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La consciencia es el mayor enigma de la ciencia y la filosofía

Estamos lejos de comprender el salto cualitativo que supone pasar de la actividad neuronal del cerebro a la experiencia consciente


La consciencia no es un fenómeno todo-o-nada, sino que existen diversos niveles de consciencia. Y la transición de la inconsciencia a la consciencia no es simplemente un cambio de una inactividad a una actividad neuronal, sino que supone un cambio en lo que hacen las neuronas, cambio que hoy por hoy es desconocido. El dualismo que subyace a algunas de las teorías sobre la consciencia plantea la cuestión de cómo superarlo, ya que este dualismo no ha podido aclarar cómo es posible que un ente inmaterial pueda interaccionar con la materia que es el cerebro. Estamos lejos de comprender el salto cualitativo que supone pasar de la actividad neuronal del cerebro a la experiencia subjetiva de la consciencia. Por Francisco J. Rubia.


Francisco J. Rubia.
23/01/2010

Epictura.
Epictura.
La consciencia es un enigma, probablemente el mayor enigma tanto en filosofía como en ciencia. Las cuestiones fundamentales que plantea son: ¿qué es la consciencia? ¿de dónde procede? y ¿para qué sirve?

El filósofo australiano David J. Chalmers distingue entre los “problemas fáciles” y el “problema duro o difícil” (hard problem) de la consciencia. Los problemas fáciles tratan la consciencia como una facultad mental más y analizan temas como la discriminación entre estímulos sensoriales, la integración de la información para guiar el comportamiento o la verbalización de estados internos, cómo se integran los datos sensoriales con la experiencia del pasado, cómo focalizamos la atención o lo que distingue el estado de vigilia del sueño. Pero el “problema difícil” de la consciencia es saber cómo los procesos físicos cerebrales dan lugar a la consciencia, cómo las descargas de millones de neuronas pueden producir la experiencia consciente, la experiencia subjetiva.

Si ser consciente implica la existencia de un “yo” y este yo, como nos dice la neurociencia, es una ficción, ¿qué consecuencias tendría este hecho para la consciencia? Por otra parte, ¿existe un solo yo? El psicólogo estadounidense William James planteó la existencia de al menos tres yos diferentes: un yo material, otro social y un tercero espiritual. Además, los enfermos con cerebro escindido han mostrado que pueden surgir tras la separación del cuerpo calloso dos yos distintos.

El psicólogo californiano Michael Gazzaniga dice que el hemisferio izquierdo es dominante para la mayoría de las funciones cognoscitivas, como la resolución de problemas, mientras que el hemisferio derecho es muy deficiente para resolver problemas difíciles. El resultado de muchos años de investigación sobre el cerebro hendido le hace concluir que el hemisferio derecho tiene una experiencia consciente muy diferente de la exacta y literal del hemisferio izquierdo.

Aunque ambos son conscientes, la consciencia del cerebro izquierdo supera con mucho a la del derecho. ¿Cuál sería pues el sustrato neuronal que hace surgir estos dos tipos de consciencia en los hemisferios cerebrales? Existe un “vacío explicativo”, como dice el filósofo de Harvard, Joseph Levine, entre las funciones cerebrales y la experiencia subjetiva.

La cuestión fundamental es, pues: ¿cómo podemos superar el abismo que separa lo objetivo y lo subjetivo, el cerebro y la experiencia consciente? Es un planteamiento muy parecido al planteamiento tradicional cuerpo/alma o mente/cerebro, que han discutido los filósofos desde hace más de 2.000 años. Y aún siguen discutiendo.

Otra cuestión que se plantea es la siguiente: si un sistema, como el cerebro, puede resolver problemas y procesar información de manera inconsciente, ¿para qué sirve la consciencia?

Algunos filósofos afirman que cuando comprendamos suficientemente bien el funcionamiento del cerebro, el concepto de consciencia se disipará del mismo modo que se disipó el concepto del flogisto una vez que se comprendió el proceso de la oxidación. El flogisto era un hipotético constituyente volátil de todas las sustancias combustibles que, según se creía, se liberaba en forma de llama durante la combustión.

Sir Charles Sherrington, premio Nobel de Medicina y Fisiología del año 1932, era de la opinión que la consciencia era científicamente inexplicable. Y el psicólogo Stephen Pinker, de la Universidad de Harvard, piensa que puede que podamos entender la mayoría de los detalles de cómo funciona la mente, pero la consciencia puede permanecer oculta. También el filósofo británico Colin McGinn opina que el problema es demasiado difícil para nuestras mentes limitadas, añadiendo que estamos cerrados cognoscitivamente ante ese problema. Afortunadamente, no todos los científicos y filósofos piensan lo mismo.

Definición de consciencia

La consciencia es un concepto que entendemos intuitivamente, pero que es difícil o imposible de describir adecuadamente en palabras. Se puede decir que consciencia es el estado subjetivo de apercibir algo, sea dentro o fuera de nosotros mismos.

No existe ninguna definición consensuada de la consciencia. Pero consciencia significa experiencia subjetiva, o sea, lo opuesto a objetividad. En algunos escritos la consciencia es considerada sinónimo de mente. Pero la mente incluye procesos mentales inconscientes, y puede definirse como el funcionamiento del cerebro para procesar información y controlar la acción de manera flexible y adaptativa.

La consciencia tiene contenidos, pero aunque pueda tener una enorme variedad de contenidos no puede tener muchos al mismo tiempo. La consciencia no es un fenómeno pasivo como respuesta a estímulos, sino un proceso activo de interpretación y construcción de datos externos y de la memoria relacionándolos entre sí.

Se ha equiparado la consciencia a la vigilia, pero estar despierto no es lo mismo que ser consciente de algo en el sentido de apercibirse de algo. En el sueño podemos apercibir imágenes mentales visuales o auditivas.

Los actos voluntarios y la toma de decisiones son aspectos importantes de la experiencia consciente. Por ello, uno de los significados más comunes de consciencia es que es un sistema de control ejecutivo que supervisa y coordina las actividades del organismo.

Para el profesor de psicología de la Universidad de Princeton, Philip Johnson-Laird, el cerebro es un sistema organizado jerárquicamente que procesa información en paralelo y cuyo nivel más alto que controla la conducta corresponde a la consciencia, aunque interacciona con varios subsistemas inconscientes.

Se ha considerado a la consciencia íntimamente relacionada con la memoria operativa, la atención y el procesamiento controlado. La memoria operativa es importante para la solución de problemas, la toma de decisiones y la iniciación de la acción. La relación con la atención es clara: prestar atención a algo es ser consciente de ese algo. El ejemplo más clásico de atención selectiva es el conocido como “efecto cocktail party”, por el que seleccionamos información interesante en medio de un gran ruido de fondo.

También se ha considerado la consciencia como sinónimo de auto-consciencia. Pero como se puede ser consciente de muchas cosas que no son la propia persona, hoy se estima que la auto-consciencia es una forma especial de la consciencia.

Todo el mundo sabe lo que es consciencia, dicen el fallecido premio Nobel Francis Crick y su colaborador alemán Christof Koch, pero mientras sepamos tan poco de ella, lo mejor es no dar ninguna definición que pueda inducir a errores o que sea restrictiva, o ambas cosas a la vez.

En la bibliografía anglosajona se utilizan dos palabras distintas que en español se suelen traducir por consciencia. La primera es “awareness”, que yo traduzco por apercepción; la segunda es "consciousness" que se traduce por consciencia. Esta diferenciación es importante, ya que existe la expresión en inglés “unconscious awareness” que se traduciría por “apercepción inconsciente”, lo que sería imposible si la palabra “awareness” se tradujese por consciencia, como suele hacerse.

Algunos autores definen la apercepción como un estado en el que tenemos acceso a cierta información que puede usarse para controlar la conducta. La consciencia está siempre acompañada de apercepción, pero la apercepción no tiene por qué estar acompañada por consciencia.

Se pueden distinguir dos tipos de consciencia. La consciencia primaria, que es la experiencia directa de percepciones, sensaciones, pensamientos y contenidos de la memoria, así como imágenes, ensueños y sueños diurnos. La consciencia reflexiva es la experiencia consciente per se. Este tipo de consciencia es necesaria para la auto-consciencia, que implica darse cuenta de ser un individuo único, separado de los demás, con una historia y un futuro personales. La consciencia reflexiva incluye el proceso de integración, o sea, de observar la propia mente y sus funciones; con otras palabras: conocer que se conoce. En realidad, la experiencia consciente en el humano adulto normal implica tanto la consciencia primaria como la consciencia reflexiva.

Características de la consciencia

William James, padre de la psicología norteamericana, en sus Principios de Psicología describió cinco características de alto nivel de la consciencia que aún siguen vigentes. Son las siguientes:

1) Subjetividad: Todos los pensamientos son subjetivos, pertenecen a un individuo y son sólo conocidos por ese individuo
2) Cambio: Dentro de la consciencia de cada persona, el pensamiento está siempre cambiando
3) Intencionalidad: La consciencia es siempre de algo, apunta siempre a algo
4) Continuidad: James utilizó siempre la expresión “curso de la consciencia” para dar a entender que la consciencia parece ser siempre algo continuo
5) Selectividad: Aquí James se refirió a la presencia de la atención selectiva, o sea que en cada momento somos conscientes de sólo una parte de todos los estímulos

A pesar de la enorme variedad de percepciones y pensamientos de naturaleza siempre cambiante, tenemos la impresión de que nuestra consciencia es algo unificado y continuo. Esta sensación de unidad de la consciencia algunos autores la consideran una ilusión.

Algunas teorías sobre la consciencia

Al igual que entre los filósofos post-cartesianos había diversas teorías, como la teoría del doble aspecto de Spinoza, el ocasionalismo de Malebranche, el paralelismo de Leibniz y su doctrina de la armonía preestablecida, hoy existen diversas teorías de la consciencia.

La teoría “clásica” ha sido la postulada por el psicólogo norteamericano William James en el siglo XIX. Para James, la consciencia es una secuencia de estados mentales conscientes, siendo cada uno de estos estados la experiencia de algún contenido concreto. James pensaba también que la consciencia tiene que haber tenido un propósito evolutivo, por lo que trataba la consciencia como una función y no como una entidad.

En el siglo XVIII el biólogo suizo Charles Bonnet intentó resolver el dilema introduciendo el llamado “epifenomenalismo”, una idea que después asumió también el biólogo británico Thomas Huxley. El epifenomenalismo acepta que la mente y el cuerpo están hechos de diferentes sustancias, pero la mente no tiene influencia sobre el cuerpo, aunque está causada por el cerebro. Los sucesos mentales son productos accesorios de los sucesos materiales.

La teoría basada en un dualismo cartesiano postula que la mente, alma o espíritu es inmaterial y la autoconsciencia, como propiedad de esa mente, está separada del cerebro que es físico e inconsciente. Esta teoría ha sido mantenida por Karl Popper y John Eccles; con este último yo colaboré en la Universidad del Estado de Nueva York en Buffalo en su periodo tardío de laboratorio en 1975. El problema que plantea esta teoría es que no explica cómo se produce la experiencia subjetiva, ni tampoco cómo funciona la interacción entre un ente inmaterial y otro material.

Otra teoría es la sostenida por Stuart Hameroff y Roger Penrose que supone que los microtúbulos, que se encuentran en toda célula nerviosa, están designados para permitir la coherencia cuántica y las conexiones cuánticas en todo el cerebro. La dificultad es que no explica cómo surge la experiencia subjetiva por lo que muchos autores concluyen que la teoría cuántica de la consciencia sustituye un misterio por otro. Penrose es también de la opinión que el fenómeno de la vida mental requiere un conocimiento de la física que aún no tenemos.

Superveniencia

El filósofo coreano Jaegwon Kim utiliza el término “superveniencia” (supervenience) para expresar el hecho de que un ámbito o dominio está determinado por otro. Por ejemplo, las propiedades biológicas supervienen o son supervenientes a las propiedades físicas, porque las propiedades biológicas de un sistema están determinadas por sus propiedades físicas. En una tabla de madera, por ejemplo, la madera superviene a las moléculas y las moléculas supervienen a los átomos. Lo mental sería, pues, superveniente a lo físico. La mente sería al cerebro como el rayo a las partículas cargadas eléctricamente.

Los electrones tienen masa y rotación, pero la electricidad tiene potencial e intensidad. Los componentes químicos tienen densidad y conductividad, mientras que los organismos biológicos tienen crecimiento y reproducción. A cada nivel hay propiedades distintas, propiedades “emergentes”. Sin embargo, la superveniencia no explica por qué y cómo la mente emerge del cerebro.

Los neurobiólogos Gerald Edelman, premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1972 por sus trabajos sobre el sistema inmunológico, y Giulio Tononi, proponen que la consciencia emerge cuando grandes grupos de neuronas forman un núcleo dinámico en el cerebro con conexiones que forman bucles entre la corteza y el tálamo. A estas conexiones Edelman les llama “mapas de reentrada”, parecido a lo que el psicólogo británico Nicholas Humphrey denomina “bucles de realimentación reverberantes sensoriales”. La idea en ambos es que el cerebro se refiere a sí mismo y esto es lo que desencadena la consciencia.

La alternativa al dualismo es el monismo que plantea que el cuerpo y la mente están hechos de la misma sustancia. Los idealistas piensan que todo es mental, los materialistas que todo es material. El filósofo Spinoza pensaba que sólo existía una sustancia y que la sustancia tenía dos propiedades: que era consciente y que tenía extensión.

Un ejemplo típico de la postura materialista es la sostenida por el filósofo francés Julien Offroy de LaMettrie que en su obra L’Homme machine (El hombre máquina) decía que la mente es una máquina hecha de materia y que el pensamiento era un proceso material.

Y el filósofo británico Bertrand Russell pensaba que lo mental y lo físico son diferentes formas de conocer la misma cosa, la primera por la consciencia y la segunda por los sentidos. La consciencia nos da un conocimiento directo, inmediato, de lo que hay en el cerebro, mientras que los sentidos pueden observar (posiblemente ayudado por instrumentos) lo que hay en el cerebro. La consciencia es, básicamente, otro sentido, un sentido que, en vez de percibir colores, olores o sonidos, percibe la verdadera naturaleza del cerebro.

Dudas sobre lo mental

El materialismo eliminativo es la doctrina que postula que los estados mentales no existen, o, al menos, que la terminología es equivocada y debería abandonarse. Tanto el filósofo alemán Paul Feyerabend como el filósofo norteamericano Richard Rorty niegan la existencia de lo mental. Lo mental no es más que un mito. Y el neurocientífico norteamericano Paul Churchland dice que lo mental es el sujeto de la “psicología popular”, y la psicología popular no es una ciencia. Adscribimos estados mentales a los individuos, pero en realidad sólo existen procesos cerebrales.

El filósofo estadounidense John Searle piensa que la consciencia no puede reducirse a los procesos neuronales que la causan, pero que la consciencia es una característica biológica del cerebro. Searle ataca tanto al dualismo como al materialismo diciendo que la división del mundo en materia y mente es arbitraria y contraproducente. En su opinión tenemos que tener en cuenta que la consciencia está causada por procesos cerebrales, pero no puede ser reducida a esos procesos porque es un fenómeno de “primera persona”, o subjetivo, mientras que los procesos cerebrales son fenómenos de “tercera persona”, es decir objetivos.

El psicólogo norteamericano Julian Jaynes estudió los documentos históricos, arqueológicos y biológicos de civilizaciones antiguas, llegando a la conclusión que hace unos 3000 años los humanos no tenían aún consciencia. Dependían aún, como otros primates, de reacciones aprendidas. Los individuos de civilizaciones desarrolladas antes de los 1000 años a.C. (en Asiria, Babilonia, Mesopotamia, Egipto) no eran verdaderamente conscientes. Libros antiguos, como la Ilíada o la Biblia fueron compuestos por personas no conscientes que no distinguían entre los sucesos reales y los imaginarios. Los personajes de esos libros actuaban inconscientemente tomando decisiones confiando en voces, en alucinaciones. Según este psicólogo la consciencia apareció en la Odisea y en las partes más recientes de la Biblia, hará unos 3000 años. Lógicamente, estas afirmaciones han sido muy discutidas.

El antropólogo británico Kenneth Oakley planteó que existirían tres niveles de consciencia que corresponderían a tres capas evolutivas del cerebro: la apercepción, controlada por las regiones más antiguas del cerebro y relacionada sólo con el condicionamiento; la consciencia, controlada por la corteza cerebral y el hipocampo y relacionada con la representación interna del mundo; y, finalmente, la auto-consciencia, dependiente de las regiones más modernas de la corteza cerebral y relacionada con la representación interna de la propia representación interna.

El lingüista sueco Peter Gardenfors ve en el lenguaje el último estadio en el proceso que lleva a la consciencia humana. Piensa que primero estuvieron las sensaciones, luego la atención, las emociones, la memoria, los pensamientos, la planificación, el yo, el libre albedrío y, finalmente, el lenguaje. La mayoría de estas facultades no son únicas en los humanos, ya que la mayoría de los mamíferos tienen emociones e incluso pensamientos. Los chimpancés llegan hasta la planificación, pero sólo los humanos tienen consciencia de sí mismos y lenguaje. Todos los animales tienen un cierto grado de consciencia, pero sólo mamíferos y aves tienen corteza que les permite representaciones separadas de la realidad por lo que pueden adivinar y planificar. Los pensamientos son representaciones internas del mundo, lo que permite a los animales que los tienen separarse del mundo inmediato, pudiendo crear más de un curso posible de acción.

Red de funciones cognitivas

El yo sería para Gardenfors un fenómeno emergente, una propiedad que surge de una red de funciones cognoscitivas relacionadas entre sí. El lenguaje, como último estadio en el ser humano requiere una representación interna sofisticada, que son los símbolos. Las representaciones de otros animales no están suficientemente separadas de la realidad exterior.

Nicholas Humphrey dice que ser consciente es tener sensaciones, como algo opuesto a las percepciones. Los animales desarrollaron dos formas de representación de la interacción entre el cuerpo y el entorno: unas cargadas de afecto que son las sensaciones y otras neutrales con respecto a los afectos que son las percepciones. Para Humphrey tenemos un “ojo interior” que se comporta como cualquier otro sentido, menos en el hecho de que su objeto es el propio cerebro. La consciencia me permite percibir el estado de mi cerebro.

El neurofisiólogo norteamericano William Calvin propuso la teoría llamada “darwinismo mental”. Según esta teoría, lo mismo que el sistema inmunológico y la evolución de las especies están impulsados por la selección natural, la vida mental también lo está. Los pensamientos se producen inconscientemente y el proceso darwiniano elige los mejores. Para Calvin, lo que pensamos está siempre en función de la acción; los pensamientos son sólo movimientos que no han sido aún realizados.

El psicólogo estadounidense Marcel Kinsbourne cree que la consciencia no es un producto de la actividad neural, sino la actividad neural misma. El cerebro no genera consciencia, sino que es consciente, por lo que no es necesario buscar una región que genere consciencia; no es la región lo que importa, sino el estado del circuito; cualquier región del cerebro puede ser consciente si sus circuitos están en un estado apropiado.

El matemático danés Tor Norretranders piensa que la consciencia no contiene casi ninguna información. La mayoría de los procesos mentales nunca alcanzan la consciencia. El cerebro descarta cantidades ingentes de información antes de que tenga lugar la consciencia, aunque esta información descartada tenga influencia sobre nuestra conducta. Esto significa que la consciencia trata sobre todo de lo que ocurre dentro de nosotros y no fuera. Los datos sensoriales se procesan de acuerdo con estructuras cerebrales y se comparan con los contenidos de la memoria, volviendo a ser procesados, y luego surge una sensación consciente. En esta sensación poco queda de los datos sensoriales originales. Nunca podemos experimentar los datos sensoriales originales, sino que experimentamos sólo los productos terminados. Con otras palabras: nuestro cerebro conoce mucho más de lo que conoce la consciencia.

Con esto no agotamos todas las teorías existentes sobre la consciencia, pero he elegido las que me parecieron más relevantes. Como vemos, hay opiniones para todos los gustos.

Origen y evolución de la consciencia

¿Cómo surge la consciencia en un individuo y cómo surgió en la evolución? Todos creemos que los humanos no nacen con consciencia y que la vida, como fenómeno natural no fue originalmente consciente. Existe, pues, un problema ontogenético, de cuándo surge la consciencia en un individuo, y un problema filogenético, de cuándo surgió la consciencia de la materia, si fue repentinamente en una especie determinada o por el desarrollo de ciertas estructuras cerebrales. La auto-consciencia surge en el niño en la segunda mitad del segundo año de vida, y depende de la memoria episódica y de la capacidad para la consciencia reflexiva.

Ya mencionamos que el psicólogo norteamericano Julian Jaynes piensa que surgió muy recientemente en el ser humano, en la época homérica. Por el contrario el neurofisiólogo australiano John Eccles pensaba que surgió con el neocórtex de los mamíferos y la bióloga norteamericana Lynn Margulis es de la opinión que la consciencia es una propiedad tan antigua como la vida de organismos unicelulares simples, hace miles de millones de años. Otros científicos piensan que la consciencia surgió por la necesidad de comunicación con otros individuos, es decir, que fue cercana al lenguaje. El filósofo austriaco Karl Popper decía que la consciencia emerge con el lenguaje, tanto ontogenética como filogenéticamente.

El psicólogo británico Nicholas Humphrey coincide con la opinión de que la función de la consciencia es la de interacción social con otras consciencias. La consciencia aporta a los humanos un modelo explicativo de su propia conducta y esta facultad es útil para la supervivencia; con otras palabras: los mejores psicólogos son los que mejor sobreviven. Al entender la propia mente, entienden también la mente de los demás y eso supone una ventaja evolutiva importante.

Sin embargo, la consciencia difícilmente contribuye a la supervivencia. Muchas veces nos deprimimos cuando pensamos en cosas futuras, como la vejez o la muerte. La consciencia muy a menudo resulta en una menor determinación y perseverancia. Visto así, no parece que sea el producto de una evolución darwiniana porque realmente lo que hace es debilitar nuestro sistema de supervivencia en esos casos.

El lingüista estadounidense Merlin Donald planteó que la mente moderna con pensamiento simbólico surgió de una forma de inteligencia no simbólica por absorción gradual de sistemas nuevos de representación. La mente humana se desarrolló en cuatro estadios que coinciden con los estadios de crecimiento cognoscitivo en humanos modernos. Los homínidos más antiguos estaban limitados a representaciones episódicas del conocimiento. La memoria episódica era útil para aprender asociaciones estímulo-respuesta, pero no podía recuperar memorias independientemente de las señales del entorno, es decir, no podía pensar. Estos seres episódicos vivían sus vidas totalmente en el presente.

El Homo erectus desarrolló un sistema “mimético” de representación. La mente podía recuperar memorias independientemente del entorno y era capaz de re-describir la experiencia. La mente tiene una representación del mundo y es capaz de adaptarse continuamente a los nuevos conocimientos. Estas representaciones permitían al individuo comunicar sus intenciones y deseos. En este estadio existía una especie de memoria colectiva. En el tercer estadio, el Homo sapiens adquirió el lenguaje y, por consiguiente, la capacidad de construir relatos y formar mitos que representan modelos integrados del mundo por los que los individuos podían generalizar y predecir acontecimientos. El lenguaje permitió contar historias en grupo.

Hace unos 50.000 años los humanos comenzaron a almacenar contenidos de memoria en el mundo exterior en vez de en sus cerebros (pinturas rupestres, figuras, calendarios, etc.). Finalmente, con la escritura, hará unos 10.000 años, los humanos modernos alcanzaron capacidades representativas simbólicas y la lógica. Es la mente “teórica”.

En otro orden de cosas se estima que existen unos 10.000 millones de células corticales en el hombre moderno, de los que 1.000 millones estarían en relación con el cuerpo. Así que 8.900 millones se utilizarían para procesos internos y para las conexiones con otras neuronas del sistema. Se estima que el cerebro del Australopiteco tendría 3.500 millones de neuronas por encima de las relacionadas con el cuerpo, comparadas con los 2.000 millones del gorila y los 2.400 millones del chimpancé.

El Homo habilis tendría unos 4.500 millones de interneuronas y el Homo erectus 7.000. Respecto al volumen, el Australopiteco tenía un cerebro de 500 c.c. frente a los 450 c.c. del gorila. El Homo habilis tenía unos 700 c.c., el Homo erectus unos 950-1050 c.c. y el Homo sapiens 1.350 c.c. Sin embargo, parece que el número de células no es determinante. El lingüista y neurólogo alemán Eric Lenneberg dice que el cambio más importante durante la expansión cerebral fue la interconexión entre las células.

Urracas tratando de quitarse la marca que se han visto en el espejo. Oliver Wrobel. PlosBiology.
Urracas tratando de quitarse la marca que se han visto en el espejo. Oliver Wrobel. PlosBiology.
Conciencia compartida

Aparte de nuestras experiencias cotidianas existen informes procedentes de estadios cognoscitivos que sugieren que los seres humanos no somos los únicos animales que tienen consciencia. Quizá seamos los únicos que somos conscientes de que somos conscientes, y, desde luego, los únicos que podemos informar de nuestro estado consciente mediante el lenguaje sintáctico.

Parece evidente que la consciencia surge sobre el sustrato biológico del sistema nervioso y, por tanto, es un estado adquirido a lo largo de la evolución. Se suele distinguir entre una consciencia sensorial, llamada también “consciencia primaria”, probablemente común a muchos animales, y una consciencia llamada metacognición o “consciencia de nivel superior”, única en el hombre.

Desde luego, si reconocerse en un espejo es señal de auto-consciencia, las ballenas, los delfines, los elefantes, los chimpancés, los gorilas, los orangutanes y los tamarinos poseen autoconsciencia. A favor de la presencia de consciencia en los mamíferos está el hecho de que todos poseen un sistema tálamo-cortical altamente desarrollado.

Informes sobre rendimientos considerables de la memoria en algunas aves, el aprendizaje vocal y la reproducción de lo aprendido, así como la discriminación en tareas difíciles, hace pensar que la consciencia surge en las aves, probablemente de manera independiente de los mamíferos. En la solución de problemas que parecen requerir habilidades cognoscitivas de alto nivel destacan también los cuervos que son capaces de utilizar herramientas de distinto tamaño y longitud de acuerdo con la dificultad de la tarea para obtener alimentos.

Se ha llegado incluso a plantear niveles muy simples de consciencia en cefalópodos, tales como los pulpos y las sepias a los que se le reconoce una capacidad cognoscitiva muy elevada en la discriminación de objetos, en atención y en memoria.

¿Cuándo surge, pues, la consciencia? El problema cuando intentamos saber si otros animales son conscientes es que los organismos no humanos no pueden hablar. Estamos convencidos de que pueden sentir placer y dolor, pero no podemos saber si son conscientes de esos sentimientos. Entre los humanos también los niños pequeños no pueden hablar, aunque también estamos convencidos de que pueden tener sentimientos como nosotros.

No obstante, ha habido controversias sobre si los bebés son capaces de sentir como los adultos. La circunsición suele realizarse sin anestesia y generalmente a los bebés se les prescribe dosis post-operativas de analgésicos inferiores a las que se utilizan para el adulto. Se les puede preguntar cuando se hacen mayores, pero existe lo que Freud llamó la amnesia infantil, algo que según él se producía porque los contenidos de la memoria estaban reprimidos. Explorando esa amnesia se ha podido comprobar que los bebés tienen una buena memoria a largo plazo y que esa información no sufre en la transición entre la vida pre-verbal y la verbal. Pero no podemos saber si en la vida pre-verbal el bebé tiene consciencia de esa memoria, ya que el recuerdo utiliza el lenguaje.

Por todo ello se ha sugerido que los bebés que aún no han aprendido a hablar no tienen recuerdos conscientes, mientras que los bebés parlantes sí los tienen. Que el lenguaje juegue un papel crítico en este proceso lo indica que las niñas, que suelen aprender antes a hablar que los niños, tienen recuerdos más antiguos de su niñez.

