En esta entrevista concedida a Tendencias21TV, el periodista Ernesto Estévez habla con Javier Cremades, abogado y socio fundador de Cremades & Calvo- Sotelo, en la que explica los cambios que suponen las nuevas tecnologías en ámbitos como la sociedad, la economía o el derecho. Asimismo, destaca la evolución y el movimiento histórico que supuso la digitalización, la compresión de la información en ceros y unos.
“El haber podido hacer líquida esa digitalización ha permitido que las relaciones de poder cambien a la sociedad, esa es la gran transformación. No es Internet, el satélite o las aplicaciones concretas, estamos hablando de que la gente puede conectarse y obtener información, hablamos de que el consumidor, el votante o el accionista toman el mando” asegura Cremades.
Asimismo, señala que la opinión de las personas es cada vez más importante y sobre todo más influyente para los negocios. Gracias a Internet, las redes sociales y otras plataformas, los usuarios pueden dar su opinión sobre una película, una obra de teatro o un restaurante. Con esto, la opinión del ciudadano se tiene más en cuenta que antes, cuando solo personalidades reconocidas daban su perspectiva del mundo.
El futuro de las nuevas tecnologías
Además, explica varias tendencias de hacia dónde va el futuro. Primero hacia una transparencia ineludible, no solo como una oportunidad de hacer bien las cosas, sino como una necesidad. “La transparencia es un derecho que tienen las personas a saber y esas personas deben ejercer ese derecho” explica Cremades.
La segunda clave es la accesibilidad: gracias a las nuevas tecnologías el mundo se ha hecho más pequeño para comunicarnos y recabar información. Y por último, la tercera clave es la casi total desaparición de los intermediarios, que son cada vez menos relevantes en diversos campos como la información o la financiación.
“En definitiva, hay que tener en consideración que el despotismo ilustrado de todo para la gente pero sin la gente ha, terminado” asegura Cremades. “Las empresas tienen que agregar un valor verdadero, si una compañía quiere tener éxito debe encontrar algo que aporte un valor verdadero añadido. Las empresas o son ágiles y flexibles, o desaparecen”.
Pero no solo el ámbito empresarial y económico tienen que adaptarse, también la justicia y el derecho. Este último se pensó para realidades distintas a las actuales, por ello necesita una adaptación y una regulación. El derecho suele ir detrás de la realidad y en este caso de nuevas tecnologías, también. Para explicarlo, Cremades habla de dos épocas del derecho, por un lado, la liberalización de las telecomunicaciones en los años 90, gracias a la cual apareció la competencia y la accesibilidad; por otro lado, el crowdfunding que se da en la actualidad y que supone grandes complicaciones para el derecho.
“En definitiva, hay que mirar hacia el futuro y corregir lo que no funciona, sobre todo en el sector público como la educación”, explica Cremades.
Ciberataques
“Tenemos que estar preocupados por los ataques cibernéticos y la clase política debe establecer unas políticas de respeto a la privacidad” explica el entrevistado. Hoy se puede saber todo de una persona al utilizar internet. Por esto, se necesita una protección del derecho a la intimidad de una persona, un mecanismo que proteja la dignidad, el honor y la propia imagen.
Pero para que esta red funcione de forma correcta, sin robos, agresiones y desigualdad, es como en la calle, todo depende de la propia persona.
“La clave está en el corazón del ser humano, ahí, es donde nacen los riesgos y las oportunidades” asegura Cremades. “Las personas con la red pueden hacer el bien o el mal, pero a la red hay que darle las gracias por haber ofrecido un campo de juego para esta generación y su futuro”.
Pero está claro que en esta época el ser humano se encuentra en una contradicción: “en la era donde hay una mayor conectividad, el aislamiento es completo para muchos seres humanos” concluye.
