La exposición incluye un ejemplar de Reactable, el instrumento musical que utiliza cubos para modificar la armonía y la frecuencia. Fuente: Fundación Telefónica.
Cubos que crean música, ojos robóticos que detectan caras, y cascos que ayudan a resolver delitos. Son algunas de las maravillas que pueden observarse y probarse en la exposición TecnoRevolución, que inauguran hoy en Madrid la Fundación Telefónica y la Fundación la Caixa, dentro del nuevo convenio firmado por sus dos compañías matrices para la divulgación de la ciencia y la tecnología.
La exposición aborda los últimos avances en biotecnología, nanotecnología, las TIC, y las ciencias cognitivas, todas ellas consideradas tecnologías convergentes, es decir, las que tienen potencial de ser tecnologías disruptivas (revolucionarias).
Al entrar en la exposición el visitante es recibido por varias decenas de ojos robóticos que le miran con interés automático. "Los robots detectan las caras por su simetría", señala Javier Hidalgo, coordinador de la exposición. A continuación se hace un repaso por la evolución de las máquinas y las herramientas a lo largo de la historia: de la polea al autómata, pasando por la máquina de vapor. "Las herramientas están en la naturaleza, las tienen los seres vivos: cuernos, garras. El hombre carece en muchos casos de ellas y las crea de manera artificial, para hacer cosas que no puede hacer con las manos". Aunque también el orangután, los pájaros o el delfín son capaces de crear pequeñas herramientas.
Posteriormente hay una inmensa variedad de objetos interactivos que permiten conocer a fondo la nanotecnología (una pantalla que va cambiando de escala para entender cómo de pequeños son los objetos nanométricos; un sensor calcula la altura de una persona con precisión nanométrica), las biotecnologías, las ciencias cognitivas y las TIC (un mapa muestra cómo las compañías telefónicas saben, a partir del tipo de llamadas que predominan en una determinada zona, si ésta es residencial, de ocio, o un polígono industrial).
Hay también botes de nanopartículas de oro, que tienen distinto color según hayan sido cortadas (y los colores recorren todo el espectro). Y productos fabricados con avances biotecnológicos, como vaqueros lavados a la piedra mediante bacterias. "Antes tenía que hacerlo una persona y someterse a la toxicidad del proceso", explica el coordinador de la muestra.
Cascos contra los delitos
Un casco especial detecta las ondas cerebrales de la persona que lo lleva puesto y las muestra en la pantalla. "Un casco similar lo están utilizando las fuerzas de seguridad para investigar crímenes", señala Hidalgo. Las ondas reflejan qué parte del cerebro está funcionando, y de ahí se pueden extraer deducciones sobre el pensamiento del sospechoso. La tecnología puede servir a su vez para mover una silla de ruedas, lo cual requiere un pensamiento muy intenso en algo concreto, como un color. "No basta con pensar en que quieres mover la silla", explica Hidalgo.
Un robot sacado directamente de un proceso industrial, capaz de colocar a cámara rápida piezas en el sitio fijado por el visitante es uno de los más llamativos de la muestra. "Sí, este es el que coloca cada bombón en su lugar de la caja", bromea el cicerone.
También tiene mucho éxito el Reactable, un instrumento musical electrónico colaborativo, que funciona mediante cubos colocados a voluntad sobre una mesa, y que modifican la frecuencia y la armonía de ésta. Cantantes como Bjork los usan a menudo en sus conciertos.
Hay un par de objetos que parecen máquinas de videojuegos. Uno de ellos es una especie de mesa de "pulsos de relajación", en la cual dos contrincantes deben competir "a ver quién se relaja más, lo cual tiene truco porque si te activas para ganar puedes perder la relajación", explica Hidalgo. El otro objeto que parece sacado de una sala de recreativos es un simulador de arquero, que mediante un casco detecta si el tirador está relajado y está enfocando, y dispara en consecuencia.
La directora de Colecciones y Exposiciones de Fundación Telefónica, Laura Fernández Orgaz, ha explicado hoy en la presentación de la muestra que ésta ya se pudo ver en CosmoCaixa Barcelona, aunque en este caso viene con el añadido de una lámpara de luz conectada a Internet, aportada por Telefónica I+D, y que ejemplifica el Internet de las cosas, es decir, que todos los objetos de una casa estén conectados a internet (electrodomésticos, etc.). Según Hidalgo "aún no sabemos para qué sirve que todo esté conectado, pero seguramente dentro de unos años no podremos vivir sin ello". En el caso de la lámpara, su luz puede cambiar de color si el usuario recibe un mail de su novia, un whatsapp de su jefe o un tuit.
La exposición aborda los últimos avances en biotecnología, nanotecnología, las TIC, y las ciencias cognitivas, todas ellas consideradas tecnologías convergentes, es decir, las que tienen potencial de ser tecnologías disruptivas (revolucionarias).
Al entrar en la exposición el visitante es recibido por varias decenas de ojos robóticos que le miran con interés automático. "Los robots detectan las caras por su simetría", señala Javier Hidalgo, coordinador de la exposición. A continuación se hace un repaso por la evolución de las máquinas y las herramientas a lo largo de la historia: de la polea al autómata, pasando por la máquina de vapor. "Las herramientas están en la naturaleza, las tienen los seres vivos: cuernos, garras. El hombre carece en muchos casos de ellas y las crea de manera artificial, para hacer cosas que no puede hacer con las manos". Aunque también el orangután, los pájaros o el delfín son capaces de crear pequeñas herramientas.
