actividad física del cerebro. Y es posible registrar esta actividad psíquica mediante electroencefalogramas que expresan la modulación eléctrica en el cerebro o mediante magnetoencefalogramas que plasman la sinfonía neural entre distintas regiones cerebrales.

Es evidente que el cerebro puede entrar en actividad psíquica. La mente es la evidencia sensible de que el cerebro es un órgano con actividad psicofísica. Cuando empieza a funcionar la mente importa más lo global que lo local. Con la mente el cerebro entra en un estado de autorregulación.

La actividad física localizada por ejemplo en el pulso eléctrico que recorre el axón de una neurona aislada hasta liberar un neurotransmisor en un acoplamiento sináptico no es importante en el funcionamiento del cerebro en su conjunto.

La coordinación eléctrica de una red neuronal es crucial para producir una sincronización entre distintas regiones cerebrales. Pero lo relevante cuando el cerebro entra en actividad psíquica es el aprovechamiento de estas autopistas eléctricas para iniciar una interactividad novedosa que identificamos con la mente.

La interacción psíquica del depende de su actividad física, pero no se limita a una interactividad electromagnética clásica. Esta interacción psíquica que emerge de la actividad física dota al cerebro de un orden nuevo que ocasionalmente puede regular la actividad puramente física.

Una variación sutil en la actividad física neuronal ante la llegada de un estímulo sensorial puede desencadenar una remodelación de la interactividad psíquica del cerebro orientada a que el conjunto atienda esa perturbación física.

Sin embargo, cuando la actividad física cambia violentamente las interacciones físicas dominan y no hay lugar para que emerja la interacción psíquica. Entonces el cerebro pierde su funcionalidad psíquica. La mente se desvanece.

Si aceptamos que el cerebro es materia capaz de entrar en actividad física y psíquica, entonces el estado natural del cerebro es generar la mente. Podríamos identificar el default mode del cerebro como el estado natural donde domina la interactividad psíquica sobre las interacciones físicas. El cerebro diríamos hace lo que tiene que hacer. Es decir, funciona física y psíquicamente produciendo la mente.

Un estímulo externo suave varía las condiciones físicas y la mente reorganiza el funcionamiento neurológico para registrarlo con la mayor sensibilidad. Decimos entonces que el cerebro sale del default mode y centra conscientemente su atención en un suceso presente. El sujeto psíquico se hace consciente de la realidad.

El flujo de la conciencia es esa sucesión de momentos de percepción de la realidad que se alternan con los estados de default mode. La mente va y viene entre lo consciente y lo inconsciente. La actividad psíquica del cerebro modula el flujo de la conciencia.

¿Cómo podría la física explicar la conciencia?

En física existen sistemas con una dinámica en cierto modo similar a la de la mente. Es decir, existen sistemas físicos con un dinamismo interno entre modos de funcionamiento dispares que nos recuerdan al modo consciente de la mente y su complementario default mode. Nos referimos a los sistemas que oscilan entre un modo cuántico y un modo clásico de funcionamiento.

No pretendemos decir que estos sistemas dinámicos que operan en el límite de lo cuántico y lo clásico sean sistemas conscientes. Son sistemas con actividad física y un comportamiento similar al de la mente.

Cuando el sistema físico se halla en un estado cuántico goza de mayor unidad y autonomía con respecto a su entorno. Diríamos que el sistema se encuentra en su particular default mode. Así como lo propio de la actividad psíquica del cerebro es modular sus operaciones físico-eléctricas, lo propio de la actividad física es estar en coherencia cuántica a nivel fundamental.

La coherencia cuántica de la materia se desvanece cuando el sistema sufre una interacción física más intensa con su entorno que su propia interactividad cuántica. Entonces ocurre el denominado proceso de decoherencia que lleva el sistema desde el modo cuántico a la concreción clásica.

De la misma manera el default mode del cerebro se desvanece cuando la interacción física del estímulo exterior es mayor que la interacción psíquica que produce la mente. El cerebro pasa de un estado de ensimismamiento a la concreción clásica de un flash de conciencia.

El flujo de la conciencia lo entenderíamos como el conjunto de transiciones entre el modo cuántico-inconsciente del cerebro y el modo clásico que acompaña al estado consciente.