Se ha propuesto la existencia de dos tipos de memoria. El primer sistema operaría a lo largo de toda la vida y no puede accederse a él intencionalmente; el segundo sistema dependería del lenguaje y puede accederse a él intencionalmente. Otros autores han planteado que la memoria autobiográfica se desarrolla cuando lo hace el concepto del yo o de sí mismo. Los niños comienzan a utilizar la palabra ‘yo’ y ‘mi’ poco antes de los dos años de edad y ‘tú’ uno o dos meses después. Se calcula que el concepto del yo surge, pues entre los 18 y los 24 meses de edad. En resumen: que el acceso consciente al sistema autobiográfico que depende del hipocampo coincide con el desarrollo del lenguaje y con el desarrollo del concepto de sí mismo.

Correlatos neurales de la consciencia

Cuerpo y cerebro son observables por terceros. Pero la mente sólo es accesible por el que la posee. Los pesimistas niegan la posibilidad de salvar esa distancia. Sólo podremos describir los correlatos de estados mentales, pero no cómo esos correlatos generan la consciencia, el sentido del yo. Otros argumentan que es absurdo llevar a cabo una investigación sobre la mente que es el instrumento que se emplea en la búsqueda de la solución del problema.

Algunos científicos han abordado la prometedora tarea de buscar los correlatos neuronales específicos de la consciencia. Los diversos autores proponen diferentes estructuras del cerebro para el asiento de la consciencia, estructuras como los núcleos talámicos intralaminares, el núcleo reticular, la formación reticular mesencefálica, la red intracortical tangencial de las capas I y II y los bucles tálamo-corticales.

Para Francis Crick y Christof Koch la mejor manera de abordar el tema de la consciencia es concentrarse en encontrar sus correlatos neuronales y las funciones cerebrales que dan lugar a las experiencias conscientes.

Edelman y Tononi piensan que el sustrato neuronal de la consciencia comprende grandes poblaciones de neuronas – en especial las del sistema tálamo-cortical – que se encuentran ampliamente distribuidas por todo el cerebro. Por otro lado, ningún área concreta y única del cerebro es responsable de la experiencia consciente.

Las únicas lesiones cerebrales localizadas que tienen como resultado la pérdida de la consciencia son las que suelen afectar al llamado sistema reticular de activación, situado en las porciones superiores del tronco cerebral (las regiones superiores de la protuberancia y el mesencéfalo) hasta el hipotálamo posterior, los llamados núcleos talámicos intralaminares y reticulares y el cerebro basal anterior. Su actividad es esencial para el mantenimiento del estado de la consciencia. Se supone que no genera consciencia por sí mismo.

En seres humanos se han identificado varios correlatos de la consciencia, como el bucle tálamo-cortical, un EEG característico de ondas frecuentes y de baja amplitud que va de 12-70 Hz y la formación reticular mesencefálica. Se ha propuesto que la descarga sincrónica de neuronas corticales, con una frecuencia de 40 Hz, también conocida como oscilación gamma, sea el correlato neural de la consciencia y sirva para unir la actividad de diversas áreas corticales, en relación con un mismo objeto. Pero estudios recientes en sujetos anestesiados han podido mostrar que la frecuencia de 40 Hz puede existir sin consciencia.

Se ha postulado que las células piramidales de la capa V y VI de la corteza, cuyos axones proyectan fuera de la corteza, serían responsables de la consciencia visual.

Los neurocientíficos británicos Karl Friston y Richard Frackowiak mostraron que las áreas que disminuyeron su actividad cuando una actividad motriz es aprendida son la corteza prefrontal y el área motriz suplementaria, lo que puede indicar que estas regiones cerebrales están implicadas en la producción de consciencia. La corteza prefrontal se sabe que está implicada en la toma de decisiones y el AMS es uno de los lugares implicados en la iniciación de la acción. Las regiones que participan en el control inconsciente de la actividad motriz son probablemente la corteza parietal posterior y el cerebelo. Es sorprendente la cantidad de corteza cerebral que puede perderse sin que el individuo pierda la consciencia.

El neurocirujano norteamericano Joseph Bogen tenía dos pacientes que tras una operación habían conservado sólo el hemisferio derecho. Perdieron las funciones sensoriales y motoras de la parte derecha del cuerpo y casi toda la capacidad de hablar, pero los sujetos estaban conscientes y respondían apropiadamente a los estímulos.

Consciencia ocasional

El nivel de consciencia se regula por el Sistema Activador Reticular Ascendente, descubierto por Moruzzi y Magoun en 1949 y que es la formación reticular que se extiende por el bulbo, la protuberancia y el mesencéfalo. Las neuronas necesitan mantener un nivel de actividad determinado. La formación reticular actúa no sólo modificando el nivel de actividad, sino también modulando las entradas y salidas, sobre todo las que salen de la médula espinal. Podemos modular los niveles de consciencia alterando la actividad de la formación reticular probablemente desde la corteza prefrontal. Estas estructuras son necesarias, pero no suficientes para la consciencia. Se necesita también la actividad de neuronas corticales.

El núcleo reticular del tálamo funciona como un interruptor para la consciencia. Cuando el nivel de activación del tronco del encéfalo disminuye, los circuitos tálamo-corticales comienzan a oscilar. Este ritmo sincrónico contribuye a la pérdida global de consciencia como ocurre en el sueño no REM. En el EEG se ven los husos característicos del sueño y las ondas lentas. A este fenómeno se le ha llamado “sincronización del EEG”.

Cuatro neurotransmisores juegan un papel en la función cerebral: el sistema noradrenérgico del locus coeruleus, el sistema serotoninérgico de los núcleos del rafe, el sistema dopaminérgico del mesencéfalo y el sistema histaminérgico del hipotálamo. La noradrenalina y la histamina están implicadas en la vigilia, la alerta y la atención; la serotonina en frenar la acción motora, ayudándola para que sea estímulo- y situación- específica; la dopamina apoyando y facilitando el movimiento, la emoción positiva y el pensamiento.

En la visión hay una vía que va desde la retina a la corteza visual primaria, pasando por el núcleo geniculado lateral. Esa vía no implica consciencia. En la corteza visual primaria, la información se dirige luego a las áreas corticales donde está representado el movimiento y a otras donde se representa el color; de ahí pasa la información a células que reconocen los objetos en la corteza asociativa temporal inferior, donde la información se hace consciente.

La cuestión es: ¿cómo se explica que unas descargas neuronales de una región asociativa de la corteza pueda ir acompañadas de consciencia y otras no? Gerald Edelman piensa que esa pregunta puede contestarse con lo que él llama “darwinismo neural”, que trata sobre la cooperación y competición entre grandes grupos de neuronas; las que salen triunfantes de esta competición serían las que van acompañadas de consciencia. A esto Edelman le llamó la “hipótesis del núcleo dinámico”.

Se sabe asimismo que la vía visual dorsal, que va desde el área visual primaria hacia la corteza asociativa parietal, también llamada la vía del “dónde”, que es capaz de localizar los objetos en el espacio, es inconsciente, mientras que la vía ventral que se dirige a las áreas asociativas temporales, llamada vía del “qué” es consciente. Las proyecciones de la corteza parietal a las áreas premotoras son inconscientes, mientras que las proyecciones de corteza parietal a la corteza prefrontal están relacionadas con la consciencia.

Experimentos realizados por Benjamín Libet mostraron que era necesario estimular la corteza somestésica con un tren de impulsos de al menos medio segundo para producir una experiencia consciente. Libet llamó a este fenómeno la “adecuación neural para la consciencia”. Este hecho significa que la consciencia tiene que estar mucho más atrás en el tiempo que los sucesos del mundo real y, por tanto, tiene que ser inútil para responder a un mundo que se mueve rápidamente.

La consciencia no es un fenómeno todo-o-nada, sino que existen diversos niveles de consciencia. Y la transición de la inconsciencia a la consciencia no es simplemente un cambio de una inactividad a una actividad neuronal, sino que supone un cambio en lo que hacen las neuronas, cambio que hoy por hoy es desconocido.

Todos estos resultados indican que la consciencia es un producto de la actividad cerebral, pero que muchas de las actividades de las neuronas cerebrales no van acompañadas de consciencia.

¿Máquinas con consciencia?

¿Puede crearse consciencia en una máquina? Los ordenadores pueden resolver problemas que los humanos encuentran difíciles, como la comprobación de teoremas, pero tienen enormes dificultades en tareas fáciles para los humanos, como el reconocimiento de objetos y la manipulación de los mismos.

En 1997 el mejor jugador del mundo de ajedrez, Gary Kasparov fue vencido por “Deep Blue”, un ordenador IBM. El ordenador era capaz de calcular 200 millones de posiciones de las fichas del ajedrez por segundo, mientras que Kasparov sólo podía procesar tres o cuatro posiciones. Además, el ordenador no estaba sometido a emociones o a estrés. La pregunta que se plantea es la siguiente: si Kasparov es considerado un ser inteligente, ¿por qué no podemos darle a Deep Blue la misma consideración?

Uno de los ataques más relevantes a la idea de que la IA podría desarrollar una mente ha sido la llamada Habitación China del filósofo estadounidense John Searle, un “Gedankenexperiment” en el que una persona en una habitación recibe caracteres chinos, los procesa siguiendo una serie de reglas, saca los resultados correctos sin entender lo que significan.

Aunque muchas actividades y acciones complejas pueden realizarse de manera inconsciente, actividades más dinámicas e interactivas, como el diálogo interpersonal, sólo puede llevarse a cabo de manera consciente.

Ahora mismo, en Internet, hay unidos cientos de millones de ordenadores, y el ancho de banda de las conexiones crece cada año. Algunas personas afirman que si Internet sigue creciendo llegará a un tamaño en el que inevitablemente se volverá consciente.

En los últimos 50 años la densidad de empaquetamiento de transistores en los circuitos integrados se dobla aproximadamente cada dos años. Esta tasa de crecimiento exponencial, llamada la ley de Moore, se espera que continúe durante una década o dos, lo que supone un aumento del rendimiento y una disminución de los costes. Se ha calculado que en el año 2019 un ordenador típico de mesa tendrá la capacidad del cerebro humano y costará sólo unos 1000 dólares. Y se calcula que el año 2029 se podrá construir una máquina que pase el test de Touring.

En 1950 Alan Touring planteó la respuesta a la pregunta: “¿Pueden pensar las máquinas?”. El test que lleva su nombre se aprobaría si durante 5 minutos la máquina podría responder de tal manera que el interrogador no pudiese distinguirla de un ser humano. Supongo que se necesitará más que pasar el test de Touring para que una máquina genere consciencia.

Conclusiones

El dualismo que subyace a algunas de las teorías sobre la consciencia plantea una cuestión importante, a saber cómo superarlo, ya que a lo largo de la historia de la filosofía este dualismo no ha podido aclarar cómo es posible que un ente inmaterial pueda interaccionar con la materia que es el cerebro. Por tanto, entiendo que la superación de esta visión dualista ha ayudado mucho a la neurociencia para plantearse el estudio de las funciones mentales, considerando éstas como el producto de la actividad cerebral.

Ahora bien, la cuestión no es tan fácil, ya que considero imposible liberarse completamente del pensamiento o la visión dualista. Y pienso que es imposible porque supongo que esta forma de pensamiento en antinomias o antítesis podría bien ser una categoría más de nuestra mente con la que analizamos el mundo. Estoy convencido de que nuestro pensamiento lógico-analista es dualista, nos hace ver el mundo en antinomias o conceptos contrarios.

Todos tenemos la impresión de que nuestra experiencia consciente subjetiva es algo distinto del mundo físico que nos rodea y, si el cerebro pertenece a ese mundo físico, como es el caso, nos resulta muy sencillo separar la actividad cerebral de las experiencias subjetivas. De ahí que el pensamiento dualista sea común a mitos y religiones, a la filosofía y a la ciencia.

Me hace pensar en una predisposición genética que denomino “pensamiento dualista”, aunque ya previamente el psiquiatra de Pensilvania Eugene D’Aquili, fallecido en 1998, lo llamó “operador binario”, una estructura, módulo o dispositivo neural que estaría localizado en el lóbulo parietal inferior izquierdo. El neuropsicólogo ruso Alejandro Luria tuvo un paciente con una lesión en esa región cerebral y el sujeto no podía ya distinguir entre los conceptos contradictorios, como arriba/abajo, delante/detrás o antes y después. Había perdido la visión dualista del mundo que nos caracteriza.

Si esto es cierto, entonces el dualismo que parecemos percibir en la naturaleza no es tal, sino simplemente que nuestro cerebro lo percibe así, pero que no existe en la naturaleza, en el mundo exterior.

A mi entender, esta manera de ver el problema de la consciencia dificulta enormemente su solución. En otro lugar he argumentado que la experiencia mística, producida no sólo espontáneamente, sino provocada experimentalmente por estimulación de ciertas regiones del cerebro, es una experiencia en la que una de sus características es la anulación de la visión dualista, o sea, la desaparición del yo frente al mundo, uniéndose el sujeto con la naturaleza, el vacío o Dios.

Este hecho nos está diciendo, en mi opinión, que la visión dualista no es la única posible con la que el cerebro se enfrenta a la realidad exterior. Pero también nos dice que el cerebro es capaz de generar experiencias espirituales, es decir, que considerar a este órgano como materia, simplemente, no sería correcto. Más bien habría que hablar de algo así como “espiriteria”, o sea la contracción de espíritu y materia.

Esto quiere decir que los conceptos “materialismo”, “espiritualismo”, no son otra cosa que “dualismos cojos” en el sentido que de la partición dualista de una totalidad eligen solamente una parte.

En cualquier caso, espero que haya quedado claro que estamos aún lejos de comprender el salto cualitativo que supone pasar de la actividad neuronal del cerebro a la experiencia subjetiva de la consciencia. Aquellos que opinan que este es un enigma insoluble y que nunca llegaremos a encontrar una solución deberían considerar los enormes avances que ha experimentado la neurociencia, sobre todo en la segunda mitad del siglo pasado, y deberían asimismo pensar que en ciencia la palabra “nunca” no debe utilizarse. Por mi parte, considero que es posible que sea el resultado de una visión dualista que habría que superar.



Conferencia pronunciada por el Prof. F. J. Rubia en la Real Academia Nacional de Medicina el 12 de enero de 2010, con motivo de la inauguración del curso académico. Este texto se publicó originalmente en el blog Neurociencias del autor en Tendencias21. Francisco J. Rubia Vila es Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, y también lo fue de la Universidad Ludwig Maximillian de Munich, así como Consejero Científico de dicha Universidad.



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64.Publicado por Sr.Francisci el 07/07/2018 20:42
Perdonen que siginifica la imagen de arriba?

63.Publicado por Trakas el 12/03/2018 20:21
La vida es propiedad de la materia dinámica. Esta propiedad se manifiesta como vida orgánica cuando una entidad dinámica alcanza cierto nivel de integración evolutiva, el de las algas, por ejemplo, en las cuales el fenómeno de la individuación aparece por primera vez en la historia del proceso de integración evolutiva. Y mucho después, a su debido tiempo, aparece la conciencia y el pensamiento, en los seres que alcanzaron el último nivel de integración evolutiva, logrado hasta la fecha.

62.Publicado por manuel el 24/02/2016 13:56
ni el cuerpo ni la mente
somos el alma
cuando mira al cuerpo, ella ve a la mente
cuando mira a la mente, ella ve el cuerpo
ni el cuerpo ni la mente son reales
sólo el alma
que vive en Absurdia eternamente
igual que una ecuación que describe el campo unificado o un móvil perpétuo de primera especie
es el espacio entelequial
en donde las actualizaciones están en estado potencial


61.Publicado por Nolberto salinas el 13/04/2014 21:22
La consciencia es un gran misterio y será irresoluble hasta que cambiemos en enfoque de cómo experimentamos el mundo.
El dualismo implicito o explicito en las neurociencias es el que crea la imposibilidad de comprender la consciencia. Sin embargo, si analizamos sin prejuicios que es aquello que experimentamos cuando decimos que somos conscientes, vemos que la famosa paradoja o el problema difícil se disuelve...
Nótese que la Neurociencia no da explicación al "efecto ventana". Esta sensción de ver hacia afuera cuando el proceso de ls visión es esencialmente interno.
Si asumimos que de acuerdo a la ciencia vigente todos los conductos sensoriales recogen información desde un exterior absolutamente desconocido y dentro de nuestra cabeza generan un universo 3D en el cual somos y nos movemos, debemos llegar a una conclusión forzoza y sorprendente: el solipsismo es no una idea afiebrada de filosófos extravagantes, es un hecho científico.
Cuando la ciencia nos asegura que el fenómeno de la percepción se produce en el cerebro , cada individuo vive enclaustrado en el.
Mas información:

http://neurometafisicaxxi.blogspot.com/2014/03/introduccion-la-paradoja-neurometafisica.html

60.Publicado por Kir Ku Yan el 02/02/2014 09:24
toda esta pagina es una enorme palabrería que desemboca en la confusión.

Cada científico sienta las premisas de sus ideas.
Por ejemplo: Einstein dice la velocidad de la luz es la mayor velocidad posible. Posteriormente envuelve su idea en un sin fin de formulas matemáticas, que ni el mismo entiende y llega a la conclusión de que (E = m * c^29). Esta formula vale si la velocidad de la luz es la mayor que existe. Ahora viene José A. y dice: Teoría de las dos linternas enfocadas en sentido contrario Los fotones( que por cierto no tienen masa) de esas dos linternas una vez encendidas se separan uno del otro a 600.000 Km/s. Esto es bien cierto.
Pero y si se piensa ahora que esas dos linternas van sobre dos vehículos que se desplazan en sentidos opuestos¿ los fotones de nuestro experimento se separarían a
600.000 +2 v. vehículos ¿Que?. Por ultimo.
Conciencia= memoria Consciencia= Percepción ¿Para que mas?

59.Publicado por María el 26/10/2013 01:03
Está claro, el uso, la función,la repatición, la necesidad, la curiosidad, la búsqueda crea el órgano.

58.Publicado por ente el 27/07/2013 19:55
La interpretacion de la realidad que genera el cerebro es un flujo electrico, este flujo electrico es informacion ordenada generando una realidad virtual donde toda la informacion esta relacionada con toda la informacion, este Flujo electrico ordenado se plasma en el campo cuantico o vacio cuantico, el vacio cuantico se identifica con la realidad virtual generada por el cerebro. Por lo tanto el que "Observa" finalmente es el vacio cuantico, este vacio cuantico es el receptor, este receptor no tiene voluntad ni eleccion ni nada, es un obervador vacio carente logicamente de toda cualidad humana, solo se identifica 100% por la realidad virtual generada por el cerebro. Por lo tanto el YO y todo lo que soy es un engaño perfecto del cual no puedo ser conciente. Existo pero soy completamente irreal, y no puedo ser conciente de mi irrealidad. Eso explica porque soy justo YO y no soy otros, para ser justo Yo debo ser todos los demas, no puedo haber saltado el infinito para ser justo lo que soy, eso no tiene logica. Todos somos uno , todos somos el vacio cuantico.

57.Publicado por Carmi el 30/07/2011 15:20
La conciencia como juez depende de la crianza , del entorno , de la cultura madre....uniendo todo eso tenemos a un juez mas o menos severo. La conciencia como conocimiento del ser, generalmente responde a la información genética humana, es atávica....Pero, si a un ser humano se le cría como a un animal, intuye que no es animal, es consciente que no pertenece a ese reino, pero no SABE, a lo que llegamos....el nivel de consciencia es más alto de acuerdo y respondiendo a lo primero.....La cultura(origen, normas y leyes,modos,, costumbres) madre.

56.Publicado por Nando esteso el 14/06/2011 21:51
Les envio la direccion donde pueden leer una carta para la revista redes para la ciencia con la que intento completar y aclarar estos temas sobre la dualidad y la consciencia. Espero les sirva de ayuda.

http://losviajesdenando.foro-activo.es/t21-articulo-de-opinion-a-la-revista-redes-para-la-ciencia

Primero, explicare y ampliare el segundo artículo “Dos hemisferios para dos formas de mirar” con el fin de poder proporcionar más información sobre este tema y abrir otra forma de visualizar como trabaja el cerebro y lo que recrea nuestra mente, para luego utilizar el primer artículo “Eduard Punset charla con Alun Anderson” como ejemplo de lo explicado anteriormente, analizando el enfoque y funcionamiento del cerebro sobre los dos hemisferios del entrevistado, su manera de enfocar la realidad, que nos llevara a entender mucho mejor el tercer articulo “la maldad bajo lupa”, y podremos observar como confluyen en materia mental y cerebral, la ciencia y la espiritualidad, la física cuántica y la teología, oriente y occidente en un mismo punto.

Saludos.

55.Publicado por Eduardo Coli el 16/05/2011 00:25
El asunto complejo , es demostrar como a pesar de nuestra presunta independencia , singularidad operativa, en ningún momento podemos dejar de estar conectado interrelacionado a los acontecimientos dinámicos informativo del propio universo, que como información vital esencial, tanto que como materia y otros, nos transita, transcurre, através de nuestra propia complejidad y proceso estructurales operativos, la conciencia es un fenómeno, un acontecimiento en relación y vinculación a tal información, flujo de acontecimientos proporcionado por el medio exterior.

Querer explicar la conciencia, en forma aislada, reducida, desvinculada de la complejidad del propio universo, es una locura, querer aducirla y reducirla a fenómenos neuronales, a conexiones y procesos químicos neuronales y otras tantas reducciones por el estilo, es una locura.

En ningún momento dejamos de ser de ser parte de la dinámica operativa productiva del acontecimiento dinámico del propio universo, tener y ser conciente de nuestra singularidad, precariedad y vulnerabilidad en oposición y contradicción a las propias fuerza que nos constituyan, generadas y difundidas por el propio universo. Dependemos del universo para ser, para constituirnos, como de las otras formas de ser constituidas por el universo, ay que ver quien se come a quien, quien se vale de quien para sobrevivir.


Estas fuerzas dadoras portadoras, como constitutivas de la vida, también se sirven y alimentan de nosotros, de aquí nuestra confrontación dinámica contradictoria con toda esta información, como especie de lucha, contra toda esta acción operativa productiva de esta fuerza del universo, que tienden a engullirnos a devorarnos, no más nos descuidemos, como fenómeno singular.

Contra todas estas fuerza información del medio el universo viviente del que nos servimos para constituirnos, conformarnos en nuestra precaria, vulnerable, dependienta singularidad, latiente y sangrante.

Cuando digo que el universo en ningún momento ni en ninguna instancia, deja de actuar, participar, acontecer en nuestra y por nuestra singularidad, diferenciación y autoconstitución espacial-temporal personal, lo digo tal sentido.

Dígame si conocen alguien que viva absolutamente desvinculado del universo, al margen del universo, será todo un placer conocerlo.

Esta nuestra civilización cultura, por ejemplo, se sirve, autoalimenta de sus frutos, de la captura, la formación y el cultivo de nuestra vida, se sirve del ellas para ser.

En tal sentido, nos acondiciona en sus medios, tanto que acondiciona y determina los niveles operativos cognitivos de nuestra conciencia (conocimiento y saber subordinado), ya que actúa opera, como un fantasma , impostado a través de ellas, para explotarnos y actuar a través de ellas, de la mejor manera y al más bajo costo, como nosotros los hacemos , o mejor dicho aleccionados por esta nuestra civilización, lo hacemos con la gallinas, los pollos, y toda una serie de cultivos por el estilo, en algunos caso brindándoles todas las comodidades, calefacción, confort, comida a discreción, a extremos que los mismo no tiene que pararse para comer.

Esto es todo una manipulación y un acondicionamiento mental, una instrucción aleccionamiento de la conciencia de estos pobres animales, manipulación sostenida y mantenida por al complejidad del sistema, al que se encuentra subordinados, supuestamente adaptados a estos artificiales medios contextos, entornos, proporcionados, creados, pensados por el sistema, al que sirven y alimenta, pobres animales que ya no saben quienes son, ni de donde vienen, inseminación artificial y incubadora mediante.

Estos sufren toda una alteración, distorsión de sus vínculos y relaciones, e interacciones con el medio originario, relaciones y vínculos determinantes de su conciencia.

Ya que es este entorno, este medio artificial, el que transcurre como información por sus cabezas, conciencias, en tanto esto, ya no saben y dudan de cual es su medio entrono espacio de experiencia, al perder totalmente sus relaciones y vínculos interactivos con su medio originario, que ya no existe para ellos, como para nosotros los sujetos vivos, como seres humanos.

Intentar comprender y cuestionarnos por la conciencia, (¿cual conciencia?) , en relación a los presos operativo de nuestra mente, a el transito de que mundo, de que realidad, de que información, emitida y difunda por las condiciones reales del medio de pertenecía y sustentación de nuestra vida.

¿Cual medio, cual información, que trancito, contacto operativo, como fenómenos de conciencia son estos? ¿Que clase de información, es esta, caracterizada y propuesta por los medios humanos, socioculturales totalmente artificiales, determinados y pensados, como cejados en función del dominio y explotación, como depreciación, depredación de la vida, lo viviente?

Jamás creados y pospuesto, pensados y desarrollados como espacios y medios, para el estimulo, la potencialización, para el desarrollo de la comprensión, el respeto, la consideración, el amor, la libertad, de la vida, lo viviente, hacia la vida, lo viviente, por poner o proponer un ejemplo, estos espacios y medios para percibir, auto experimentar, tendería que ser muy otros espacios y medios , para alcanzar a experimentar muy estados de conciencia, emociones, sentimientos, pensamientos y respuesta, que lamentablemente aun no existen.

El problema es el de ser conciente, de que nunca se puede dejar de ser parte participada, informada, del trancito de la información y las condiciónales, emitidas impuestas, como difundidas por nuestro medio, mundo, entrono, universo, de vinculaciones y relaciones interacciones, como de pertenecía.

¿Que es estar vivo? La conciencia acontece, es un acontecimiento en relación y vinculación con esta información, personalmente operada, procesada, interpretada, conjugada, por los fenómenos organizativos, operativos productivos, de nuestra singularidad orgánica, viviente.

En tanto esto, como acontecimiento también es una muy potente acción, fuerza y poder dinámica, emitido por las circunstancias y los alcancé, operativos-productivos pensantes de las intenciones y los objetivos, sociales culturales de nuestro medio de pertenecía, que impactan, hacen carne, en nosotros, para actuar ejecutarse en actos através de nosotros, nuestras manos, corazones y tripas, como cabezas, terminales operativos-ejecutivos pensantes convertidos en meros agentes, operadores , como operarios a sueldo, subordinados a su acción, fuerza y poder.

La conciencia acontece y es un acontecimiento una acción dinámica, un efecto como fenómeno, de la compleja interacción, dependencia, sometimiento y subordinación que como súbitos operadores dependientes, tenemos con el medio, a nivel de la recepción y el trancito informativo de sus condicionantes y órdenes.

Este fenómeno, “el de nuestra conciencia” solo es dable, explicable y apreciable através y / o por medio de otro acontecimiento dinámico como muy complejo, como el concerniente a la organización dinámica, operativa, del ser y no ser, de un organismo, nuestro organismo.

Es decir a la creación y destrucción, a la vida-muerte computable como organización operativa y dinámica, como una constante operacional de todo fenómeno acontecimiento viviente. Un ser que no muere, no vive, uno que no vive, no muere constantemente en toda instancia.

A partir de la sustentación dinámica operativa de esta diferenciación espacial-temporal, operada sustentada por la actividad organizacional viviente, a partir de ella y por ella acontece el fenómeno conciente, acontece, corre, transita, como una corriente informativa, por medio de tal acontecimiento operativo, representable como el sistema vivo, la información viaja, se difunde propaga, como nuestro medio, contexto, universo de pertenecía.

La operatividad viviente se auto informa, o es informada, transitada, participada, de la materia, la información, la energía, de sus condicionantes, donde tiene lugar su insólito acontecimiento emergente, através del operativo, mediado representable como el sistema vivo, por el que se esparce y difunde en su organización.

