Dos científicos de la Universidad de Carolina del Norte (EEUU) han analizado los factores fundamentales que dieron lugar a la vida en la Tierra y han encontrado que estos se organizaron siguiendo un “código genético primigenio”, marcado por unas enzimas específicas, para dar lugar a la complejidad de la vida. Sus resultados han aparecido publicados en ‘PNAS’.
Investigadores japoneses han comprobado que la epigenética es la responsable del deterioro asociado con la edad que hasta ahora se relacionaba con mutaciones en el ADN mitocondrial. Para ello, reprogramaron fibroblastos de personas mayores a estado de células madre embrionarias, y los devolvieron a su estado de fibroblastos. Por el camino los cambios epigenéticos se habían perdido, por lo que las células 'rejuvenecieron'.
Millones de microorganismos terrestres pueden estar repartidos por el Sistema Solar viajando como polizones en las docenas de sondas espaciales que hemos mandado para explorar el espacio. ¿Encontrará alguno de estos microorganismos en algún lugar remoto la oportunidad para proliferar? Y con el paso del tiempo… ¿a qué podrían dar lugar sus descendientes durante un prolongado proceso evolutivo?
Científicos del Massachusetts Institute of Technology (EE.UU.) han desarrollado una fibra sintética similar a la telaraña, modificando genéticamente bacterias para que produjeran las proteínas que usan las arañas. Aunque aún no es tan fuerte como los materiales naturales, los científicos creen que pronto conseguirán igualar su fortaleza e incluso superarla, diseñándola para usos específicos.
Científicos de MIT han recuperado recuerdos mediante optogenética, es decir, añadiendo proteínas a las células cerebrales y activando éstas mediante la luz. Han demostrado así que los recuerdos se almacenan en conjuntos de neuronas, no en sinapsis o conexiones individuales, y que para recuperar un recuerdo es necesario fortalecer estas sinapsis.
¿Podemos aprender a liberarnos de nuestros prejuicios raciales o de género? Un nuevo estudio realizado en la Universidad Northwestern (EEUU) indica que, en este esfuerzo, el sueño puede resultar clave. Basta con asociar sonidos a imágenes que varíen los estereotipos, y luego repetir dichos sonidos mientras dormimos. Al despertar, veremos el mundo de otra forma, y de manera perdurable.
Científicos de Noruega, entre ellos dos premios Nobel en 2014, han observado cómo codifica el cerebro los próximos movimientos de su dueño. Experimentando con ratones en un laberinto, han determinado qué áreas cerebrales se activan, y cómo, al tomar la decisión de moverse.
Un nuevo experimento de física cuántica ha comprobado que la realidad no existe hasta que se mide. Se trata de una adaptación de un experimento propuesto en 1978, en el que han hecho pasar un átomo a través de rejillas hechas de haces de luz láser. Una vez más, se produce la paradoja: Que el átomo se comporte como una onda o como una partícula no se decide 'hasta' que se hace la medición, al final del viaje.
Investigadores en la Universidad de Stanford (EEUU) han encontrado una relación sorprendente entre la creatividad y la actividad del cerebelo, una estructura del cerebro tradicionalmente considerada centro de coordinación del movimiento. Su estudio también sugiere que la activación de los centros de control ejecutivo del cerebro está asociada negativamente con la creatividad.
Hace unos 3,5 millones de años, vivió en una región de Etiopía un homínido hasta ahora desconocido. Se trata del ‘Australopithecus deyiremeda’, cuyos fósiles acaban de ser descubiertos. El hallazgo abre nuevos horizontes al debate sobre el origen y la evolución de los primeros ancestros de la especie humana en el continente africano.