Así pues, una estructura capaz de regularse alrededor de la difusa zona de transición cuántico-clásica y de abrir canales sensoriales con su entorno podría autorregularse al tiempo que se abre en ese proceso regulativo a la experiencia del mundo. Y durante pequeños lapsos el sistema y parte de su entorno entran en coherencia mutua hasta que la interactividad física rompe este proceso psicofísico.

El cerebro podría ser este sistema. Un sistema que produce las condiciones físicas para servirse del poder de las transiciones cuánticas y ser capaz de autorregularse en unidad con la información física recibida por los sentidos.

Si postulamos que la mente es capaz de funcionar así, una parte del cerebro crece en coherencia cuántica con el entorno hasta que la interactividad física trunca el proceso. La mente se abre al mundo y cada vez que el mundo trunca el proceso experimenta un flash de conciencia. La rápida sucesión de los estados de conciencia lo identificaríamos con el flujo de conciencia.

¿Hacia un modelo científico de la libertad?

Cuando decimos que el mundo está en mi cabeza es posible que sea una afirmación literal. El cerebro entra en coherencia con la información de la realidad y la mente lo regula todo unitariamente. Entonces, el cerebro alucina la realidad. Sí, especialmente en el default mode. Pero por su naturaleza física la ilusión está sometida al principio de realidad que pauta la sensación del mundo.

Es en un estadio especulativo posterior, supuesta esta naturaleza psicofísica de la materia, donde tendría sentido abordar cuestiones de mayor calado como la libertad.

Con relación a la sensación de libertad tan improcedente es una física determinista basada en la mecánica newtoniana, como una física puramente indeterminista. Tan intransigente con la experiencia de libertad es una física cerrada en un futuro predicho por sus leyes y las condiciones iniciales (mecánica laplaciana) como una física que queda al albur de las fluctuaciones azarosas del caos cuántico.

La experiencia psíquica de ser sujetos libres en el mundo físico debería quedar amparada por procesos físicos que sobreviven al azar cuántico sin perder la coherencia cuántica que evita caer en el determinismo clásico. En esta frontera parece situarse la realidad psíquica.

La libertad. La libertad para algunos es una experiencia irreal generada por el cerebro. Una ilusión. Pero tan real como la vida misma. Tan real como la experiencia del yo, del propio cuerpo, del mundo y de esa constante alucinación que denominamos nuestra realidad. Podemos dudar de todo. (Artículo relacionado 4).

Y puestos a dudar, dudamos de nosotros mismos y hasta de la propia duda. La duda da mucho juego. El juego de la realidad conduce a la duda. Y existen tantos niveles de duda como de realidad. (Artículo relacionado 5).

Bibliografía

BEJAR, M. (2011), The Quantum Mind: the Bohm-Penrose-Hameroff model for consciousness and free will: theoretical foundations and empirical evidences. Pensamiento: Revista de investigación e Información filosófica, ISSN 0031-4749, Vol. 67, Nº 254, 2011 (Ejemplar dedicado a: Ciencia, filosofía y Religión . Serie Especial nº 5), págs. 661-674.



Manuel Béjar es profesor de ciencias físicas y miembro de la cátedra CTR, licenciado en Ciencias Físicas y Doctor en Filosofía.



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1.Publicado por Beatriz Basenji el 12/11/2013 22:47
Los humanos no somos tan solo un cerebro, un músculo cardíaco. Somos una Energía, idéntica a la del Universo.Ojalá fueran discernibles las fronteras de nuestra "mente" . No es así. Los seres trascendemos lo humano.El mismo pensamiento supera en velocidad a la luz.

2.Publicado por clean el 12/11/2013 23:43
Campo electromagnético, conciencia: Luz que emana la convergencia de los sentidos en el Corazón transmitida al Disco duro del cerebro...?

3.Publicado por LEANDRO el 13/11/2013 11:18
Excelente síntesis la de Manuel Béjar. Todavía el cerebro y la conciencia son dos desconocidos para los científicos y para los filósofos. Y por eso es arriesgado extender estas ideas a las religiones. Poco a poco vamos sabiendo más. Pero caminamos muy despacio y con precaución. Es un terreno complejo..