Para variar la comprensión estableceré una metáfora totalmente distinta como un modelo en este caso artificial, pero con cierto grado de analogía de tal complejo acontecimiento.

Pongamos por caso la estructuración operativa funcional de nuestros televisores, imaginemos su pantalla dada vuelta, para una percepción interna, una autoconciencia ideo imaginativa interna, personal singular, como auto elaboración de sus operaciones y proceso internos, para la sintonización y recepción de la información difundida irradiada por las condicionantes del medio externo, su apta y compleja funcionalidad aparenta ser independiente y ajena, es decir personal, es decir, mi televisor, en su diferenciación y singularidad física espacial-temporal, del medio y el entrono, tiene que estar sano, para ser capaz de funcionar operar, difundir y auto experimentar , como auto propagar auto protagonizar un programa.

Esto a partir de la dependencia con los proceso y suministros de la corriente del medio exterior, para posteriormente recién hacer conciencia, o intentar hacer conciencia, en el sentido de lo que seria recibir , vivir, o permitir que por el transite la información, la experiencia y la vida de su ser conciente. En este caso, a partir de la recepción de la programación, información y señales de su medio mundo exterior, y a partir de esta, y su proceso de recodificación significativa y operativa, hacer conciencia, tener conciencia, vivir y auto experimentar, como participar de una conciencia específica, que puede llegar hacer común y colectiva, es decir cotejada por otros televisores, conciencias aislada sen su singularidad, siempre y cuando se encuentren alineados, programados par sintonizar una misma señal televisiva difundida por los interese programáticos de su mundo exterior.

Lo que percibe, vive y produce un ingeniero, un doctor, un abogado, como conocimiento y alcances de su conciencia, esta determinado por su estructuración operativa productiva, por la configuración operativa productiva de su canal, suministrada por los interese de la cultura la sociedad de pertenencia, a la que responde, obedece con su trabajo, difusión operativa productiva de sus conocimientos, generación de su producción, que claramente difiere con otras conciencias, auto estructuradas, auto programadas para producir, vivir, generar, auto experimentar otros niveles de realidad.

El problema aquí; es que la estructuración mental procesal que juega aquí, como una compleja descodificación de las trasmisiones de la difusión lingüísticas, de las condicionantes operativas del orden social cultural, están pautada y auto determinada de antemano, en el ser físico, singular operativo del individuo.

El televisor en cuestión, como una acondiciónate estructural de mi televisor, en este caso en nosotros, como supuestas y muy autónomas singularidades, maquinas independientes, estructuradas por las intenciones operativas productivas del sistema exterior, es decir por las fuerza y los intereses operativos productivos del orden social-cultural, como una acondiciónate estructural, ideada y desarrollada por la cultural, la sociedad, interesada de que vivamos experimentemos, protagonicemos determinada conciencia-productividad, o nivel de conciencia y realidad, en concordación con sus intereses y objetivos programáticos productivos, y no otros ordenes y otras cosas, niveles y capacidades de conciencia perceptiva.

El organismo vivo responde operativamente, productivamente, tanto que depende absolutamente de ello, de la salud metal operacional de su repuesta en relación a las condicionantes y exigencias interacciónales con el medio de pertenencia, ya que le es esencial, esta conciencia, este trancito de la información que le suministra los niéveles de cognición, o el nivel de percepción que le es precisó para responder concordantemente, productivamente a su medio, en este caso ya como un agente , un televisor lesionado, determinado, caracterizado y estructurado, como programado por la educación, para percibir cierto nivel de realidad conciencia y no otro, en función, y a modo de respuesta de la funcionalidad de los intereses de la sociedad la cultura de pertenecía.







54.Publicado por luigigen el 14/05/2011 21:00
Hombre:" materia prima excelente.........con construcción deficiente".-

qt[http://cienciacosmoglobal.blogspot.com/2011/03/cuando-yo-no-era.html

53.Publicado por Eduardo Coli el 14/05/2011 05:19

Algo sobre los sentidos de la mecánica de mis procesos mentales, en relación con lo efectos operativos dinámicos de mi auto regulada conciencia.


Aparentemente todo hace suponer, de que podemos abandonar el cambio, el movimiento, la transformación, fugar relativamente del espacio y el tiempo, en el curso del desenvolvimiento de su movimiento, como substraernos a él.

Sostengo que este efecto, como fenómeno, es sostenido, mantenido, tanto que creado por nuestras dinámicas facultades, capacidades mentales, de servirse y valerse de la fuerza, el sentido del movimiento, como el de la creación y rotación subyacentes de los acontecimientos, para invertirlos en su auto creación generación de nuestro auto movimiento singular.

Capacidades y facultades mentales caracterizadas por un complejo manejo del cambio, el movimiento y la transformación, es decir de darle sentido dirección como propiedades ( propias) a la creación, al movimiento, sostenido impulsado por el universo ( operativamente nos caracterizaríamos por poder afectar , torcer, trocar, doblar, como usar cualquier acontecimiento, su masa, energía velocidad, para invertir su fuerza, poder dirección , o desviarla hacia la conformación dinámica de otras realidades, alternado talamete el curso y la dirección originaría de los acontecimientos, en tal sentido afectamos el medio y el entrono, su dirección) por virtud de la auto generación de un espacio y tiempo particular, propio, singular, en relación y vinculación, como con cierta correspondencia y dependencia con el alto movimiento, la alta fuerza, dinámica del desplazamiento de la energía creativa, disipada liberada impulsada, por la dinámica de un espacio y tiempo universal en una acelerada expansión.

Increíblemente por una muy compleja capacidad de rotación, distorsión, inversión, captación, como utilización capitalización de partes de tales fuerzas acontecimientos, liberados por el universo como energía, creación, para invertirlas emplearlas como fuerza propia, contra de las fuerzas y energías implicadas en la expansión del universo.

Esta supuesta capitalización captación inversión, enrolamiento, de la energía la materia, captura, apresada y manos de nuestros procesos y facultades operativas, como he inversión de las misma, que conllevan el surgimiento emergente de todo un muy complejo campo mental, personal singular, el espacio-tiempo, o recinto del dominio tenido como el de nuestra conciencia, por virtud de una muy dinámica acción mental, como acceso a un excedente de vitalidad, energía propia, para una presunta auto constitución del gobierno conciente de nuestra pretendida singularidad, por la que podemos diferenciarnos y caracterizarnos, supuestamente como sujetos autónomos.

Como quien crea agujeros, tubos, formas como remolinos, especie de auto tornados, auto limitados, y auto manejables en su auto existencias, o tiene, y toma, o adquiere el poder procesal, operativo, de crearlos, genéralos, por los niveles dinámicos y concéntricos de nuestra singular rotación, capitalización de la energía subyacente, que esta en correlación a la expansión dinámica del propio universo. Como si un remolino de agua, o energía, adquirirá la conciencia dinámica procesal, operativa, de su constitución, centralidad y vulnerabilidad ante el medio dinámico en el que se suscita y auto sustenta.

En tanto esto; nuestro espacio tiempo, como recinto personal, el de la pretendida conciencia propia , como el del pretendido espacio perceptivo, al auto encapsularnos en un muy dinámico auto movimiento personal, en contra y por efecto del movimiento universal al que nos oponemos por necesidad de diferenciarnos, auto diferenciarnos como sujeto dinámicos, del movimiento, la energía, la inercia, con la que se caracteriza toda la acción fluida y dinámica de la productividad del propio universo. Aprovechamiento operable, dirigible, sustentable mentalmente, como orientado, gobernado, a través del manejo del movimiento los cambios y la transformación de las cosas suscitadas por el movimiento del espacio y él tiempo.

Todo aparenta indicar que nuestra mente o efectos mentales pueden rotar, tomar o invertirse en contra de la dirección y el curso del movimiento universal, logrando el efecto y la ilusión de inmovilidad mental, como la de un trompo dormido sobre su giro, como la de una penetración y subdivisión mental de la realidad o el movimiento, como la percepción de viajar en sentido contrario, como quien viaja, cae, o penetra, retrocediendo hacia el centro del movimiento, el origen del universo.

Perfectamente auto asilado, autos encapsulados en el propio auto operado movimiento, con que nos caracterizamos y diferenciamos del propio universo, como dividiéndonos de el, o en función de una muy concreta ilusión de tal cosa, como el de estar fijos percibiendo el movimiento en su curso, parecemos deslizarnos, desplazarnos en él, al margen de él.

Por ejemplo ante un movimiento de descomposición, desintegración, disolución, nuestra mente puede sostener, generar, un movimiento totalmente contrario de composición integración, creación.

Como ante uno de creación composición, integración nuestra mente puede provocar sostener uno de descomposición, desintegración.

Tanto como lograr auto aislarse, encerrándose en su propio movimiento, através del movimiento, y através del movimiento, el cambio continuo, no cambiar, ni transformarse. No variar en su composición, figura, recinto espacio tiempo, auto limitado por su acción y auto generación.

Pero esta autonomía independencia es subsidiaria y dependienta del movimiento, los desplazamientos de la expansión dinámica de los propios acontecimientos del universo.

De aquí mi hipótesis de que pese a la diferenciación, a la singularidad de nuestra propia forma, giro, auto determinada conciencia personal, de auto limitación de nuestra forma espacial temporal, que pese a la aparente autonomía de nuestro gobierno personal, siempre somos transitados, y siempre seremos transitados tanto por los eventos emergentes, como por la energía universal que empleamos he invertimos en nuestra singularidad, peculiar forma productiva, de existir, observar y experimentar, sin experimentar grandes cambios y transformaciones, fenómeno que conllevan, he implicarían el sentimiento de extrañeza, angustia y terror ante los mismos.

Por no hablar de un verdadero pánico; a la desintegración, a la muerte como desaparición, de la compleja dinámica de nuestra singularidad cerrada y aislada sobre su propia forma, giro, auto limitada, al simulacro de nuestro ser.

52.Publicado por guillermo el 13/05/2011 23:20
Una explicacion para la Consciencia



LA CONSCIENCIA


Trol, mi perro pastor alemán de 4 años, se alegra cada vez que recibo visita. Reconoce a medio centenar de personas. En su cerebro están almacenadas muchas experiencias de vida relacionadas con quienes me visitan. Su cerebro sabe diferenciar una persona de otra. Cada vez que alguien, conocido por él, me visita, se activan en su cerebro las memorias asociadas con la persona en cuestión, generándose, a partir de la particular experiencia de vida que tenga lugar en ese momento, nuevas asociaciones neuronales a la par de reforzarse asociaciones neuronales pre existentes.
En su cerebro, cada persona constituye una particular entidad, muy bien diferenciada de las restantes. Por supuesto, la entidad de quien más información almacena es de mi. Lo recibí siendo un cachorro de 2 meses y transita libremente por mi casa a toda hora. La representación mental que tiene Trol de mi persona abarca una extensa experiencia de vida. Cuando llego molesto a casa reconoce en mis gestos y actitud mi estado de ánimo, y actúa conforme a ello. Esto es, su cerebro selecciona, a partir de lo que percibe y en función de su experiencia de vida, lo que pretende ser la mejor representación de la realidad que está viviendo para actuar conforme a ello.
Del cúmulo de información almacenada en su cerebro relativa a sus experiencias de vida conmigo, ha generado una entidad que representándome in extenso, se comporta de diferentes maneras conforme a las particulares condiciones que se estén dando en el presente que vive Trol.
Esta capacidad de generar en su cerebro entidades no es un atributo exclusivo de mi perro. Todos los seres vivos dotados de cerebro cuentan con ella, y resulta ser esencial para la supervivencia. La vida opera en el Presente, de ello no hay duda, sin embargo el desafío que enfrenta el Individuo es seguir con vida al instante siguiente en el particular medio en el que se encontrará situado, medio que se caracteriza por ir variando permanentemente. Disponer de una adecuada representación del estado en que eventualmente e encontrará el medio relevante en un instante próximo, sin lugar a dudas constituye para el individuo una poderosa herramienta para la supervivencia, y esta capacidad de proyectar la obtiene el ser vivo con cerebro a partir de su experiencia de vida. Por supuesto no solo experiencias de vida relacionadas con entidades con vida están representadas en el cerebro, y si he hecho referencia al almacenamiento de información en el cerebro de entidades con vida, se debe al rol fundamental que juegan los seres vivos con los que se relaciona un individuo.

Los humanos, al igual que los restantes seres vivos con cerebro, almacenamos en nuestro cerebro experiencia de vida a partir de la cual proyectamos el estado del medio relevante para el instante siguiente de vida, todo ello, conforme a lo que estamos percibiendo en el Presente que estamos viviendo. Instante a instante nuestro cerebro dispone de un correlato mental del medio relevante en el que estamos situados en el presente que estamos viviendo a partir de la información que capturamos por medio de nuestros sentidos y que adquiere significado conforme a la experiencia de vida.

Los seres vivos llevan a cabo acciones como si conocieran estados probables en los que se encontrarán algunos segmentos de su medio material relevante en el futuro. En los seres vivos que disponen de cerebro conocemos los mecanismos que permiten proyectar estados probables que adoptará su medio material relevante en determinados futuros momentos.

En el cerebro se almacena experiencia de vida, en lo que conocemos como "memorias". El proceso de adquirir memoria consiste básicamente en la modulación de las sinapsis, los contactos entre neuronas, que conducen a asociaciones entre neuronas. La información que contienen las memorias viene definida por relaciones entre ellas. Cuando una neurona es excitada y activada, colabora en la excitación y eventual activación de aquellas con las que se encuentra conectada. Una experiencia que se está viviendo, se incorpora a través de nuevas conexiones a la red preestablecida, o redes, que activa. Lo nuevo evoca a lo antiguo y por asociación y consolidación se convierte en parte del mismo sustrato de memoria. Con dicho mecanismo se relaciona el "antes" con un "después" consiguiéndose así que en una próxima oportunidad, al situarse el Individuo en escenarios similares a otros ya vivenciados, haga uso de su experiencia de vida, para configurar en el presente, potenciales estados futuros del medio. En la década del noventa del siglo diecinueve, Pavlov formuló lo que se conoce como la ley del reflejo condicionado, la que deja en claro la existencia del mecanismo descrito.

Esto de relacionar un “antes” con un “después” viene siendo como contar con una bola de cristal para leer en ella el futuro. Por supuesto que en muchos aspectos ésta es una herramienta precaria, puesto que su potencia anticipatoria está restringida por una parte a la experiencia de vida del Individuo y por otra a las condiciones que presenta el estado de su medio material relevante en el momento que está viviendo. Lo anterior queda en evidencia cuando prestamos atención al conocido experimento realizado por Pavlov, consistente en hacer sonar una campana justo antes de dar alimento a un perro. Pavlov observó que cuando el perro tenía hambre, comenzaba a salivar con tan solo oír el sonido de una campana. Sin duda que fuera del laboratorio y sin una adecuada experiencia previa, un perro no saliva al oír una campana, sin embargo la reiterada experiencia de vida del perro empleado en el experimento daba lugar a que en su cerebro se asociaran los eventos temporalmente diferenciados, “sonido de campana” con “alimento”, por lo que con posterioridad, al escuchar el sonido de la campana, se activan las memorias relacionadas con el acto de alimentarse, suceso que en ese momento aún no ocurre, esto es, tiene lugar una auténtica “lectura del futuro”.
En este punto hay que hacer un pequeño pero importante paréntesis. La “experiencia de vida” del Individuo a la que me refiero y referiré en lo sucesivo, considera no solo a lo vivido por el Individuo durante su existencia, sino que incluye un amplio, condensado y conveniente repertorio de información contenida en su genética, que dice relación con experiencias de vida de antecesores y que opera apuntando hacia similar finalidad al que observamos tiene la experiencia de vida que almacena en sus memorias durante su existencia el Individuo. Un polluelo que corre a buscar refugio cuando observa en el suelo la sombra de un predador aéreo, sin que haya vivido previamente experiencias de ese tipo, es una clara manifestación de una muy conveniente información vivencial de sus ancestros, heredada a través de la genética que porta.
No obstante la mencionada precariedad con que opera el mecanismo descrito en el afán de disponer de una representación mental de aquello que está por suceder, sin duda resulta vital para la supervivencia esta auténtica “proyección del futuro” que realiza la maquinaria cerebral. El trabajo de Pavlov vino a explicar los fundamentos de algo que a través de la observación los seres humanos conocían desde hace siglos. Descorrió un velo y permitió observar algo que previamente había recibido diversas explicaciones.

Sin embargo, no solo los seres vivos con cerebro disponen de la capacidad para percibir un segmento de su medio relevante y llevar a cabo acciones en concordancia con estados futuros del medio. Una simple semilla de un árbol también realiza una lectura del estado de algunos parámetros de su medio relevante y lleva a cabo convenientes acciones que podemos observar apuntan a su supervivencia. En efecto, nos encontramos por ejemplo con que la semilla de un árbol, al percibir específicas condiciones de humedad, temperatura, etc. lleva a cabo la acción de germinar, lo que permite que cuando los primeros brotes emergen del suelo encuentran condiciones favorables para la supervivencia. De haber germinado unos meses antes, o después, probablemente el brote habría encontrado condiciones hostiles y eventualmente habría sucumbido. No está de más hacer mención que el medio material relevante de un Individuo incluye, en todas las formas de vida, en forma destacada, y por razones obvias, su propio cuerpo. Y no puede ser de otra forma, pues el cuerpo es, ni más ni menos, que el portador de la vida.
Según se observa, aspectos esenciales nos hermanan a los humanos con una simple semilla de árbol.

La información que de su medio relevante capturan los seres vivos con cerebro en el momento que están viviendo, la incorporan como agrupaciones asociadas de neuronas activas, en lo que conocemos como memorias, memorias que permanecen activadas un conveniente lapso de tiempo. La información percibida permite que en el cerebro se construya un correlato mental del medio relevante para el instante que el Individuo está viviendo, donde por supuesto no solo está integrado aquello que está siendo percibido en el momento que se vive, sino también está incorporado aquello que habiendo sido percibido un momento atrás y se dejó de percibir, permanece representado en el cerebro como consecuencia de que persisten activadas las memorias asociadas a lo que entonces fuera percibido, como sucede por ejemplo cuando por mirar a la derecha se deja de ver lo que sucede a la izquierda. El “panorama mental” del que dispone un cerebro para representar el medio relevante del Individuo se vería severamente limitado de incorporar sólo aquello que se está percibiendo en el momento que se vive.
La dinámica del medio material da como resultado que el correlato mental del medio relevante del Individuo vaya siendo permanentemente actualizado conforme a las memorias que se activan en función de lo que se va percibiendo.

Los mecanismos y estructuras que posibilitan la construcción del correlato mental del medio relevante, -conjunto de memorias activas en definitiva, asociadas a lo que se está percibiendo - que construye el ser vivo dotado de cerebro, además permiten que se lleve a cabo una permanente y conveniente actualización en el tiempo, de aquello que, sin estar siendo percibido, sí lo fue en momentos previos. No es necesario esperar a que las neurociencias cartografíen la diversidad de procesos y estructuras cerebrales que intervienen en este proceso, para reconocer su existencia. Para entender a qué me refiero con esta auténtica “actualización del presente”, veamos un ejemplo. Si un momento atrás un perro me enfrentó, y me encuentro ahora corriendo, pues el perro, que me ladra cada tres o cuatro segundos trata de alcanzarme, es decir, está tras de mi a una decena de metros, sin que lo esté percibiendo en todo instante, entonces en el correlato mental de mi medio relevante estará representado aquello que está sucediendo a mis espaldas en este momento, donde tiene cabida el perro en forma muy destacada. No estoy corriendo por nada, para mi cerebro, en el correlato mental de mi medio relevante un muy real perro está tras de mí, que no desaparece ni queda inmóvil entre ladrido y ladrido. Evidentemente, es elevada la incertidumbre implícita en esta suerte de proyección en el tiempo de un segmento de mi medio relevante que se encuentra tras de mí, que no estoy percibiendo sino muy parcialmente cuando escucho los ladridos. Si se tratara de una fotografía el correlato mental de ese segmento de mi medio material relevante, sin duda es una foto muy poco nítida, con algunas zonas más borrosas que otras. El perro puede estar a un metro tras de mi o a 10. Por cierto, si giro mi cabeza y miro al perro disminuirá notoriamente la mencionada incertidumbre y conseguiré proyectar de mejor forma mis acciones futuras. Esta “actualización del presente” es permanente, es decir, instante a instante va evolucionando la incierta representación mental de este particular segmento relevante de mi medio, en el cual destaca en mi cerebro la interacción de mi cuerpo con el Individuo perro. Cada ladrido que escuche permitirá que tenga lugar un reposicionamiento del “Individuo perro” en mi correlato mental del medio relevante. Por supuesto que la representación mental descrita no es una suerte de fotografía borrosa localizada en una zona específica del cerebro; centros neuronales, funcional y espacialmente diferenciados, participan activamente a través de la química del cerebro para sostener y actualizar esta particular y conveniente representación del medio, que resulta ser difusa e incierta en muchos aspectos.

Lo percibido rescata información de la experiencia de vida del Individuo, a través de la activación de las memorias asociadas con aquello que se percibe, información que a su vez incluye la carga emocional asociada a la experiencia de vida. El nivel de carga emocional condiciona, hasta donde sabemos, el nivel de activación de las memorias involucradas. Las neurociencias aun no terminan de mostrarnos la diversidad de información contenida en una experiencia de vida que se encuentra almacenada en el cerebro, latente, disponible al momento en que son activadas las memorias que hacen referencia a ella. De allí que el término “carga emocional” que empleo debe entenderse que excede a aquello que logramos distinguir conscientemente cuando somos capaces de darnos cuenta de que sentimos una emoción.

Cuando percibimos por ejemplo una pelota, ésta adquiere un “significado” que está condicionado por múltiples experiencias de vida previa en las que han intervenido una pelota. Cada experiencia de vida previa –esa suerte de fotografía que representa el estado del medio relevante en el instante que se está viviendo- ha estado asociada a una específica carga emocional. La carga emocional asociada al “ahora” que estamos viviendo, cuando observamos la pelota, dice relación con el conjunto de las particulares condiciones que en este instante se están percibiendo del medio, las que por su parte darán lugar a la activación, en grado variable, de las diversas experiencias de vida en las que ha intervenido el “elemento pelota”. Las condiciones del medio relevante pueden dar lugar a activar fuertemente una muy antigua experiencia de vida que estuvo asociada a un evento traumático que entonces tuvo lugar, en el que jugó un rol sustantivo una pelota, pudiendo adquirir mayor relevancia dicho significado que el que le fuera asignado en otras experiencias de vida. Es importante hacer mención a que no existe, como experiencia de vida, una pelota que esté ajena a otros componentes. Una pelota que se observa, siempre es un componente más, que se integra al correlato mental del medio relevante del Individuo.

Los mecanismos que operan en lo que llamara la “actualización del presente” permiten que se mantenga incorporada en el correlato mental de mi medio relevante la silla que se ubica un par de metros tras de mi, en mi oficina, en el mismo sitio, algunos minutos después de que la he percibido por medio de la vista, adquiriendo relevancia mi interacción con ella cuando por ejemplo deba retroceder un par de pasos sin volver hacia atrás la cabeza. Al llevar a cabo esta acción, adquiere mayor relevancia la silla, al potenciarse la activación del conjunto de memorias activas que configuran en el cerebro la representación mental del segmento de mi medio material relevante situado a mis espaldas. Previo a esta potenciación, la representación mental del segmento del medio en el que está situada la silla, incluía a dicho elemento, sin embargo su participación jugaba un rol mas bien secundario en la proyección de mis acciones. Es decir, el grado de activación de las memorias que participan en el correlato mental del medio relevante, en lo que se refiere a aquello que no está siendo percibido pero que forma parte de la “actualización del presente” por haber sido previamente activadas dichas memorias a través de la percepción, posee una dinámica que dice relación con el rol que le asigne el cerebro en la “proyección del futuro” a los específicos segmentos del medio relevante que intervienen en dicha proyección del futuro. Si una persona se encuentra en una habitación leyendo un libro y su mujer hace lo propio en silencio a unos metros de distancia, fuera de su campo visual, no le llamará la atención si su mujer le habla. Sin embargo, si se sabe solo en dicha habitación, leyendo desde hace un par de horas, y de pronto escucha que su mujer le habla como si estuviera a unos metros de distancia, se sobresaltará. El “panorama” que registra su actualización del presente no la incluía en el lugar desde donde provino el sonido de su voz, y su sobresalto constituirá un llamado de atención al mecanismo de proyección que opera en la actualización del presente, el que ha evidenciado una falla. Indudablemente no puede haber surgido de la nada su mujer, ello no es permitido en el mundo material.

Es evidente que es limitada la capacidad de percepción, limitación que es enfrentada por los seres vivos con cerebro por medio de un mecanismo conocido como la Atención, el que posibilita seleccionar específicos segmentos del medio de los cuales obtener un más acabado grado de información a través de la percepción. Fijar la atención en un particular segmento del medio implica prestar menos atención a otros segmentos. Obtener mejor información de lo que está sucediendo a una docena de metros de distancia puede ser valorado como más relevante que disponer de un más acabado detalle de lo que sucede a un metro de distancia. El cerebro, operando instante a instante, dispone hacia que/donde orientar la atención.
La capacidad del cerebro para almacenar y procesar información sin duda alguna es sorprendente. Una persona al saludar en la mañana a un amigo al cual no veía desde hace meses se percata con facilidad que se cortó el bigote que lucía hasta la última vez que lo vio. La representación mental que del rostro de su amigo tiene hasta antes de saludarlo, almacenada en su cerebro como memorias, es la de cómo lucía hace unos meses, y al percibirlo hoy, algo no calza con dicho patrón de representación, lo que llama su atención.

El cerebro está creado por los genes. El mismo hecho de ser una herramienta diseñada para ser modificada por la experiencia está escrito en los genes. El significado que se le otorga a la experiencia de vida se adquiere y almacena en el cerebro conforme a procesos y estructuras cerebrales dispuestos en un programa genético. No obstante la dependencia descrita, la experiencia de vida establece nuevas condicionantes para el accionar de los seres vivos con cerebro, que sin estar presentes en la genética, respetan sus patrones.

Es el momento para hacer mención a una característica muy poco estudiada, o simplemente no estudiada, que juega un rol relevante para explicar la consciencia, y que denomino el “cómo me ven”.
La capacidad que cada forma de vida tiene para alterar el estado de su medio relevante y eventualmente afectar al medio relevante de otros Individuos, genera una interacción entre seres vivos que le otorga una particular dinámica al medio relevante del Individuo, lo que implica que se establecen lazos de dependencia entre diversas formas de vida. El éxito reproductivo de una especie vegetal puede depender de las herramientas con que cuente para atraer a un insecto que cumpla la función de polinizarla. Formas, colores, dimensiones, olores, expresiones corporales, sonidos, patrones reproductivos y alimenticios, etc., han ido evolucionando condicionados por la interacción entre Individuos. Notables son por ejemplo los patrones de color, forma y comportamiento que emplean insectos, aves, reptiles, etc., que les posibilitan un conveniente “pasar desapercibido” o ser percibidos y valorados de una forma en particular por otras especies o por Individuos de la misma especie. Hay infinidad de ejemplos, observables en las más diversas formas de vida, a través de los cuales queda en evidencia la importancia de lo que definiera con el término “cómo me ven”. Por supuesto no se trata de que una planta se pregunte “como me ven”, referido esto a los insectos que posibilitan su polinización. La simple observación permite reconocer la existencia en los seres vivos de un mecanismo que opera dando como resultado el “cómo me ven”.
Entre Individuos de la misma especie el “como me ven” puede llegar a adquirir una especial connotación, toda vez que asociados a gestos, posturas, sonidos, etc., se generan lecturas cuyo significado guarda un elevado y conveniente grado de coherencia con el mensaje que en apariencia se busca transmitir, constituyendo un muy práctico, y en ocasiones extenso lenguaje. Tras el gruñir mostrando los colmillos de un lobo que enfrenta a otro, se evidencia un “no te atrevas, asústate”. En la danza que acompaña al cortejo de una colorida ave macho está el mensaje “elígeme, mi genética es la mejor”. En estos casos, para que la acción resulte efectiva, evidentemente se precisa no sólo que el actor influya sobre el receptor, sino que lo haga con determinadas consecuencias. Reconociendo la utilidad que tiene el “como me ven” para muy variadas formas de vida, desconocemos los fundamentos que los originan. Es todo caso, es un tema interesante de investigar. ¿Acaso el pulpo que al ir desplazándose sobre el fondo rocoso del mar e ir alterando la pigmentación de su piel conforme a los colores y matices del fondo rocoso, “se observa” desde unos metros de distancia para lograr tal hazaña? Sean cuales fueran los mecanismos que operan, es evidente que tras un acto de esta naturaleza hay un manifiesto “ponerse en el lugar de” un eventual observador. Si consideramos que existen infinidad de este tipo de ejemplo en el que están involucradas formas de vida que no posen cerebro, vegetales incluidos, el estudio de este tema promete ser fascinante.

