Imagen de cambodia4kidsorg. Flickr.
En la actualidad, a menudo, es posible encontrarse en medio de conversaciones en las que unos les preguntan a otros por la cantidad de seguidores que tienen en Twitter y si se trata de un número mayor del que ellos mismos siguen; o cuántos amigos o “fans” se tienen en una cuenta o grupo de Facebook, entre otros datos relacionados con el tamaño y la cantidad de contactos de una persona en las redes sociales.
Muchos se preguntarán cuál es el factor decisivo para que algunos políticos y otro tipo de líderes sean marcadamente más populares que otros y cuenten con redes de seguidores mucho más extensas que la mayoría de sus contrincantes… ¿Se trata realmente de personas que pertenecen a las redes de un político o líder por la calidad de los contenidos que publica y porque están de acuerdo con sus ideas? ¿Habrá algún otro factor determinante?
Eso mismo se preguntó la profesora de la Sheffield Hallam University, Susan Jamison-Powell, y por eso realizó una encuesta entre setenta y cinco miembros de una comunidad en línea, en la cual les pidió a todos ellos que calificaran sus impresiones sobre cada uno de los demás participantes durante una semana.
Después de analizar los resultados, Jamison-Powell llegó a la conclusión de que en las redes sociales la popularidad depende más de la cantidad que de la calidad.
¿Quién tiene más amigos y seguidores?
Mientras que, probablemente, la lógica diría que quien se convierte en seguidor de algún político o líder en alguna red social lo hace movido por sus intereses con respecto al tema que trata esa persona o porque le agradan los contenidos de lo que en ese espacio se publica, las cifras parecen decir que esto no es del todo cierto.
Según la encuesta de la profesora, la popularidad en las redes sociales está directamente relacionada con la cantidad, es decir, con la actividad constante en estos espacios, y no con la calidad, es decir, con el tono ni el tipo de palabras que se utilizan (positivas o negativas).
Las cifras lo demuestran. Los participantes calificaron cuán atraídos se sentían hacia determinados textos y probaron que era la cantidad y no la calidad la que originaba cambios en su parecer llevándolos a calificar mejor o peor; 34% de las variaciones en las calificaciones que proporcionaron los participantes se dieron motivadas por la actividad de la comunidad. Un 20% de la variación estuvo relacionada exclusivamente con el número de palabras de cada texto. Y, al analizar las redes sociales personales de los participantes, se encontró que 30% de las variaciones en el tamaño de la red de contactos de cada uno surgieron a partir del número de entradas y de comentarios en el blog personal de esa persona. En contraste, el tono del contenido no mostró tener una relación significativa con las apreciaciones de los participantes.
Jamison-Powell agrega que “Los políticos que tienen la presencia más constante en un sitio como Twitter parecen contar con el perfil más grande dentro de esa comunidad. Aunque Twitter es intuitivo y conciso, y sus usuarios están limitados a usar 140 caracteres, parece que esos que lo utilizan regularmente con frecuencia atraen audiencias mayores”.
Mientras que el número de palabras publicadas por alguien en una red social demostró tener efectos multiplicadores en su número de amigos o seguidores, el tono y la inclinación de los contenidos expresados por esas mismas palabras demostraron no estar relacionados con el grado de interés con el que fueron calificados.
Muchos se preguntarán cuál es el factor decisivo para que algunos políticos y otro tipo de líderes sean marcadamente más populares que otros y cuenten con redes de seguidores mucho más extensas que la mayoría de sus contrincantes… ¿Se trata realmente de personas que pertenecen a las redes de un político o líder por la calidad de los contenidos que publica y porque están de acuerdo con sus ideas? ¿Habrá algún otro factor determinante?
Eso mismo se preguntó la profesora de la Sheffield Hallam University, Susan Jamison-Powell, y por eso realizó una encuesta entre setenta y cinco miembros de una comunidad en línea, en la cual les pidió a todos ellos que calificaran sus impresiones sobre cada uno de los demás participantes durante una semana.
Después de analizar los resultados, Jamison-Powell llegó a la conclusión de que en las redes sociales la popularidad depende más de la cantidad que de la calidad.
¿Quién tiene más amigos y seguidores?