4.Publicado por Pedro Rubal el 13/11/2013 17:51
Es un trabajo muy sugerente, que apunta vías de investigación; pero mis apreciaciones, positivas o negativas, han de vincularse a mi falta de preparación para bucear en este sector de la realidad.
En un párrafo escribe el Dr. Béjar que el cerebro "funciona física y psíquicamente produciendo la mente". Aquí estamos en presencia de un sistema con dos constituyentes: lo físico y lo psíquico. Como tal sistema tiene dos tipos de propiedades: ADITIVAS, que resultan de la suma de sus elementos, que pueden ser dominantes en algunos casos,y SISTEMÁTICAS, provinientes del mismo sistema, que si desaparece no se producen.
Dicho esto, veo que el "modo cuántico" y el "modo clásico" de que nos habla el autor, se atribuye a uno de los elementos, a "lo físico", diluyendo "lo psíquico" cuando se explica el "flujo de la conciencia", al afirmar que "lo entenderíamos como el conjunto de transiciones entre el modo cuántico-inconsciente y el modo clásico que acompaña al estado consciente".
Pero, al mismo tiempo, se nos dice que la "mente es la evidencia sensible de que el cerebro es un órgano con actividad psicofísica", y, con esto, volvemos a conferir sistematicidad al cerebro, y así, cuando menos, la mente sería una propiedad sistemática, no aditiva, puesto que por ella deducimos la actividad psicofísica del cerebro.
Tengo, por lo que ya expliqué, dificultades para manejarme en este campo; pero la indefinición ( a la que hace alusión el mismo autor) de algunos conceptos no favorecen .
No obstante, me parece muy positivo que se abran vías de investigación para que sus resultados aporten claridad y precisión a otros saberes colaterales y concurrentes, que de ninguna manera es bueno que entren en colisión con los meramente científicos; pero sin olvidar la penultimidad de los mismos.

5.Publicado por clean el 13/11/2013 18:46
Como es arriba es abajo,cerebro:Biomasa universal formada y alineada, presente,futuro y
pasado...? Eternidad.

6.Publicado por Joaquin Gonzalez Alvarez el 13/11/2013 19:42
EXCELENTE ARTÍCDLO EL QUE SE COMENTA. OPINO QUE SI EL DR. BÉJAR EN LA BIBLIOGRAFÍA COLOCA A 'THE QUANTUM MIND THE BOHM-PENROSE-HAMEROFF...¿NO HACE ALGUNA ALUSIÓN CUANDO TRATA LA COHERENCIA CU;ANTICA A LA HIPÓTESIS DE LOS MICROTÚBULOS Y A LOS ESTADOS ALFA Y BETA DE LA TUBULINA COMO QUBITS QUE ESTANDO EN ENTRELAZAMIENTO CUÁNTICO,, EN EL REPOSO MENTAL, ROMPEN LA COHERENCIA AL PRODUCISE UN ESTÍMULO?. SUGIERO LA LECTURA EN INTERNET DE MI ARTÍCULO "ROGER PENROSE Y LA BIOFÍSICA CUÁNTICA DE LA MENTE".

7.Publicado por Joaquin Gonzalez Alvarez el 15/11/2013 16:38
COMTINUACIÓN DE MI COMENTARIO 6.
SUGIERO TAMBIÉN MI ARTÍCULO EN TENDENCIAS 21 "PUEDE EL CEREBRO APROVECHARSE DE LA COHERENCIA CUÁNTICA' EN EL QUE POR CIERTO HAGO UNA LARGA CITA DE UN EXCELENTE ENSAYO DEL DR. MANUEL BÉJAR.

8.Publicado por Joaquin Gonzalez Alvarez el 17/11/2013 16:50
CONTINUA CIÓN DE MI COMENTARIO 7.
OTRO ARTÍCULO MIO EN TENDENCIAS 21 QUE SUGIERO LEER ES 'PERSISTE LA INCÓGNITA SOBRE EL SURGIMYENTO DE LA CONCIENCIA", DONDE HABLO DE EMERGENTISMO CONCSPTO UTILIZADO POR EL DR. BÉJAR.

