Investigadores de la Universidad de Texas, en colaboración con científicos de todo el mundo, han descubierto que se pueden usar el hilo de pescar y el de coser para crear músculos artificiales con cien veces más poder mecánico y capacidad de levantar peso que los músculos humanos. Además, pueden contraerse hasta en un 50% de su longitud, frente al 20% de los de nuestra especie.
Hasta ahora, se habían inventado interfaces cerebro-máquina capaces de registrar las señales eléctricas del cerebro y de enviarlas a dispositivos, como un brazo robótico, para moverlos. Ahora, investigadores de la Universidad de Cornell (EEUU) han creado un sistema que aprovecha esas mismas señales, pero para mover extremidades paralizadas. En un futuro, la tecnología podría usarse para que personas con parálisis puedan mover sus brazos o piernas con el pensamiento.
Un equipo europeo de investigación ha desarrollado un sistema de diagnóstico consistente en tarjetas inteligentes y parches cutáneos, que se introducen en un lector portátil. Los resultados de los análisis se envían directamente a ordenadores u otros dispositivos conexión inalámbrica. Con este laboratorio en miniatura se puede detectar el consumo de cocaína, monitorizar el cáncer de colon o identificar bacterias en los alimentos. Próximamente estará a la venta en España.
La bioinspiración -la fabricación de mecanismos inspirados en la biología- ha permitido a científicos de la Universidad de Harvard desarrollar un enjambre de robots que funciona como las termitas: se autoorganiza y trabaja en equipo sin recibir órdenes, simplemente, a partir de los cambios que cada individuo registra en su entorno. El enjambre es capaz de levantar torres, castillos o pirámides de ladrillos de espuma. Una proeza tecnológica que, en un futuro, podría permitir edificar incluso en otros planetas.
Científicos de la Universidad de Washington han desarrollado unas gafas que permiten visualizar las células cancerosas en plena cirugía. Las células malignas se distinguen de las sanas porque brillan cuando son observadas a través de dichas gafas. El sistema podría evitar operaciones adicionales para la identificación de células cancerígenas en tejidos cercanos a los tumores.
Científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausanne (EPFL), en Suiza, han logrado una proeza técnica: que una persona amputada sienta lo que toca con una prótesis de mano. Esto fue posible porque la prótesis fue conectada quirúrgicamente a los nervios de la parte superior del brazo del paciente. Con los ojos vendados, éste pudo identificar los objetos que tocaba e, incluso, detectar la intensidad con que agarraba las cosas.
Ondas cerebrales que ayudan a resolver crímenes, arqueros virtuales que aciertan en el blanco sólo si el jugador está relajado, e instrumentos musicales manejados mediante cubos de plástico. Todos ellos son aplicaciones más o menos lúdicas o prácticas de las ciencias más revolucionarias, como las cognitivas, las TIC, las biotecnológicas y la nanociencia. Y todas son las protagonistas de TecnoRevolución, la exposición que acogerá el Espacio Fundación Telefónica hasta el 11 de mayo en Madrid.
Investigadores de la Universidad de Tokyo han conseguido desarrollar un levitador de ondas acústicas que no sólo suspende partículas –como otros levitadores previos- sino que, además, consigue moverlas en todas las direcciones. El avance podría impulsar el desarrollo de dispositivos de manipulación sin contacto, para su empleo en entornos de baja gravedad como el espacio.
Un equipo de bioingenieros de la Universidad de Illinois (en Estados Unidos) ha desarrollado robots tan minúsculos como un microorganismo y que se autopropulsan para nadar, igual que los espermatozoides. Estas máquinas microscópicas fueron desarrolladas combinando células vivas en el interior de un polímero flexible. En un futuro, podrían servir para suministrar medicamentos o atracar el cáncer, directamente en el interior del organismo.