Los consumidores reconocen que siguen mirando más el precio de los productos que otros factores. Imagen: D.C.Atty. Fuente: Flickr.
Dos encuestas recién publicadas muestran las opiniones de los españoles sobre lo que pueden hacer las empresas para mejorar su ética y colaborar con la sociedad, y qué criterios siguen a la hora de consumir productos.
Fundación Entorno-BCSD España (perteneciente a WBSCD ), en el marco del proyecto RSC Made in Spain, en el que colabora la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ha realizado una encuesta sobre los aspectos que los ciudadanos consideran más importantes en la labor empresarial.
Ante el desempleo (prioridad social para el 98,19% de los encuestados) la mayoría coincide en que las empresas podrían actuar bajando los salarios de sus directivos y agotando las vías de recolocación, antes de efectuar despidos. Y coinciden en que destinar parte de los beneficios empresariales al apoyo de emprendedores crearía nuevas oportunidades laborales.
La ayuda a los desfavorecidos, según la nota de prensa, sigue al desempleo como preocupación social con un 92,02%. Para mejorar la educación, tercera prioridad social, el 70% propone dotar a los alumnos de una mayor oferta de prácticas en empresas.
El 94%, por su parte, han seleccionado la corrupción como prioridad ética. Entre el 80% y el 90% proponen un código ético, el desarrollo de medidas que aseguren su cumplimiento y la incorporación de un protocolo que exija “prácticas de anticorrupción” en la cadena de suministro.
El beneficio rápido aparece en segundo lugar de las "prioridades éticas", considerado por el 80% como un indicador de falta de ética. Aquí, el ciudadano propone la rendición de cuentas públicas, que incluya la medición de los impactos ambientales y sociales derivados de la actividad empresarial.
El resto de prioridades sociales son la vivienda y la explotación laboral, que ocupan la cuarta y quinta posición respectivamente. La salud queda relegada a la sexta posición y la desigualdad entre hombres y mujeres no ha llegado al 50%.
En materia ambiental, en torno al 90% de los encuestados proponen a las empresas una mejora en la eficiencia energética, el diseño de productos con mayor usabilidad y vida útil, así como la promoción de energías limpias.
Hasta el 14 de junio las empresas irán colgando sus casos empresariales en la plataforma de RSC Made in Spain, para que la ciudadanía pueda votar aquellas que conecten más con sus inquietudes reales. A partir del 17 junio, y hasta principios de septiembre, comenzará la votación ciudadana de modo que a la vuelta de vacaciones podremos saber qué iniciativas empresariales tienen mayor aceptación social.
Fundación Entorno-BCSD España (perteneciente a WBSCD ), en el marco del proyecto RSC Made in Spain, en el que colabora la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ha realizado una encuesta sobre los aspectos que los ciudadanos consideran más importantes en la labor empresarial.
Ante el desempleo (prioridad social para el 98,19% de los encuestados) la mayoría coincide en que las empresas podrían actuar bajando los salarios de sus directivos y agotando las vías de recolocación, antes de efectuar despidos. Y coinciden en que destinar parte de los beneficios empresariales al apoyo de emprendedores crearía nuevas oportunidades laborales.
La ayuda a los desfavorecidos, según la nota de prensa, sigue al desempleo como preocupación social con un 92,02%. Para mejorar la educación, tercera prioridad social, el 70% propone dotar a los alumnos de una mayor oferta de prácticas en empresas.
El 94%, por su parte, han seleccionado la corrupción como prioridad ética. Entre el 80% y el 90% proponen un código ético, el desarrollo de medidas que aseguren su cumplimiento y la incorporación de un protocolo que exija “prácticas de anticorrupción” en la cadena de suministro.
El beneficio rápido aparece en segundo lugar de las "prioridades éticas", considerado por el 80% como un indicador de falta de ética. Aquí, el ciudadano propone la rendición de cuentas públicas, que incluya la medición de los impactos ambientales y sociales derivados de la actividad empresarial.
El resto de prioridades sociales son la vivienda y la explotación laboral, que ocupan la cuarta y quinta posición respectivamente. La salud queda relegada a la sexta posición y la desigualdad entre hombres y mujeres no ha llegado al 50%.
En materia ambiental, en torno al 90% de los encuestados proponen a las empresas una mejora en la eficiencia energética, el diseño de productos con mayor usabilidad y vida útil, así como la promoción de energías limpias.
Hasta el 14 de junio las empresas irán colgando sus casos empresariales en la plataforma de RSC Made in Spain, para que la ciudadanía pueda votar aquellas que conecten más con sus inquietudes reales. A partir del 17 junio, y hasta principios de septiembre, comenzará la votación ciudadana de modo que a la vuelta de vacaciones podremos saber qué iniciativas empresariales tienen mayor aceptación social.