9.Publicado por Julio Monsech el 18/11/2013 05:41
Como vengo afirmando desde hace varios años en este y otros medios, opino que se está estudiando el fenómeno desde el punto de vista equivocado: la conciencia reside fuera del cuerpo físico.
La conciencia es un fenómeno inherente a la coherencia multiversal cuántica, la del “todo uno” como sistema termodinámico, la del “libre albedrío”, la de la “memoria universal cuántica, en la que todo ya está sucedido y guardado” (no se pierde como la del cerebro). Es dicha conciencia multiversal cuántica la que da su origen a lo que luego interpretamos y definimos como materia, al proyectarse “libremente” en un espacio y tiempo ilusorios. Así es como se origina lo que, desde el cerebro, reconocemos como un fenómeno físico.
Resumiendo: la materia tiene su origen en la conciencia y no a la inversa, como sugiere la presente nota.
Es “La Conciencia Divina”. También por ello, lo material es intrascendente.
Luego, de allí, devienen los demás procesos conocidos. Es, desde la conciencia del multiverso cuántico, fuera del espacio y el tiempo físico, donde toda la información ya está en condiciones de manifestarse o “proyectarse” libre y coherentemente de manera paralela, superpuesta y simultánea en diferentes “realidades”; donde la conciencia origina lo que luego será percibido por nuestro cerebro como materia. En todo este proceso, el cerebro resulta ser solo la “terminal boba” y temporal del sistema, que permite percibir esa ilusoria materia o mundo físico. Es “recordando el futuro”, y por dicha razón causal, un fenómeno comparable al de un gran servidor Web y el ordenador doméstico. Estudiar la conciencia desde la lógica de la “terminal boba” (cerebro) de memoria volátil (temporal) conducirá irremediablemente a conclusiones erróneas e “intrascendentes”; ya que desde este punto de vista, la conciencia y la información, terminan allí... vector@axial.com.ar

10.Publicado por Marco el 18/11/2013 23:40
E leído y existen demasiadas falacias del materialismo.. Ampliemos aun mas la ciencia dentro de la cuántica.. En las últimas décadas la física cuántica ha tomado una enorme popularidad social y mediática, principalmente por desviar el materialismo característico de la ciencia hacia antiguas filosofías como el idealismo o religiones tan atractivas para la mente posmoderna.. La ciencia originalmente no se distingue de la filosofía ambas buscan describir y entender la naturaleza "o el universo" la naturaleza, que en un inicio era concebida como la manifestación visible del espíritu. Es parte de la interpretación popular de la física cuántica_ Una de las cosas que ha hecho a la física cuántica tan atractiva para la mente y el consciente colectivo, con cierta inclinación a la espiritualidad, es que ha demostrado que el acto de observar un objeto afecta el estado de lo que se observa.. En el mundo subatómico se desenvuelve de manera misteriosa para la percepción ordinaria, su campo de actuación es el de las partículas elementale, en el universo cuántico intercambian su naturaleza constantemente, comportándose como ondas y partículas al mismo tiempo.

Entre el tesoro de rarezas que descubrió la física cuántica al penetrar en el átomo, probablemente la más significativa y maravillosa sea el entrelazamiento cuántico_ Esto es, cuando dos sistemas cuánticos entran en contacto entre sí permanecen conectados es decir su naturaleza constantemente se contradice, siendo ondas por la mañana y partículas por la tarde, o viceversa. Además, se comunican entre sí a pesar de las enormes distancias infinitesimales que las separan y recorren el tiempo en las dos direcciones: hacia el pasado y hacia el futuroinstantáneamente, como si fueran parte de un todo indivisible. El entrelazamiento cuántico se entiende como un proceso en el que una sola función de onda describe dos objetos separados a millones de kilómetros o millones de años luz, los cuales comparten una misma existencia en todos los sentidos, no obstante lo lejos que puedan estar entre sí, como si estuvieran unidos por un cordón umbilical invisible o una onda que, en teoría, se puede propagar por todo el universo, algo que ha sido confirmado en repetidas ocasiones, como es el caso del famoso experimento de Aspect. Ahora bien, este misterioso efecto de entrelazamiento a distancia es imposible una explicación racional, se cree o se explica por una fuerza física que pueda viajar infinitamente más allá de la velocidad de la luz, es la única explicación ,ciertamente se mantiene fantasmal, de existir, serían una especie de magia vudú de la física en el que una partícula influye en la otra, no a través de una fuerza de campo convencional, sino simplemente porque se han tocado alguna vez en el pasado distante, no se sabe más. Aún más interesante es la teoría de que nuestro ADN se mantiene unido debido a esta conexión cuántica. Siendo que el ADN es fundamentalmente un programa (bio)informático que ha logrado replicarse con éxito una especie chip cósmico o libro de información orgánico, los átomos no son cosas, son solo tendencias, así que en vez de pensar en cosas, debes de pensar en posibilidades. Todos son posibilidades de conciencia. Uno de los misterios más grandes e insondables de la ciencia: el funcionamiento de la conciencia humana. Todavía más increíble: no es solo que la partícula carezca de magnitudes físicas básicas como este hecho que le lector puede pensar que es solo una interpretación más de la mecánica cuántica que no está es sin duda claro que la subjetividad influye en la percepción del mundo, pero quizá es que a nuestra manera somos creadores del mundo a la par que el mundo mismo se recrea.