“El haber podido hacer líquida esa digitalización ha permitido que las relaciones de poder cambien a la sociedad, esa es la gran transformación. No es Internet, el satélite o las aplicaciones concretas, estamos hablando de que la gente puede conectarse y obtener información, hablamos de que el consumidor, el votante o el accionista toman el mando” asegura Cremades.
Asimismo, señala que la opinión de las personas es cada vez más importante y sobre todo más influyente para los negocios. Gracias a Internet, las redes sociales y otras plataformas, los usuarios pueden dar su opinión sobre una película, una obra de teatro o un restaurante. Con esto, la opinión del ciudadano se tiene más en cuenta que antes, cuando solo personalidades reconocidas daban su perspectiva del mundo.
El futuro de las nuevas tecnologías
Además, explica varias tendencias de hacia dónde va el futuro. Primero hacia una transparencia ineludible, no solo como una oportunidad de hacer bien las cosas, sino como una necesidad. “La transparencia es un derecho que tienen las personas a saber y esas personas deben ejercer ese derecho” explica Cremades.
La segunda clave es la accesibilidad: gracias a las nuevas tecnologías el mundo se ha hecho más pequeño para comunicarnos y recabar información. Y por último, la tercera clave es la casi total desaparición de los intermediarios, que son cada vez menos relevantes en diversos campos como la información o la financiación.
“En definitiva, hay que tener en consideración que el despotismo ilustrado de todo para la gente pero sin la gente ha, terminado” asegura Cremades. “Las empresas tienen que agregar un valor verdadero, si una compañía quiere tener éxito debe encontrar algo que aporte un valor verdadero añadido. Las empresas o son ágiles y flexibles, o desaparecen”.
Pero no solo el ámbito empresarial y económico tienen que adaptarse, también la justicia y el derecho. Este último se pensó para realidades distintas a las actuales, por ello necesita una adaptación y una regulación. El derecho suele ir detrás de la realidad y en este caso de nuevas tecnologías, también. Para explicarlo, Cremades habla de dos épocas del derecho, por un lado, la liberalización de las telecomunicaciones en los años 90, gracias a la cual apareció la competencia y la accesibilidad; por otro lado, el crowdfunding que se da en la actualidad y que supone grandes complicaciones para el derecho.
“En definitiva, hay que mirar hacia el futuro y corregir lo que no funciona, sobre todo en el sector público como la educación”, explica Cremades.
Ciberataques
“Tenemos que estar preocupados por los ataques cibernéticos y la clase política debe establecer unas políticas de respeto a la privacidad” explica el entrevistado. Hoy se puede saber todo de una persona al utilizar internet. Por esto, se necesita una protección del derecho a la intimidad de una persona, un mecanismo que proteja la dignidad, el honor y la propia imagen.
Pero para que esta red funcione de forma correcta, sin robos, agresiones y desigualdad, es como en la calle, todo depende de la propia persona.
“La clave está en el corazón del ser humano, ahí, es donde nacen los riesgos y las oportunidades” asegura Cremades. “Las personas con la red pueden hacer el bien o el mal, pero a la red hay que darle las gracias por haber ofrecido un campo de juego para esta generación y su futuro”.
Pero está claro que en esta época el ser humano se encuentra en una contradicción: “en la era donde hay una mayor conectividad, el aislamiento es completo para muchos seres humanos” concluye.
Perfil
Javier Cremades, abogado y socio fundador de Cremades & Calvo-Sotelo, es uno de los primeros abogados de España en apostar por las nuevas tecnologías y en adoptar el trabajo jurídico a un nuevo mundo globalizado. Su despacho es firma de referencia para el desarrollo de proyectos empresariales relacionados con la innovación y el desarrollo.
Javier Cremades, abogado y socio fundador de Cremades & Calvo-Sotelo, es uno de los primeros abogados de España en apostar por las nuevas tecnologías y en adoptar el trabajo jurídico a un nuevo mundo globalizado. Su despacho es firma de referencia para el desarrollo de proyectos empresariales relacionados con la innovación y el desarrollo.