La posible existencia de una quinta fuerza en la naturaleza se consolida, pero todavía se necesitan más investigaciones para confirmarla: el CERN intensifica la búsqueda de la misteriosa partícula X17 para comprobar su existencia.
Los bebés perciben la luz desde el segundo trimestre de embarazo, cuando la retina todavía se está desarrollando y no puede percibir imágenes. Esta sensibilidad prematura mejora el desarrollo del cerebro.
Sentir miedo mientras dormimos es un recurso cerebral para prepararnos a afrontar peligros al despertar: las mismas neuronas se movilizan ante un riesgo, tanto si estamos dormidos como despiertos.
El aprendizaje provoca profundos cambios en el cerebro que ayudan a procesar la experiencia y a concentrar nuestra atención en lo más relevante. Cuando aprendemos, los patrones neuronales son muy específicos y se vuelven más fuertes.
La musicalidad es uno de los aspectos compartidos de la cognición humana: cuando componemos una canción, el cerebro recurre a patrones melódicos comunes a nuestra especie que se ajustan al estilo de cada composición.
Una misión de la ESA ha grabado el canto de la Tierra cuando sufre los efectos de una tormenta solar: recuerda más a la banda musical de una película de ciencia ficción que a un fenómeno natural.
La ayahuasca barre las ondas alfa propias de la relajación y dispara las ondas theta, asociadas al sueño. Patrones cerebrales caóticos someten a las personas a una experiencia inmersiva parecida a la de soñar despierto.
Nuestra memoria espacial se altera cuando recorremos entornos irregulares: desconfiguran los mapas mentales y dificultan nuestra orientación. Y puede que también nuestros pensamientos.
Nuestras fantasías se rigen por la física intuitiva, nuestro sentido innato de cómo funciona el mundo: hasta en Harry Potter hay gravedad porque nuestra imaginación está limitada por la percepción.