Según la física cuántica en el nivel sub atómico la materia ya no existe, las partículas no son puntos materiales de localización precisa sino que son paquetes de ondas es decir posibilidades de existencia, esto significa que el observador altera lo observado por el mero hecho de su observación y los más increíble es que no es la unidad sub atómica quien decide si se manifiesta como onda o partícula sino el observador es decir nuestra conciencia. La conciencia se perfila como un proceso cuántico.

El Universo, la vida y las interacciones sociales se a comprobado también como las partículas elementale ha reforzado la teoría de que la conciencia se comporta como las partículas cuánticas, al igual que algunas de las funciones de la biología molecular son a todas luces procesos cuánticos.

Con el triunfo del empirismo científico a fines del siglo XVII, fundamentado en la observación y experimentación sobre el mundo sensible, el materialismo como filosofía pasó a convertirse en el inamovible, inapelable e incluso inconsciente paradigma de realidad de Occidente durante los últimos 400 años. El principio básico de esta filosofía se formula en el axioma que sigue: “La materia es todo lo existe”. Desde entonces, el universo pasó de ser un organismo cósmico, como lo consideraban los antiguos, a ser visto como materia inanimada en movimiento, sujeta a los ciegos condicionamientos del azar y a la Segunda Ley de la Termodinámica: la entropía, la cual establece que todos las cosas tienden al desequilibro y que el desorden cósmico es cada vez mayor.


Con el descubrimiento de Einstein acerca de la equivalencia entre masa y energía, formulado en la famosa ecuación E=mc², y el nacimiento de la teoría cuántica, el materialismo se ha visto obligado a abandonar su soporte sensible de átomos que chocan entre sí como fundamento último de todas las cosas.

Desde su triunfo hace 400 años, el método científico ha tratado de dar respuesta a sencillas preguntas como ¿dónde se encuentran nuestros recuerdos? buscando pistas en los procesos fisiológicos neuronales, químicos y más recientemente cuánticos de la estructura energética que conforma el cerebro almacenados de alguna forma en el sistema nervioso, dependientes de las uniones entre las células neuronales (las llamadas sinapsis_ "Zona de conexión entre dos neuronas por medio de una sustancia química, que transmite el impulso nervioso.").

Los neurocientíficos han intentado durante décadas encontrar estas huellas mnémicas en el cerebro sin éxito. Los experimentos de Kart Lashley, basados en entrenar animales para que aprendan trucos y luego remover partes de sus cerebros para ver en donde se almacena el aprendizaje, demostraron para su asombro que podía retirarse hasta el 75 por ciento del cerebro sin que hubiera efecto alguno en la retención de este aprendizaje. Como señaló B. Boyscott, manifestando la perplejidad de los buscadores de huellas mnémicas: “la no memoria parece estar en ninguna parte en particular”.

Vamos a pensar en la analogía del televisor: el daño en algunas partes del circuito puede ocasionar la pérdida o la distorsión de la imagen; el daño en otras partes puede determinar que el aparato pierda la capacidad de producir sonido; un fallo en los circuitos de sintonía puede impedir que se reciban uno o más canales. Pero esto no demuestra que las imágenes, los sonidos y los programas completos estén almacenados en los componentes dañados” (Eduard Punset, 1994).