Posteriormente hay una inmensa variedad de objetos interactivos que permiten conocer a fondo la nanotecnología (una pantalla que va cambiando de escala para entender cómo de pequeños son los objetos nanométricos; un sensor calcula la altura de una persona con precisión nanométrica), las biotecnologías, las ciencias cognitivas y las TIC (un mapa muestra cómo las compañías telefónicas saben, a partir del tipo de llamadas que predominan en una determinada zona, si ésta es residencial, de ocio, o un polígono industrial).
Hay también botes de nanopartículas de oro, que tienen distinto color según hayan sido cortadas (y los colores recorren todo el espectro). Y productos fabricados con avances biotecnológicos, como vaqueros lavados a la piedra mediante bacterias. "Antes tenía que hacerlo una persona y someterse a la toxicidad del proceso", explica el coordinador de la muestra.
Cascos contra los delitos
Un casco especial detecta las ondas cerebrales de la persona que lo lleva puesto y las muestra en la pantalla. "Un casco similar lo están utilizando las fuerzas de seguridad para investigar crímenes", señala Hidalgo. Las ondas reflejan qué parte del cerebro está funcionando, y de ahí se pueden extraer deducciones sobre el pensamiento del sospechoso. La tecnología puede servir a su vez para mover una silla de ruedas, lo cual requiere un pensamiento muy intenso en algo concreto, como un color. "No basta con pensar en que quieres mover la silla", explica Hidalgo.
Un robot sacado directamente de un proceso industrial, capaz de colocar a cámara rápida piezas en el sitio fijado por el visitante es uno de los más llamativos de la muestra. "Sí, este es el que coloca cada bombón en su lugar de la caja", bromea el cicerone.
También tiene mucho éxito el Reactable, un instrumento musical electrónico colaborativo, que funciona mediante cubos colocados a voluntad sobre una mesa, y que modifican la frecuencia y la armonía de ésta. Cantantes como Bjork los usan a menudo en sus conciertos.
Hay un par de objetos que parecen máquinas de videojuegos. Uno de ellos es una especie de mesa de "pulsos de relajación", en la cual dos contrincantes deben competir "a ver quién se relaja más, lo cual tiene truco porque si te activas para ganar puedes perder la relajación", explica Hidalgo. El otro objeto que parece sacado de una sala de recreativos es un simulador de arquero, que mediante un casco detecta si el tirador está relajado y está enfocando, y dispara en consecuencia.
La directora de Colecciones y Exposiciones de Fundación Telefónica, Laura Fernández Orgaz, ha explicado hoy en la presentación de la muestra que ésta ya se pudo ver en CosmoCaixa Barcelona, aunque en este caso viene con el añadido de una lámpara de luz conectada a Internet, aportada por Telefónica I+D, y que ejemplifica el Internet de las cosas, es decir, que todos los objetos de una casa estén conectados a internet (electrodomésticos, etc.). Según Hidalgo "aún no sabemos para qué sirve que todo esté conectado, pero seguramente dentro de unos años no podremos vivir sin ello". En el caso de la lámpara, su luz puede cambiar de color si el usuario recibe un mail de su novia, un whatsapp de su jefe o un tuit.
Fechas
La exposición se podrá ver hasta el 11 de mayo en Espacio Fundación Telefónica, que ya acoge y ha acogido múltiples exposiciones relacionadas con la tecnología, en concreto con la historia de las telecomunicaciones.
Telefónica también promueve otras iniciativas relacionadas con el arte y las tecnologías de vanguardia, como los Premios Vida, que se expondrán a partir del 13 de marzo.
El programa de TecnoRevolución incluye también una serie de conferencias por parte de expertos en las distintas ciencias elegidas, así como un taller de robótica para familias, y un curso de videomapping.
Ignasi López Verdeguer, director adjunto de Ciencia, Investigación y Naturaleza de la Fundacion la Caixa, ha recordado la experiencia de su compañía en la divulgación científica (con los CosmoCaixa, por ejemplo), y ha resaltado que al tiempo que mantienen su obra social con los más necesitados (niños en riesgo de pobreza, personas desempleadas), siguen apostando por la ciencia y la divulgación del conocimiento. "Creemos que la ciencia se tiene que hacer pensando cuáles son las necesidades sociales".
El acuerdo entre La Caixa y Telefónica, firmado esta semana por los presidentes de las compañías (César Alierta e Isidro Fainé), pretende también promover las vocaciones científicos, ha añadido, y poner la I+D en el lugar que le corresponde.
La exposición se podrá ver hasta el 11 de mayo en Espacio Fundación Telefónica, que ya acoge y ha acogido múltiples exposiciones relacionadas con la tecnología, en concreto con la historia de las telecomunicaciones.
Telefónica también promueve otras iniciativas relacionadas con el arte y las tecnologías de vanguardia, como los Premios Vida, que se expondrán a partir del 13 de marzo.
El programa de TecnoRevolución incluye también una serie de conferencias por parte de expertos en las distintas ciencias elegidas, así como un taller de robótica para familias, y un curso de videomapping.
Ignasi López Verdeguer, director adjunto de Ciencia, Investigación y Naturaleza de la Fundacion la Caixa, ha recordado la experiencia de su compañía en la divulgación científica (con los CosmoCaixa, por ejemplo), y ha resaltado que al tiempo que mantienen su obra social con los más necesitados (niños en riesgo de pobreza, personas desempleadas), siguen apostando por la ciencia y la divulgación del conocimiento. "Creemos que la ciencia se tiene que hacer pensando cuáles son las necesidades sociales".
El acuerdo entre La Caixa y Telefónica, firmado esta semana por los presidentes de las compañías (César Alierta e Isidro Fainé), pretende también promover las vocaciones científicos, ha añadido, y poner la I+D en el lugar que le corresponde.