Un equipo internacional de investigadores ha anunciado los primeros resultados científicos sobre uno de los lugares más inaccesibles de la Tierra: el fondo de la Fosa de las Marianas. Esta región del Pacífico occidental es el sitio más profundo del planeta, ya que se encuentra a más de 11 kilómetros por debajo del nivel del mar. A pesar de ello, un robot submarino ha permitido documentar que en esta región existe una comunidad muy activa de bacterias.
Cuando las células mueren, su interior va siendo degradado, generando componentes tóxicos que, de llegar al exterior, podrían infectar a otras células. Un estudio ha revelado que las células muertas generan un “ataúd celular” que impide la salida de dichos componentes. Pero para que esto sea posible, una parte de ellas debe permanecer viva y funcionando.
Científicos de la University of New South Wales de Australia (UNSW Australia) han logrado revivir y reactivar núcleos celulares muertos de una rana australiana extinta en 1981, dentro de los huevos de otra especie de rana que aún existe. Las células de la rana desaparecida comenzaron a dividirse y a crecer hasta alcanzar la fase embrional. Los resultados obtenidos podrían ayudar a la recuperación de numerosos tipos de anfibios que hoy están desapareciendo.
Los pájaros primigenios no tenían patas con escamas en la parte trasera, como sus herederos actuales, sino otra pareja de alas. Así lo han demostrado el prestigioso paleontólogo chino Xing Xu y su equipo, en una investigación publicada por Science. Los científicos analizaron once fósiles de cuatro grupos distintos de aves del cretácico inferior. Entonces las aves tenían una estructura corporal diferente a las de ahora, y quizás necesitaban cuatro alas para poder volar con estabilidad.
Las colaboraciones ATLAS y CMS del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) presentaron ayer los últimos datos sobre la partícula descubierta en el CERN el año pasado. Los últimos análisis indican que la partícula encontrada sí es un bosón de Higgs. Ahora queda un largo camino por delante para saber de qué tipo es.
En 1965, el afamado físico norteamericano Richard Feynman popularizó la idea de que los electrones se comportan al mismo tiempo como onda y como partícula. Además, el científico propuso una metodología para demostrar este hecho. Ahora, por vez primera, científicos de la Universidad de Nebraska-Lincoln (EEUU) han conseguido ponerla en práctica con exactitud.
El pasado mes de febrero se anunció que Curiosity había puesto a trabajar el taladro instalado en el extremo de su brazo robótico, para perforar una roca plana de Marte y recoger muestras de su interior. Ahora, el análisis de una de estas muestras ha revelado que el planeta rojo sí pudo haber albergado microbios en una época remota.
Ayer entró en vigor en la UE la última fase de la prohibición de comercializar cosméticos experimentados con animales, que empezó a implantarse en 2003. Desde ayer, ni siquiera pueden venderse productos, en cuya fabricación se hayan usado animales para prevenir efectos tóxicos en los seres humanos. El objetivo es probar métodos alternativos, y para ello los Gobiernos y la industria están dedicando importantes líneas de financiación. Entre 2007 y 2011, la Comisión Europea asignó 238 millones de euros a este objetivo.
Científicos del CSIC han generado un catálogo de regiones neuronales, que relaciona cada una de ellas con el proceso cerebral que están llevando a cabo. Los investigadores han logrado desenredar las madejas de hilo que componen los electroencefalogramas, y distinguir con mucha más precisión qué hebra corresponde a cada función. Para ello han utilizado ratas de laboratorio.
Científicos estadounidenses han reconstruido en tres dimensiones la red de canales subterráneos de un valle marciano, Marte Vallis, de 1.000 kilómetros de longitud, que sufrió una gigantesca inundación de lava en algún momento entre hace 10 y 500 millones de años. Para ello han utilizado imágenes obtenidas con el radar Sharad de la sonda Mars Reconnaissance Orbiter. Los resultados aparecen publicados en Science.