Esta analogía propuesta por Eduard Punset puede ser enormemente reveladora: “Imagínese que está viendo un programa televisivo por primera vez, sin tener ni idea de lo que es la televisión. Desde un punto de vista más primitivo, podría creer que realmente hay unos seres pequeños en el aparato. Al inspeccionarlo, rápidamente descartaría esa explicación, excesivamente simplista. Se daría cuenta de que había un montón de cosas dentro del televisor. Educados como estamos sobre las maravillas de la ciencia, probablemente decidiríamos que el equipo que hay en el interior del aparato es el que creó la imagen y el sonido. Al ir dando vueltas al mando y obtener diferentes imágenes y sonidos, nos iríamos convenciendo de que esta es la explicación. Si retiráramos un tubo del aparato y la imagen desapareciera, probablemente creeríamos que habíamos demostrado nuestra teoría de manera convincente. Supongamos que alguien nos dijera lo que realmente ocurre: que los sonidos y las imágenes provienen de un lugar lejano, son transportados por ondas invisibles que de alguna manera se pueden crear en ese lugar lejano, son captadas por nuestro televisor y transformadas en imágenes y sonidos. Probablemente esta explicación nos parecería ridícula. Como mínimo, parecería desobedecer la ley de la navaja de Occam; es decir, es mucho más sencillo creer que las imágenes y sonidos son creados por el televisor que imaginar unas ondas invisibles (Robertson, 2002). Sin embargo, es así como funciona.

La consciencia es no-local: el retorno del alma al mundo
LA CONSCIENCIA COMO PROPIEDAD FUNDAMENTAL DEL UNIVERSO, Y NO COMO UN PRODUCTO DE LA MATERIA, PODRÍA NO TENER LOCALIDAD SINO ESTAR DISEMINADA EN TODAS LAS COSAS COMO UNA RED QUE IN-FORMA LA TOTALIDAD DEL COSMOS.


“La consciencia es una propiedad fundamental del universo en el sentido más amplio del término. El universo total es mental viviente y activo, ya que ‘vida’ implica ‘consciencia’. El cerebro pierde la exclusividad de la consciencia, que se convierte en una propiedad de todo el cuerpo. Vertiginoso saberse hecho de millares de miles de millones de individuos celulares, todos en comunicación. No existe un tabique impermeable entre mi consciencia cerebral y de mis células, sino más bien una sucesión jerarquizada de planos de consciencia que reaccionan unos sobre otros. De lo cósmico a lo infra-atómico, el psiquismo universal se estratifica en una infinidad de niveles de consciencia o de planos de consciencia, autónomos, distintos y sin embargo interdependiente

todas las filosofías no-duales, desde el tantrismo hindú hasta Hegel, pasando por el taoísmo, el hermetismo, el neoplatonismo y la cábala hebrea. Todas las filosofías no-duales han afirmado siempre que el universo es una manifestación viviente y creativa de la consciencia cósmica. El alma del mundo (anima mundi), diría Plotino, está presente y es presencia en cada cosa que existe.

Durante siglos se creía que el cerebro era el productor de la actividad mental, sin embargo recientes estudios de neurología han demostrado que el cerebro simplemente es un receptor de información, el cuerpo físico es tan solo el vehículo de nuestra conciencia, y naturalmente no se ha localizado la conciencia en ningún lugar del cuerpo, la conciencia es la matriz de toda experiencia y aunque no sea un objeto apto para medir con los instrumentos físicos, ella es quien construye esta realidad.

La conciencia aún no se ha logrado definir con exactitud qué es. Sobre todo conceptos como el amor, el sentido religioso, la imaginación, la intuición, la creatividad artística, la sensibilidad musical, etc. Además sin referirnos a cuestiones más profundas como el inconsciente colectivo, la consciencia transpersonal y las facultades PSI. Y mucho menos cómo surge en nuestro cerebro la consciencia del Yo "el mayor de los milagros", según las conclusiones unánimes científicas.

