Durante los años de universidad, pocas personas tienen en cuenta la realidad sociocultural de su entorno para elegir una determinada carrera. Sin embargo, debería ser considerado que, en pleno siglo XXI, la raza, el sexo o las preferencias sexuales siguen siendo condicionantes a la hora de avanzar en una carrera profesional. Según nuevos datos, dentro del mundo empresarial, sigue siendo más difícil para individuos que pertenezcan a algunas de estas “minorías” conseguir un ascenso, así como ser tomados en cuenta para proyectos de envergadura.