Un pequeño fragmento del cromosoma 1 puede ocasionar la esquizofrenia o el autismo, según una investigación realizada mediante chips de ADN. Gracias a este tecnología se ha descubierto, entre los más de 200 millones de pares de bases o “letras” que contiene el cromosoma 1 (que es el cromosoma humano más grande, con más de 3.100 genes), un pequeño fragmento que es particularmente propicio a los errores: el llamado 1q21.1. Cuando el cromosoma 1 se duplica durante la división normal de la célula, este fragmento tiende demasiado a “replicarse mal”, generando copias extra o menos copias de lo necesario. Los científicos esperan que entender las consecuencias de los fallos en minúsculos fragmentos de ADN permita desarrollar nuevos tipos de medicamentos y, también, tratamientos más personalizados.
Un equipo de psicólogos norteamericanos ha conseguido “adivinar” las características recordadas de objetos vistos por una serie de participantes en un estudio. Así, si dichos participantes recordaron la orientación o el color de un objeto que acababan de ver, los investigadores lograron conocer dicha orientación o color, sin que nadie se los dijera. El “milagro” fue posible gracias a la exploración de resonancia magnética funcional (fMRI) y a algoritmos de aprendizaje automático. Con la primera se estableció el patrón de actividad neuronal cuando los participantes recordaban un aspecto de algo que acababan de ver, y con los segundos se descifró la información relacionada con dicho patrón de actividad neuronal. Los resultados permiten concluir que en la percepción de estímulos y el almacenamiento de recuerdos estarían implicadas las mismas áreas cerebrales.
El detector de ondas gravitacionales GEO 600, de Hanóver, en Alemania, registró un extraño ruido de fondo que ha traído de cabeza a los investigadores que en él trabajan. El actual director del Fermilab de Estados Unidos, el físico Carl Hogan, ha propuesto una sorprendente explicación para dicho ruido: proviene de los confines del universo, del rincón en que éste pasa de ser un suave continuo espacio-temporal, a ser un borde granulado. De ser cierta esta teoría, dicho ruido sería la primera prueba empírica de que vivimos en un universo holográfico, asegura Hogan. Nuevas pruebas han de ser aún realizadas con el GEO 600 para confirmar que el misterioso ruido no procede de fuentes más obvias.
Un equipo de científicos de la Universidad de Newcastle ha demostrado que poner nombre a cada vaca de un rebaño aumenta la producción de leche sin ningún coste adicional. Los resultados de este estudio revelan cómo una interacción positiva entre los seres humanos y el ganado repercute no sólo en la productividad de las reses, sino también en su comportamiento y bienestar. Según los investigadores, la concepción de estos rumiantes como seres inteligentes y capaces de experimentar emociones beneficia de forma recíproca tanto a los productores como a los propios animales.
Los ordenadores cuánticos están ahora más cerca. Un equipo internacional de físicos ha conseguido reproducir el Efecto Hall cuántico, que permite mover electrones para aprovechar así las cualidades de su espín y de su movimiento en computación, sin necesidad de temperaturas extremadamente bajas ni de campos magnéticos intensos, principales obstáculos para la fabricación de ordenadores de la próxima generación. Utilizando una novedosa técnica, basada en un acelerador y un bloque de antimonio y bismuto, los investigadores consiguieron que los electrones de dicho bloque se movieran como si estuvieran sometidos a un campo magnético, aunque sin estarlo. Nuevos diseños computacionales podrán aprovechar este avance.
Un equipo de científicos alemanes ha constatado la relación entre el gen FOXO3A y la longevidad humana, en varones y mujeres de 90 años en adelante, de distintas partes del mundo. Ya en 2008, otra investigación comprobó que la posición del FOXO3A en una de las bases nitrogenadas que forman parte del ADN aumentaba la probabilidad de llegar sanos a los 90 años. Esta nueva investigación ha analizado a un total de 1.762 alemanes centenarios o nonagenarios con resultados similares. De ellos se desprende que el FOXO3A es clave en la longevidad humana.
Las abejas discriminan entre los números dos, tres y cuatro, revela un reciente estudio realizado por un equipo internacional de científicos. En un experimento que consistía en que las abejas alcanzasen una recompensa (azúcar) si atravesaban la entrada correcta, señalada con dos, tres o cuatro puntos, estos insectos se desenvolvieron sin problemas, distinguiendo sin dudarlo el número de puntos que señalaba la puerta correcta hacia el azúcar. Según los científicos, estos resultados constatan por primera vez que los insectos tienen habilidades matemáticas básicas innatas, algo que hasta ahora sólo se había podido demostrar en vertebrados no-humanos, como el mono o los delfines.
Científicos norteamericanos han conseguido por vez primera teletransportar información entre dos átomos situados en dos recintos separados entre sí. Este logro, conseguido gracias al fenómeno del entrelazamiento cuántico, supone un paso significativo hacia el procesamiento de la información cuántica, esto es, hacia el desarrollo de ordenadores cuánticos factibles. La revolución de la información gracias a la mecánica cuántica, vaticinada por los especialistas, está cada día más cerca.
El cambio climático es un problema acuciante, que anima a los científicos a buscar soluciones. Ahora, investigadores de la Universidad de Bristol proponen un tipo de cultivo “inteligente”, extensible a cualquier lugar del planeta, para evitar el calentamiento global. A partir de un modelo de clima global, los científicos calcularon cómo afectaría al clima que las variedades de plantas de los cultivos dedicados a la alimentación reflectaran mayor cantidad de luz solar que los cultivos actuales. Así, descubrieron que esta sencilla medida podría disminuir la temperatura de Europa y Euroasia en 1 ºC durante los meses de verano, evitando sequías y olas de calor en ambos continentes.
En los años 60 del siglo XX, el psicólogo Stanley Milgram realizó un controvertido experimento con el que demostró que la obediencia a las órdenes de una autoridad está por encima de la moral de casi cualquier individuo. Personas normales que creían estar aplicando dolorosas corrientes eléctricas a otras personas (en realidad actores que fingían estar sufriendo) no se detuvieron, y siguieron haciendo daño hasta que se les ordenó. Ahora, un experimento similar acaba de arrojar resultados similares: en cincuenta años, apenas nada ha cambiado en este sentido, aún “la férrea autoridad se impone a los fuertes imperativos morales de los sujetos de lastimar a otros”.