Recordemos el axioma hermético "el universo es mental" que ahora es defendido por casi todos los físicos de vanguardia interesados por el fenómeno de la consciencia.. Los nuevos paradigmas científicos están planteando asombrosas teorías relacionadas con la cuántica y la mente humana que hacen tambalear el modelo materialista.

La consciencia "es la representación" de la actividad de toda la corteza cerebral ¿Cómo es posible que los cambios iónicos que se producen en células nerviosas y los fenómenos bioquímicos de los impulsos nerviosos originen la consciencia con todo lo que representa? No hay una explicación neurocientífica de cómo se produce la consciencia - “llegar a formular una teoría explicativa de la consciencia equivaldría a develar el mayor misterio de la biología en proporciones astronómicas.

“Según la neurología la consciencia se refiere a un estado de “darse cuenta” que comienza cuando despertamos del dormir y continua durante el día hasta que volvemos a dormir, morimos o en otras palabras cuando nos volvemos inconscientes. Los sueños son también una forma de consciencia, aunque en muchos aspectos es muy distinta de los estados normales de alerta” la consciencia es un fenómeno que siempre está en presente, no cambia.

“Sin embargo, explicar la consciencia subjetiva constituye un “problema inviable”, pues aunque lleguemos a localizar y describir los grupos de neuronas que reciben o componen las sensaciones, siempre nos seguirá resultando imposible explicar por qué y cómo esa activación llega a producir la experiencia subjetiva que tenemos de los colores, sonidos, gustos, etc., así como de nuestro mundo interior, sentimientos, etc” no se puede explicar los mecanismos neuronales precisos que tienen lugar en el proceso de la consciencia.

La consciencia es uno de los temas más complejos en el estudio de la fisiología cerebral.
Es un hecho comprobable que existe lesiones encefálicas como traumatismos craneoencefálicos, hemorragias, infartos cerebrales etc pueden dar lugar a un trastorno de la consciencia por afectación de las estructuras neuronales y/o de la función neuroquímica.
"Sin embargo aunque es necesaria la concurrencia del tejido nervioso en la elaboración de la consciencia, los nuevos estudios han demostrado y que pone de relieve que esta actividad no puede reducirse únicamente a la función neuronal, ni cerebral de fondo hay algo meramente desconocido.."

Todo aquel que afirme una explicación de la conciencia no es mas que falacias, y pseudo ciencia..
La conciencia aun no se sabe que es, ni en donde se localiza. Según la física cuántica en el nivel sub atómico la materia ya no existe, las partículas no son puntos materiales de localización precisa sino que son paquetes de ondas es decir posibilidades de existencia.

Uno de los primeros que situó en la consciencia el problema del alma inmaterial e inmortal fue el dualista interaccionista John Eccles,Incluso le asignó un lugar en el cerebro, el tálamo, como antes lo había hecho Descartes con el alma. Pero no es así, la conciencia no tiene una ubicación, ni lugar, ni la existencia de una matriz.. Según la ciencia es un milagro y un misterio.

La ciencia moderna dice que lo único que hace la materia es transformar a la materia mediante cuatro fuerzas
La gravitatoria, la electromagnética de largo alcance, la nuclear fuerte, y la nuclear débil de corto alcance. Lo que no puede explicarse por esas cuatro fuerzas no es debido a la materia. Pero si una poesía se debe a la materia y no a la misteriosa conciencia o espíritu humano como también es llamado. Hay que decir como se traslada de esas fuerzas a la belleza de la poesía_ Como eso no se puede hacer todo lo que es arte, literario, musical etc queda fuera del ámbito de la ciencia. Ahora dicen seudo científicos que la belleza la recibimos por reacciones químicas en el cerebro. Pero ningún científico dice que una reacción química, física produce reacción y contenido de ideas, "eso es seudo ciencia" Ningún científico dirá que iendo a un laboratorio usted de una orden a unos productos químicos sobre la mesa para que haya una reacción o no la haya. Nadie dirá eso jamás

11.Publicado por Sinesio MADRONA el 19/11/2013 12:36
Sinesio
Procesos de autoorganización en el desarrollo de la conciencia

