Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión.
Escuela Técnica Superior de Ingeniería.
Universidad Pontificia de Comillas. En preparación hasta el 1.04.2006.
En el mes de febrero de 2010 ha visto la luz un ensayo, escrito por Leandro Sequeiros, que puede ser provocador para algunos, escandaloso para otros e iluminador para muchos: “El Diseño Chapucero. Darwin, la biología y Dios”. ¿Es científica o sólo religiosa la cuestión del Diseño Inteligente? Los errores en la naturaleza, son propias de un diseñador inteligente? ¿Cómo compaginar la existencia de este diseñador con la existencia de la imperfección, el dolor y la muerte de los inocentes? Si este universo es una chapuza, ¿niega esto que exista un diseñador? ¿Niega esto que existe Dios?
La mayoría de los norteamericanos cree que Dios se ocupa de su bienestar y que está directamente implicado en sus asuntos personales, señalan los resultados de una investigación realizada por la Universidad de Toronto. Por otro lado, el presente estudio, en el que participaron más de 1.720 personas, ha revelado que hay una relación entre la fe en la intervención divina en lo cotidiano y el estatus socioeconómico de la gente: los pobres suelen creer más que los ricos en que Dios les ayuda y protege.
Nada es tan fascinante y difícil como la tarea de construir un modelo científico de la conciencia. Explicar científicamente la conciencia supone hallar la razón misma de nuestra experiencia científica de realidad. Encontrar tan escurridiza explicación supondría haber entendido la realidad, la conciencia de la realidad y cómo la realidad se hace consciente. Aún no tenemos esta teoría de la conciencia, pero su búsqueda ha comenzado. Nuevos descubrimientos del siglo XXI en neurociencias ofrecen indicios experimentales a favor de la apuesta cuántica de Schrödinger y Weyl. En este artículo destacamos dos experimentos cuánticos sobre la biogénesis cuántica y los fundamentos cuánticos de la materia cerebral.
Un meta-análisis de docenas de estudios que vinculaban ciertas características de la personalidad humana con la religiosidad ha revelado que las personas religiosas son, en general, más amables y rectas, pero también menos extrovertidas y abiertas. Según el autor de la investigación, estos resultados sugieren que la religión puede facilitar ciertos recursos a la sociedad, pero que otros escapan a su ámbito, como aquéllos que aportan los creativos, los rebeldes o los revolucionarios.
Viajar al pasado es siempre una aventura. Remontarnos hasta los albores de la física cuántica en el comienzo del siglo XX es un apasionante viaje del pensamiento por el turbulento estallido de brillantes ideas científicas y filosóficas. El entusiasmo se desborda al comprobar que el objetivo de nuestra misión es rescatar del pasado una de las mejores ideas complementarias de dos sobresalientes científicos humanistas, destacados entre las mentes investigadoras más lúcidas: Edwin Schrödinger y Hermann Weyl. Sus perfiles identificativos aparecen organizados en nuestro ordenador de abordo, levamos los anclajes gravitatorios y apuntamos el rotor temporal hacia la Alemania de entreguerras. Schrödinger y Weyl están a punto de desarrollar su apuesta cuántica.
El pensamiento simbólico, que nos permite, por ejemplo, interpretar el significado de las formas religiosas, de los mitos y de los ritos, parece tener un origen más antiguo de lo que se creía, a juzgar por los últimos hallazgos arqueológicos. Según publica la revista Science, en Sudáfrica se han encontrado evidencias de comportamiento simbólico en piezas de hasta 100.000 años de antigüedad, grabadas con intrincados patrones de líneas.
En opinión de Dokushô Villalba, el Maestro Zen, el reto más importante que tenemos a partir de este siglo es: ¿cómo favorecer un proceso natural de evolución desde lo pre-racional a lo racional? Es decir, desde lo arcaico-instintivo (0,1% de la población) a lo mágico-animista; desde lo mágico-animista (10% de la población) a lo mítico; desde lo mítico (60% de la población) a lo racional. ¿Cómo favorecer la evolución natural desde lo racional (30% de la población) a lo trans-racional; desde lo trans-racional (12% de la población) al estado de Unidad Fundamental y de plena realización del potencial humano? Y esto, basándonos en un exquisito respeto a todas las formas de religiosas y culturales de vida. En otras palabras, ¿cómo gestionar las necesidades diferentes y las relaciones entre las muchas humanidades que conforman la Humanidad?
La fe en un Dios compasivo refuerza el poder curativo de los antidepresivos, sugiere un estudio realizado con 136 personas diagnosticadas con depresión, a las que se les suministraron medicamentos, al tiempo que se evaluó su grado de religiosidad. Aquéllos que tenían fe en Dios respondieron mucho mejor al tratamiento que el resto de los pacientes.
Una investigación realizada por científicos de la Universidad de Udine, en Italia, con personas que sufrían tumores cerebrales, ha revelado que sólo aquéllas a las que se extirparon los tumores de las zonas parietales posteriores del cerebro vieron modificados sus niveles de “autotrascendencia” (ST), una característica compleja de nuestra personalidad que nos hace sentirnos como una parte integral del universo y que sirve para medir el comportamiento espiritual de cada individuo.