Ingenieros del Instituto Politécnico Rensselaer han desarrollado una nueva tecnología de almacenamiento de energía que puede confundirse fácilmente con una hoja de papel. Está hecho en un 90% de celulosa, lo que permite que pueda ser enrollada, doblada y cortada sin que pierda sus propiedades energéticas. Esta característica, así como el hecho de que también funcione como condensador, abre nuevas posibilidades para alimentar los componentes electrónicos del futuro. Una de las aplicaciones más importantes, según sus creadores, sería para alimentar dispositivos artificiales implantados en nuestro cuerpo.
Ingenieros de la empresa The Automation Partnership (TAP) han ideado el sistema que gestionará y vigilará el mayor proyecto médico del mundo. Se llama UK Biobank y almacenará muestras médicas de 500.000 pacientes para que científicos de todo el mundo puedan estudiar las causas de enfermedades que provocan miles de muertes prematuras, como el cáncer o el Alzheimer. Dos han sido los retos de este trabajo de ingeniería. Por un lado, evitar que se formara hielo en el recinto donde estarán las muestras y por otro diseñar los robots capaces de trabajar a una temperatura de 20 grados bajo cero.
Ingenieros de la Universidad de Purdue han perfeccionado una nueva tecnología con la que es posible generar hidrógeno de una manera sencilla y viable económicamente. La técnica consiste en “partir” el agua mediante una aleación de aluminio y galio, lo que genera hidrógeno. Según sus creadores, este método hace totalmente innecesario el almacenamiento o transporte de hidrógeno, ya que se puede generar en cualquier sitio. Además, tanto el aluminio como el galio usado pueden ser reutilizados. Estos dos características de esta tecnología hacen que la economía del hidrógeno está ahora un poco más cerca.
Ingenieros del Texas Agricultural Experiment Station han ideado una técnica para conocer el verdadero potencial de algunos vegetales como materia prima para la producción de biocombustibles, como el bioetanol. La técnica consiste en inyectar sacarosa en la planta para conocer cómo mueve y almacena el azúcar en su interior. El bietanol se produce por la fermentación del azúcar de algunos vegetales, por lo que conocer perfectamente el modo en que la almacena podría contribuir a maximizar y abaratar su fabricación a medio plazo.
Según un estudio llevado a cabo por el Tyndall Centre for Climate Change Research de la Universidad de Manchester, los planes para incluir a la aviación en el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE son demasiado débiles para asegurar que este sector reduzca sus emisiones de CO2. El informe cree que estas medidas no tendrán influencia directa en la demanda de billetes de avión, por lo que el número de pasajeros seguirá aumentando al mismo ritmo (6%-7% anual). Entre las medidas que se deberían tomar, siempre según este informe, están aumentar el precio que este sector pagaría por una tonelada de emisiones (hasta los 300 euros) o incentivar a las compañías para que adopten tecnologías más eficientes.
El F3 Forest Fire Finder es un sistema de alta tecnología desarrollado por ingenieros portugueses que permite la detección automática y autónoma de incendios en zonas forestales, sin necesidad de presencia humana. Instalado en torres que pueden repartirse por zonas remotas, sensores de humos y emisores de información y alertas permitirían conocer de manera casi automática la localización de un fuego a los medios de emergencia, de manera que permitiría detener en gran medida la expansión de los incendios.
Las áreas en las que se llevaron a cabo los entrenamientos militares y la fabricación de armamento de la Segunda Guerra Mundial permanecen hoy día contaminadas por TNT residual en sus suelos. Este problema medioambiental podría resolverse gracias a la ingeniería genética: una planta de tabaco genéticamente modificada es capaz de generar mayor número de bacterias de lo normal, que descomponen este explosivo en elementos no nocivos.
Los suelos ácidos resultan tóxicos para las plantas y los cultivos entre otras razones por la posibilidad de que el aluminio sea absorbido por las raíces. Estudiando algunas plantas que prosperan mejor que otras en un suelo de este tipo, ingenieros estadounidenses han conseguido identificar un gen que, aplicado a otras especies genéticamente modificadas, permitiría que éstas crecieran mejor en un medio hostil. De funcionar, este descubrimiento podría suponer que el 50% de los terrenos cultivables del planeta, de suelos demasiado ácidos, fueran explotados.
Un nuevo material, tan fino como el papel y tan duro como el diamante, ha sido creado por ingenieros norteamericanos mediante la oxidación del grafeno. Han descubierto que grandes cantidades de grafeno oxidado pueden utilizarse para construir una especie de hoja de papel que es más rígida y sólida que cualquier otro material del mismo espesor. Puede convertirse en aislante o transmisor de electricidad y añadirse a polímeros, cerámicas o metales.