Consumo responsable
La otra encuesta ha sido realizada por la consultora Deloitte, con la colaboración de varias empresas. En ella, los consumidores españoles afirman tener en cuenta la sostenibilidad en sus compras, aunque reconocen que el precio sigue siendo el principal factor que orienta sus decisiones de consumo en el día a día. Esta dicotomía aspiración-actuación es el fenómeno que se conoce como “Green gap” y que constituye una de las principales conclusiones del estudio, titulado El dilema del consumidor en España.
El 75% de los consumidores afirman que estarían dispuestos a pagar más por un producto que, además de ser funcional, contribuyera a la sostenibilidad del entorno. Sin embargo, ellos mismos señalan como factor determinante en su decisión de compra la relación calidad-precio y, en segundo lugar, los aspectos relacionados con la salud. Un 32% de los encuestados manifiesta que estaría dispuesto a pagar entre un 10% y un 15% más del precio base por adquirir un producto sostenible y casi un 20% estaría dispuesto a pagar entre un 6% y un 10% más.
Los resultados de la encuesta y los datos obtenidos en otras fuentes y estudios, reflejan que, aunque los ciudadanos están cada vez más familiarizados con los aspectos ligados a la sostenibilidad y al consumo responsable, no conocen con exactitud el significado ni el alcance de estos conceptos.
Deloitte también ha hecho un trabajo de campo con las 11 empresas del Foro Estilo Sostenible : Campofrío, DKV Seguros, Ecoalf, Ecoembes, Leroy Merlin, Mango, Grupo Matarromera, Melia Hotels International, Nestlé, PepsiCo y Unilever España.
Todas ellas coinciden en señalar el precio como el factor primordial en la decisión de compra. También coinciden en las dificultades que conllevaría el desarrollo de un sello único de sostenibilidad y en el papel de las Administraciones Públicas que, en su opinión, no deberían sobrerregular en la materia sino buscar la simplificación administrativa, la unidad de mercados y la homogeneización de criterios.
Tres casos
Durante la presentación del informe, celebrada en colaboración con la Fundación Biodiversidad, Unilever, Leroy Merlín y Ecoembes presentaron varias de sus iniciativas en torno al consumo sostenible.
Leroy Merlín apuesta por la innovación, ofreciendo productos eficientes e integrando el concepto “Do it yourself”. Unilever anima a los consumidores a incorporar pequeñas acciones en su día a día que mejoran su salud y bienestar. Y Ecoembes (dedicada al reciclado) promueve la creación de ciudadanos más concienciados, incentivando el reciclaje en casa.
La otra encuesta ha sido realizada por la consultora Deloitte, con la colaboración de varias empresas. En ella, los consumidores españoles afirman tener en cuenta la sostenibilidad en sus compras, aunque reconocen que el precio sigue siendo el principal factor que orienta sus decisiones de consumo en el día a día. Esta dicotomía aspiración-actuación es el fenómeno que se conoce como “Green gap” y que constituye una de las principales conclusiones del estudio, titulado El dilema del consumidor en España.
El 75% de los consumidores afirman que estarían dispuestos a pagar más por un producto que, además de ser funcional, contribuyera a la sostenibilidad del entorno. Sin embargo, ellos mismos señalan como factor determinante en su decisión de compra la relación calidad-precio y, en segundo lugar, los aspectos relacionados con la salud. Un 32% de los encuestados manifiesta que estaría dispuesto a pagar entre un 10% y un 15% más del precio base por adquirir un producto sostenible y casi un 20% estaría dispuesto a pagar entre un 6% y un 10% más.
Los resultados de la encuesta y los datos obtenidos en otras fuentes y estudios, reflejan que, aunque los ciudadanos están cada vez más familiarizados con los aspectos ligados a la sostenibilidad y al consumo responsable, no conocen con exactitud el significado ni el alcance de estos conceptos.
Deloitte también ha hecho un trabajo de campo con las 11 empresas del Foro Estilo Sostenible : Campofrío, DKV Seguros, Ecoalf, Ecoembes, Leroy Merlin, Mango, Grupo Matarromera, Melia Hotels International, Nestlé, PepsiCo y Unilever España.
Todas ellas coinciden en señalar el precio como el factor primordial en la decisión de compra. También coinciden en las dificultades que conllevaría el desarrollo de un sello único de sostenibilidad y en el papel de las Administraciones Públicas que, en su opinión, no deberían sobrerregular en la materia sino buscar la simplificación administrativa, la unidad de mercados y la homogeneización de criterios.
Tres casos
Durante la presentación del informe, celebrada en colaboración con la Fundación Biodiversidad, Unilever, Leroy Merlín y Ecoembes presentaron varias de sus iniciativas en torno al consumo sostenible.
Leroy Merlín apuesta por la innovación, ofreciendo productos eficientes e integrando el concepto “Do it yourself”. Unilever anima a los consumidores a incorporar pequeñas acciones en su día a día que mejoran su salud y bienestar. Y Ecoembes (dedicada al reciclado) promueve la creación de ciudadanos más concienciados, incentivando el reciclaje en casa.