Presentación del estudio sobre comercio justo, con P. Cabrera (Fairtrade España), G. Donaire (CECJ), Javier Jiménez (AECID) y Mercedes García de Vinuesa (CECJ). Fuente: CECJ.
El comercio justo facturó 28,3 millones de euros en España en 2012, lo que supone un incremento del 6% respecto al año anterior. Este es el principal dato del informe El Comercio Justo en España 2012. Alianzas en movimiento, presentado ayer. El aumento destacado en alimentación esconde la caída en las tiendas específicas de comercio justo y otros minoristas, así como en los artículos de artesanía.
La publicación es obra de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) con la aportación de los datos de venta de Fairtrade España. La obra cuenta con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Desde 2000, señala la nota de prensa de la presentación, las ventas de comercio justo en España se han multiplicado por cuatro, a un ritmo medio de crecimiento de un 11,4% anual.
Aumenta el acceso al comercio justo
A las ventas realizadas por las organizaciones sociales, que en 2012 constituyeron la mitad de la facturación total (14 millones de euros), se unen las realizadas por empresas convencionales. La entrada de estos nuevos actores en los últimos años explica que desde el comienzo de la crisis las ventas hayan ascendido un 33%. “Lo que ha aumentado no es el gasto de quienes ya consumían comercio justo sino el número de personas que acceden a él a través de distintos canales”, argumenta Gonzalo Donaire, responsable de Estudios dela CECJ.
El 78,8% de los productos vendidos llevan el sello Fairtrade. Estos artículos certificados, que en el último ejercicio se han incrementado en un 111,5%, mantienen un importante ascenso desde 2008, momento en el que varias empresas comenzaron a certificar sus productos bajo dicho sello. “Nos alegra ver que en España seguimos la tendencia internacional, a pesar de la crisis. El crecimiento se basa en consumidores que exigen a las empresas un cambio en su forma de hacer negocios, no desean productos que escondan explotación” explica Pablo Cabrera, de Fairtrade España.
Durante los primeros años la práctica totalidad de los productos certificados con Fairtrade que podían encontrarse en el mercado español eran de las propias importadoras de la CECJ (en 2008 aun representaban el 92,8% del total); en 2012
ya eran solo el 41,8%.
Según el informe, el incremento de las ventas de productos de comercio justo en España durante los últimos años se ha apoyado en el crecimiento de las ventas de productos certificados, que han compensado de hecho la caída de las ventas de las importadoras pertenecientes a la CECJ. En total, la mitad (49,3%) de los productos de comercio justo que se venden en España son comercializados por empresas convencionales.
Casi nueve de cada diez compras de productos de comercio justo fueron de alimentación, sector que aumentó un 9,5% respecto a 2011. El café y los dulces copan el mercado: solo el café representa el 40% de las ventas totales, y los dulces el 43%. Por el contrario, las artesanías, cuyas ventas constituyen un 9% del total, registraron un descenso del 24%, que se suma a la caída de los últimos años. No obstante, entre los artículos más vendidos de este grupo destacan los complementos y artículos de textil.
La publicación es obra de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) con la aportación de los datos de venta de Fairtrade España. La obra cuenta con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Desde 2000, señala la nota de prensa de la presentación, las ventas de comercio justo en España se han multiplicado por cuatro, a un ritmo medio de crecimiento de un 11,4% anual.
Aumenta el acceso al comercio justo
A las ventas realizadas por las organizaciones sociales, que en 2012 constituyeron la mitad de la facturación total (14 millones de euros), se unen las realizadas por empresas convencionales. La entrada de estos nuevos actores en los últimos años explica que desde el comienzo de la crisis las ventas hayan ascendido un 33%. “Lo que ha aumentado no es el gasto de quienes ya consumían comercio justo sino el número de personas que acceden a él a través de distintos canales”, argumenta Gonzalo Donaire, responsable de Estudios dela CECJ.
