Los empleados con grandes potenciales tienden a evaluar muy bien sus condiciones de trabajo y el desarrollo de sus carreras en el lugar en el que se encuentran para tomar la decisión de permanecer o partir. Las organizaciones deben tener en cuenta esto en el momento de reaccionar a las crisis ya que, en muchas ocasiones, las decisiones que toman van en detrimento de la buena salud de la empresa porque impulsan a sus futuros líderes a buscar caminos en los que se sientan más valorados y en los que encuentren más posibilidades de crecimiento, según recientes estudios de la firma consultora Sirota Survey Intelligence.
La base de los resultados de cualquier compañía es el trabajo que día a día realizan sus empleados. De que ellos trabajen de manera eficiente y aporten todo su potencial dependen en gran medida el éxito de la organización y la recuperación de las inversiones. Por este motivo la incompetencia es un peligro que se debe evitar a toda costa, de manera que no entre a destruir las costumbres de los buenos trabajadores. El blog de negocios Business Pundit hace un recuento de las cinco formas en que las empresas generan incompetencia entre sus empleados.
Un empleado con una buena calidad de vida en su día a día en el trabajo, es decir, que se sienta tenido en cuenta y que sepa que sus necesidades son importantes y escuchadas por sus superiores, tendrá una mejor salud, lo que lo llevará a tener menos ausencias, a estar más comprometido y motivado con la organización y, a su vez, a ser más productivo. A esta conclusión llegó un estudio realizado por el Departamento de Tecnología y Desarrollo Sostenible de la Universidad de MID Suecia.
Tradicionalmente ha existido la tendencia a evaluar el desempeño de los empleados con base en las ventas que logran o en lo que le produjeron a la empresa durante el año. Pero un nuevo estudio de la firma consultora Watson Wyatt dice que hay que ir más allá de los logros económicos y tener en cuenta también esos aspectos intangibles que permiten tener una visión más completa y acertada del funcionamiento de los empleados, posibilitando, además, el buen direccionamiento de las recompensas.
Mucho se habla de cómo a partir de las crisis surgen ideas para innovar y en la vida laboral hay buenos ejemplos de ello. Uno importante, dado a conocer por un estudio de Hay Group y World at Work, es cómo en un momento de fuertes dificultades económicas a nivel mundial, empresas de distintas partes del planeta empiezan a reenfocar sus programas de recompensas, que hasta ahora han sido mayoritariamente en efectivo y en general financieras, para pasar al fortalecimiento del capital humano y a la comunicación de “Recompensas Totales” que buscan motivar y comprometer a los empleados con la organización.