Sin duda que el “ponerse en el lugar de” adquiere sentido al estar asociado a un “cómo me ven”. Una de las características que los estudiosos del ser humano reconocen como propia sólo de los humanos, es precisamente la capacidad de “ponerse en el lugar de” que poseemos. Evidentemente luego de lo descrito, queda de manifiesto que ésta es una característica que nos diferencia por el grado en que se manifiesta en los humanos y no porque no la encontremos en otros seres vivos. Los humanos hemos tropezado reiteradamente con la misma piedra al querer conocer nuestra particular naturaleza, al ignorar el pasado que nos hermana a todos los seres vivos. Lo que sabemos hasta el momento acerca de lo que hay tras el “cómo me ven” tiene mucho de acto de prestidigitación; admiramos el magistral resultado ignorando el paso a paso que lo explica. No dudo que tendrá una explicación sencilla una vez que conozcamos el particular mecanismo que lo sustenta. Por lo pronto, es suficiente con que reconozcamos la utilidad que para la supervivencia del individuo tiene.

Las acciones que llevan a cabo los seres vivos con cerebro surgen de procesos que un instante atrás realizó el cerebro a partir de un universo de alternativas de acción factibles de llevar a cabo en un tiempo futuro, en lo que definí como “proyección del futuro” y que en sus aspectos más esenciales opera conforme a lo que vimos cuando hice mención a Pavlov. Vimos que estas expectativas asociadas a una acción no surgen de la nada. La experiencia de vida almacenada en las memorias que están activadas por estar asociadas, directa o indirectamente, con aquellas memorias que se han visto activadas conforme a lo que se percibe del medio relevante, constituye el sustrato del cual obtiene su alimento la proyección del futuro. A mayor activación de una memoria, mayor activación inducirá en las memorias con las que está asociada, y así sucesivamente, en un proceso en cascada. Evidentemente que el éxito de la supervivencia se sustenta en una adecuada capacidad para representar estados futuros del medio, jugando un fundamental rol el correlato mental del medio relevante del Individuo, como agente inductor de eventuales estados futuros del medio relevante.

Una cosa es el pasado, que está almacenado en el cerebro del Individuo como experiencia de vida, otra es la proyección del futuro que previamente hemos descrito, y otra es lo que en definitiva va a suceder en un instante más en el medio relevante del Individuo.




A diferencia de los restantes seres vivos con cerebro, los humanos tenemos la capacidad de aprender un extenso y muy particular lenguaje, que nos caracteriza. Y es gracias a este lenguaje que hemos accedido a disponer, de entre una infinidad de entidades almacenadas en nuestro cerebro, una muy particular entidad, el Ser Consciente.

Los monos verdes de África Oriental habitan en grupos de 10 a 30 Individuos y emiten fuertes gritos de alarma si avistan a un predador. Conforme al tipo de predador, es la llamada sonora que emiten, distinguiéndose tres en particular: para leopardos, para águilas y para serpientes. La alarma que avisa del vuelo del águila, les induce a mirar hacia arriba o a correr hacia los matorrales. Para un mono verde cuya atención esta dirigida a tomar el fruto de un arbusto, en el momento en que escucha el alerta por águila se altera el correlato mental de un segmento de su medio material relevante, segmento en el que está incorporado el entorno aéreo situado tras de sí, esto es, aquel que está fuera de su campo visual. Y se ve alterado pues en su cerebro las memorias que activa ese específico sonido de alerta están asociadas con las memorias que representan experiencias de vida que dicen relación con un águila en el aire. El significado asociado al evento “águila en el aire” consigue inducir un tipo de conducta que sigue una línea muy definida. El predador, que no ha sido sino indirectamente percibido, (fue “percibido” a través del lenguaje) puede estar a diez o a una treintena de metros de su cabeza, dirigiéndose directamente hacia él, o hacia otro de sus congéneres. El significado del llamado de alerta por águila está asociado a un estado emocional que dice relación con peligro, desencadenándose una reacción de estrés en el mono verde que lo escucha. Para él no hay lugar a equivocaciones en cuanto a asignarle un significado distinto a un llamado de alerta del tipo “águila en el aire”. La “calidad” de la representación mental del evento “águila en el aire” de que dispone en su correlato mental del medio relevante el mono que escucha la señar de alerta, evidentemente corresponde a una muy difusa representación de lo que pudiéramos denominar la “fotografía mental” que representa ese segmento de su medio material relevante, zona que de pronto adquirió una importancia vital, razón por la cual se focalizan los recursos perceptivos, dirigiéndolos hacia ese sector, a la vez que adquieren un mayor nivel de activación las memorias que representan el entorno aéreo que no está siendo observado.
No obstante la difusa representación de que dispone el mono verde en su cerebro del evento "águila en el aire" hasta antes de levantar la cabeza y ver al predador, el aporte a sus expectativas de supervivencia, que obtiene gracias a la señal de alerta escuchada, es evidente, y en tal sentido el uso del lenguaje reporta una elevada utilidad, por supuesto en la medida en que se cumpla un requisito básico del lenguaje que opera entre estos monos, cual es el que el emisor consiga inducir en el receptor del lenguaje un adecuado significado. El mono que dio la voz de alerta “le transfirió” a sus congéneres lo que para él constituye un segmento de su medio material relevante con significado, en el que destaca, como actor principal, un águila. Incompleta e inexacta transferencia de lo que sus ojos veían, incierta, pero potencialmente efectiva para los restantes miembros de su grupo, los que consiguen generar con el llamado de alerta un correlato mental de su medio material relevante acorde con el significado del suceso “águila en el aire”. Lo descrito deja en evidencia la forma como opera el lenguaje, en sus aspectos más generales, en cuanto a transferir información del medio relevante, desde un emisor a un receptor de lenguaje.



Los chimpancés, cercanos parientes nuestros con quienes compartimos alrededor de un 98 por ciento de la genética que nos caracteriza, disponen de algo más de dos docenas de fonemas en su lenguaje verbal. Cada uno de estos fonemas tiene un determinado significado. Los humanos, con similar número de fonemas construimos infinidad de palabras, y en ello radicaría el mayor distintivo del lenguaje humano, y en definitiva, su potencia.
Disponer de tan amplio lenguaje nos permite eventualmente darle un nombre a cada elemento del medio, como por ejemplo hacemos con “piedra”, “mesa”, “perro”, etc. y atribuirle específicas características por medio del empleo del verbo y del adjetivo. Como consecuencia de ello, se altera radicalmente el campo de aplicación del lenguaje, como veremos a continuación.

Para el humano adulto, una palabra como “mesa”, está asociada en su cerebro a experiencias de vida de muy variado tipo, experiencias de vida que han estado asociadas a su vez con una gran diversidad de estados emocionales como consecuencia del particular significado que adquirió la mesa, ya sea como resultado del uso de la palabra “mesa” al momento de ser empleada, o el “elemento mesa” que se encontraba presente en el medio material. Así por ejemplo, el significado que adquiere en el cerebro la frase “mesa de operaciones”, es radicalmente distinto al que adquiere en la frase “mesa del banquete”. La particular especificidad del lenguaje humano (en definitiva la especificidad surge como consecuencia del variado tipo de experiencias de vida en las que ha participado la palabra o el objeto “mesa” y que pueden verse activadas al momento en que se emplea la palabra) le otorga un grado de “neutralidad” a la palabra que no se aprecia exista en ningún otro tipo de lenguaje animal. Para los monos verdes, un muy claro significado está asociado a la palabra que denota al evento “águila en el aire”. Lo anterior no es menor, pues con la mencionada “neutralidad” del lenguaje humano, la palabra puede dejar de hacer referencia a un tipo de experiencia de vida o evento específico, como sucede con la llamada de alerta de los monos verdes, lo que posibilita que adquiera su significado conforme a las particulares condiciones imperantes en el correlato mental del medio relevante de la persona que escucha la palabra, en el instante que es empleada la palabra. En el mono verde, la palabra empleada potencia el grado de activación de las memorias que están siendo utilizadas para representar, en el correlato mental del medio relevante, un vasto segmento del medio material relevante del mono, segmento que adquiere un particular significado –íntimamente asociado con “¡peligro¡” - en tanto que en el ser humano la palabra, por su especificidad y neutralidad, puede llegar a representar un ínfimo segmento de su medio relevante, el que puede adquirir a su vez un amplio potencial de significados, conforme a las particulares condiciones que estén presentes en el correlato mental del medio relevante en el momento en que la palabra se integra a dicho correlato mental. Así por ejemplo, al leer la palabra “coyote”, de seguro que en el cerebro del lector no se integra un coyote a un sector específico de su correlato mental de su medio MATERIAL relevante. Por cierto, estoy asumiendo que en estos momentos en el entorno material relevante del lector no hay un coyote.

Al romperse el vínculo “una palabra - un significado”, se torna posible, a través del extenso lenguaje humano, generar inéditos escenarios mentales en el correlato mental del medio relevante en el presente que se vive, como veremos luego.

Las palabras que empleamos los humanos, al igual que en los restantes seres vivos que hacen uso de ellas, adquieren su significado conforme a las particulares condiciones imperantes en el correlato mental del medio relevante de quien las escucha, al momento en que son dichas. Para los restantes animales la palabra solo sabe aludir al “aquí y ahora” de su medio material. Más adelante veremos que los humanos, y sólo los humanos, podemos integrar en el correlato mental del medio relevante entidades y sucesos que claramente están fuera del presente, pudiendo “localizarse” ya sea en un pasado o en un eventual futuro, y explicaré cómo es posible aquello.
Para conseguir un efecto equivalente al que logra el mono verde con el empleo de tan solo una palabra, los humanos precisamos un grupo de ellas, por la neutralidad del lenguaje humano. Tal vez un “cuidado viene un perro” logre similar efecto, pero evidentemente el tiempo que tardamos en decir las cuatro palabras “cuidado viene un perro” juega en contra de la velocidad de respuesta que tal vez necesitemos para poder eludirlo y sin duda es superior al tiempo que tarda un mono verde en advertir a sus congéneres del peligro que les acecha. Sin embargo, lo que por una parte constituye una evidente limitación, por otra resulta ser una ventaja. En efecto, la neutralidad del lenguaje humano posibilita emplearlo para describir detalladamente lo que se desee y otorgarle, a voluntad, significado a lo descrito.
Si el lenguaje humano hace la diferencia entre nosotros y las restantes criaturas con vida, es la “neutralidad” del lenguaje humano la que impulsa el cincel que permite darle forma a aquello que conocemos como experiencia consciente, según veremos más adelante.


Estoy en la cima de un cerro y a mis pies hay un lago. Faltan escasos minutos para la puesta de sol y estoy caminando para ubicarme en un conveniente lugar para contemplarla con el fin de realizar un experimento. Llego allí en el momento preciso en el que el sol comienza a ocultarse, y el panorama que se ofrece a mis ojos es realmente hermoso. Tomo asiento en una roca y luego de diez segundos de observación, cierro los ojos y me propongo describir lo que he visto durante esos segundos. Activo la grabadora que porto y voy haciendo memoria de lo que observé, y lo describo, comenzando la grabación con la frase “El día llega a su fin”. Luego de cinco minutos, pongo fin a la grabación. Días después le entrego la grabación a un amigo para que la escuche, amigo que nunca ha estado en el lugar en el que me hallaba cuando realicé la grabación. En cinco minutos intenté “traducir” por medio de palabras lo vivido en diez segundos. Los distintos tonos de los distintos colores, que describo en la grabación, evidentemente son un pálido reflejo de lo observado. Los cerros circundantes al hermoso lago que estaba frente a mi vista, su forma, el viento que soplaba, su intensidad, etc., etc., todo lo que pueda describir durante los cinco minutos, no representa sino un trazo muy delineado, muy específico, muy detallado en algunos aspectos, pero ciertamente incompleto y radicalmente sesgado en relación a lo observado. Infinidad de información que capturé a través de mis sentidos no fue incorporada a la grabación. Si dispusiera de una prodigiosa “mente fotográfica” –hay quienes la poseen- me habría faltado tiempo para describir lo que percibí durante escasos diez segundos. Con el lenguaje empleado, conseguí destacar algunos aspectos de lo observado, pero definitivamente la descripción que realicé constituye una fotografía plagada de “puntos ciegos”, de huecos sin información alguna, información que sí estaba presente en mis memorias durante ese lapso de cinco minutos que estuve grabando. No pretendo dar a entender con ello que la información contenida en mis memorias abarcaba la totalidad del campo visual observado, con total detalle, sino que, la descripción verbal contiene “puntos ciegos” en zonas que en mi representación mental del medio relevante presentaban segmentos “borrosos”, no destacados por no haber prestado atención suficiente a dichas zonas.
Apreciamos otra diferencia significativa entre lo observado y lo descrito cuando caemos en cuenta que las palabras empleadas en la descripción de la puesta de sol consiguieron resaltar solo muy particulares segmentos de la representación mental del medio relevante. Cada frase empleada constituía un pequeño “trozo de fotografía”, que se agregaba al collage que había ido formando previamente en la mente, a través de lo que había descrito. Como contrapartida, al momento mismo de comenzar la observación de la puesta de sol, mis ojos veían un panorama que, teniendo zonas borrosas, contenía la totalidad de lo que abarcaba mi campo visual, esto es, no faltaban trozos. Hay que destacar que para mi amigo, que escucha en su habitación las primeras palabras de la grabación, “el día llega a su fin”, no se alteran, como consecuencia de lo escuchado, las condiciones en que se encuentra su habitación. Es decir, la narración expande el correlato mental del medio relevante del Individuo. A su vez, inicialmente mi amigo no sabe que mi relato se refiere a una puesta de sol, por lo que la “fotografía” que representa en su cerebro la frase escuchada no contiene más información que la descrita. Lo que sigue luego de la primera frase, no lo conoce quien escucha la grabación, y bien puede tratarse de un relato que haga referencia a lo que un astronauta observa desde su nave espacial, o a una larga poesía que describe metafóricamente el término de la existencia de una persona, o bien el relato puede continuar describiendo el termino de una jornada laboral, etc, etc. El lenguaje da lugar a que infinidad de potenciales trozos se pueden ir agregando a una fotografía muy bien delineada en lo particular, pero ajena del todo a lo que yo pude observar en tan solo segundos. En los diez segundos observo un panorama general de mi medio relevante, con significado.
Según se observa, no se trata de que una imagen valga más o menos que mil palabras. Cada una, (la imagen y las palabras) son insustituibles en lo suyo.


Los niños muestran un elevado interés por aprender palabras y un extraordinario ritmo de aprendizaje. Entre los dos y cuatro años aprenden del orden de una palabra por cada hora que están despiertos, pudiendo llegar a dominar varios miles a los cuatro años.

En lo que al lenguaje se refiere, inicialmente, el niño es como una hoja en blanco. No interpreta los sonidos; sólo los escucha, retiene, y los relaciona con los restantes componentes que se encuentran presentes en la representación mental de su medio relevante en el presente que está viviendo. Los diversos escenarios que comparten en común sus experiencias de vida en las cuales hayan estado activadas simultáneamente las memorias asociadas al sonido de la palabra “pelota” con el objeto redondo que sus ojos estaban mirando en ese momento, seguramente como consecuencia de que su madre u otra persona le indujeron a dirigir su atención hacia ella, le permiten paulatinamente fortalecer la asociación de la palabra con el objeto, discriminando posteriormente, luego de varias experiencias de vida del tipo descrito, entre la multiplicidad de otros elementos que pudieran estar presentes al momento en que escucha la palabra “pelota”, al “elemento pelota”. En muchas de esas experiencias de vida su atención ha estado dirigida tanto hacia ese elemento en particular como a la palabra pelota que pronunció su madre, por lo que ambas destacan en su correlato mental del medio relevante, esto es, se encuentran debidamente activadas y por ende, asociadas dichas memorias. Múltiples experiencias de vida del menor han ido potenciado esta asociación. A mi perro también le he enseñado varias palabras, entre ellas, la palabra pelota. Con él acostumbro a jugar a diario. Sabe donde guardo la pelota, y basta con que mencione la palabra para que corra hacia dicho lugar y evidencie gran alegría.
Cuando el niño ya asocia adecuadamente una palabra con el respectivo objeto y escucha por ejemplo a su madre decir la palabra “pelota” en ausencia del objeto, el “elemento pelota” se incorpora en su correlato mental del medio relevante cual si estuviera materialmente. Es decir, lo que para el niño es una muy real pelota se integra a su correlato mental del medio relevante cuando escucha la palabra, aunque no perciba por otros medios al mencionado elemento. Esto último por supuesto no tiene nada de especial, pues responde a un proceso cerebral similar al que tiene lugar en el cerebro de los monos verdes cuando escuchan una señal de alerta. Lo especial está en que las palabras que escucha el mono verde siempre hacen mención a algo o a algún evento que, para quien emite la palabra, forma parte de su correlato mental del medio MATERIAL, en tanto que, en el caso del niño, las palabras que emplea su madre pueden hacer referencia a objetos no presentes, o sucesos de ayer o de un mañana o incluso, pueden “localizarse” indeterminados en el tiempo.

A diferencia de los monos verdes, los niños viven inmersos en el mundo del lenguaje. Estudios indican que por 400 palabras que emplea al día un niño, escucha del orden de 13.000 en similar período de tiempo. A su vez, muchas de las palabras que escucha no tienen un efectivo correlato en el mundo material en el momento que está viviendo, palabras que involucran objetos, eventos y entidades, como personas, animales, etc. Es decir, el correlato mental del medio relevante de un niño puede llegar a estar plagado con los significados que su cerebro le asigna a elementos o eventos que se han incorporado a dicha representación como consecuencia de las palabras que escucha, sin que necesariamente esté presente en el medio material relevante el elemento o evento asociado a la palabra.
Cuando el niño escucha la palabra “pelota” sin que la pelota esté presente, permanecerá el “elemento pelota” integrado en su correlato mental del medio relevante como una actualización del presente. Extenso y difuso panorama mental el del niño si lo comparamos con el de un mono verde. Por una parte, percibe y habita un mundo material, y por otra, su actualización del presente puede llegar a contener un sinnúmero de información que no tiene cabida en el medio material en el que se encuentra situado, proveniente del lenguaje escuchado o empleado. Mi perro conoce el significado de media docena de palabras que denotan objetos o eventos, y para él, cada palabra está asociada a muy particulares experiencias de vida. Las palabras “comida, pelota, correa, auto” están asociadas en su cerebro a específicos tipos de experiencias de vida, y no necesito, al momento de nombrarlas, que estén presentes en el medio material para que en el cerebro del perro surja, como proyección de futuro, la acción de comer cuando le menciono la palabra “comida”. Apenas termino de pronunciar la palabra “comida”, mi perro corre hacia el patio de la casa, lugar donde acostumbro alimentarlo. Hay que destacar que no porque yo no acuda de inmediato a alimentarlo desaparece de un momento a otro de su cerebro la proyección del futuro en la que destaca la acción de comer.

Hemos visto varias diferencias significativas entre el lenguaje humano y los restantes lenguajes. Por una parte la neutralidad de la palabra, por otra la amplitud del vocabulario que empleamos, y adicionalmente a ello, el significativo grado en el que participa el lenguaje en la configuración de la representación mental de nuestro medio relevante, medio relevante que ya no necesariamente representa sólo al medio MATERIAL relevante en el que se encuentra ubicado el Individuo.
Al ir siendo aprendidas las palabras van adquiriendo cada vez un más amplio repertorio de potenciales significados, al ir asociándose una misma palabra a diversas experiencias de vida, cada una de las cuales posee sus particulares características.

Hice mención a que por 400 palabras que emplea al día un niño, escucha del orden de 13.000, y ahora es momento oportuno para destacar una importante consecuencia que acarrea dicha asimetría. Escuchar 13.000 palabras y emplear solo 400, implica que en esta etapa de la vida, para el niño tiene lugar un auténtico “dejarse conducir” a través de los escenarios generados por el lenguaje que escucha. Su correlato mental del medio relevante se ve plagado con la información que otorgan las palabras que escucha, y si bien muchas de estas hacen referencia al “aquí y ahora” que está viviendo el niño, una no despreciable cantidad de ellas aluden a eventos, objetos o entidades que no forman parte del correlato mental de su medio MATERIAL relevante. No obstante lo anterior inicialmente el niño no discrimina, y toda la acción del lenguaje que escucha la asocia con sucesos que asume están teniendo lugar en el mundo material.
La proporción entre las palabras que escucha un niño y las que emplea a diario, dejan en evidencia el grado en que participa la acción de terceros en la construcción de su correlato mental del medio relevante en ese período de su vida.

Cuando, conociendo el significado de las palabras que se emplean, el niño escucha un relato del tipo “caperucita roja se despertó, se vistió y le preparó el desayuno a su abuelita y luego se puso su caperucita roja y caminó hacia el bosque hasta que de pronto se encontró con un lobo”, para el niño, todo va sucediendo a la velocidad con que el relato describe los hechos. El relato adquiere sentido por la capacidad que tiene el cerebro para llevar a cabo una adecuada “actualización del presente” que involucra una dinámica cerebral que sin duda resulta ser descomunal. La dinámica del correlato mental de su medio relevante da cabida para que en los 20 segundos que le toma a su madre el relato, caperucita roja haya llevado a cabo una cantidad de acciones que sabemos no tienen cabida en el mundo de la materia, el que está sujeto a particulares leyes que lo gobiernan. El cerebro del niño precisa llevar a cabo una compleja actualización del presente, que le permite por ejemplo que cuando escucha “caperucita roja caminó por el bosque” se integre, a partir de ese momento en su correlato mental del medio relevante una “caperucita roja que va caminando por el bosque”, hasta el momento en que su madre dice “y llegó a la casa de su abuelita y abrió la puerta”, momento en el cual deja de formar parte de su correlato mental del medio relevante la “caperucita roja que camina por el bosque”, a la par de integrarse a su correlato mental del medio relevante la acción que en ese momento describe el cuento. No necesitamos conocer al detalle la operatoria de los procesos cerebrales que intervienen durante el relato para reconocer su existencia.
Tanto los conceptos “actualización del presente” y “proyección del futuro” como “correlato mental del medio relevante”, que constituyen el fundamento que da lugar a que el cuento de caperucita roja tenga sentido para el niño, involucran procesos y estados cerebrales que evidentemente existen, y por supuesto existen no solo en la acción del lenguaje A su vez este tipo de procesos no solo suceden en el cerebro de los seres humanos. Solo que, según hemos visto, y veremos, estos mecanismos adquieren, en el uso del lenguaje humano, una particular relevancia.
Volvamos al relato anterior. Independientemente de que el niño cuenta con suficiente experiencia de vida para como conocer que levantarse y vestirse lleva varios minutos, en su correlato mental del medio relevante tiene cabida esta auténtica atemporalidad e inmaterialidad que caracteriza al relato escuchado. Para el niño, todo está sucediendo a la par del ritmo que le impone el relator al cuento, en un muy particular segmento de su representación mental del medio relevante, segmento al que no consigue acceder con el resto de sus sentidos. Por más que se esfuerce por ver a caperucita roja, ella no forma parte de su medio MATERERIAL relevante.

El menor, a quien llamaremos Pablito, gracias a su experiencia de vida en la que ha estado involucrado el lenguaje que escucha, se habitúa a habitar en medios que poseen una elevada proporción de entidades y sucesos inmateriales y atemporales (inmateriales y atemporales dado que no están físicamente en el presente que está viviendo, y están situados en un entorno que posee una maleabilidad del tiempo, como vimos en el ejemplo del cuento “caperucita roja”, que no tiene cabida en el mundo material en el que transcurre su vida) pero que su cerebro interpreta como muy reales, formando parte del presente que está viviendo. El niño experimenta un muy real miedo cuando interviene el lobo. Para él, está allí, muy presente, aunque no consiga, por más esfuerzos que realice, percibirlo a través de la vista. Al escuchar el relato, “desplaza” convenientemente a las diferentes entidades que participan en él, a través de los diversos escenarios que va configurando el relato, en los que sin duda constituyen auténticos mundos inmateriales y atemporales, y que por supuesto están cargados de significados y que se van gestado gracias a la acción del lenguaje de terceros. Su madre sabe que el cuento transcurre en un mundo imaginario en tanto que para el menor, “todo está ahí”, formando parte de su presente, en una zona de su entorno material a la que no le es dado acceder por medio de sus sentidos.

La experiencia de vida que va adquiriendo el niño con la acción del lenguaje va ampliando los escenarios a través de los cuales cada vez le es más común desplazar entidades y vivir las más variadas emociones.
El niño le asigna a caperucita roja las características con que su madre la ha definido, esto es, en el cerebro del niño tiene cabida, en el presente que está viviendo, una entidad como caperucita roja, la que es buena, se preocupa de su abuelita, etc. La entidad “lobo” o “abuelita” se construyen con similar proceso, al igual que el sinfín de entidades que a esa edad han transitado por su corta biografía infantil. Las características físicas de sus hermanos o de sus padres, junto a variados aspectos de la personalidad de ellos, forman parte del amplio conjunto de memorias que activadas convenientemente conforman la representación mental que les caracterizan como entidades, para cada momento en que intervienen en su representación mental del medio relevante. La reiterada participación de algunas personas en su vida cotidiana le permitirán ir estructurando un cada vez mas amplio y complejo escenario de representación mental para ellas. Así, su madre es mucho mas que un cuerpo material. Múltiples experiencias de vida del niño en las que ella ha intervenido, han ido estructurando a la “entidad” mamá y conforme a las particulares condiciones que tengan lugar en el momento que está viviendo, adquirirá en el correlato mental del medio relevante del Individuo un específico significado su madre.
La entidad que el cerebro del niño relaciona con la palabra “papá” esta asociada a su experiencia de vida con su padre, y cada vez que escuche la palabra papá o lo observe, se activarán memorias que apuntan a generar la mejor representación posible de la entidad papá para las puntuales circunstancias que está viviendo en ese momento. Así por ejemplo, si su padre ingresa a la habitación en la que el menor se encuentra con una sonrisa de oreja a oreja, rescatará –activará memorias, en definitiva- experiencias de vida asociadas a un padre sonriente, que pueden ser, en muchos aspectos radicalmente distintas a las experiencias de vida asociadas a un rostro del padre que exprese enojo. No distinguir el estado de ánimo de sus padres implica no proyectar adecuadamente el futuro. El desafío de todo ser vivo consiste en sortear adecuadamente el presente que está viviendo, por lo que no debe llamarnos la atención que las acciones que desencadena en el niño observar a una madre sonriente y feliz que acude a su llamado sean distintas a las que tendrán lugar si el rostro o la acción de su madre están asociadas con enojo o tristeza. Y para sortear adecuadamente el presente, es necesario que las acciones que se realizan (las que un instante atrás formaban parte de las expectativas del menor) se sustenten en una adecuara representación de la realidad.

