Imagen de b_d_solis. Flickr.
Cada vez son más los que pueden decir que han sido -o que conocen a alguien que ha sido- víctimas de problemas laborales relacionados con la información que publicaron a través de redes sociales en línea como Facebook, Twitter o MySpace, y que han tenido que tomar medidas correctivas en el manejo que les dan a estos medios.
Y es que la euforia de las redes sociales hizo que muchos descuidaran y destaparan sentimientos, opiniones, imágenes e ideas que en el pasado no hubieran sido de conocimiento público. Pero esta euforia empieza a moderarse después de haber tenido varios tropiezos que, en algunos casos, llegaron a convertirse en obstáculos para la vida laboral.
Es, precisamente, al pasar al plano del trabajo en donde muchos se enfrentan al dilema de cómo manejar su vida privada a través de las redes sociales y de qué tanto acercarse a jefes y empleados al utilizar estos medios…¿Se debe añadir o aceptar la invitación del jefe o del empleado? Y, si no se quiere aceptar, ¿cómo hacer para que esto no sea mal visto y para no tener problemas?
Jefes y empleados en las redes sociales
El Liberty Mutual’s Responsibility Project realizó una encuesta entre mil norteamericanos y encontró que 56% de ellos piensan que es irresponsable ser amigos del jefe en Facebook u otra red social y que 62% consideran que está mal tener como contactos a los empleados, mientras que 76% están de acuerdo en que no hay problema con ser amigos de compañeros de trabajo del mismo nivel.
Con respecto a estas áreas grises en las que las personas no saben cómo actuar o en las que se encuentran las acciones “aceptadas” con esas que están marcadas como no debidas, la investigadora Kelly Holland se pregunta “¿Qué pasa entonces cuando cambian los papeles? ¿Se deja de ser amigo de alguien si esa persona es ascendida a jefe de uno o si uno es ahora el jefe de esa persona?”
Y es que aún se presentan debates acerca de qué tan presentes deben estar las redes sociales durante el trabajo. De acuerdo con la encuesta, mientras que 66% de las personas manifestaron estar de acuerdo con chequear el correo electrónico personal en la oficina, 73% aseguraron que en este lugar no se debe actualizar el estado de Facebook, 82% que no se deben subir fotos, 72% que no está bien publicar Tweets y 79% afirmaron que es incorrecto ver videos en línea.
Las cifras parecieran decir que solo una parte minoritaria de la población pasa tiempo en los medios sociales en línea durante el trabajo. Pero, como opina Holland, “Cuando las personas se enfocan en la responsabilidad ellas saben cuál es la decisión más responsable, pero cuando se va a ver si eso es lo que están haciendo en la práctica es una historia completamente diferente”.
Y es que la euforia de las redes sociales hizo que muchos descuidaran y destaparan sentimientos, opiniones, imágenes e ideas que en el pasado no hubieran sido de conocimiento público. Pero esta euforia empieza a moderarse después de haber tenido varios tropiezos que, en algunos casos, llegaron a convertirse en obstáculos para la vida laboral.
Es, precisamente, al pasar al plano del trabajo en donde muchos se enfrentan al dilema de cómo manejar su vida privada a través de las redes sociales y de qué tanto acercarse a jefes y empleados al utilizar estos medios…¿Se debe añadir o aceptar la invitación del jefe o del empleado? Y, si no se quiere aceptar, ¿cómo hacer para que esto no sea mal visto y para no tener problemas?
Jefes y empleados en las redes sociales
El Liberty Mutual’s Responsibility Project realizó una encuesta entre mil norteamericanos y encontró que 56% de ellos piensan que es irresponsable ser amigos del jefe en Facebook u otra red social y que 62% consideran que está mal tener como contactos a los empleados, mientras que 76% están de acuerdo en que no hay problema con ser amigos de compañeros de trabajo del mismo nivel.
Con respecto a estas áreas grises en las que las personas no saben cómo actuar o en las que se encuentran las acciones “aceptadas” con esas que están marcadas como no debidas, la investigadora Kelly Holland se pregunta “¿Qué pasa entonces cuando cambian los papeles? ¿Se deja de ser amigo de alguien si esa persona es ascendida a jefe de uno o si uno es ahora el jefe de esa persona?”
Y es que aún se presentan debates acerca de qué tan presentes deben estar las redes sociales durante el trabajo. De acuerdo con la encuesta, mientras que 66% de las personas manifestaron estar de acuerdo con chequear el correo electrónico personal en la oficina, 73% aseguraron que en este lugar no se debe actualizar el estado de Facebook, 82% que no se deben subir fotos, 72% que no está bien publicar Tweets y 79% afirmaron que es incorrecto ver videos en línea.
Las cifras parecieran decir que solo una parte minoritaria de la población pasa tiempo en los medios sociales en línea durante el trabajo. Pero, como opina Holland, “Cuando las personas se enfocan en la responsabilidad ellas saben cuál es la decisión más responsable, pero cuando se va a ver si eso es lo que están haciendo en la práctica es una historia completamente diferente”.
Invadiendo la vida privada
En Tendencias21 ya habíamos mencionado la creciente tendencia de las empresas a utilizar las redes sociales como una forma de conocer más detalladamente el comportamiento de sus empleados y de evaluar a posibles candidatos para diversos puestos de trabajo en las organizaciones.
Con respecto a este tema los norteamericanos tienen opiniones divididas: 52% de ellos piensan que está bien que las empresas den una mirada a los perfiles de las personas que piensan contratar, pero 48% consideran que se trata de una práctica inaceptable. Y es que es difícil respetar y marcar la línea entre el terreno personal, ese que pertenece solo a la vida privada de alguien, y el laboral, ese que le concierne a la imagen de la empresa, cuando existe información sobre muchas personas a disposición del público y que el acceso a ellas exija un mayor esfuerzo.
Como lo expresa Holland, “El campo de los medios sociales es increíblemente complejo es términos de responsabilidad”.
Es por eso que, mientras no se definen normas concretas y explícitas –o hasta legislación- al respecto, es preferible prevenir que curar. Es decir, quien más prudente sea con la información que publica tendrá menos de qué arrepentirse y menores posibilidades de tener problemas gracias a sus comportamientos en la red.
En Tendencias21 ya habíamos mencionado la creciente tendencia de las empresas a utilizar las redes sociales como una forma de conocer más detalladamente el comportamiento de sus empleados y de evaluar a posibles candidatos para diversos puestos de trabajo en las organizaciones.
Con respecto a este tema los norteamericanos tienen opiniones divididas: 52% de ellos piensan que está bien que las empresas den una mirada a los perfiles de las personas que piensan contratar, pero 48% consideran que se trata de una práctica inaceptable. Y es que es difícil respetar y marcar la línea entre el terreno personal, ese que pertenece solo a la vida privada de alguien, y el laboral, ese que le concierne a la imagen de la empresa, cuando existe información sobre muchas personas a disposición del público y que el acceso a ellas exija un mayor esfuerzo.
Como lo expresa Holland, “El campo de los medios sociales es increíblemente complejo es términos de responsabilidad”.
Es por eso que, mientras no se definen normas concretas y explícitas –o hasta legislación- al respecto, es preferible prevenir que curar. Es decir, quien más prudente sea con la información que publica tendrá menos de qué arrepentirse y menores posibilidades de tener problemas gracias a sus comportamientos en la red.