Aún hay mucha diferencia entre lo que las empresas dicen en cuanto a Responsabilidad Corporativa, y lo que luego hacen. Es la principal conclusión del informe anual del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, que también señala que la cadena de suministro es el principal obstáculo para que las empresas cumplan con sus compromisos, y que las pymes tienen más dificultades que las grandes para integrar la sostenibilidad en su estrategia empresarial.
Los 63 proyectos de 30 países seleccionados por la Comisión Europea y CSR Europe para sus Premios Europeos de RSC 2013 han quedado incluidos en un Libro de Oro editado para la ocasión. Todas ellas poseen un impacto social, de negocios, así como carácter innovador. Por parte española aparecen los proyectos Dosafrut y Consignos.
La ONU formuló hace dos años los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos, una guía para que las empresas de todo el mundo sean social y ambientalmente sostenibles. Ahora, un informe de CSR Europe, recoge las prácticas de varias multinacionales que cuidan que sus productos se obtengan sin mano de obra infantil, por ejemplo.
Un estudio del centro de investigación francés Novethic muestra que los inversores, especialmente en el norte de Europa, tienen "listas negras" de empresas en las que no consideran oportuno invertir, porque incumplen convenios de derechos humanos o de derechos laborales. Al mismo tiempo, una encuesta del Eurobarómetro muestra que los ciudadanos europeos se preocupan de la sostenibilidad ambiental de los productos que compran, aunque creen que les falta información.
FCC y Nestlé son algunas de las empresas españolas que, como la estadounidense Gap, o el sistema tributario noruego, han apostado por la transparencia y la responsabilidad social. Todas ellas generan confianza en los ciudadanos, los inversores y otros grupos de interés, según un artículo publicado este mes en la revista de la asociación Forética.
El cambio climático divide a las grandes empresas de todo el mundo. Mientras que algunas son conscientes de que el calentamiento global puede acabar con ellas, como Starbucks y otras compañías de bebidas, las petroleras y fabricantes de carbón consideran que apostar por las renovables puede quitarles todo el valor. Incluso inversores como Warren Buffett están divididos entre las energías limpias y las de efecto invernadero.
Las empresas están dejando de ver la gestión del agua y los recursos hídricos como una parte más de su proceso productivo, y cada vez lo ven más como un elemento fundamental para toda la sociedad, por lo que están aumentando las iniciativas colectivas para conseguir su sostenibilidad. Un informe del Consejo Mundial de Empresas por el Desarrollo Sostenible pone algunos ejemplos de empresas que ya han dado un paso adelante.
Es importante que las empresas españolas vayan al exterior y creen empleo en países más pobres, pero también es importante que lo hagan bien. Es el mensaje que pretende transmitir la ONG Intermón-Oxfam, que denuncia situaciones ambiental y socialmente insostenibles creadas por empresas españolas en el exterior, como Pescanova en Nicaragua y Ebro Foods en Marruecos.
Dos encuestas realizadas recientemente muestran las opiniones de los ciudadanos en cuanto a la RSC. En una de ellas, proponen a las empresas tener códigos éticos que aseguren su buen comportamiento, así como que tengan más transparencia sobre los efectos sociales y ambientales de su trabajo, y en la otra, reconocen que el precio sigue siendo lo más determinante a la hora de elegir un producto, aunque les gustaría dar más importancia a la sostenibilidad de su fabricación.