Entre las variadas entidades que pueden estar participando en el correlato mental del medio relevante del niño en el presente que está viviendo, cada vez con mayor frecuencia se encuentra a una entidad a la que los demás llaman “Pablito”, que se ha ido gestando y estructurando paulatinamente, como consecuencia del lenguaje que con el niño emplean quienes le rodean para referirse a él cuando mencionan su nombre, lenguaje que en oportunidades hace referencia no solo al “aquí y ahora” de Pablito, sino también a eventos y acciones pasadas o futuras en las que se le involucra. Para el niño no representa mayor dificultad el ir estructurando a esta entidad. De hecho, entre los dos y cuatro años el niño es capaz de generar entidades como el conocido “amigo imaginario”, que incorpora en la representación mental de su medio relevante, y que moviliza convenientemente. Los amigos imaginarios pueden ser de distinta naturaleza, tanto personas como objetos, juguetes o personajes inventados. En ocasiones sus propios sentimientos negativos se los atribuyen a ellos, por ejemplo para evitar un castigo, y no dudan, si valoran que les resulta provechoso, incluso asignarles su mismo nombre.

Mencionaba anteriormente que inicialmente “Pablito” es una palabra que el niño aprende conforme al uso que hacen de ella quienes le rodean. Inicialmente “Pablito” es solo un sonido y paulatinamente va adquiriendo significado conforme a sus experiencias de vida en las que interviene esa palabra. Pablito es bueno, está llorando, se come toda la comida, etc., infinidad de experiencias de vida van perfilando la diversidad de potenciales significados y características que puede adquirir esta recurrente entidad en un momento dado. El Individuo inicialmente reconoce en la entidad “Pablito” una entidad más, pues se gestó y se ha ido estructurando con similares mecanismos con los que se gesta y estructura una entidad como su hermano, sus padres, el perro de la casa, etc. Sin embargo, para el Individuo, a poco andar, Pablito deja de ser una entidad cualquiera. En efecto, sus experiencias de vida van estableciendo un lazo cada vez más fuerte entre las acciones que lleva a cabo el Individuo y la entidad Pablito. En definitiva, por supuesto dicho lazo no son sino asociaciones entre memorias, que asocian las acciones del Individuo con las de la entidad Pablito, entidad que, como hemos visto no se gesta voluntariamente. Pablito es creado y caracterizado por el lenguaje que terceros emplean para referirse al niño, cuando aluden a él.

La importancia que llega a tener Pablito a través de la existencia del Individuo, es significativa, pero no nos confundamos, el Individuo, recordemos, es el eje de la vida. No es sólo un cuerpo material, ni un cuerpo material con vida, es, un cuerpo material con vida, que postula a seguir viviendo y que dispone de una utilitaria herramienta llamada cerebro, la que incluso contiene al momento de nacer, en un amplio despliegue de neuronas, la representación del muy material cuerpo del Individuo. Pablito no es el Individuo, ni es el cuerpo del Individuo. Es una muy particular entidad, que está representada en agrupaciones de asociaciones de memorias, inexistentes al momento de nacer. De allí que no puede llegar a existir fusión entre Pablito y el Individuo, y no puede haberla, pues la aparente fusión está limitada a las asociaciones neuronales que van estableciéndose entre la diversidad de memorias y centros neuronales que utilitariamente representan al Individuo y aquellas que representan a la entidad Pablito, como consecuencia de la experiencia de vida del niño en las está incorporada dicha entidad, experiencias de vida que durante los primeros años de existencia del menor se gestan, básicamente, como resultado del lenguaje que emplean quienes le rodean cuando hacen mención a dicha entidad.
Las acciones y estados emocionales asociados a las acciones que le asignan a la entidad Pablito quienes rodean al menor, el Individuo se las asigna a dicha entidad. Acciones, y emociones que muchas veces guardan estrecha relación con las acciones y estados emocionales del Individuo. El vínculo, la asociación entre ambos, se refuerza día a día a través de la experiencia de vida del menor.

La “magia” del lenguaje humano se sustenta en el lazo que llega a establecerse entre el Individuo y Pablito y en que el Individuo está “irremediablemente atado” a un cuerpo material y a las leyes que gobiernan a la materia, en tanto que Pablito, como cualquier otra entidad gestada como consecuencia del lenguaje, puede situarse en los más diversos escenarios a los que una entidad puede acceder en el correlato mental del medio relevante del Individuo en el momento que está viviendo, representación mental que, según hemos visto, permite situar por la vía del lenguaje, a entidades en lo atemporal e inmaterial.

Le puedo enseñar varias docenas de palabras a mi perro, pero jamás podrá llegar a entender el significado de la palabra “ayer”. Para acceder a ello, el Individuo precisa no solo de una abundante experiencia de vida, o activar memorias asociadas a un “ayer”, sino, requiere “movilizar” a una entidad “hacia el ayer”, en y desde el presente que está viviendo el Individuo.

La “individualidad” está asociada a un muy material cuerpo, sostén de la vida, que está situado en un muy material medio, por lo que evidentemente no le es dado participar a dicho cuerpo en las acciones atemporales e inmateriales que se gestan por intermedio del lenguaje que escucha o emplea el niño, y que hace referencia a la entidad Pablito.
El cuerpo del Individuo dispone de una representación mental corporal al momento de nacer, que está constituida por un complejo neuronal que está siendo permanentemente monitoreado, fundamental requisito para la supervivencia, en tanto que en el caso de Pablito, durante las primeras etapas de vida del menor, su participación en el correlato mental del medio relevante del Individuo tiene lugar como consecuencia de que alguien que está junto al niño, alude a Pablito. Es decir, inicialmente Pablito no forma parte permanentemente de la representación mental del medio relevante del Individuo. No sólo eso, Pablito no existía al momento de nacer el niño, es una creación de quienes le rodean, que va tomando cuerpo paulatinamente en los primeros años de vida a la par de irse incrementando las conexiones neuronales que asocian al Individuo con la entidad Pablito.
El Individuo lleva a cabo acciones por medio de su cuerpo material; así ha sido desde los inicios de la vida sobre el planeta. El cuerpo material es el sujeto de la vida, el sostén de la supervivencia. La entidad Pablito, que inicialmente se va gestando por medio del lenguaje que el niño escucha, se construye con similar mecanismo al que emplea el cerebro del niño para generar una entidad como la abuelita en el cuento Caperucita Roja, solo que, paulatinamente se va estableciendo un vínculo cada vez más fuerte entre dicha entidad y el Individuo. La entidad Pablito se llega a convertir en una muy particular entidad, luego de haber comenzado a dar sus primeros pasos como “una más” entre las muchas entidades que en alguna oportunidad han participado en el correlato mental del medio relevante del Individuo, y que por ende formaron parte de una experiencia de vida del Individuo.

Hemos visto, a partir del ejemplo de los monos verdes, del aporte del lenguaje para la supervivencia. Allí se destacó la transferencia de información que se consigue por intermedio del lenguaje, en ese caso una muy difusa representación mental de un segmento del medio relevante –el águila en el aire- que sin haber sido percibido directamente, lo fue por la vía del lenguaje. El mono que escucha la señal de alerta consigue el equivalente a un “ponerse en el lugar” de quien sí está percibiendo al águila, con las limitaciones ya descritas, esto es, rescata una difusa representación en cuanto a tiempo/espacio en que está ubicada el águila en relación al mono que sí la está percibiendo a través de la vista, pero a su vez completamente definida en lo fundamental que atañe a su supervivencia: que es un águila y que representa peligro.
Hice mención a que los humanos disponemos de un muy amplio lenguaje, lo que trae como consecuencia que el ser humano pueda integrar en el correlato mental de su medio relevante, en el presente que está viviendo, una significativa proporción de segmentos de dicha representación mental que han sido generados a través del empleo del lenguaje. Cuando se analizó lo que hay tras un cuento como el de caperucita roja, quedó en evidencia que en el escuchar lenguaje hay un “dejarse conducir” y un “ver” lo que pretende transferirme quien habla. Es decir, en el “seguir” una conversación hay un “compartir” escenarios, muchas veces en ausencia de elementos materiales que pudieran operar como referencia común para ambos. Una cosa es “ver” una muralla blanca y otra muy distinta es escuchar a alguien decir “una muralla blanca”. La primera forma parte del medio material y adquiere su significado conforme al particular contexto del medio material relevante del Individuo, en tanto que la segunda forma parte de ese particular mundo al que hemos visto es posible acceder por medio del lenguaje. La frase “una muralla blanca” no necesariamente hace referencia a una muralla que se ubica en el medio material y la neutralidad del lenguaje humano permite que adquiera su significado al momento en que la frase se dice, sin que necesariamente en ese momento “una muralla blanca” forme parte del medio material.

Este “ir viendo lo que quiere mostrarme”, en el que vive inmerso el niño durantes sus primeros años de vida, evidentemente tiene implícito un “veo lo que los otros ven”, un “ver a través de los ojos de terceros”, un “ponerse en lugar de”, y constituye el pilar de lo que se conoce como Teoría de la Mente. Esta capacidad de ponerse en el lugar de otro, es, y ha sido, como todo lo nuestro, sujeto de evolución. Por ello se entiende que el grado en que la hemos desarrollado a la fecha los humanos dista mucho de permitirnos un real ponerse en el lugar del otro. Sin embargo tampoco corresponde restarle méritos por el grado en que la tenemos desarrollada pues a dicho grado le debemos aquello que nos distingue más radicalmente de los restantes seres vivos.

Los seres humanos, a la par de la evolución del lenguaje que nos caracteriza hemos ido aumentando la capacidad para configurar complejas representaciones mentales de entidades, en particular de nuestros semejantes. Mejorar la capacidad de proyectar adecuadamente el estado futuro del medio, en el caso particular de los humanos, cuyas acciones en grado superlativo dicen relación con interacciones con otros seres humanos, pasa precisamente por disponer de más fidedignas representaciones mentales de nuestros congéneres. A mayor fidelidad, mayor efectividad potencial de la proyección del futuro en aquellos escenarios futuros en los que interactuaremos con otros seres humanos.

Desde la atalaya en que nos hemos situado para observar lo atingente al “cómo me ven” y al “ponerse en el lugar de”, es del todo coherente postular que mi perro también posee la capacidad de “ponerse en mi lugar”. La definición que a la fecha impera del “ponerse en el lugar de”, entre los estudiosos del tema, no da cabida para que mi perro posea, en grado alguno, tal capacidad. Sin embargo, es evidente que conforme a la experiencia de vida que tiene mi perro en su interacción conmigo, consigue, con bastante efectividad cuando estoy interactuando con él, realizar proyecciones del futuro muy eficaces en lo que dice relación a su interacción conmigo. Sin ir más lejos, conoce de mis estados de ánimo con mayor efectividad que la que yo reconozco poseer en algunas oportunidades para detectar, inconscientemente por cierto, el estado de ánimo de mis semejantes. Mi perro sabe actuar en consonancia con mi estado de ánimo. Los estudiosos del tema han focalizado su atención en tan solo un particular aspecto del “ponerse en el lugar de”, ignorando lo que subyace tras el “cómo me ven” y de que manera éste último está relacionado con el primero.
Si bien el lenguaje humano sumado a nuestra naturaleza gregaria afectiva han influido en el aumento de la capacidad para almacenar experiencias de vida en las que nos relacionamos con nuestros semejantes, lo que ha traído como consecuencia un aumento del grado del “ponerse en el lugar de”, el lazo, la auténtica comunión que llega a establecerse entre el Individuo y Pablito, -en definitiva conexiones entre neuronas que asocian memorias- lo han fortalecido, y expandido, al asignarle a dicha entidad emociones y sentimientos, por los sentimientos y emociones que experimenta el Individuo.
El ejercicio de “ponerse en el lugar de” que desde corta edad comienza a cobrar cuerpo en el niño, en caso alguno implica fusión entre el Individuo y Pablito, ni elimina la participación de este último en el correlato mental del medio relevante del Individuo. Al Individuo, por medio del lenguaje propio que emplea, le es dado “movilizar” a Pablito prácticamente a voluntad en el correlato mental del medio relevante del Individuo. A su vez, el lenguaje que escucha el Individuo procedente de terceros también da lugar para movilizar a Pablito. Para el Individuo, es Pablito quien está viviendo en un ayer cuando su madre le pregunta al niño “¿hiciste ayer las tareas?”. Para el Individuo, todo ello transcurre en el presente que está viviendo, presente que se manifiesta en el correlato mental de su medio relevante. En dicho correlato tiene cabida un Pablito que está situado en el ayer. Recordemos sin embargo que inicialmente la acción de Pablito y de toda otra entidad que participa en el correlato mental del medio relevante del Individuo está limitada al presente. Caperucita roja “está ahí”, aunque los ojos del niño no puedan verla. El Individuo jamás “abandona” el presente. Durante el transcurso del relato de caperucita roja, todas las entidades están viviendo un presente que es compartido con el presente que vive el Individuo. Auque, por supuesto, es un presente muy particular pues el correlato mental del medio relevante tiene segmentos en los que opera lo atemporal e inmaterial, necesaria condición para que tenga cabida la movilidad de los personajes de un cuento como Caperucita Roja.
Con la debida experiencia de vida en el manejo del lenguaje, el menor comienza a distinguir lo que llamamos realidad de aquello que conocemos como fantasía.

El histórico e indisoluble lazo existente entre el Individuo y su cuerpo material no da lugar a que el Individuo transite por mundos atemporales e inmateriales en tanto que Pablito sí puede hacerlo, al igual que muchas otras entidades que pueblan el cerebro del niño en un momento dado. El Individuo, a través de la experiencia de vida va generando una biografía de las entidades más relevantes que forman parte de su diario vivir, y le asigna a Pablito una biografía acorde a la histórica participación que ha tenido en su correlato mental del medio relevante. Como imaginarán, la biografía de una entidad es la información contenida en experiencias de vida del Individuo en la que ha participado dicha entidad. Por su parte, la biografía del Individuo está contenida en la información que almacenan sus memorias, de sus experiencias de vida. En esas experiencias de vida han participado diversas entidades, entre las que destaca Pablito.

Sin duda que las neurociencias en algún momento llegarán a establecer el elevado grado en el que el ser humano ha desarrollado la capacidad y los mecanismos para configurar complejas representaciones mentales de entidades, en particular de sus semejantes humanos. Y no debería llamarnos la atención que el “cómo me ven” juegue un importante rol en el proceso evolutivo que nos ha conducido a ser como somos.
Hemos visto que sin existir fusión entre el Individuo y la entidad Pablito, están fuertemente ligados. Para un Pablito adulto, lo que “le sucede” a Pablito le sucede al Individuo, independientemente de que Pablito constituye para el Individuo tan solo un segmento de su correlato mental de su medio relevante. Es decir, la arquitectura cerebral distingue la biografía de Pablito de la biografía del Individuo, así como distingue la biografía de su madre de la de su padre. La de su padre, su madre y la del propio Pablito, son solo una parte de la extensa recopilación biográfica de que dispone el Individuo para representar su propia biografía, esto es, sus experiencias de vida.
Si bien inicialmente son las biografías de su madre y las de quienes más interactúan con el niño las más extensas y detalladas, con el pasar del tiempo es la biografía de Pablito la que ocupa un lugar central, biografía que contempla un extenso repertorio de emociones y sentimientos asociados a sus diversas experiencias de vida.

La capacidad de “ponerse en el lugar de”, que como vimos tiene que ver con la capacidad para proyectar el futuro en el que participan otras entidades, da lugar en los humanos para “ponerse en el lugar” de eventualmente cualquier entidad. Nos sucede por ejemplo cuando vemos una película, oportunidad en la que un raudal de distintas emociones nos recorren como consecuencia de un “deambular” a través de la vivencia de las distintas entidades que la película va mostrando. Evidentemente la Atención que se le presta a uno u otro personaje juega un rol fundamental en el grado en que opera el “ponerse en el lugar de” uno u otro personaje.

Gracias al amplio lenguaje humano, a cuya extensión le debemos su “neutralidad”, nos fue posible llegar a construir correlatos mentales del medio relevante que cuentan con una elevada participación en ellas, de entidades y sucesos surgidos como consecuencia de la acción del lenguaje. Todo el lenguaje fue aprendido, y en su ejercicio, al escuchar, fuimos siendo conducidos a través de los mundos atemporales e inmateriales que surgieron como consecuencia de los mundos atemporales e inmateriales que las personas que nos hablaron pretendían, inconscientemente, transferirnos cuando su lenguaje no hacía referencia a lo que estaba sucediendo en el mundo de la materia.

La entidad Pablito es el vehículo, el Individuo el conductor y el lenguaje el combustible que le permite al ser humano trasladarse por mundos inmateriales y atemporales.

La entidad Pablito ha sido estructurada fundamentalmente por el lenguaje de terceros que el menor escucha durante la infancia y que hacen referencia a él. De un momento a otro, por la vía del lenguaje que emplea el niño, le es dado a Pablito trasladarse sin límites de distancia, incorporando nuevos paisajes al correlato mental del medio relevante del Individuo, y que por ende forman parte de la experiencia de vida del Individuo, experiencia de vida que así como incluye a la entidad Pablito, puede incluir a muchas otras y que evidentemente no solo incluye a entidades. El lenguaje escuchado o empleado diagrama, con todas las deficiencias y limitaciones que le son propias al lenguaje humano, y que en parte quedaron de manifiesto cuando vimos el ejemplo de la descripción de la puesta de sol, inéditos escenarios, diagramados trazo a trazo y trozo a trozo, a los cuales sería imposible acceder de no disponer de una entidad como Pablito.

El Individuo es un cuerpo con vida. El cuerpo está debidamente cartografiado en el cerebro en el momento en que se nace. Por su parte, no se nace con la cartografía cerebral que representa a Pablito, se construye.


La biografía de Pablito, en caso alguno constituye la biografía del Individuo. Esta última excede a la biografía de Pablito. Toda experiencia de vida del Individuo evidentemente forma parte de su propia biografía, en tanto que la biografía de Pablito dice relación con aquella biografía que el Individuo le asigna al a Pablito, quien “nació” sin biografía. Posteriormente, existirá una fuerte comunión entre ambos. Pablito no tiene ojos para ver ni oídos para escuchar. Es el muy material cuerpo, instrumento del Individuo, el propietario de ellos. El Individuo es rey de reyes. Sin embargo ello no impide, al fortalecerse el lazo que los une, asignarle a Pablito la acción de ver y escuchar. El fuerte nexo (asociaciones entre neuronas) que llega a establecerse entre el Individuo y Pablito lo permite, y cuando alguien le habla, se está dirigiendo a Pablito. Por esta vía se gestó dicha entidad. Se activa la participación de Pablito en el correlato mental del Individuo cuando le hablan al Individuo. El grado de atención que el Individuo le asigne a la acción de escuchar condicionará la “actividad” de Pablito en el correlato mental del medio relevante del Individuo. El contenido de lo escuchado activará infinidad de memorias en el cerebro, sin embargo el “dibujo” que va trazando lo que se escucha, -esa sesgada representación a la que vimos se accede cuando analizamos la experiencia de la puesta de sol- constituirá experiencia de vida que el Individuo le asigna a la entidad Pablito. Pablito llegará a estar permanentemente presente en el correlato mental del Individuo, pero la actividad que esté llevando a cabo dependerá del rol que le corresponda representar en dicho correlato mental, jugando la Atención un papel fundamental. La neutralidad del lenguaje humano da lugar a seleccionar convenientes significados de lo que escuchamos, sesgados por supuesto. Recordemos que el aumento del grado del “ponerse en el lugar de” a que accedió el ser humano a la par de adquirir el lenguaje que le caracteriza, está aparejado a un aumento de grado del “cómo me ven”, por lo que no debe llamarnos la atención que cuando ya existe un fuerte lazo entre Pablito y el Individuo, el “como me ven” del Individuo es el “como ven” a Pablito. Las acciones del Individuo apuntan a proteger a Pablito, por el lazo que los une. Recordemos que inicialmente, cuando el vínculo recién comenzaba a formarse, el niño no duda en culpar a Pablito de sus acciones reprochables. Una vez que se fortalezcan las asociaciones neuronales entre el Individuo y Pablito, dejará de hacerlo.

Un Pablito que es reprendido, debe ser conducido a un escenario más favorable por el Individuo para el instante siguiente de vida. Un adecuado manejo del “como me ven”, producto esto último de una amplia experiencia de vida, permitirá que en el “ponerse en el lugar de” tenga cabida por ejemplo una mentira, con favorables resultados. Por el contrario, acudir a una mentira disponiendo de una escasa experiencia de vida puede conducir a un desagradable futuro inmediato. En efecto, como vimos anteriormente, en oportunidades el menor no duda en atribuirle a un amigo imaginario una falta cometida, incapaz de “ponerse en el lugar de” su madre, y apreciar que desde esa perspectiva su mentira no tiene otro destino que agravar su falta. Recordemos que el grado de efectividad de el “ponerse en el lugar de” está asociado con la efectividad de proyectar el accionar de su madre para el siguiente momento de vida. Siendo adultos no dudamos en mentirle a nuestro hijo y afirmarle que existe Santa Claus, pues inconscientemente hemos valorado la incapacidad de nuestro hijo para detectar nuestra mentira. Realizamos este ejercicio a través de un adecuado “ponerse en el lugar” del niño.

El lenguaje humano es constructor de realidades para el Individuo, en particular, de la realidad de Pablito.

Cuando se hace uso del lenguaje propio, el Individuo le asigna a Pablito un rol sustantivo en dicha acción, pues no es sino la entidad Pablito a la que le es dado participar en los escenarios generados por medio de la acción del lenguaje. El individuo posee un cuerpo material al que no le está permitido situarse en los escenarios atemporales e inmateriales a los que puede conducir la acción del lenguaje. Las expectativas que hay tras el uso del lenguaje, expectativas que son valoradas por el Individuo previo al momento en que se hace uso del lenguaje propio, dejan de ser expectativas al instante de hacer uso del lenguaje, pues la palabra se incorpora al correlato mental del medio relevante del Individuo integrándose como experiencia de vida. En el cerebro de todos los seres vivos que lo poseen, existen mecanismos que permiten valorar el grado en que las expectativas se cumplen. En el empleo del lenguaje también operan dichos mecanismos. A partir de un amplio escenario de expectativas de acción se selecciona una en particular, esto es, la específica palabra que se emplea. Esta palabra fue seleccionada, en un proceso inconsciente por supuesto, para que su empleo condujera hacia un específico escenario que se “visualizó” en la proyección del futuro. Al momento en que se hace uso de la palabra, el cerebro le asigna un significado a partir de un amplio abanico de significados potenciales. Sobre esto último, recordemos que, a diferencia de los restantes lenguajes, el lenguaje humano posee una “neutralidad” que le otorga una particular plasticidad al significado que puede adquirir una palabra al momento en que es empleada. El significado que en definitiva se le asigna, podríamos decir que sería el ideal si se produce un “calce perfecto” entre la “proyección del futuro” que un momento antes se tenía y el correlato mental del medio relevante de que se dispone al momento en que se emplea la palabra. Sin embargo, sabemos que no existe un calce perfecto; no contamos con una bola de cristal. De allí que la palabra seleccionada, al momento de ser empleada consiga activar memorias que previamente no lo estaban, o si lo estaban, estaban activadas en un grado distinto, dando lugar con ello, a nuevas expectativas. En tal sentido, el lenguaje humano es auto generativo, toda vez que su empleo puede dar lugar a recurrir sucesivamente a su empleo.
En tanto no se haga uso de una palabra no se puede tener consciencia de ella, pues recién en el acto de decirla el Individuo le asigna a la biografía de Pablito la experiencia de vida correspondiente. De allí, el restringido, aunque en general muy nítido, escenario que para los seres humanos constituye lo que llamamos “actuar consciente”, en comparación con el amplio escenario del mundo inconsciente del Individuo, cuya dinámica excede en mucho al muy particular segmento de la representación mental del medio relevante del Individuo que representa a Pablito, y de cuyo contenido extrae el Individuo lo que valora como experiencia de vida de Pablito. En efecto, la biografía de Pablito es una pequeña parte de la biografía del Individuo. La información que a diario percibimos, toda ella, forma parte de la biografía del Individuo en tanto que podemos ser conscientes sólo de una parte de la biografía de Pablito. En caso alguno ello significa que la biografía de Pablito sea exigua. Solo que, comparativamente, en relación a la biografía del Individuo, lo es.
Infinidad de información inconsciente forma parte de la biografía del Individuo. Instante a instante lo que percibimos está activando vastos conjuntos de memorias. Cada paso que damos en una caminata precisa de un complejo procesamiento, al cual estamos ajenos conscientemente. Cada músculo que movemos es gobernado por el Individuo, y si bien podemos tener conciencia de un paso que acabamos de dar, en caso alguno disponemos conscientemente de la enorme cantidad de información que ha procesado el cerebro para lograr tal objetivo. En tal sentido es que no tiene lugar una comparación entre la experiencia de vida de Pablito y la experiencia de vida del Individuo.
Como contrapartida a lo que describiera como un restringido escenario para el actuar consciente, la existencia de una entidad como Pablito da lugar para que el potencial de la acción del lenguaje humano expanda en un grado superlativo la experiencia de vida del Individuo, por la vía de emplear a una entidad como Pablito, optando a verdaderos mundos inmateriales y atemporales factibles de incorporar a su correlato mental del medio relevante. En estos “mundos” el Individuo es una suerte de observador de lo que en ellos sucede. El compromiso que el Individuo tiene con su muy material cuerpo impide que haga suyas algunas experiencias de vida que sí puede atribuirle a Pablito. Son experiencias de vida de Pablito, “observadas” por el Individuo, y en tal sentido, por supuesto, dicha “observación” constituye experiencia de vida del Individuo.

Si reproducimos el sonido de una señal de alerta por águila que previamente hemos grabado, ante un grupo de monos verdes, el mono verde que la escucha incorporará a un águila en su correlato mental de su medo relevante. Por cierto esa águila no está formando parte, materialmente hablando, de su entorno. De allí que podemos afirmar que en ese caso el correlato mental del medio relevante del Individuo (mono verde) posee un segmento que no es un correlato del mundo material. Lo cierto es que los monos verdes viven en estrecha comunión con el mundo material. Si un mono verde supiera mentir, cuando lo hiciera induciría en los monos verdes que lo escuchan, la gestación de un segmento de su representación mental del medio relevante que no tiene su correspondiente correlato en el mundo material. Pero sabemos que ellos no saben mentir, y que además la extensión y potencia de su lenguaje, comparativamente hablando en relación a la de los humanos, es ínfima.


Con el lenguaje, al Individuo le es dado un auténtico vagar, como observador, por mundos atemporales e inmateriales vía Pablito, que es una entidad que ha ido adquiriendo sus características, por las características que aquellos que se relacionan con el menor ven en el y que se las manifiestan. No existen límites de espacio o tiempo para situar a Pablito. El Individuo no transita por estos parajes, los “observa”. El Individuo porta un cuerpo material cuyo correlato mental está asociado, por toda una historia evolutiva, a lo realizable por el cuerpo material, en un mundo material.
La aparente unicidad que percibimos que existe entre Pablito y el Individuo proviene del grado en que está asociado en el cerebro la entidad Pablito con el Individuo. Sin duda que la estrecha conexión que en particular se gesta entre la representación mental de Pablito y la representación mental corporal, establecen un lazo indisoluble entre éste y el Individuo. El Individuo tiene un cuerpo capaz de sentir y por la asociación que éste tiene con Pablito surge un Pablito al que el Individuo le atribuye la capacidad de sentir. Si bien inicialmente al niño le resulta viable culpar a un amigo imaginario de haber volcado el plato con comida que está frente a él, al fortalecerse el lazo entre ambos, sus acciones corporales son asignadas a Pablito. Cuando culpa a un amigo imaginario de haber volcado el plato de comida, no está mintiendo. Con el tiempo aprenderá a mentir y sabrá que lo está haciendo. En un adecuado “ponerse en el lugar de” valorará que su mentira no sabrá reconocerla como tal su interlocutor.


