Alumnos de la Universidad de Salamanca han diseñado una planta piloto de biodiésel que cabe en el interior de un frigorífico, y que recupera prácticamente el 100% del aceite usado. La idea es que pueda instalarse en casas particulares o en pequeñas industrias como un electrodoméstico más, de manera que las familias o las empresas puedan reciclar aceite usado y transformarlo en combustible apto para motores o calefacción.
Un trabajo liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas destaca el papel que pueden cumplir las plantas marinas en la protección de la costa y propone aprovecharlas en el diseño de estrategias para reducir las consecuencias del cambio climático. No obstante, estos hábitats han visto reducida su extensión global entre un 25% y un 50% en los últimos 50 años.
Científicos han diseñado un nanosistema químico capaz de transportar electrones a largas distancias. El sistema tiene una estructura similar a una red neuronal, con estructuras anulares interconectadas a través de estructuras tubulares, y provoca la alineación y ordenación de nanotubos de carbono a lo largo de la red para generar una superestructura que conduce la electricidad.
La normativa actual obliga a colocar paneles solares en los edificios únicamente para atender la demanda de agua caliente sanitaria. Sin embargo, éstas pueden cubrir en parte también la demanda de calefacción en invierno y de climatización en verano. Investigadores de las universidades Carlos III y Politécnica de Madrid han ideado un sistema para potenciar este triple aprovechamiento.
Científicos de la Universidad de California, Santa Cruz, han diseñado un dispositivo microbiano-solar que combina la energía solar con la actividad de bacterias para procesar aguas residuales y producir hidrógeno al mismo tiempo. En el futuro, permitiría obtener una fuente de energía sostenible, al tiempo que se mejora la eficiencia del tratamiento de estas aguas.
Ingenieros informáticos han diseñado un lenguaje de programación para la química, que, esperan, ayudará a diseñar sistemas moleculares sintéticos que controlen las reacciones químicas, de la misma manera que los controladores electrónicos integrados controlan los coches o los robots.
Ingenieros de la Universidad de Stanford han conseguido construir un ordenador hecho de transistores de nanotubos de carbono, en lugar de silicio. Se trata de un dispositivo aún muy básico, pero que incluye un sistema operativo, y es capaz de realizar múltiples tareas.
Las "redes eléctricas inteligentes", en las que los aparatos están conectados entre sí y se apagan o encienden según las necesidades de la red, permitirán ahorrar hasta un 30% de energía, gracias en parte al ajuste de la oferta y la demanda eléctrica, y en parte a la implicación y concienciación de los usuarios. En todo ello trabaja el proyecto europeo Enersip, que utiliza las TIC para obtener datos en tiempo real y comunicárselos a los consumidores.
La empresa alemana Prüftechnik ha desarrollado un sistema láser que mide la nivelación y el paralelismo de las superficies que juegan un papel importante en los principales sectores industriales (aerogeneradores, barcos o raíles, por ejemplo). El sistema permite prevenir problemas provocados por deformaciones o vibraciones indeseadas, y ahorrar en el uso de maquinaria.