Las relaciones humanas son fundamentales en cualquier nivel de una organización y para que éstas sean buenas el ejemplo debe partir desde los directivos, que deben aprender a conocer a sus empleados y saber cómo son percibidos por ellos para no cometer errores de comunicación e interacción que pueden afectar el trabajo y la productividad. Un estudio de los profesores Nicholas Epley, de la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago, y Tal Eyal, de la Universidad de Ben-Gurion del Negev, asegura que es posible saber más sobre lo que otros piensan de uno mismo si se mira desde un panorama general.
Las actividades de Team Building o Construcción de Equipo se han convertido en una importante herramienta de resolución de conflictos y de adaptación a nuevas situaciones en una organización. La escritora Pat Olsen explica en el artículo “Team-Building Exercises for Tough Times”, publicado por Harvard Business Review, cómo este tipo de ejercicios en equipo pueden, a veces, proporcionar a los empleados una visión más clara y completa de su organización, así como ayudar a resolver problemas contraproducentes que existen dentro de los equipos y hasta, en casos más complejos, contribuir a la sanación de heridas graves que han dejado grandes crisis.
Stever Robbins, un experto en comunicación corporativa, asegura en un artículo recién publicado por la Harvard Business School que los directivos son los últimos en recibir las malas noticias principalmente porque no van en busca de ellas. Este es sólo uno de los errores que respecto a la comunicación comenten los directivos. En su lista, Robbins también incluye la mentira, el ocultar la verdadera situación de la empresa o usar los medios a su alcance para comunicarse de un modo equivocado. La mayor parte de estos problemas se solucionan con el diálogo, con un diálogo franco.
Los directivos encargados de implementar planes de despidos no son inmunes a estas situaciones. Según un reciente estudio llevado a cabo por psicólogos de las universidades de Puget Sound y Colorado, estos directivos tienen más probabilidades de sufrir problemas de salud o lo que definen como “sueño emocional”, o sea, cierta insensibilidad. El estudio rompe con la idea de que los directivos están hechos para llevar a cabo este tipo de trabajos “sucios”. Como cualquier persona, dicen sus autores, necesitan apoyo para asimilar la dura tesitura de tener que despedir a alguien. Así, el estudio recomienda que las decisiones de un despido sean contempladas como colectivas, de tal modo que se diluyan las responsabilidades y nadie se tenga que enfrentar al peso de la responsabilidad.
Una serie de investigaciones realizadas por un profesor de la Kellogg School of Management, en los Estados Unidos, ha puesto de manifiesto que los directivos que han tenido que vivir en el extranjero o adaptarse a otra cultura son más creativos y tienen la mente más abierta a la hora de dar con la solución de un problema. Los resultados de esta investigación llegan en un momento en el que las empresas están recortando gastos y centralizan sus oficinas, por lo que los viajes o permanencias en el extranjero de sus directivos se han reducido. El estudio advierte que es importante tener en cuenta sus resultados, sobre todo para mantener la innovación y la creatividad de aquellos trabajadores que, precisamente, “viven” de su creatividad.