Habiendo quedado claro el rol que desempeñan el Individuo, Pablito, y el cuerpo material, es del todo pertinente realizar algunas aclaraciones. Para el Individuo, el cerebro es una utilitaria herramienta, que le permite almacenar su experiencia de vida, con todo lo provechoso que hemos visto resulta ser aquello. La experiencia de vida constituye el referente para la proyección del futuro y para sostener y actualizar el correlato mental del medio relevante. Lo primero posibilita el generar alternativas de acción asociadas a específicas (aunque no siempre bien definidas) expectativas.
Todo indica que no sólo se precisa de procesos cerebrales específicos para llegar a contar un Pablito como del que disponemos los humanos. Paralelamente a la evolución del lenguaje, la arquitectura del cerebro fue registrando cambios. Los esfuerzos que a la fecha se han hecho por enseñarle un extenso y complejo lenguaje a otros seres vivos con cerebro para pretender a que por esta vía accedan a emular al ser humano, revelan que la arquitectura cerebral juega un importante rol. No es aventurado asumir que la capacidad de que disponemos los humanos para operar el “cómo me ven” –y por ende el “ponerse en el lugar de”- forman parte de la arquitectura cerebral presente al momento de nacer. Recientemente se ha descubierto que un recién nacido es capaz de remedar un gesto que observa en el rostro de quien lo mira. Esta es una prueba elocuente de que al momento de nacer disponemos de una arquitectura cerebral que eficientemente desempeña la función de “ponerse en el lugar de”.

Tenemos consciencia de que estamos escuchando un concierto sin que necesariamente estemos pensando en ello. El Individuo le asigna a Pablito la experiencia de estar escuchando el concierto. En medio del concierto, haciendo uso del lenguaje podemos recordar un compromiso que debemos cumplir mañana, lo que constituye (el recordar) un acto consciente, experiencia de vida de Pablito. Fue Pablito quien se desplazó a ese mañana en el cual destaca el compromiso en cuestión. No se deja de tener consciencia de que se está escuchando el concierto al momento de pensar en mañana. El muy material cuerpo está ahí, en la sala. Es un cuerpo que, cuando somos adultos, está íntimamente asociado en el cerebro con la entidad Pablito, pero en caso alguno se encuentran fusionados, de allí que puede accederse a la singular dualidad, “estar aquí” y “estar en lo que eventualmente sucederá mañana”. El tipo de lazo existente entre el Individuo y Pablito (conexiones neuronales) lo permite.

El acto de pensar, precisa del uso del lenguaje. No me es posible saber lo que pienso antes de decirlo, pues antes de decirlo no constituía experiencia de vida de Pablito, ni del Individuo. Para el Individuo formaba parte de su proyección del futuro.
Para pensar se seleccionan, inconscientemente, las palabras a emplear. Una palabra que se emplea ha formado parte, previamente, de una proyección del futuro y una proyección del futuro es lo que su nombre indica y por ende no constituye experiencia de vida. De la experiencia de vida se nutre el Individuo para realizar la proyección del futuro. Y la experiencia de vida de Pablito constituye la experiencia de vida consciente del Individuo.

En la diagramación de un modelo de la consciencia que pretenda explicarla, no puede estar ausente la descripción del rol que le compete a la Atención. Hemos visto previamente que la representación mental del medio relevante del Individuo, esa suerte de “fotografía borrosa” con la que metafóricamente se le asociaba, se caracteriza por que en ella destacan algunos segmentos de dicho medio relevante, y expliqué el rol que le cabía a la Atención en ello. Es indudable que en la biografía de Pablito destacan algunos aspectos más que otros. Recordemos que el actuar consciente resulta ser lo que el Individuo asume constituye experiencia de vida de Pablito. Si no tomamos consciencia del acto de cruzarnos en la calle con una persona al momento en que nos cruzamos por primera vez con ella, es consecuencia directa del escaso grado de activación de las memorias asociadas a ese segmento de la representación mental del medio relevante. Por más desconocida que resulte ser la persona en cuestión, si hubiera ido caminando desnuda, sin duda que habría llamado nuestra atención inconscientemente inicialmente y un instante después, conscientemente. Que al día siguiente consigamos recordarnos de dicha persona (que llevaba ropa), puede deberse a diversas causas que condujeron a una adecuada activación de las memorias asociadas a tal evento, entre las que por supuesto participa, entre otros, el mismo sustrato de memorias que participó ayer en la diagramación del correlato mental del medio relevante del Individuo. En todo caso lo vivido hoy, en relación al hecho de haberme cruzado nuevamente con la misma persona, por razones obvias (en una mente sana) no puede modificar una biografía construida ayer. La de hoy, es una notoriamente más detallada biografía de Pablito, en lo que compete a la participación en la biografía de Pablito de la persona con quien nuevamente nos encontramos. Cuando alguien nos da un aburrido discurso con facilidad nos distraemos y llevamos la acción de Pablito a situarlo por ejemplo en lo que debemos hacer en un rato mas. Cada palabra que dice nuestro interlocutor activa memorias asociadas a dicha palabra, pero nuestra atención “está en otra parte”. En nuestro inconsciente van quedando registradas cada una de las palabras escuchadas, y al momento de ir escuchándolas evidentemente se van incorporando a la experiencia de vida del Individuo, a la vez que forman parte de una mas bien borrosa zona del correlato mental del Individuo (memorias débilmente activadas) en la que se representa lo que está viviendo el cuerpo de Pablito (por la asociación que existe entre el cuerpo del Individuo y Pablito) y la acción de escuchar de Pablito. Ello no impide un paralelo accionar de Pablito, y situarlo en aquello que he de hacer en un rato más. Ante una pregunta de nuestro interlocutor, pregunta que tiene la particularidad de llamar nuestra atención, inconscientemente en forma inicial, adquirirá relevancia no solo aquello que ya estaba presente, como parte de la biografía de Pablito y por ende como un acto consciente, sino que adquirirá relevancia esa difusa representación mental que dice relación con la experiencia de vida de Pablito en el acto de escuchar hablar a mi interlocutor. La facultad que tenemos los humanos de conseguir, a través de la acción del lenguaje, tener eventualmente hoy un mayor nivel de consciencia que el nivel de consciencia que tuvimos ayer, de un evento sucedido ayer, esto es, incrementar la experiencia de vida de Pablito en lo relativo a una experiencia vivida previamente, nos otorga una percepción de “voluntad de Pablito” cual si Pablito fuera dueño de nuestro pasado, generándose como consecuencia de ello una suerte de individualidad asociada a Pablito, que se diferencia del Individuo en cuanto a que le es dado a dicha individualidad, que consigue trasladarse por escenarios inmateriales y atemporales, reconfigurar la biografía de Pablito. Para el Individuo, Pablito le habita. Lo anterior implica que para el Individuo, el Pablito cobra vida propia, cual si tuviera voluntad. Sin activar convenientemente a Pablito, no se accede a los mundos inmateriales y atemporales que provee el empleo del lenguaje. No debe llamar la atención lo anterior, pues nada de lo descrito anteriormente sería posible de no disponer de una entidad como Pablito capaz de acceder a experiencia de vida en la atemporalidad e inmaterialidad en la que le es dado transitar a Pablito.

El “accionar consciente” es el accionar de Pablito. Con el lenguaje que se escucha o emplea, se activa el accionar de Pablito, en grado variable, conforme al rol que desempeñe dicha entidad en el correlato mental del medio relevante del Individuo, cumpliendo en ello un rol capital la Atención.
Para un ser humano, recordar una experiencia traumática a través del uso del lenguaje, esto es, hacerla consciente, implica hacerle vivir a Pablito una mala experiencia, lo que por supuesto tiene un costo. En el cerebro está registrada la experiencia traumática y se activarán las memorias asociadas a esta experiencia, experiencia de vida de Pablito, en un grado que dependerá de “cuan cerca” se está de vivir dicha experiencia nuevamente. Sabemos que de la proyección del futuro del Individuo surgen las acciones a realizar, por lo que trasladar a Pablito a una experiencia traumática ya vivida constituye una acción que tiene un costo que previamente se ha valorado en el amplio escenario de las expectativas de acción, sustrato del que se nutre la proyección del futuro para seleccionar las acciones que se ejecutan.

Al Individuo le es dado identificarse con Pablito, por el lazo que los une. El Individuo le asigna a Pablito un ámbito de acción que abarca tanto el medio material como los escenarios inmateriales y atemporales a través de los cuales le es dado transitar en la acción del lenguaje. El Individuo no logra situar a Pablito en París sin el auxilio de la palabra París o del empleo de palabras que por la forma en que se emplean evoquen dicha ciudad. También es posible “situar” a Pablito en París si por ejemplo se está viendo la escena de una película que diga relación con París.
Mirar una pelota y escuchar la palabra “pelota” en ausencia del elemento “pelota” implican procesos y escenarios mentales distintos. Cuando miro una pelota, ésta forma parte del mundo material, y el significado que adquiere está íntimamente ligado a lo que está sucediendo en ese preciso momento en el mundo material. Al mirarla, se incorpora a un escenario preexistente, todo ello en el mundo material. Un momento antes de ver la pelota, el escenario material era prácticamente el mismo. Cuando escucho decir la palabra “pelota” en ausencia del objeto, ¿dónde la ubico?. Adquirirá una “ubicación” conforme al contenido del correlato mental del medio relevante del Individuo al momento en que escucha la palabra, y en este caso es posible, gracias a la “neutralidad” de la palabra, que forme parte de mundos atemporales e inmateriales que tienen cabida en el correlato mental del medio relevante del Individuo. A la par de que se “sitúa” una palabra, pierde su neutralidad y adquiere un específico significado, nítido y marcado, en la ruta de las asociaciones de memorias que se potencian cuando adquiere significado la palabra. Adquiere su significado como consecuencia de su integración en la Actualización del Presente.
La frase “toma la pelota” que me dicen cuando me lanzan una pelota, adquiere su significado acorde al contexto de lo que se está viviendo. Un muy material cuerpo, el de Pablito, está involucrado en una acción que tiene lugar en el mundo de la materia, por lo que, de no mediar un contexto diferente al mencionado, la acción de Pablito tiene lugar en el mundo de la materia. Veamos un caso distinto. Estoy situado frente a un amigo, y disponemos de una pelota que sucesivamente nos estamos lanzando uno al otro y me está diciendo “ayer estaba con Sergio igual que ahora, y le dije “toma la pelota” e hice el gesto de lanzarla, pero la retuve, y ¿me creerás que se enojó?”. En este caso, es evidente la dualidad que se presenta. En el segmento de su correlato mental del medio relevante tiene cabida lo que está sucediendo en el mundo material, con un Pablito jugando con su amigo y en otra zona de su correlato mental del medio relevante tiene cabida la acción de un Pablito escuchando a su amigo, al que se le presta atención. Hay una pelota que está nítidamente situada en el ayer, para el Individuo, como experiencia de vida de Pablito, en el acto de escuchar de Pablito. La pelota que estoy viendo sólo tiene cabida en el “ahora”. La experiencia de vida que el Individuo le asigna a Pablito es la de jugar, en ese momento, con su amigo. Paralelamente le asigna el acto de escuchar el relato, esto es, el de experimentar la experiencia de vida que entrega dicho relato y de interactuar materialmente con la pelota junto con su amigo.


La entidad Pablito tiene la impronta del gen, y no puede ser de otra forma, por lo que dicha entidad es súbdita de los compromisos que impone el gen. Así como el gen le impone al Individuo jugar su rol, esto es, aquello que le da sentido a su existencia, procurar seguir con vida, la entidad Pablito, en su ámbito de acción, se subyuga al mandato del gen para procurar seguir con vida. Solo que, a la entidad Pablito le es dado llevar a cabo acciones en mundos atemporales e inmateriales.
Cuando proyectamos conscientemente lo que ha de ser nuestra vida en veinte años más, estamos incorporando a la biografía de Pablito un eventual futuro de Pablito. La experiencia de vida del Individuo le permite asignarle, a la biografía que de Pablito va construyendo en lo que tarda en describir lo que ha de vivir en veinte años más, no lo que se describe sucedería, sino la acción de relatar un potencial futuro de Pablito.
El ámbito de acción de Pablito no conoce limitaciones de tiempo y espacio, de allí que el mandato de supervivencia que se le impone el gen, abarca sobrevivir ni más ni menos que en lo atemporal del futuro, esto es, sobrevivir teniendo como norte la eternidad. En efecto, así como me hice la pregunta acerca de qué voy a estar viviendo en veinte años más, pude habérmela hecho refiriéndome a doscientos años más. Lo cierto es que en general evitamos hacernos tan comprometedora pregunta cuya respuesta es “estarás muerto”. Una pregunta de ese tipo surge como consecuencia de una previa valoración, inconsciente por cierto, de las expectativas asociadas a hacernos dicha pregunta. La experiencia de vida del Individuo dispone en su biografía de infinidad de antecedentes que muestran como hecho cierto el fin de nuestra material vida, y mucho antes de doscientos años, por lo que no ha de llamar la atención que las más diversas culturas y agrupaciones humanas hayan postulado una conveniente respuesta para “garantizar” la supervivencia de la entidad Pablito, encontrado en la figura de un dios todopoderoso o en la reencarnación una salida que conduzca a la inmortalidad de la entidad Pablito, esto es, a su supervivencia. Con lo que menciono, en caso alguno pretendo postular que no existe un Dios, ni la reencarnación. Esos son temas que exceden los propósitos de este trabajo. Solo afirmo que de no existir un Dios, nos resulta del todo conveniente crearlo.
Visto desde otro ángulo, en particular desde la perspectiva de “aquel” que sentimos habitar cuando adquirimos consciencia, esto es, cuando adquiere experiencia de vida la entidad Pablito, la entidad Pablito es una entidad que se apropió de un cuerpo material para sobrevivir, y que preferiría no saber del término de la existencia del Individuo, pues en su dominio de acción le está permitido acceder, supuestamente, a lo eterno. Sin embargo, el muy material cuerpo no lo permite.



51.Publicado por hugo luchetti el 30/11/2010 16:56



EL ELECTRON

es capaz de cruzarse en su propia trayectoria y se podrìa ver este evento como un origen o una manifestaciòn de informaciòn como una protoconciencia, repeticiòn, recuerdo, bucle, lazo...

50.Publicado por Jose A. el 27/11/2010 19:06
Esto es un resumen a base de copia y pega, pero espero que aclare lo publicado y preguntado por Ivan Elias más abajo (comentario 50), en cuanto a supra-energía o energía suprafísica, que explicarían algo más sobre que la Conciencia, el espíritu, son, energías suprafísicas.

Hay una fórmula matemática que postuló Albert Einstein, con las cuales Tesla no ha estado de acuerdo, esa fórmula es inconsistente en su explicación, la fórmula que revolucionó el siglo XX: “E igual eme por ce al cuadrado” (E = m * c^2). Esto significa que la masa es el equivalente a la energía, siempre y cuando la masa fuera llevada al cuadrado de la velocidad de la luz, algo impracticable -según Einstein- porque toda masa que llegue a la velocidad de la luz se haría infinita.

¿Velocidad de la luz con respecto a qué? ¿Con respecto a un punto fijo en el universo? ¿Más de esa velocidad no se puede pasar?”. Porque si con una linterna apuntamos a la derecha, con otra linterna apuntamos a la izquierda, ambas con sus haces de luz, teóricamente, esos haces se alejarían uno del otro a 600.000 kilómetros por segundo. La teoría de Einstein dice que no es así, invalida ese concepto; por lo tanto invalida que galaxias en extremos opuestos de esta Creación se alejen unas de las otras a más de 300.000 kilómetros por segundo. Por supuesto que sí se alejan a más de esa velocidad, por supuesto que sí.

Si la energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado, sabemos que más allá de la velocidad de la luz -en vibración, no en desplazamiento, en vibración- alcanzamos un plano no físico que es el plano suprafísico. Entonces, si la energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado, ¿de qué energía estamos hablando?, porque la luz en sí ya es una energía, la electricidad en sí es una energía; estamos hablando de energía suprafísica, estamos hablando de una energía imperceptible por los instrumentos físicos.

E = m * c^2: ‘c’ al cuadrado (c^2) lleva a ‘m’ a transformarse en una energía suprafísica. Por lo tanto, la teoría de la relatividad basada en esa fórmula es inconsistente en su explicación.

E = m * c^2: Una ‘m’ que se transforma en ‘E suprafísica’.


http://www.grupoelron.org/quienes/nikolatesla.html
http://www.grupoelron.org/contactostelepaticos/tera_el_nikola_tesla.html

49.Publicado por Antonio Salguero (NeuronaCalva) el 27/11/2010 04:08
Para poder entender el tema de la conciencia, se debe tener en cuenta que en el humano existen dos conciencias que están íntimamente relacionadas. Son la conciencia del cerebro y/o cuerpo físico, y la conciencia del Sujeto Psíquico que no es el cuerpo.

La conciencia de la psique interna o Sujeto Psíquico, o llamada conciencia reflexiva, por lo general se activa siempre después de haberse iniciado primero la conciencia del cerebro y el cuerpo, salvo en el sueño, donde el cerebro descansa, y podemos con la conciencia de la psique interna, percibir imágenes mentales visuales o auditivas de modo muy vívido y real. De este modo entonces, la conciencia de la Psique, es un proceso activo de interpretación, de construcción de datos externos junto con los de la memoria, pudiendo relacionarlos entre sí con el ensamble del elemento Tiempo y entorno.

Se ha equiparado la consciencia a la vigilia, esto es conciencia cerebral, pero estar despierto no es lo mismo que ser consciente psíquicamente de algo en el sentido de apercibirse de algo, o saber de sí mismo.

Los actos voluntarios, la toma de decisiones, la intencionalidad y el Tiempo, son aspectos importantes de la experiencia consciente de la Psique.

La confusión de muchos psicólogos es creer que el cerebro es quien procesa informaciones paralelas, cuando en verdad, son dos procesos concientes paralelos los que interactúan con el cerebro. Si se sabe entender, lo que pretendo decir, sin duda es muy diferente. También es común confundir la auto-conciencia corporal con la auto-conciencia psíquica, si bien ambas están relacionadas, son cosas muy distintas. El cerebro humano no piensa. Realiza incontables operaciones, pero no piensa, no interpreta conjuntamente la Realidad, el Tiempo y el entorno.

Otra pequeña confusión deviene de integrar o asociar a la conciencia primaria el pensamiento. El pensamiento sólo se produce en la conciencia reflexiva. El pensamiento no es del cuerpo ni del cerebro. La asociación de un objeto físico externo con la memoria de objetos similares conocidos es parte de la conciencia primaria. Pero no pertenece a ésta, la interpretación intencional de determinados sucesos guardados en la memoria con otros eventos temporales, afectivos o subjetivos, pues esto último es sólo resorte de la conciencia psíquica o reflexiva.

No es difícil entender el fenómeno de la conciencia y la mente humana, sólo hay que establecer mejor los límites entre el cerebro y la psique. La psique no surge del cerebro.

Mi cordial saludo a Uds.

48.Publicado por Ivan Elias el 19/11/2010 10:44
Interesante... interesante es que alguien me facilitara este artículo suponiendo que encontraría evidencias concretas y no una lista de consideraciones-postulados que en conclusión no dicen nada más que un planteamiento filosófico.

Estoy de acuerdo en que existe un dualismo inherente al modo de procesamiento dualista de la realidad. Considero que una definición cosmológica de consciencia cuántica podría resolver este dilema (tal como lo han planteado Bohm y Penrose).
Particularmente considero que el dualismo cartesiano de sustancias res y cógito se supera al encontrar un sustrato común, al que suele atribuirse al espíritu-mente-dios. La mente bien puede ser la proyección holográfica sujeta a la coherencia cuántica de un funcionamiento neuronal sinérgico, pero eso tampoco lo sería todo. Considerando las investigaciones de Régis Duthail sobre la velocidad superlumínica y la comprobación experimental de la existencia de taquiones, bien puede haber todo un sustrato taquiónico-fotónico operando en el bio-campo electromagnético de cada ser viviente que configura cuánticamente el ADN como información de neguentropía. Como la base-sustrato de la materia en sí sería taquiónica, la materia viva e inteligente operaría sobre y hacia la información del entorno físico y del sustrato sub-cuántico del cual es configurada toda la realidad física. La mente bien podría ser el emergente cosmológico de una realidad vibracional superlumínica dentro de una realidad vibracional física sub-lumínica donde la consciencia sería una suerte de variable no-local o libre que se percibe a sí misma en un entrelazamiento temporal. La velocidad eléctrica del pensamiento dependería de la configuración neuronal física engarzada cuánticamente que abriría una especie de "campo taquiónico" que superaría toda velocidad "física". Este proceso de decodificación taquiónica, al que muchos llaman "decodificación conceptual", sería la experiencia consciente auto-consciente y focalizada "en medio del ruido". Régis Duthail denomina al cerebro "decodificador" y atribuye que el concepto es de velocidad superlumínica "canalizada" en paralelo y filtrada en serie por el neo-córtex. A la velocidad conceptual e información superlumínica masiva en paralelo vendrían a ser "los espíritus" o "fantasmas", lo que podría ser descrito en ecuaciones lorentzianas que describan espacio y tiempo supralumínicos. De seguirse por ese lado, la "consciencia libre e indeterminada" operaría como variables libres u ocultas y unificaría toda teoría espiritual o de perpetuación de la existencia individual, algo que para la cosmovisión de Bohm, por ejemplo, sería una proyección parcial del movimiento de la totalidad, al igual que el tiempo mismo. Si en este sentido se quisiera explicar a Dios como concepto, sería un movimiento vibracional atemporal que configuraría campos conceptuales como si de un fractal se tratara.

La hipotética supra-energía o energía suprafísica podría ser descrita matemáticamente en algún modelo que describa el entrelazamiento cuántico de campos conceptuales con el entrelazamiento de fases en la coherencia cuántica del espacio y tiempo físicos.

Básicamente es lo que apuntaría la visión de Régis Duthail y la Teoría del Vórtice Energético empleadas en nuevas tendencias y movimientos pro-espirituales cientificistas que deberían distinguirse de la religión en un salto cualitativo, aunque sus partidarios actúen como fraternidad universitaria.

http://www.grupoelron.org/notas/mundoespiritual.htm

47.Publicado por Eduardo Coli el 21/08/2010 21:24
La intención, como la acción mental, se extiende sobre la realidad, como sobre los cerebros, en tanto esto, va mas haya de estos, y en tanto esto, ya no se puede cuantificar ni atribuir, que la acción mental, excedida de los cerebros, como las intenciones productivas objetivas de la acción mental, se reduzcan y limiten a estos.


Cuando se descubre y se demuestra la acción mental, actuando he incidiendo desde fuera de los cerebros, sobre los cerebros, tanto como más haya de la acción y los procesos operativos de los cerebros, se hace imposible, como ridículamente inocente, querer por todos los medios técnicos a nuestra disposición, reducir, limitar, tanto como localizar la residencia productiva de la mente, a un sitio en particular, del cerebro, ya que es claro que la acción mental, que en casi todos los casos nos rige, puede determinar desde fuera de esto a los mismos, es decir desde fuera de nuestros cerebros, el comportadito operativo, procesal, como productivo de estos.

La acción, he intención mental, que como se puede claramente demostrar, rige a cientos de miles de cerebros, desde fuera de estos, puede explotar, acondicionar, lesionar, regir, la conducta y practica productiva, operativa, procesal de estos, subordinándolos a los objetivos prácticos productivos de su acción he interésese.

Que la mente se manifieste, se proyecte, actúe sobre la realidad, creando acontecimientos y fenómenos de toda índole, por medio he intermedio de la complejidad cerebral, no quiere decir que se radique, localice en el cerebro.

Seria algo así como pretender, que la acción productiva, generativa, de la complejidad de las producciones televisivas, que se materializan, especifican y proyectan através de la complejidad procesal operacional de lo televisores se reduzca a estos.


La acción productiva pasa y actúa por medio y através de estos pero no se reduce ni limita a estos.

La naturaleza mental como la acción mental subyace, se desarrolla, evoluciona, a través, tanto como por fuera de los complejos procesos cerebrales, es decir; que actúa se manifiesta, opera y produce realidad, através de la complejidad estructural de estos, lo que no quiere decir, que se limite, ni reduzca a estos.

Yo experimento, vivo, genero y produzco, una productividad, una acción mental, metafóricamente generalizo como los televisores generalizan una realidad que los trasciende, afecta, se difunde, por medio de ellos y su compleja, he independiente estructura, por medio de mi complejidad, que no se reduce, ni limita a mis procesos cerebrales operacionales.

En función de la metáfora, es muy poco lo que puedo hacer, para perturbar los objetivos, como los alcances de la acción, he intención mental, que nos rige, y que por medio de nosotros se difunde, supuestamente se desarrolla, evoluciona, a mi criterio en función del dominio y la explotación de la vida, o de los muy congraciados cerebros de los que se sirve a placer.


Esto que pienso de la mente, también lo pienso de la vida, es decir; que la acción productiva generativa de lo viviente, no se reduce, ni limita, a los cuerpos, es decir, a las complejas estructuras físicas, biológicas, por medios de las cuales se manifiesta, materializa, difunde su acción, crecimiento y muy compleja evolución.


46.Publicado por Alejandro Melo Florian el 11/05/2010 03:03
Espero poder aportar algo sobre el tema

45.Publicado por Alejandro Melo Florian el 11/05/2010 03:01
Intento dar una aproximacion al enfoque en el knol que indiqué
Espero poder aportar algo
Alejandro Melo Florian MD

44.Publicado por Antonio de Orbe el 28/04/2010 10:53
-Excelente panorámica del estudio de la conciencia

-Coincido plenamente con el título: "La consciencia es el mayor enigma de la ciencia y la filosofía"

-La conciencia y los estados mentales existen. Negarlo es estéril, empobrecedor y contrario a la evidencia.

-Los monismos son dualismos que niegan la otra parte. Opino en parte como Spinoza y la "superveniencia" (horrorosa palabra). Unos procesos emergen de otros.

-Los procesos mentales y la actividad neuronal son dos caras de la misma moneda. Una no causa otra ni viceversa. Son la misma realidad. Esto no explica el problema difícil, pero lo describe mejor.

-Soy de la opinión de que el problema fácil ayudará a resolver el problema difícil. Entenderemos el problema difícil, aunque quizá no seamos capaces de representárnoslo en el mismo sentido que podemos entender la teoría de la relatividad pero es difícil imaginar muchos de sus postulados.

-La mente es información. Crearemos máquinas equivalentes en ¿20 años?

-Internet tiene la potencia, pero carece de la organización para generar hoy cualquier producto mental.

-Echo en falta la imprescindible investigación experimental de Stanislas Dehaene: [http://sinapsis-aom.blogspot.com/2010/02/la-conciencia-investigacion.html]

43.Publicado por Jose Antonio Palos el 24/04/2010 18:18
Saludos.
Podemos entender la flecha de la dirección evolutiva (En eso que entendemos como tiempo estandar) como la dirección de el incremento de actividad-respuesta memórico-consciente de la energía-materia auto organizada-auto-conciente en quantos y grupos de cuantos de memoria y conciencia-memórica de las experiencias-relaciones, participación en "eventos" energétcio espacio-temporales en ciclos holofractales del tipo "emergentes" y acumulativos (ADN, RNA y otras estructuras memórico autreplicantes).
Parece ser que el incremento de memoria asequible o de asequibilidad-accesibilidad a la experiencia-memórica o memorizada es lo que mejor nos identifica como "seres superiores", biologicamente hablando.
En este sentido, dentro del probable holograma espacio-energético (Tipo 4Dimensional o Espacio-Energético dimensional) en el que suponemos algunos que vivimos, la primordial tarea es retomar la total-responsabilidad de los efectos que en nuestra psique causan las experiencias guardadas como "peligrosas" y/o "indispensables" en nuestra memoria, en nuestro pasado, para limpiar, al mejor estilo de Bruce Lipton, PhD, esa memoria celular que es la que nos hace actuar como bien educados "pablovianos".
Después de limpiar nuestras bits de mal y desinformación en la memoria celular y bloquear los neurmarcadores-receptores de las nuevas células, como diría Joe Disepnza, podemos tomar el control de nuestra vida, para poder acceder a mejores estados de conciencia en el "Continum" del espacio-tiempo energia y tener mejor acceso a la Experiencia Futura.
El trabajo de el Dr. Milton Ericsson, el padre de la hipnosis clínica ericssoniana, la autentica heredera de la psicología original pre-freudiana, en sus excelentes resultados, nos da una idea de que hemos perdido como cultura clínica, científica y técnicamente.
Cuando entendamos que lo mejor de Albert Einstein es solo "SU APROXIMACIÓN A LA IRREALIDAD-NO TRASCENDENCIA DEL FENÓMENO QUE ENTENDEMOS COMO TIEMPO" y no su "Limite de velocidad de transmisión de información" daremos un gran salto como cultura y humanidad.
Una cultura que anhela mas lo que quiere encontrar que Anhelar mas encontrar lo que ES, es la base de la "perdición" del no ser capaces de entender lo que ES, de estar perdidos.
En ese orden de ideas, la mal y des información al mejor estilo de Sartori, "Homo-Videns", es lo que permea en el ámbito de la búsqueda tecno-científica del establishment.