El 78,8% de los productos vendidos llevan el sello Fairtrade. Estos artículos certificados, que en el último ejercicio se han incrementado en un 111,5%, mantienen un importante ascenso desde 2008, momento en el que varias empresas comenzaron a certificar sus productos bajo dicho sello. “Nos alegra ver que en España seguimos la tendencia internacional, a pesar de la crisis. El crecimiento se basa en consumidores que exigen a las empresas un cambio en su forma de hacer negocios, no desean productos que escondan explotación” explica Pablo Cabrera, de Fairtrade España.
Durante los primeros años la práctica totalidad de los productos certificados con Fairtrade que podían encontrarse en el mercado español eran de las propias importadoras de la CECJ (en 2008 aun representaban el 92,8% del total); en 2012
ya eran solo el 41,8%.
Según el informe, el incremento de las ventas de productos de comercio justo en España durante los últimos años se ha apoyado en el crecimiento de las ventas de productos certificados, que han compensado de hecho la caída de las ventas de las importadoras pertenecientes a la CECJ. En total, la mitad (49,3%) de los productos de comercio justo que se venden en España son comercializados por empresas convencionales.
Casi nueve de cada diez compras de productos de comercio justo fueron de alimentación, sector que aumentó un 9,5% respecto a 2011. El café y los dulces copan el mercado: solo el café representa el 40% de las ventas totales, y los dulces el 43%. Por el contrario, las artesanías, cuyas ventas constituyen un 9% del total, registraron un descenso del 24%, que se suma a la caída de los últimos años. No obstante, entre los artículos más vendidos de este grupo destacan los complementos y artículos de textil.
Nuevos canales de venta
Los canales de venta mayoritarios compensan la caída que sufre el pequeño comercio. Las pequeñas tiendas de comercio justo son quienes más están sufriendo la crisis, ya que desde el inicio de la misma sus ventas han descendido un 29%, aunque el ritmo se va frenando progresivamente: si en 2010 y 2011 las ventas descendieron un 17% y un 14% respectivamente, este año el descenso ha sido menos acusado, de un 9,5%.
“Nos preocupa porque las tiendas son el núcleo del comercio justo, un movimiento que no consiste solo en consumir sino también en estar informado y participar en el avance hacia un cambio global”, explica Maribel García de Vinuesa, presidenta del CECJ. “Además, en las tiendas se encuentran productos que no están en otros puntos de venta mayoritarios”, añade.
El 45,6% de las ventas en 2012 (eran el 60% en 2008) se realizaron a través de establecimientos de comercio justo, que pueden ser tanto las tiendas de las propias importadoras como otras tiendas específicas gestionadas por organizaciones que no realizan labor de importación alguna y a las que las importadoras distribuyen sus productos.
Sumando a estas tiendas las ventas que se realizan en herboristerías y tiendas de productos ecológicos (7,2% del total) y las que se producen a través de otros tipos de establecimientos minoristas (3,8%), los canales minoristas serían responsables de dar salida al 56,6% de las ventas de productos de las importadoras de comercio Justo.
Le siguen en orden de importancia las ventas en supermercados y grandes superficies (22,7%, frente al 12,1% de 2008), las máquinas de vending (7,5%) y las compras que efectúan empresas privadas (para regalos de empresa o consumo interno; 5%).
España y Europa
El informe refleja que, durante 2012, cada ciudadano en nuestro país gastó de media 60,4 céntimos en estos productos. Una cifra que queda muy lejos de la media europea, que es de 5 euros; en países como Reino Unido o Suiza el gasto por habitante y año en productos justos asciende a 28 y 29 euros respectivamente.
Otro de los datos que recoge el estudio es el insignificante gasto que hacen las administraciones públicas. Sus compras solo representan el 0,7% de la facturación del sector.
