Un estudio con ratones ha demostrado que su sistema olfativo, y el de los mamíferos en general, es más complejo de lo que se pensaba. Un grupo de neuronas del bulbo olfatorio utiliza un sistema distinto al habitual, y más parecido al del gusto, para capturar olores que provocan respuestas instintivas, como las feromonas y el olor de las semillas y los frutos secos.