42.Publicado por luigigen el 24/04/2010 16:24
Existen dudas sobre la naturaleza de la conciencia, y no se sabe con seguridad si la conciencia como fenómeno cognitivo es sólo el resultado de la complejidad computacional o de otros factores.

Roger Penrose se ha ocupado del problema de la realidad física de la inteligencia y ha analizado diversas pretensiones teóricas por parte de la inteligencia artificial de simular o construir artefactos que posean algún tipo de conciencia.8 9 Penrose clasifica las posturas actuales ante la cuestión de si la conciencia es o no computable algorítmicamente:

A. Todo pensamiento es computación, es decir, en particular la percepción de uno mismo y la autoconciencia son procesos emergentes que son resultado directo de la computación o algoritmo adecuados.
B. La conciencia es una consecuencia del tipo de acción física que ocurre en el cerebro, y aunque cualquier acción física puede simularse apropiada a través de medios computacionales; el hecho de que se lleve a cabo un proceso de simulación computacional del cerebro no comportaría, por sí mismo, la aparición auténtica de la autoconciencia.
C. La realización de cierta actividad física en el cerebro es lo que lleva a la aparición de la autoconciencia en el ser humano; sin embargo, aunque puede ser reproducida artificialmente, dicha acción no puede simularse algorítmicamente.
D. La conciencia de tipo humano no puede entenderse propiamente en términos físicos, computacionales o científicos de otro tipo.

El punto de vista D claramente niega la posibilidad de compresión científica de la conciencia y frecuentemente está asociado a ciertas posturas místicas o religiosas, y por tanto no constituye un punto de vista científico.
Muchos investigadores del campo de la inteligencia artificial, en particular los más optimistas sobre sus logros, se adhieren a la postura A. John Searle sería más bien un partidario de la postura B, y el propio Penrose ha argumentado fuertemente en su trabajo por la postura C, relacionándola con varios otros problemas abiertos de la física como la teoría cuántica de la gravedad.-
Conocer cosmoglobal
wikpedia.-.-

41.Publicado por guillermo el 23/04/2010 18:14
Evidentemente, la descripción o definición es muy complicada y amplia..Lo que puedo afirmar es que la conciencia es la más alta y exquisita conquista de la evolución..
En el momento histórico que ésta aparece, los seres humanos progresamos en forma vertiginosa...Tomamos posesión del planeta y nos adaptamos .como pudimos...pareciera mejor que las demás especies...
Las estructuras materiales se fueron acomodando de tal forma que casi las manejamos todas con botones...
Evolucionar es, también, adaptarse mejor al medio..
En lo que respecta a las situaciones existenciales, filosóficas, místicas, el avance es mucho más lento...Siguen vigentes las mismas cuestiones, aciertos, dilemas, miedos...Desde el comienzo de la memoria....
En un sencillo análisis de la "conciencia"...Si la palabra "árbol" es una reacción química en mi cabeza, puedo imaginarlo y comunicarlo..Felicito a quién corresponda...sea la selección natural y o la ayuda de una entidad "mágica"...Realmente es maravilloso...
La conciencia es también "El" lugar de encuentro de los seres humanos..En este sitio la mayoría aprendemos, enseñamos, crecemos.....Es nuestro mejor tesoro...la más importante sintonia...Fuera de "ella" la cosa se complica.....
Parece siempre estar vigente..."Pienso luego existo"..!!

40.Publicado por Diego Tentor el 21/04/2010 12:38
Respondo a una parte aquí de Elías :"Si los emergentistas pudiesen explicar cómo la mente emerge del cerebro, ipso facto, dejaría de ser emergentismo. "

La mente es un fenómeno emergente en la experiencia cotidiana, puesto que ejecutamos un sinfín de procesos como un conjunto y lo percibimos como uno solo (Ejm,: sabemos que aprecio o rechazo por un sabor u olor esconde tras de si numerosos elementos que le dan una razón subjetiva), eso no quita que se pueda explicar la propiedad emergente de la mente. Muchos estudios han dado con que el criterio subjetivo de belleza (que un individuo no podría explicar con claridad y que sin embargo "siente" con claridad) esconde decisiones respecto a lo que el subconsciente puede interpretar como mas o menos apropiado para su reproducción y en ello evalúa estructura corporal, facial y aromas (por detallar solo algunos).
Es decir que, aunque allí no termine la explicación, es necesario entender que la mente es una propiedad emergente del pensamiento y la actividad cerebral.
Lo que usted plantea es un asunto filosófico puesto que la propiedad emergente sirve para explicar la mente, pero no sirve para justificarse a si misma, lugar común donde en la filosofía todo se anula.

39.Publicado por luigigen el 20/04/2010 01:39
La información es buena pero eso no es inteligencia de comprensión.-Es como contar con los elementos para hacer por ejemplo una casa.-saber cuales son.-El tema hacer la casa.-

El alto por ciento de la información sobre todo en un tema como este, es errónea, entonces tener en cuenta que no hay verdades sagradas......... la única verdad absoluta............ es que no hay verdades absolutas y en esto pongo un paraguas sobre el concepto de Dios(en el cual creo) y agrego lo único predecible en la vida es que es impredecible.-

Gracias por permitir mis comentarios.-Conocer cosmoglobal.-

38.Publicado por hugo luchetti el 19/04/2010 19:34


CONCIENCIA

es la capacidad de procesar sìmbolos. Y los sìmbolos deben ser considerados como un fluìdo. Hay que hablar de FLUIDO SIMBOLICO. Porque cuando hablamos, o pensamos, o escribimos o escuchamos utilizamos cadenas de "formas" (letras o imàgenes) que se unen sin gran esfuerzo previo de nuestra parte.
No es posible por lo general tener en cada momento un pensamiento creativo, original y ùtil que no se le haya ocurrido nunca a ningùn otro miembro de la especie humana (aunque es interesante probar). ¿Por què? Porque lo que pensamos o hablamos va unido "al flujo general de la comunicaciòn" segùn lo que estàn "todos los demàs" haciendo (el presente). El pensamiento crece segùn crece la actividad humana. PENSAMOS ENTRE TODOS. EL pensar es una actitividad grupal. Eso es la MENTE o una mente global e històrica que evoluciona (o involuciona). De manera que para saber acerca de los movimientos de la mente hay que estar atento a fractales (letras), grupos (conjuntos), cuàntica (relaciòn del cerebro con electrones) y mecànica de fluìdos (sìmbolos). Las cadenas de àtomos de la materia, y de los sìmbolos del habla, al resonar, son las que mueven o hacen vibrar las molèculas de las membranas celulares. Y èstas pertenecen al cerebro individual. Asì que lo inconciente es la influencia "fìsica" del mundo y de los otros "en nosotros". Y la conciencia es lo que elegimos o podemos ver, preguntar, decir, responder, emitir, propagar ...

37.Publicado por Diego Tentor el 18/04/2010 14:30
Bueno, no creo que el asunto sea tan difícil, en el fondo la dificultad está dada en que no queremos dejar de vernos a nosotros mismos como seres únicos y extraordinarios, casi divinidades puestas en la tierra, pero sencillamente podemos decir.

¿para qué sirve?
Sirve para tomar las decisiones difíciles respecto de nuestra supervivencia y de como administramos la energía, tanto sobre lo corporal como sobre el medio, los grupos de individuos o sobre la especie.

Mayor conciencia significa mayor información y ventaja, elevar o aumentar la conciencia supone tener más representaciones del medio y con ello mas posibilidad de tomar la decisión que insuma menos energía.
Sin embargo aumentar la conciencia también insume recursos de energía, dado que es necesario obtener mayor información y decodificarla.

Este conflictivo proceso es lo que resumidamente conocemos como pensamiento (cuando la información es clara y hay que tomar una decision) y sensaciones (cuando la informacion no esta completa o es dudosa y estamos impelidos a tomar decisiones)

http://maslocoqueunacabra.wordpress.com/2010/02/21/inteligencia-y-pensamiento-simbolico/


¿qué es la consciencia?
Es un producto del pensamiento simbólico, es decir de la capacidad de obtener una representación mental del medio; a su vez una representación mental del medio es necesaria para simular el resultado de las decisiones, ya que insume menos energía que probar cada una de las alternativas.
Es una propiedad emergente, una puesta en común de un sinfín de procesos simultáneos del cerebro.

http://maslocoqueunacabra.wordpress.com/2010/01/21/elementos-fundamentales-del-pensamiento/

¿de dónde procede?
Todos los sistemas (vivos y no vivos) responden básicamente a las mismas leyes, para existir deben evitar la perdida de energía (enfriarse) y deben evitar el exceso de energía (sobre calentarse), dos extremos que determinan el fin de cualquier sistema como tal, desde un átomo hasta una religión o un planeta.
La(s) conciencias(s) aparece(n) como forma de regular la carga y perdida de energías de un sistema según este se conforma. Un sistema vivo o no que dura más que otros sistemas similares, tiene una aparente "voluntad", esa voluntad de existir es el primer emergente que dio lugar a la vida.

Mientras mayor cantidad de subsistemas conformen un sistema, mas abstracta va a ser la conciencia.

Bueno, esto puede ser pura sarasa, lo interesante sería en cuanto las diferentes teorías puedan comenzar a ofrecer respuestas coherentes sobre los distintos problemas.

36.Publicado por Jose A. el 09/04/2010 06:06
Sería más fácil entenderlo como que una cosa es el cerebro=decodificador
y otra la consciencia=espíritu=energía suprafísica,
que dejaría al cerebro como decodificador muy evolucionado capaz de decodificar una energía determinada...

35.Publicado por candido rico el 25/03/2010 12:33
En el cerebro hay una parte, el subconciente , que funciona y la parte consciente no se entera y otra parte que se ejecuta conscientemente. La primera va a una velocidad tremenda de procesamiento y la segunda a una velocidad lentisima. ( Es comparar cómo jugamos a tenis , el primer dia que cogemos una raqueta para el consciente y a como juega Rafa Nadal con todo ejecutandose por el subconciente.
Pues bien cada dia se demuestra mas que casi todo , lo maneja el subconsciente y de alguna cosa lo comunica al consciente. Por todo eso , el consciente , a eso que tanta importancia le damos , es algo necesario en todos los animales , pero su papel está muy limitado a 4 cosas.

34.Publicado por lourdes el 11/03/2010 01:11
Respecto al síndrome de Gastaut-Geschwind, me gustaría hacer algún comentario desde mi perspectiva subjetiva, pues es algo que se me ha diagnosticado. Esas preocupaciones o intereses sobre lo metafísico, lo religioso, etc,, no ocurren de forma irracional, o compulsiva, así sin más, sino que son el resultado de una necesidad de hallar un sentido a la existencia, a la propia y a la absoluta. Es una búsqueda. A veces esa búsqueda lleva a los hallazgos de esas experiencias, en uno mismo o en los relatos de tantos otros. Pero esa búsqueda tampoco es algo caprichoso. Se origina por un lado desde el atisbo durante las crisis epilépticas de esa otra perspectiva trans-personal, de esas experiencias con un carácter tan auténtico, tan esclarecedor, a la vez que desconcertante. Y por el otro lado, es como una necesidad personal y consciente de conocer lo que hay más allá de las apariencias, el fundamento, material y simbólico, de todo lo que constituye nuestra experiencia, del mundo y de nosotros mismos. Es escarbar y escarbar, profundizar más y más, para acercarse a ese principio que es cada vez más sencillo y definitivo. Aquello de lo que tan bien ha hablado el profesor J. Rubia. Ahora bien, es una necesidad común en mayor o menor medida a todo el género humano, y que grandes figuras de todos los tiempos y lugares, así como tantos personajes anónimos han tenido la suerte o el logro -si no ambos- de conocer y describir.
Sólo una cosa más (sí, "viscosidad"... ;) ) , y es que esas experiencias, más grandes o más pequeñas, valen la pena, te transforman, y te hacen concebir el mundo y la existencia de una forma más plena, menos limitada, más satisfactoria y con un significado verdadero, más grande, más complejo y a la vez más sencillo que el que tenemos habitualmente.

33.Publicado por guillermo el 07/03/2010 21:10
Concuerdo con "el sufridor"....Pero también está el " Gozador" Que con el orgasmo y otros placeres, la vida se ata al planeta...evoluciona....combinando genes escapando no sé de qué.. y con un destino por mí desconocido...!!!

32.Publicado por candido.rico el 04/03/2010 10:08
Ampliando mi comentario de ayer , que lo tuve que dejar y resumiendo mi punto de vista
- Tenemos un cuerpo que funciona correctamente
- Con los sentidos , se envía información del entorno al cerebro.
- Los terminales nerviosos tambien envían información al cerebro , de nuestro estado , posicion actividad , etc
- El cerebro procesa y analiza todo esa información.
- La informacion analizada y documentada ( eso es una manzana ) , se envia al centro de control del cuerpo.
- La conciencia es segundo a segundo el conjunto de toda esa información , procesada por el cerebro
- Con la conciencia tenemos la imagen que en cada instante conforma nuestro entorno, nuestro cuerpo y nuestra actividad.
- Es como el centro de control de una planta química , con las pantallas llenas de datos.
- Cuerpos sanos , sentidos a pleno rendimiento , cerebro procesando la informacion y enviando datos al centro de control . Para mi la sensacion que tengo de mi mismo , mi conciencia de mi , es esa informacion.
- Pero falta algo para que impulse al animal a funcionar como debe.
- El órgano mas fundamental de la vida animal. El Sufridor. ¿ Que es el sufridor ?. Un organo que si no se hace lo que el cuerpo necesita , o se hace cosas que no convienen al cuerpo , va a sufrir unas fuertes descargas electricas y le van a producir DOLOR. Y ESTE DOLOR ES EL MOTOR DE LA VIDA ANIMAL. ESTE ORGANO CAPAZ DE SENTIR DOLOR ES LO MAS MARAVILLOSO DE NUESTRO CUERPO.
Nos pasamos la vida evitando el DOLOR , buscamos durante horas comida , buscamos pareja , agua , evitamos tratar mal al cuerpo , que se traduciría en DOLOR. Y nos agarramos a la supervivencia por miedo al dolor de morir. Tamnbien el cuerpo nos recompensa si hacemos las cosas bien , pero lo que impulsa a todos los millones de animales del planeta a sobrevivir , es evitar el DOLOR.
Informacion procedente del cerebro + Sufridor = Conciencia = Yo
Es un mal necesario. Pero sin este invento no existiría la vida animal. El sufridor , el alma , bien poca cosa es.



31.Publicado por luigigen el 03/03/2010 14:23
Deseo hacer hincapié, con permiso de los comentaristas en la palabras iniciales del exponente donde dice " la conciencia......... para que sirve???

Creo que en realidad no sirve para nada, ya que tampoco sirve la vida, el Universo, el todo cosmoglobal, etc.-
en lo que entendemos por el verbo servir.-

El humano tiene el dogma, de que todo tiene que servir para algo y creo, si me disculpan, que este caos esta simplemente.-No tiene objetivo alguno.-Nosotros vemos un poquito mas y a ello lo llamamos conciencia pero eso es todo.- gracias por este comentario.-

30.Publicado por candido rico el 03/03/2010 10:46
La conciencia es algo necesario en cualquier vida animal. Tenemos conciencia por que se necesita para que se haya desarrollado la vida animal. Sin este invento , no existiría ningun animal.
La conciencia es el sufridor del animal. Sufrir o sentir placer. El cerebro procesa toda la información de nuestro entorno y llega a alguna conclusion que comunica al sufridor. Y el sufridor actua para evitar un dolor o para alcanzar un placer. Un conejo en medio del bosque , ve un lobo . Su cerebro procesa toda la información , identifica al lobo y lo que este hace y lo comunica al sufridor del conejo , que ante la posibilidad de sufrir sale corriendo. Si no tuviera conciencia sufridora el lobo se comería al conejo.

29.Publicado por Julio Monsech el 26/02/2010 02:14
Felicitaciones por su conferencia, Profesor Rubia, sencillamente genial!.
Mi percepción respecto a la conciencia, la mente y lo que denominamos espíritu, es que se trata de información cuántica "global" (Q-bits) y es "atemporal" (fuera de lo que entendemos como espacio-tiempo). En definitiva, "toda la información referida a lo que equivocadamente entendemos como "pasado, presente y futuro" ya está procesada y guardada" en múltiples versiones y gracias a la intención de proyectarnos en el espacio-tiempo con el objetivo espiritual de "materializar" la experiencia, bajamos la información a la terminal boba que denominamos cerebro (aunque en realidad "procesamos/administramos información cuántica con todo nuestro cuerpo físico") y, desde dicha perspectiva parcial y acotada de terminal, percibimos esa porción de ilusión espacio-temporal proyectada, como si fuese materia, la transformamos y "guardamos" nuevamente la información, como una versión más de supuesta "realidad", en el servidor.
En definitiva, el ordenador (que no se reconoce a sí mismo como cuántico) pretende resolver los misterios del universo (la Web) desde su insignificante capacidad de procesamiento binario como terminal boba individual conectada a dicha red global, cuando la "visión" debería ser otra, desde una perspectiva mucho más abierta, accediendo a "pensar" desde el lado opuesto...
Porqué, con terquedad, nos aferramos a buscar en el cerebro lo que no está?
De hecho, lo que hacemos como terminales evolutivas lineales "bobas" para avanzar en el tiempo hacia lo que denominamos futuro, por ejemplo en materia informática, no es otra cosa que la "materialización de nuestros recuerdos de ese futro", guardados/procesados en la conciencia/mente global atemporal cuántica.
Por lo expuesto, en el mal denominado "futuro", los ordenadores cuánticos podrán "bajar" y "proyectarnos" la información multidimensional de manera "inteligente". Los viajes en el tiempo, en principio, no serán "físicos", sino "virtuales".
Si se comprendiera dicho principio, tal vez ya estaríamos viajando...
Con respecto al ajedrez, juego en el que admito no ser más que mediocre, le he ganado más de una vez a los ordenadores sacándolos de programa a partir de la realización de jugadas reglamentariamente válidas y razonadas, pero sin sentido aparente.
En lo que respecta a los mal denominados "estados alterados de conciencia", los mismos no son alterados (siempre que se alcancen de manera natural). En dicho estado, podemos acceder a la información con total lucidez, por lo que deberíamos denominarlos "Estados de Conciencia Pura".
Por último, guardo recuerdos de algunas experiencias "impactantes" como para un bebé recién nacido, que oportunamente relaté a mis padres, ante su sorpresa por el lujo de detalles.
Gracias por leerme! - vector@axial.com.ar

28.Publicado por Raúl Perez el 19/02/2010 14:32
.
Mejor Alberto.

Hechas las precisiones, me atrevo a conjeturar:

El tema de la mente (y su teoría)... cabe en la percepción del cerebro? No, pues no son temas equivalentes.

La mente es inasible, como el Tao.

"... Porque no se aferra a idea alguna.
El Tao es oscuro e insondable.
¿Cómo puede hacerle resplandecer?
Porque él se lo permite.
Desde antes de que fueran el tiempo y el espacio,
el Tao es.
Está más allá del Ser y del No Ser.
¿Cómo sé que esto es así?
Miro en mi interior y veo" Cap. XXI del Tao Te King.

O me quedan otras opciones:

- Ampliar (mudar) el enfoque, hacia el concepto de Meta-mente y revisar (releer) a Marais.

- Transar con Lambert (previa negación de Locke) y abordar a Kant con nuevos bríos y sin fenomenología.

- No desdeñar a J. Gray quien propone nada más que ... "observar", prescindiendo de todo.

- Proseguir con una búsqueda de esa "otra" teoría más amplia, profunda, abarcativa, algo que la Filosofía Moderna no ha logrado (ni intentado).

Pues... cedo la palabra al conejo de Alicia.
.

27.Publicado por Alberto Rodriguez-Sedano el 19/02/2010 12:21
Raúl, no hablo de filosofía dura, ni pura. En ese sentido podrás entender lo que yo llamo ciencia: no sólo una experimentación formal que atonta y vuelve el empirismo afilosófico, sin una teoría primera determinada por una razón más amplia y racional que ser “ciencia”.

La primeridad consistirá en no pretenderse en una sustancia consigo misma. La relación, la ampliación, no es cosa sólo de la teoría, sino de aquello que le da primeramente contenido, por lo que viene determinada y es abstraído por la teoría como un contenido propio y de la teoría misma. Decirse verdad, comprobado, etc., es decirse en una relación idéntica con alguna extraña razón, una razón primera a la acción de una conciencia que experiencialmente, o primeramente experimental, es una relación hacia sí misma.

El yo lógico y trascendental, el portador de la conciencia, es primero al cerebro, aunque se suela confundir dicho problema con el aún más confuso del libre arbitrio, sobre el que la neurociencia dice constantemente cosas muy chistosas.

No hay identidad para el discurso de una primeridad que se relaciona; no puede ser ella misma, pues se sustrae el contenido de la relación en la identidad de su tiempo, algo falso en el continuo de conciencia.

El cerebro, como dije, no existe sino en una teoría distante. Las categorías que lo recrean son formales con un objeto para el que la mente no tiene una categoría próxima. Dice verdad, se amolda a lo que dice, pero sólo en tanto se vacíe de su original contenido. El problema de la representación subjetiva, todas las representaciones posibles, es coherentemente deformado en aras de su teoría, y la teoría hace una síntesis incierta con la mente; son asimétricas en sus tiempos.

El problema con la neurociencia es que como todo lo que se dice “ciencia” tiene un valor supuesto que despierta credibilidad, pero eso es un problema de la socialización de la ciencia que debiera preocupar más a los que hacen ciencia, y que tan honrados se pretenden, que a los que criticamos su presunción. En la sociología de la ciencia, ciertamente, entra la socialización de la ciencia como un objeto solidario, pero la sociología de la ciencia compete primeramente, en cuanto a la crítica, a la sociología del conocimiento. ¿O hay ciencia sin conocimiento y sin comunidad?.

Como puedes ver, la mente no es un paradigma que supere el neurocientífico con su filosofía de la ciencia pretendida consigo misma en la identidad de ser cerebro, mente y conocimiento. Son cosas que poco tienen que ver. La ciencia que dice cerebro, y no mente, se encierra en su psicologismo de ser mente propia, ser consigo misma.

Respecto a Popper, lo comento por los sorprendentes parecidos con Peirce. La teoría de la mente de Popper, su mundo 2, es una mente fenomenológica por sus relaciones con otros mundos por los que primeramente está determinada. No es sólo una psique mental, sino lógica en su intencionalidad. El mundo 2 sólo existe en tanto un mundo 1 (el físico) y, principalmente, el 3 (el del conocimiento). Peirce usó otros términos (firtness, secondness, thirdness; primeridad, segundidad, terceridad), pero se refería en resumen a lo mismo.

Popper no tiene mucha relación con la historia de la filosofía, pues su interés estaba en la filosofía de la ciencia, pero con que uno estudie la lógica de los problemas de la historia de la filosofía ve que no hay una, historia de la ciencia, sin la otra, historia de la filosofía. Ahora bien, si se niega la historia de la filosofía por la superación de la historia de la ciencia, somos los filósofos quienes debemos denunciar que no se entiende, no hay mente, para lo que se supera.

El tema de la mente lo ubico en la filosofía moderna, al menos, desde Descartes, y con centro en Kant, pues expuso su problemática con una profundidad asombrosa. Se puede hacer fenomenología sin necesidad de la escuela fenomenológica. Particularmente, me basto con Kant.

Una buena historia de la filosofía muestra que la neurociencia supera los problemas sin crítica, como toda ciencia que se precipite como bien. Fíjese el tono que quieren impregnar a todo lo que dicen los que dicen “ciencia”.

La mente es algo lógico que no pertenece al cerebro de nadie, sino a una comunidad que hace posible su referencia común. La lógica no es algo incondicional e independiente del contexto de su acción; la lógica está determinada por la comunidad de su referencia. La lógica puede anidarse en una zona cerebral, pero su acción se dirige a lo externo al cerebro. Los significados que mueven a la acción no son sólo huellas cerebrales, sino un impulso que las trasciende. El cerebro está falto de todo lo que le da contenido.



26.Publicado por Raúl Pérez el 18/02/2010 17:50
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Comprendido Alberto.

Ahora me parece un poco más claro. Entiendo de tu respuesta lo siguiente:

1.- La Filosofía fue la primera en abordar el tema de la mente y toda la teoría alrededor. Pero hoy está siendo tomada poco en cuenta.

2.- La cuántica no es suficiente para abordar el tema de la mente desde un ámbito puramente científico.

3.- La casuística de Damasio y similares es demasiado reduccionista (bochornosa la llamas) al decir: "...Toda la sociología derivada del cientificismo, la filosofía más cercana a lo colectivo, es una filosofía atascada en el paradigma del progreso que proporciona todo lo que es ciencia" Nunca mejor dicho.

4.- Lo sencillo peca de fácil (a pesar de James) cuando dices: "... el cerebro no significa por ser cerebro, que la ciencia no contiene un progreso por sí mismo, que los filósofos no se pueden resumir a la ligera y que la explicación físico-cerebral es una malinterpretación del sentido primero de materia" Y ahí nuestra mayor divergencia.

En resumen: (Son mis palabras) Apelas por una teoría/pensamiento que trascienda estas menudencias/sofisticaciones que son simples, resumidas, fáciles. Y creo que pides mucho.

1.- Si lo haces en este ámbito (ciencia) no lograrás demasiado. Pues por ahí va la tendencia (sinó recuerda a la llamada "década del cerebro" 1990, y ahora todos están emocionados con la "década de la mente").

2.- Si vas por los lares de la filosofía pura; tendrás que coger el testigo dejado por los presocráticos, que lo plantearon mucho mejor que los recientes duros de la escuela Popperiana.

Gracias por tu respuesta Alberto. Sólo así puedo aprender: de los puntos de vista que diseccionan lo "experto"

Atte. Raúl Pérez.

25.Publicado por Alberto Rodriguez-Sedano el 18/02/2010 09:25
Raúl, lo que reclamo es más filosofía a la neurociencia. Un problema epistemológico enorme para cualquier ciencia es que se crea a sí misma superadora de algo por sí misma, por lo que su conocimiento amplía. La neurociencia aporta cosas muy interesantes, radicales en algunos casos, pero con una desfachatez filosófica asombrosa. Este portal es testigo de ello con el supuesto carácter superador. No puede haber ninguna superación de la mente porque lo que se supera no es el paradigma mental sino las pruebas que se circunscribían al mismo. La mente no se reduce a una explicación causal de la misma. La mente es una referencia activa, y no sólo retrospectiva (en filosofía se dice ser histórico, determinado por el tiempo, pero es una simpleza como categoría causal).