Mientras que, probablemente, la lógica diría que quien se convierte en seguidor de algún político o líder en alguna red social lo hace movido por sus intereses con respecto al tema que trata esa persona o porque le agradan los contenidos de lo que en ese espacio se publica, las cifras parecen decir que esto no es del todo cierto.
Según la encuesta de la profesora, la popularidad en las redes sociales está directamente relacionada con la cantidad, es decir, con la actividad constante en estos espacios, y no con la calidad, es decir, con el tono ni el tipo de palabras que se utilizan (positivas o negativas).
Las cifras lo demuestran. Los participantes calificaron cuán atraídos se sentían hacia determinados textos y probaron que era la cantidad y no la calidad la que originaba cambios en su parecer llevándolos a calificar mejor o peor; 34% de las variaciones en las calificaciones que proporcionaron los participantes se dieron motivadas por la actividad de la comunidad. Un 20% de la variación estuvo relacionada exclusivamente con el número de palabras de cada texto. Y, al analizar las redes sociales personales de los participantes, se encontró que 30% de las variaciones en el tamaño de la red de contactos de cada uno surgieron a partir del número de entradas y de comentarios en el blog personal de esa persona. En contraste, el tono del contenido no mostró tener una relación significativa con las apreciaciones de los participantes.
Jamison-Powell agrega que “Los políticos que tienen la presencia más constante en un sitio como Twitter parecen contar con el perfil más grande dentro de esa comunidad. Aunque Twitter es intuitivo y conciso, y sus usuarios están limitados a usar 140 caracteres, parece que esos que lo utilizan regularmente con frecuencia atraen audiencias mayores”.
Mientras que el número de palabras publicadas por alguien en una red social demostró tener efectos multiplicadores en su número de amigos o seguidores, el tono y la inclinación de los contenidos expresados por esas mismas palabras demostraron no estar relacionados con el grado de interés con el que fueron calificados.
Más palabras…más seguidores
Así como para que un blog sea más popular en los buscadores generalmente aconsejan actualizarlo constantemente para que siempre haya algo nuevo que mostrar a los lectores y usuarios, pareciera que cuando se trata de formar una red extensa de seguidores o amigos en una red social, el efecto de la actividad frecuente fuera similar.
O al menos eso parece afirmar el estudio de la profesora Jamison-Powell. Como explicó ella, “Mientras mayor es el número de palabras con las que había contribuido una persona, ésta era calificada como más atractiva por los otros miembros de la comunidad. El factor más fuerte que se encontró fue el número total de palabras con las que contribuyeron durante la semana. No es una sorpresa entonces que también hayamos encontrado que la cantidad de material con la que había contribuido una persona estuviera relacionada con el tamaño de su red de contactos. Otra vez, aquellos que contribuían más tenían el mayor número de contactos en su red”.
Los resultados de este estudio podrían indicar que no siempre quien es más popular o quien tiene una red de contactos más extensa en una red social es el que tiene algo más interesante para decir. Al fin y al cabo, se puede concluir con estas palabras de la profesora: “De este estudio concluimos que para que una persona sea popular en línea es la cantidad, y no la calidad, lo que realmente importa”.
Así como para que un blog sea más popular en los buscadores generalmente aconsejan actualizarlo constantemente para que siempre haya algo nuevo que mostrar a los lectores y usuarios, pareciera que cuando se trata de formar una red extensa de seguidores o amigos en una red social, el efecto de la actividad frecuente fuera similar.
O al menos eso parece afirmar el estudio de la profesora Jamison-Powell. Como explicó ella, “Mientras mayor es el número de palabras con las que había contribuido una persona, ésta era calificada como más atractiva por los otros miembros de la comunidad. El factor más fuerte que se encontró fue el número total de palabras con las que contribuyeron durante la semana. No es una sorpresa entonces que también hayamos encontrado que la cantidad de material con la que había contribuido una persona estuviera relacionada con el tamaño de su red de contactos. Otra vez, aquellos que contribuían más tenían el mayor número de contactos en su red”.
Los resultados de este estudio podrían indicar que no siempre quien es más popular o quien tiene una red de contactos más extensa en una red social es el que tiene algo más interesante para decir. Al fin y al cabo, se puede concluir con estas palabras de la profesora: “De este estudio concluimos que para que una persona sea popular en línea es la cantidad, y no la calidad, lo que realmente importa”.