Me parece fascinante el tratamiento que da el autor en este artículo a la realidad de la conciencia. Estoy básicamente de acuerdo con su enfoque. El paralelismo entre el modo de funcionar físico y mental: “Son sistemas con actividad física y un comportamiento similar al de la mente.” me ha dejado impresionado y entusiasmado.
En la línea de “poner cotos en esta realidad material enigmática” apunto un estudio del desarrollo de la conciencia como un proceso de autoorganización, con una estructura matemático-geométrica que nos acerca a un tratamiento científico de su desarrollo.
Aunque no sea un visión neurofisiológica del fenómeno, siempre he considerado que un tratamiento matemático y geométrico de la misma podría ser un comienzo para ver el fenómeno de la conciencia desde otra perspectiva. Sobre todo desde aquella que lo vincula a otras formas que tiene ‘la materia’ de manifestarse en la realidad. Es decir, esta teoría nos revela que estructuras básicas (geométricas y matemáticas) que se encuentran en la física, la química, la biología, etc., también estructuran el desarrollo de la conciencia. Quizá se podría encontrar algún correlato o estructura neurofisiológicos que correspondiesen a esta forma de organizar el desarrollo de la conciencia, o a algunas de las predicciones que efectúa la teoría.
La teoría se encuentra en: http://www.redcientifica.org/procesos_de_autoorganizacion_en_la_conciencia.php * (se puede descargar en formato PDF)
y en: http://procesos-autoorganizacion-conciencia.blogspot.com://

Un saludo cordial
Sinesio
http://unidad-opuestos.blogspot.com://
* no pongo esta dirección como enlace porque he observado que los guiones bajos desaparecen y el enlace no se efectúa. Habría que copiar la dirección y ponerla en un buscador.

12.Publicado por LEANDRO el 19/11/2013 13:55
En los comentarios de este artículo se suelen usar las palabras "conciencia" y "consciencia" como intercambiables. Pero ambas tienen matices. Se pueden ver algunos de ellos en el Diccionario de la Lengua Castellana
http://buscon.rae.es/dpd/srv/search?id=e0QSbb9scD6QJcykew

13.Publicado por Pedro Rubal el 28/11/2013 10:07
Amigo Leandro: Claro que los términos "conciencia" y "consciencia" no son intercambiables; pero en mi comentario corresponden a una cita del autor del texto que comento, y que traigo allí para sugerir que puede emerger como propiedad sistemática, de forma psíquicamente cerebral o, si se prefiere, cerebralmente psíquica; pero, como dices muy bien en otra llamada tuya, es algo delicado. Sin embargo, que surja POR el cerebro no quiere decir que sea un producto meramente cerebral, meramente fisiológico.
Un abrazo.

14.Publicado por Carlos PALACIOS el 23/12/2013 01:51
Conciencia humana sin cuerpo humano no puede existir. No puede existir sin un sujeto humano que la posea. Sin una base material humana que la sustente. Pero de eso no se puede concluir que la conciencia humana sea de indole material. Sencillamente la indole de la conciencia no la conocemos, como no conocemos la indole del espiritu humano.

Saludos

15.Publicado por Miguel el 04/01/2015 03:14
No estoy completamente seguro que la consciencia y la mente emerjan de la materia...

Las 4 fuerzas fundamentales de la física son Gravedad, Electromagnetismo, Nuclear débil y Nuclear fuerte.. y ninguna de esas 4 fuerzas que comandan la materia parece ajustarse a lo que es la mente...

No veo como una de estas cuatro fuerzas pueda juntarse para generar una poesia, .. una melodía... un discurso....

Creo personalmente que el cerebro no es creador de consciencia sino un interprete entre ésta y la materia.. ya que los pensamientos no tienen nada de material.

16.Publicado por Conciencia el 08/10/2018 15:45
Me apasiona todo lo comentado en este artículo. Tenemos aun muchos misterios por resolver acerca del universo y del cerebro mismo. Son los dos grandes enigmas para la ciencia y la humanidad, y ni los físicos cuánticos ni los neurocientíficos aun pueden darnos todas las respuesta.
Desde esta perspectiva, es obvio que podemos [url=https://mente-conciencia.com/]entrenar nuestra mente [/url] para crear pensamientos que nos ayuden a crear nuevas realidades.

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