Efectivamente, se sabe mucho más de la mente, qué la antecede cerebralmente, la enorme dependencia psicológica del estado cerebral, la incertidumbre psíquica de un sujeto que cree que piensa por sí, etc., etc; pero buena parte de ello, de la superación de la antigua mente, es psicologización de la filosofía primera. Hacen una teoría sin filosofía al hacer una filosofía blandita por contrastes; privan de mente a la teoría y la irracionalizan.

Por desgracia, la filosofía ha sido relevada, incluso, se dice superada; ahora bien, eso es un cotillero particular entre afines que saben más de su ciencia que de filosofía.

Los filósofos duros no aceptan de buenas a primeras mala historia de la filosofía. Por ejemplo, todo lo que James tuviese de valor filosófico no es comparable a Peirce. James fue un precursor evidente de lo que hoy es la neurociencia, pero James está muy desfasado (aunque muchos neurocientíficos lo citan con sorprendente frecuencia por su peculiar claridad de exposición), cosa que no es fácil decir de Peirce (quien declaró a James su admiración por una economía expresiva de la que este careció). James hizo un tratado fisiológico de la mente-cerebro al estilo de la filosofía del tratado; sus “Principios de la psicología” se podrían haber llamado perfectamente de Tratado de psicología. Peirce, evidentemente, es mucho más actual que James (por más que la gente no sepa quién es), y no sólo por sus propios escritos sino por la actualización que se puede hacer de él de manos de Popper, quien, en cierro sentido, es una variación de lo mismo (como Peirce lo era de Kant).

Hace meses señalé que Eccles ya no era paradigmático, pero Popper (y no sólo por “El Yo y su cerebro”, su obra conjunta) sí veía un problema en la filosofía de la mente. Ahora que con autores de esa especie debemos ser pudorosos y no creernos con facilidad superadores (como hace Mario Bunge con su espantosa biopsicología). Los problemas teóricos del científico se limitan a una prueba que no dice verdad alguna, sino que limita el margen del sentido de la pregunta. La respuesta de la ciencia, en este sentido, y ante cualquier tipo de cuestión, no es suficiente por sí sola, por ser “ciencia”, sino que ser ciencia tiene un valor para algo; no es una epistemología valida por sí misma. No hay nada en sí mismo. Por supuesto, defiendo que la cosa en sí, uno de los lugares más comunes de la filosofía, no es nada en sí que no sea teorético, o sea, no en sí sino en una teoría, algo que pueden aplicar perfectamente al cerebro y la mente para ver qué significa tanto desmadre mente-cerebral. No son lo mismo, ni pueden serlo. Y no hay tal superación; rompe su objeto continuo, pues se supera una continuidad histórica. La mente es lo externo, no lo interno, o sea, el cerebro a solas, a solas se queda.

Con conocer las conclusiones y reflexiones de los neurocientíficos se comprueba esto por todos sitios. Más allá de sus métodos y pruebas les queda su filosofía, algo de lo que están totalmente faltos. Salvo algunos descubrimientos sorprendentes, no aportan nada más que pruebas discutibles. Lo que más aporta la neurociencia es en el terreno del diagnóstico y terapias de enfermedades. Pero la neurociencia puede aportar poco al bien social. Se infantiliza la naturaleza de los problemas como consecuencia de pensar todo bajo el prisma de la ontología de la ciencia. Y ese paradigma, porque los filósofos piensan en muchas más cosas que la consciencia, no es nuevo y deslegitima el bien de ser ciencia. Por ejemplo, las investigaciones de Damasio sobre el fundamento cerebral de la ética son un auténtico bochorno. Es una sociología de escolar con conclusiones ingenuas e irresponsables. Ninguna prueba es representativa colectivamente por atenerse al método científico. Ahí tienen los ejemplos que se ponen de gente con lesiones cerebrales. La representación colectiva no depende de lo colectivo de tener cerebros lesionados sino de tener unos mismos objetos a representar. De un sujeto particular, se hace una colectividad no restringida a lo común de su lesión sino a la de los que no la tienen, como si su normalidad fuese el objeto colectivo. Es una barbaridad hecha ciencia por la restricción de un método que en asuntos como la mente o la ética es lamentable.

Como digo, la neurociencia puede alumbrar cosas muy importantes, pero, en mi opinión, lleva demasiada ligereza en asuntos graves. La consciencia, que no es lo mismo que la conciencia, es un asunto importante, pero no es, ni de lejos, el más importante. Se mezcla física con neurología y biología, y se hace filosofía de bajo nivel. Que algunos filósofos se actualicen con la visión cientificista no hace a todos los filósofos de esa especie. Toda la sociología derivada del cientificismo, la filosofía más cercana a lo colectivo, es una filosofía atascada en el paradigma del progreso que proporciona todo lo que es ciencia. El método, el protocolo, las pruebas, etc., no son más que una forma de confundir una ciencia primera con una segunda. Y eso estaba bastante claro en la lógica de la mente de hace siglos, y por cierto, de forma incondicional.

Lamento que complique algo, pero sólo es otra lectura de esta historia. No voy a aclarar nada, lo que digo es que no es todo tan sencillo, que el cerebro no significa por ser cerebro, que la ciencia no contiene un progreso por sí mismo, que los filósofos no se pueden resumir a la ligera y que la explicación físico-cerebral es una malinterpretación del sentido primero de materia. Me parece bien y didáctico que se comente la mecánica cuántica en relación a la física del cerebro, pero ese asunto no está nada claro. La mente, la unidad referencial, no guarda un orden con una teoría física super-sofisticada para la que ni los físicos tienen una teoría que la haga coherente a la mente; sólo se entiende desde complejidades matemáticas. Igual pasa con la explicación del cerebro, como si fuese una teoría que explica por sí sola. ¿Alguien cree realmente que es más cerebro que mente?. El cerebro, en ese sentido, no existe; la mente sí. Hay cerebros, sin duda, pero es algo que sólo comprueba el neurocientífico.

24.Publicado por Raúl Perez el 17/02/2010 18:06
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Saludos Alberto. Admito ser un lego en la materia neurológica; y más aún -muy basto- en el resto de disciplinas implicadas; por ello manifiesto mis inquietudes:

Tu posición es singular (desde mi modesto punto de vista). Argumentas incluso fuera de las neurociencias; llevando el tema a la Filosofía y mencionas a algunos de sus mejores exponentes (a quienes he leído pero con poca paciencia y menos afán fervoroso); pregunto:

- Lo planteado por Rubia y otros cuyos estudios-protocolos-pruebas-demostraciones no son atendibles?
- En aras de la claridad y la didáctica on-line, no es mejor ir de a pocos; desbrozando y poniendo cada cosa en su lugar en vez de complicarlo con propuestas que se posicionan más allá de las neurociencias?
- Por último; no podrías ampliar tus fundamentadas opiniones en el campo plateado por Rubia y otros; para así saber qué más podemos aprender todos y no sólo unos pocos filosofando en el otro campo?

Espero haber sido claro. Raúl Pérez.

23.Publicado por Alberto Rodriguez-Sedano el 17/02/2010 10:43
Uno de los errores que se derivan de meter el cerebro en la reflexión sobre la conciencia es que se reduce la conciencia a él; se lo hace una categoría mental, o que produce el cerebro. El cerebro produce, sin duda, pero es un órgano insignificante por sí solo. Lo que significa, y ya señalé al Sr. Rubia hace meses, es lo externo al mismo. Digamos que las categorías trascendentales tienen poco que ver con lo que se denomina consciencia. Las categorías trascendentales son las categorías incondicionales de la conciencia que puede conocer. Y la trascendencia, para que no se malinterpreten de nuevo mis palabras, no tiene nada que ver con filosofías pseudo religiosas, como igualmente señalé hace mees.

No obstante, la física de la mente es interesante, pero en este tema se ha hablado de todo menos de fenomenología. La conciencia es un problema tanto físico como mental, y no hay tal “superación” de la mente por la determinación de la acción del cerebro; la superación es, justamente, la acción que trasciende. No se puede crear un paradigma superador por sí solo como si superase por decirse “ciencia”, y como si no dejase montones de problemas sin aclarar. En ello reside la ideología del reduccionismo, que se reduce a su teoría.

Los paradigmas científicos que trascienden son asunto de la filosofía de la ciencia. No hay tal identidad entre la acción de la ciencia y la filosofía. La ciencia tiene su método y su particularidad pseudo filosófica, y la filosofía abre campos sin la restricción ideológica en la que encierra la visión de la ciencia. ¿Los paradigmas se reducen al ámbito científico y no tienen más determinación que ser ciencia? ¿o es que creen que sólo se ha pensado en la conciencia desde que hay neurociencia? .

Sucede que los asuntos fenomenológicos se hicieron asuntos psicológicos y no fenomenológicos porque andar con ese grado filosófico no es en modo alguno sencillo. La crítica a la fenomenología se hizo como si fuese una especie de psicología, y no se entendió qué era la fenómeno-logía, que es una historia de la filosofía no de primer grado, paradigmática y con problemas definidos (lo que uno encuentra con bibliografías y una heurística sin profundidad), sino primeramente problemática en la definición de su acción.

El apreciable resumen del Sr. Rubia es un arma de doble filo; es ilustrativo pero puede llevar a pensar que conciencia es consciencia y mente psicología o mente física. Para hacer crítica científica de Kant, Hegel, Peirce o Husserl, para superarlos, hay que hacer crítica de la filosofía primera a ellos. Ninguna prueba científica vale primeramente de algo sin una teoría primera que la dé justificación; es un asunto metafísico, de crítica primera de los cimientos de cualquier teoría, esto es, que toda teoría es primeramente metafísica, y no científica. En esa línea se ha hecho con la ciencia de la conciencia algo emparentado con la consciencia. El cerebro no tiene psicología, o son ambos, cerebro y psicología, insignificancias en relación a su acción. No son, para decirlo sencillamente, por sí mismos. Uno ve, uno piensa, o lo que sea, con arreglo a su cerebro, pero ese uno primero no está en e1 cerebro. El cerebro no es primero; es segundo, es decir, hace la relación que materializa.

No hay mentes sin cerebros, pero no son unos cerebros con mentes que se reduzcan a la acción de esos cerebros. La acción conjunta de los cerebros no es la suma de la acción de varios cerebros, unas mentes que se reducen a ser cerebros. El cerebro, en relación a la conciencia, es un órgano pasivo.

22.Publicado por hugo luchetti el 15/02/2010 20:41



CONCIENCIA E INCONCIENCIA.

La conciencia es el estado que nos avisa dònde nos estamos enfocando. Traduce una situaciòn en sìmbolos, en imàgenes, en sensaciones... Ese "donde" es una forma o energìa de masa espacial o simbòlica que afecta primero ciertos circuitos cerebrales que acusan dicha interacciòn pero que la conciencia ignora hasta que los mismos no superen cierto umbral... Del otro lado del umbal, està lo que llamamos "inconciencia". Este UMBRAL entre ambas definiciones , es distinto para cada sujeto ya que depende de su estado mental... Lo que llamamos YO serìa "aquello que usamos para enfocar", es decir, la capacidad de atenciòn que prestamos a las cosas, la cual es voluntaria y define el grado de libertad para elegir què mirar, què`pensar, què hacer. etc... Es posible que conciencia e inconciencia estèn ligadas a la interacciòn de los hemisferios derecho e izquierdo.

21.Publicado por ELIAS LANDAZABAL SABUGO el 10/02/2010 13:51
Un artículo, a mi juicio, de los más interesantes que se han publicado. Su valor radica no solo en la claridad expositiva, sino también, en el didáctico resumen de la historia y posición de las distintas corrientes en torno al problema que le ocupa a su autor, así como, en la honestidad intelectual respecto al tema tratado.

Ello no obsta, para que no esté del todo de acuerdo en algunos aspectos. Vaya por delante, que las conclusiones dadas por el Prof. Rubia, pueden ser correcta aunque yo no las comparta, como no podía ser de otra manera. Para ser justos, decir, que aquellos aspectos de los que discrepo (más bien son matizaciones), son cuestiones secundarias respecto a la finalidad que se proponía el Profesor Rubia en su artículo.

1) En lo que respecta a su crítica al dualismo, nos dice: “…este dualismo no ha podido aclarar cómo es posible que un ente inmaterial pueda interaccionar con la materia que es el cerebro”. Pues bien, estoy total y absolutamente de acuerdo con la segunda parte de la frase, y considero que es motivo más que suficiente para no apoyar (que no, descartar) el dualismo.

Simplemente por aclarar, por dualismo, se entiende la existencia de dos principios fundamentales y subsistentes en sí mismos, los cuales, explicarían la esencia del hombre. Un principio material y un principio inmaterial (espíritu, alma,..). Ambos principios serían independientes el uno del otro. Podría existir el alma, independientemente, de la existencia del cuerpo.

Mientras que por hilemorfismo, se entiende, la existencia de dos principios que se co-implican mutuamente. Habría un principio material y otro inmaterial (alma, espíritu,..). No podría “existir” un alma sin un cuerpo y viceversa. El hombre no sería conceptuado como un dualismo, sino, como una dualidad.

Si nosotros le preguntásemos a un dualista: cómo es posible que yo piense o decida (alma, espíritu) mover un lápiz (materia), y a continuación, mi mano mueva dicho lápiz, la respuesta más común sería la dada por la doctrina filosófica-teológica conocida por ocasionalismo. Dicha respuesta consiste en afirmar, que ya que no puede existir una relación causal entre lo inmaterial y lo material, para que se produzca dicha acción es necesaria la participación u ocasión de Dios (de ahí, lo de ocasionalismo). Y esto me parece demasiado teísmo. Para comer, para caminar, para defecar, para mover cualquier objeto, es necesaria, la participación de Dios.

En qué discrepo de la interpretación dada por el prof. Rubia. En que el dualismo no es que no haya podido aclarar cómo es posible que un ente inmaterial pueda interaccionar con la materia. Por supuesto que lo aclara, y tanto que lo aclara, lo que ocurre es que la aclaración no viene del campo de la ciencia (que es quizás lo que el profesor Rubia pretende). Lo que ocurre, al menos para mí, es que la aclaración (razones) dada por el dualismo, de que es necesaria la participación continua de Dios, simplemente no me parece satisfactoria. Pero con esto, ni afirmo, ni niego la existencia de Dios. Lo que afirmo es que no es necesario postular la existencia de un principio inmaterial, y la continua participación de Dios, para explicar la relación mente/cerebro.

2) Recientemente he leído un libro de uno de los mayores intelectuales que ha dado este país, al menos para mí (tanto lo de intelectual como lo de país), que es D. Pedro Laín Entralgo (por cierto, en dicho libro, cita los trabajos del Profesor Rubia). Y él, también, nos habla de enigma. Dice que la materia es el mayor enigma, tanto para la ciencia, como para la filosofía. No será que la consciencia es un enigma porque la materia es constitutivamente enigmática.

Al día de hoy, y en base, tanto a la interpretación científica como filosófica de la física cuántica, dada por los mismos (no todos) padres fundadores, hay que reconocer que cierto enigma existe en la materia. Qué si no, son los conceptos de: dualidad onda-corpúsculo, principio de complementariedad o principio de incertidumbre.

3) En cuanto a la crítica que se hace del emergentismo simplemente hacer una pequeña matización. Se dice que la superveniencia no explica por qué y cómo la mente emerge del cerebro.

Si los emergentistas pudiesen explicar cómo la mente emerge del cerebro, ipso facto, dejaría de ser emergentismo. ¿Por qué? Porque el emergentismo (aquí sigo a X. Zubiri) lo que postula es que la realidad no es que tenga dinamismo, no es que esté en dinamismo, sino que “es” constitutivamente dinámica. Y en este “dar de sí” constitutivo de la materia, emergen, realidades y propiedades nuevas (propiedades sistemáticas) no reductibles a sus componentes o elementos.

Si los emergentistas explicaran cómo a partir de los elementos o partes constitutivas surge un nuevo todo, entonces estarían negando el emergentismo, porque éste postula que el todo es más que la suma de las partes y no es reductible a las mismas. Si yo explico el todo a partir de las partes, entonces, el todo no es más que la suma de las partes. Es ese más el que no lo permite. La materia en su complejización va dando propiedades sistemáticas nuevas, las cuales, son soportadas por el sistema entero. No son propiedades aditivas (suma de las propiedades de las partes, por ejemplo, el peso) sino propiedades sistemáticas (que corresponden a todo el sistema, por ejemplo, la vida).

Por cierto, en la física cuántica (fenómeno de radioactividad) se afirma que la desintegración radioactiva es espontánea. Qué significa espontánea. Pues bien, y agárrense señores, significa, a-causal. Podemos conocer el tiempo (vida media) en que una determinada cantidad de materia radioactiva pasa a la mitad de dicha cantidad. Pero no sabremos ni qué partículas se desintegrarán ni por qué. Pero ojo, no lo sabremos, no porque al día de hoy desposeamos las herramientas y aparatos necesarios para ello. Es decir, no es un problema de conocimiento. Lo que afirman los padres de la física cuántica (al menos, la denominada interpretación de Copenhague) es que no lo podremos conocer nunca porque así se comporta esa realidad que llamamos materia. Las partículas que componen el núcleo se comportan así, y no hay ninguna explicación para dar cuenta de ello, ni en términos de fuerza ni de energía. No hay causas para dar cuenta de ese hecho que es la radioactividad. El fenómeno de la radioactividad es un fenómeno espontáneo, a-causal.

Ante esto, qué hicieron los padres de la física cuántica, negar el hecho de la radioactividad. Pues no, no negaron el hecho, sino que negaron la existencia de las causas. Por cierto, todavía no he escuchado a ningún acérrimo defensor de la ciencia, negar la “cientificidad” de la física cuántica por este motivo ¿Alguien me lo podría explicar?

En cualquier caso, creo que en todas estas cuestiones, cualquier dogmatismo está fuera de lugar, debido entre otras cuestiones al conocimiento/desconocimiento que poseemos en el momento actual, como muy bien ha plasmado el profesor Rubia en su artículo. Quién sabe lo que nos deparará la ciencia en los próximos años.

20.Publicado por alberto rodriguez-sedano el 09/02/2010 11:09
La diferenta principal entre las teorías blandas y fuertes sobre la conciencia es que unas se enmarcan dentro de la visión de la ciencia, y las otras no. La ciencia actual pretende reducir la cuestión a pruebas en el cerebro, especulaciones sobre el cerebro mismo y alarde de espíritu afilosófico consecuente con su idolatría por el método científico, donde ancla toda su realidad. Esto, como esclaro, es lo que significa reduccionismo, que no dice nada que no se reduzca a su prueba.

Conviene que cuando se distingue entre consciencia y conciencia se respeten las enormes diferencias entre ambas. La consciencia pertenece a una parte de la mente muy distinta de la parte de la conciencia. La consciencia es un ente psicológico, y es reconstruido causalmente, de los efectos a sus causas. Ahora que, desde Descartes, lo mental era la sustancia que estudiaba la filosofía, una referencia metafísica primera, y no una mente psíquica, y es que toda teoría necesita de una condición metafísica primera con la que hacerse continua, ¿o hay teorías y pruebas en sí mismas y sin un discurso en su tiempo?. La sustancia mental cartesiana está mucho más clara en la situación lógica a la que refería Descartes, y que continuaran Spinoza, Leibniz, etc., que en el uso que estamos leyendo y que se hace del posible cambio a su sustancia material (acción material en el cerebro ), la falsa superación dualista; es falsa porque es un problema continuo, y su reducción no es toda su acción. El dualismo no es tanto cosa de si es cerebro o mente; la mente filosófica no es psicológica, es lógica. Está claro que hay que leer el dualismo cartesiano lógicamente, y no sólo científicamente. Si cuando traducimos las ideas de los filósofos lo hacemos a modo de historia, y no a modo de lógica, hacemos psicología del tiempo, y no la lógica del mismo.

19.Publicado por Jose Antonio Palos el 07/02/2010 18:45
Saludos, que interesante serie de opiniones y listado de datos.
Me permito hacer un comentario que creo servirá de aclaración a muchas posturas:
Existe un documento, un libro bien documentado, revisable en linea aqui:
http://www.monografias.com/trabajos12/pdaspec/pdaspec.shtml
De este libro, los términos
Desinformación
y
Malinformacin
Son extremadamente relevantes.
Creo, que los "postistas" de este post, tenemos, por naturaleza, muy diferentes "grados" de desinformacion y de malinformacion.
Para poder "homolologar/gizar" ccreo conveniente visitar este par de links en español:
De uno de los Cientificos ROTAGONSITAS del cambio hacia la fisica cuantica:
http://www.biofisica.fmed.edu.uy/schrodinger2.pdf
http://www.upcomillas.es/webcorporativo/Centros/catedras/ctr/Documentos/SANMIGUELvida.pdf
Fisicos y Pontificios por igual, se tratra de homologizar/ar.
De otro grande, vale la pena visitar:
http://es.wikipedia.org/wiki/Jagdish_Chandra_Bose
De la talla de Albert E. y de el su "hijo" Frolich propone:
http://www.semestreula2009b.blogspot.com/2009_11_15_archive.html
Los Pontificios, of course:
http://www.upcomillas.es/webcorporativo/Centros/catedras/ctr/documentos/CASTROsinfotos2.pdf
Los de La terapia "Heuneke_Alemana" Neural, "muy duros" en Barcelò,
http://www.dolor-pain.com/foro/ciber.html
Desde la dura per_review:
http://www.sciencedirect.com/science?_ob=ArticleURL&_udi=B6TF7-3VB3R5N-13&_user=10&_coverDate=10%2F31%2F1996&_rdoc=1&_fmt=high&_orig=search&_sort=d&_docanchor=&view=c&_searchStrId=1197077870&_rerunOrigin=google&_acct=C000050221&_version=1&_urlVersion=0&_userid=10&md5=77366dcbaa50f7c68b6e20f9373b5bff
Con sus detractantes:
http://francisthemulenews.wordpress.com/2009/06/09/duro-varapalo-a-la-teoria-cuantica-de-la-consciencia-de-penrose-y-hameroff/

http://www.cienciakanija.com/2009/03/11/un-estudio-descarta-los-condensados-de-frohlich-en-el-modelo-de-consciencia-cuantica/

Amigos, tenemos que reconocer_nos en que grado de Desinformacion y del Mal informacion nos encontramos, para poder, desde ese escalon, tratar de llegar a mas que soltar opiniones, siempre validas como ejercicio.
Saludos.


18.Publicado por Alberto el 06/02/2010 14:40
Yo en cambio pienso que Ud ha leído demasiado. Lo interesante de estos temas es superar muchos aspectos culturales, ideológicos, de costumbre, educacionales que están instalados en la sociedad cuando se sabe que, por ejemplo, ciertos niveles de moralidad se puede medir en contra de lo que la persona puede manifestar verbalmente. La mentira tiene, las causas de la ilusiones o creencias, cada vez tienen más recortado su espacio, donde muchas políticas se sirven de esta incultura para instalarse o .... etc.

17.Publicado por Antonio Salguero el 06/02/2010 01:14
___Estimado Alberto
___Entiendo y acepto que Usted sea escéptico. Es una opción que a Usted le apetece y nada puedo decir de sus preferencias cognocitivas. No me crea. No necesita hacerlo. No pretendo que me crea.
___Pero sin duda, rescato que sobre el tema Usted todavía desconoce una enormidad. Desconoce sobre cuestiones de la mente humana. Desconoce incluso sobre cuántica. No está mal eso, pero me parece que debe profundizar más sus conocimientos.
___Otro dato: La inteligencia no necesariamente es un producto de la evolución, pero eso ya es para largo.
___Le sugiero la lectura de mi libro: "Teoría de la Mente, Versión Patagónica", está disponible en formato Pdf, visite mi web si gusta.
___No es una deshonra desconocer algo. Yo no nací sabiendo lo que ahora ya conozco en profundidad. Sólo que ahora es el Tiempo de decir algunas cosas tal como son en verdad, incluso a pesar de todo el andamiaje de la ciencia.
___Se necesitan nuevos enfoque para adelantar en aspectos de la mente y de la conciencia.
___Sólo cumplo en darlos a conocer. Nada más que eso. Hay quienes podrán entender y hay otros que no alcanzarán a hacerlo. Son opciones evolutivas e inteligentes que cada uno se lleva a la tumba.
Gracias
Un abrazo
Antonio Salguero

16.Publicado por Alberto el 05/02/2010 13:46
Entonces segun dice la piedras piensan, tienen inteligencia. Yo no creo lo que dice hasta que no halla una explicación clara, experimental y lógica desde el sentido de ser posible. Muchas hipótesis están en suspenso y más que aportar una realidad simplemente es una opción, pero esto de que a niveles subatomicos tengan una intencionalidad inteligente ademas de sus propiedades suena un poco raro. Sabemos que la inteligencia es producto de la evolución, y a animales aún teniendo ciertas capacidades mentales no los llamamos inteligentes. Yo creo que es improbable lo que usted dice Antonio.

15.Publicado por Antonio Salguero el 05/02/2010 01:57
___Sr Carlos
___En su respuesta algo me dice que prevalece en su persona el escepticismo, lo que es lógico y natural si es que no se arriesga a ir más allá de ciertos límites.
___Interesante: ¿Dónde está la base del pensamiento humano? Ese es un tema que he estudiado durante muchos años y podría pasar horas dando alguna conferencia, dilucidando el porqué de ciertas cosas, partiendo de un análisis de la estructura de la mente humana, datos que brindan por cierto, una visión diferente a la acostumbrada de lo que somos los seres humanos.
___Los hombres de ciencia están habituados a los procesos lógicos y con ello hay algunos errores de interpretación. El desarrollo del sistema nervioso humano en la etapa fetal no implica que a partir de ello surjan los pensamientos. Un cerebro desarrollado sólo permite el funcionamiento de determinados procesos mentales, pero mal que le pese, no los engloba a todos.
___Hay aspectos cuánticos (poco investigados) que también componen al Ser Humano, que se manifiestan como ondas de probabilidad electromagnéticas, que son la base de los pensamientos en su etapa pre-cerebral . En mi libro lo menciono como "Inteligencia Anaeróbica", un componente que no necesita del aire para existir. Tanto Usted como Yo, y como todos los humanos, somos en esencia un Sujeto Psíquico Anaeróbico transtemporal, y en la apariencia terrestre usamos un cuerpo físico homínido. Quizás esto le pareza cursi, raro o espiristería. Pero en algún momento los hombres de ciencia entenderán el concepto físico-cuántico simultáneo que anida en cada uno de nosotros.
___El Humano no es sólo su cuerpo físico, ni tampoco es sólo su cerebro. Algún día se entenderán estas palabras que ahora escribo.
___La base del pensamiento humano está en un componente cuántico inteligente que es simultáneo a la existencia del cerebro y del cuerpo físico.
___Esto no se debe confundir con la etapa cerebral y orgánica del pensamiento, que es percibida en forma posterior milonésimas de segundo después, por parte del cerebro, quién lo integra a su red de procesos neuronales ya conocidos por la ciencia. Que el pensamiento aparezca en la red cerebral no significa que haya sido creado por el cerebro mismo. Estoy hablando de pensamiento creativo y refexivo, no de símbolos y significados que son la base de la conducta cerebral del hombre.
___Respecto de las capacidades, hay que hacer algunos distingos importantes que muchas veces se deja de lado. Una cosa es el funcionamiento y capacidades del cuerpo orgánico como entidad, y otra cosa diferente es el estado evolutivo del Sujeto Psíquico Inteligente que incide en las decisiones y en la conducta. Parecen ser lo mismo, pero son cosas muy diferentes. Tenga en cuenta que a ojos visto, el común denominador es el cerebro y he allí la base de la confusión de muchos.
___Pensamiento y cerebro son cosas muy distintas.
___Ojala pueda Usted ver con claridad esta diferencia que yo menciono.
___Mi estimado Amigo, para entender en verdad al Ser Humano, va a ser necesario comprender otras cosas de física cuántica que están un poco más allá del funcionamiento mecanicista del cerebro.
___Ojala esto ocurra pronto.
___Reciba Usted mi abrazo y saludo cordial.
Desde Argentina
Antonio Salguero

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