El crowdfunding y los problemas energéticos se expanden. Usar lo primero para resolver lo segundo puede ser una buena idea. Al menos a eso apuntan diversos proyectos puestos en marcha en Europa en los últimos años. En ellos, los micromecenazgos han impulsado soluciones de energías renovables con buenos resultados económicos y medioambientales.
La cooperativa catalana de consumidores Abacus, que actualmente cuenta con más de 800.000 socios consumidores en Cataluña, Valencia e islas Baleares, ha lanzado un concurso para proyectos de economía colaborativa que es pionero en España. Abacus seleccionará hasta cinco proyectos para implementarlos en 2017.
La economía colaborativa, si bien es pujante y transforma la forma de organizar la producción y comercialización, al mismo tiempo adolece de viejos defectos que para algunos críticos le convierten en una especie de “capitalismo colaborativo”, al mismo tiempo que para otros críticos debe trascender la exploración de un nuevo modo de producir para dar paso a un nuevo modo de vida.
Qué políticas de empresa hay tras los productos que consumimos o hasta qué punto la producción de dichos productos contamina el medioambiente son algunos de los factores que conviene conocer antes de comprar. Para ello surge ‘Consuma Conciencia’, una plataforma online y gratuita que proporcionará información sobre el desempeño de las entidades generadoras de productos y servicios.
La pasada semana se constituyó en Málaga el Foro Global sobre Nueva Economía e Innovación Social, llamado a convertirse en el Davos de la Nueva Economía. Es un foro mundial, abierto y permanente que tiene como objetivo principal crear una hoja de ruta marcada por expertos que guíe los pasos de los gobiernos hacia una nueva economía.
La compañía española Ecoalf pretende limpiar los océanos del planeta. Para ello, ha lanzado el proyecto colaborativo “Upcycling the Oceans”, en el que se ha implicado a los pescadores de Levante. Desde septiembre de 2015, este proyecto ha recogido (y aprovechado) ya 59 toneladas de basura del mar Mediterráneo.
Cinco formas colaborativas de negocio prometen multiplicarse por 20 en Europa de aquí a 2025, y las transacciones de economía colaborativa en nuestro continente alcanzarán los 570.000 millones de euros para entonces, señala un informe de PwC encargado por la Comisión Europea. Lo más interesante es que un 85% de ese monto será captado por personas que ofrezcan sus servicios.
Hace un año se fundaba Housers, la primera plataforma de crowdfunding destinado al mercado inmobiliario. Ahora, la plataforma lanza su primer proyecto de mecenazgo colectivo para edificar en la ciudad de Madrid. El crowdfunding comienza así una nueva tendencia en el mercado inmobiliario, vedado hasta ahora a los pequeños inversores.
Entre los próximos 19 y 24 de septiembre, se celebra en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna (ULL) de Tenerife la segunda edición de las jornadas Tenerife Isla Colaborativa (TFC 2016). El objetivo del evento, al que acuden renombrados especialistas en economía colaborativa, es convertir esta isla canaria en un ‘territorio colaborativo’ de referencia, del mismo modo que hoy lo son Ámsterdam o Seúl.
La economía colaborativa no demanda un derecho específico, sino una regulación de la figura del intermediario, según un panel de 40 expertos convocados por la fundación Fide. Los expertos consideran que se debería fomentar la autorregulación de sus actividades y proponen pensar en normas que ofrezcan una mayor tranquilidad a la demanda.