Antes de la aparición de los ordenadores portátiles, del correo electrónico y de los teléfonos inteligentes, los empleados no solían llevar trabajo a casa. Pero los tiempos han cambiado. Hoy en día, desconectar de la oficina y de las responsabilidades laborales parece imposible. Antes de la aparición de los ordenadores portátiles, del correo electrónico y de los teléfonos inteligentes, los empleados no solían llevar trabajo a casa. Pero los tiempos han cambiado.