Los cambios neuroquímicos que subyacen a las emociones humanas y al comportamiento social son en gran medida desconocidos. Pero investigadores de la UCLA han descubierto que un péptido llamado hipocretina se segrega a niveles máximos en ciertas situaciones: cuando los individuos se sienten felices. El hallazgo podría propiciar el desarrollo de nuevos tratamientos contra la depresión.
La Agencia Espacial Europea detectó ondas de sonido procedentes del devastador terremoto que afectó a Japón en el 11 de marzo 2011, según los datos recogidos por GOCE, el satélite de gravedad hipersensible de la ESA. Cuando pasó a través de estas ondas, sus acelerómetros registraron el desplazamiento vertical de la atmósfera circundante de un modo similar al que los sismómetros registran los terremotos en la superficie de la Tierra.
Utilizando métodos indirectos, mediante muestras de corales o conchas de ciertos organismos marinos, los geólogos han elaborado un registro competo de la temperatura global y regional de la Tierra en los últimos 11.300 años, el Holoceno. La primera mitad del Holoceno fue más cálida que la era glacial anterior, seguida por una tendencia de enfriamiento durante los siguientes 5.000 años, que culminaron hace alrededor de 200.
Se ha observado que el olfateo, un comportamiento común en perros, gatos y otros animales, también sirve como medio de comunicación entre ratas. El hallazgo podría ayudar a los científicos a identificar las regiones cerebrales críticas para la interpretación de las señales comunicativas, y aquellas cuyos trastornos pueden ocasionar disfunciones sociales complejas.
Pese a toda la repercusión que tuvo su descubrimiento, el llamado bosón de Higgs es en realidad una "partícula parecida a un Higgs". Para asegurarse de que es exactamente eso, los científicos del CERN aún están determinando su espín, una propiedad de las partículas elementales y compuestas, y de los nucleos atómicos. De tener valor 0, sería en efecto el bosón de Higgs (al menos prácticamente), mientras que si tiene valor 2 sería una partícula distinta, relacionada con la gravedad.
El Instituto IMDEA Materiales lidera un consorcio europeo que busca producir nuevos materiales híbridos de escala nanométrica combinando compuestos de carbono, como el grafeno, con otros inorgánicos, como el óxido de titanio. El resultado tendrá capacidad para separar moléculas de agua usando luz solar y producir hidrógeno de manera más eficiente.
Un equipo internacional ha medido, con mayor precisión que nunca, la distancia a nuestra galaxia vecina, la Gran Nube de Magallanes. Ese dato se utiliza también como referencia para hacer otras medidas, por lo que como un efecto dominó, ahora conocemos mejor la tasa de expansión del Universo, por ejemplo. El equipo utiliza telescopios instalados en el Observatorio La Silla de ESO, en Chile, además de otros telescopios alrededor del mundo.
Un experimento de simulación de las condiciones del espacio profundo realizado por investigadores norteamericanos ha revelado que los bloques básicos de la vida pudieron crearse en polvo interplanetario helado, y ser transportados hasta la Tierra para dar lugar a la vida. El descubrimiento abre la puerta a la posibilidad de que estas moléculas llegaran a nuestro planeta a bordo de un cometa, catalizando la formación de moléculas complejas necesarias para la vida.
Los resultados de un estudio realizado por investigadores del CIFOR refuerzan la llamada ‘Teoría de la bomba biótica’, que señala que los bosques desempeñan un papel determinante en las lluvias, al generar vientos atmosféricos que funcionan como una bomba, extendiendo la humedad de los continentes. De confirmarse esta hipótesis, las consecuencias para la gestión forestal son obvias: urge reforestar y cuidar los bosques para que el planeta no se convierta en un desierto.
Poder leer la mente de otras personas está cada día más cerca, gracias a la tecnología. Científicos de la Universidad de Cornell han conseguido determinar en quien está pensando una persona a partir de imágenes de su actividad cerebral, registradas con fMRI. El avance, además de curioso, podría servir para diagnosticar trastornos de la cognición social, como el autismo.