En cuanto al origen de los productos, las entidades pertenecientes a la Coordinadora Estatal de Comercio Justo importaron artículos procedentes de más de 130 organizaciones de 36 países de América Latina (como Perú, Bolivia, Ecuador o Costa Rica), Asia (como Filipinas, India, o Bangladesh) y África (Ghana, Kenia…). El café es, sin duda, el producto que tiene un origen más variado: en nuestro país se consume café de comercio justo procedente de, al menos, 12 países.
La mitad de estos grupos productores son cooperativas, y un tercio asociaciones. La mayoría forma parte de la Organización Mundial del Comercio Justo, institución que junto con Fairtrade International son los principales organismos internacionales que avalan el cumplimiento de los principios de este sector.
Las importadoras de la CECJ trabajan con la mitad de las organizaciones productoras desde hace al menos diez años, y con el 70% desde antes del comienzo de la crisis, datos que muestran la estabilidad en las relaciones comerciales, uno de los valores que define a esta alternativa comercial.
Los canales de venta mayoritarios compensan la caída que sufre el pequeño comercio. Las pequeñas tiendas de comercio justo son quienes más están sufriendo la crisis, ya que desde el inicio de la misma sus ventas han descendido un 29%, aunque el ritmo se va frenando progresivamente: si en 2010 y 2011 las ventas descendieron un 17% y un 14% respectivamente, este año el descenso ha sido menos acusado, de un 9,5%.
“Nos preocupa porque las tiendas son el núcleo del comercio justo, un movimiento que no consiste solo en consumir sino también en estar informado y participar en el avance hacia un cambio global”, explica Maribel García de Vinuesa, presidenta del CECJ. “Además, en las tiendas se encuentran productos que no están en otros puntos de venta mayoritarios”, añade.
El 45,6% de las ventas en 2012 (eran el 60% en 2008) se realizaron a través de establecimientos de comercio justo, que pueden ser tanto las tiendas de las propias importadoras como otras tiendas específicas gestionadas por organizaciones que no realizan labor de importación alguna y a las que las importadoras distribuyen sus productos.
Sumando a estas tiendas las ventas que se realizan en herboristerías y tiendas de productos ecológicos (7,2% del total) y las que se producen a través de otros tipos de establecimientos minoristas (3,8%), los canales minoristas serían responsables de dar salida al 56,6% de las ventas de productos de las importadoras de comercio Justo.
Le siguen en orden de importancia las ventas en supermercados y grandes superficies (22,7%, frente al 12,1% de 2008), las máquinas de vending (7,5%) y las compras que efectúan empresas privadas (para regalos de empresa o consumo interno; 5%).
España y Europa
El informe refleja que, durante 2012, cada ciudadano en nuestro país gastó de media 60,4 céntimos en estos productos. Una cifra que queda muy lejos de la media europea, que es de 5 euros; en países como Reino Unido o Suiza el gasto por habitante y año en productos justos asciende a 28 y 29 euros respectivamente.
Otro de los datos que recoge el estudio es el insignificante gasto que hacen las administraciones públicas. Sus compras solo representan el 0,7% de la facturación del sector.
En cuanto al origen de los productos, las entidades pertenecientes a la Coordinadora Estatal de Comercio Justo importaron artículos procedentes de más de 130 organizaciones de 36 países de América Latina (como Perú, Bolivia, Ecuador o Costa Rica), Asia (como Filipinas, India, o Bangladesh) y África (Ghana, Kenia…). El café es, sin duda, el producto que tiene un origen más variado: en nuestro país se consume café de comercio justo procedente de, al menos, 12 países.
La mitad de estos grupos productores son cooperativas, y un tercio asociaciones. La mayoría forma parte de la Organización Mundial del Comercio Justo, institución que junto con Fairtrade International son los principales organismos internacionales que avalan el cumplimiento de los principios de este sector.
Las importadoras de la CECJ trabajan con la mitad de las organizaciones productoras desde hace al menos diez años, y con el 70% desde antes del comienzo de la crisis, datos que muestran la estabilidad en las relaciones comerciales, uno de los valores que define a esta alternativa comercial.