La música provoca emociones, ¿pero cómo lo hace? Un estudio reciente llevado a cabo por científicos de la Florida Atlantic University de Estados Unidos ha revelado algunas de las claves neuronales que propician esta respuesta emocional.
Un equipo de científicos de la Universidad de Tel Aviv ha constatado empíricamente que la música de Mozart ayuda a que los recién nacidos prematuros ganen peso más deprisa. La razón: las melodías repetitivas de este compositor propician la calma en los bebés y, por tanto, a que se reduzca en sus organismos el consumo de calorías.
Dos investigaciones realizadas por neurocientíficos de la Universidad de Duke han revelado que existe un profundo vínculo biológico entre la música y el habla humana. La comparación de miles de acordes y escalas musicales con los tonos del discurso en ciertas situaciones emocionales reveló las similitudes existentes entre melodía y lenguaje.
Una nueva aplicación desarrollada por ingenieros de la Universidad de California, San Diego promete superar en efectividad al sistema Genius de Apple, dedicado a recomendar música digital en base a diferentes similitudes entre las canciones. El nuevo sistema se centra principalmente en las características acústicas de las melodías para crear las listas de reproducción, sin considerar temas de mercado o popularidad, algo que beneficiará a la difusión de la música experimental y las nuevas propuestas.
Un proyecto europeo ha desarrollado una plataforma que permite aprender a tocar instrumentos musicales de una forma tecnológicamente avanzada e interactiva, a través del uso de una nueva generación de inteligentes e interactivos programas informáticos. El proyecto se llama Vemus y permite, mediante una partitura colocada en la plataforma, reconocer las características de la ejecución que está desarrollando el alumno, indicando en la pantalla si las notas, su duración o el tiempo son correctos, entre otros parámetros. También permite el aprendizaje en grupo y a distancia.
Una nueva investigación sobre la relación entre la música y el cerebro ha podido establecer que los niños que tocan un instrumento una media de dos horas y media a la semana desarrollan un 25% más el cuerpo calloso, la zona que conecta los dos hemisferios cerebrales y que ayuda a la coordinación de ambas manos. Los investigadores descubrieron también que el incremento en el cuerpo calloso es directamente proporcional al rendimiento en una prueba no musical en la que los niños presionaban secuencias en un teclado de ordenador. Ahora se trata de averiguar si la práctica musical conllevaría otros beneficios, como la mejora de la memoria o las cualidades de razonamiento.
La música digital alcanza cifras de negocio desorbitadas y evoluciona rápidamente, señala el último informe de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI). Este mercado supone ya el 15% del mercado musical global, y ha aumentado un 38% durante 2007. La dificultad principal sigue siendo la piratería online, contra la que deben luchar no sólo la industria discográfica internacional, sino también los gobiernos e incluso la Unión Europea, señala la IFPI. Las compañías discográficas deben adaptarse rápidamente a los cambios de formato y se debe invertir más en la comercialización de música digital « legal ». En general, la música distribuida online y vía teléfonos móviles ha generado 2 mil millones de euros en 2007, frente a los 1,5 mil millones de 2006.
¿Qué tienen que ver las portadas de los antiguos discos de vinilo con la realidad virtual? Pues que ambos pueden ser un reclamo para vender música. Al menos eso ha conseguido un grupo de rock estadounidense que ha creado un juego de realidad alternativa (juegos interactivos que salen de la pantalla al mundo real a través de elementos multimedia) bautizado como Year Zero para crear un contexto de lanzamiento de su álbum homónimo. Una América destrozada por el cambio climático y el terrorismo, y gobernada por un dictador militar cristiano, se desarrolla en un universo paralelo que parece demasiado cercano.
Una investigación realizada por científicos estadounidenses y canadienses ha revelado que el cerebro es sensible a los procesos musicales, pudiendo distinguir los cambios de entonación aunque no se conozca nada de la música. Este estudio, que ha definido con precisión las regiones cerebrales implicadas en el procesamiento de la información melódica, confirmaría la hipótesis de uno de los autores de la investigación, el neurocientífico Daniel Levitin: que la comprensión de la música, como la del lenguaje, es innata en el ser humano.
Un estudio desarrollado por científicos norteamericanos ha comprobado la antigua suposición de que la música y el cerebro están profundamente conectados. Utilizando un complejo análisis estadístico que compara los procesos neuronales y las melodías, este estudio ha revelado que ambos presentan patrones comunes. Eso significa que, probablemente, la música es un reflejo de la mente del compositor y explicaría por qué el cerebro produce emociones que van mucho más allá de los estímulos meramente auditivos cuando percibe la música.