Caja negra del vuelo AF447 encontrada en el mar. Fuente: Techno-Science
En ocasiones, las aeronaves se ven envueltas en accidentes en los que el rescate de las cajas negras se ve enormemente dificultado. Recordemos que las cajas negras gravan la información del vuelo permitiendo que, tras un trágico suceso del tipo que sea, los responsables pertinentes puedan investigar qué es lo que ha sucedido. De este modo, será posible mejorar la seguridad aeronáutica pudiendo elaborar medidas que minimicen posteriormente aquellas actuaciones que hubieran conducido al desarrollo de dicho problema.
El gran problema surge cuando el accidente de aviación se produce en el mar. En estos casos, la recuperación de las cajas negras y de la información se convierte en un grave problema.
Por esta razón, y tomando como ejemplo el accidente sufrido por el vuelo 447 Río de Janeiro-París en la noche del 31 de mayo al uno de junio de 2009, se ha lanzado el proyecto BELOCOPA por iniciativa de varias PYMEs en la región de Provenza-Alpes-Cote d'Azur (Tetis, ACSA y ISEI) y por el grupo Pegasus.
El proyecto BELOCOPA
El accidente mencionado trajo consigo que se realizasen tres campañas de investigación infructuosas. En ellas, hubo una movilización aérea, naval y submarina con la intención de encontrar la caja negra del avión estrellado, así como las piezas fundamentales del fuselaje.
Finalmente, se produjo una cuarta campaña de investigación que comenzó el 25 de marzo y en la que se emplearon submarinos de bolsillo adaptados a las profundidades. Esta última operación terminó con éxito, puesto que la caja negra fue localizada a principios de mayo.
El gran problema surge cuando el accidente de aviación se produce en el mar. En estos casos, la recuperación de las cajas negras y de la información se convierte en un grave problema.
Por esta razón, y tomando como ejemplo el accidente sufrido por el vuelo 447 Río de Janeiro-París en la noche del 31 de mayo al uno de junio de 2009, se ha lanzado el proyecto BELOCOPA por iniciativa de varias PYMEs en la región de Provenza-Alpes-Cote d'Azur (Tetis, ACSA y ISEI) y por el grupo Pegasus.
El proyecto BELOCOPA
El accidente mencionado trajo consigo que se realizasen tres campañas de investigación infructuosas. En ellas, hubo una movilización aérea, naval y submarina con la intención de encontrar la caja negra del avión estrellado, así como las piezas fundamentales del fuselaje.
Finalmente, se produjo una cuarta campaña de investigación que comenzó el 25 de marzo y en la que se emplearon submarinos de bolsillo adaptados a las profundidades. Esta última operación terminó con éxito, puesto que la caja negra fue localizada a principios de mayo.
El hecho de que fueran necesarias cuatro campañas diferentes en este caso generó un gran gasto económico y un notable esfuerzo personal. Por esta razón, tal y como expone la revista digital Techno-Science, el proyecto BELOCOPA pretende incorporar a las aeronaves un sistema que incluye un proceso de eyección, un software de posicionamiento GPS y una boya equipada junto con la caja negra.
Gracias a este nuevo concepto de caja negra, y una vez que el mecanismo se incorpore exitosamente, será mucho más sencillo localizar toda la información concerniente a cualquier vuelo que finalizara con consecuencias trágicas en el mar.
El consorcio en torno a este proyecto reúne a tres empresas. Por un lado está ACSA, fabricante especializado de boyas en el equipo de transmisión y de investigación en el mar especialista en GPS “submarino”. Por otro lado, está ISEI, especializada en sistemas integrados de electrónica a bordo de aeronaves y, sobre todo, en registradores de vuelo, responsables de los servicios entre la boya y los registradores de vuelo. Por último, Tetis, especializada en I + D; y el equipo de producción y sistemas para la seguridad energética compleja, que se encarga de la eyección del sistema.
El consorcio de pequeñas y medianas empresas también incluye al Instituto de Fresnel, que está a cargo de las transmisiones de radio y las Artes y Oficios ParisTech de Aix-en-Provence, una institución de educación superior que se ocupará de las limitaciones físicas del choque una vez que se produzca el impacto de la aeronave en el agua.
Gracias a este nuevo concepto de caja negra, y una vez que el mecanismo se incorpore exitosamente, será mucho más sencillo localizar toda la información concerniente a cualquier vuelo que finalizara con consecuencias trágicas en el mar.
El consorcio en torno a este proyecto reúne a tres empresas. Por un lado está ACSA, fabricante especializado de boyas en el equipo de transmisión y de investigación en el mar especialista en GPS “submarino”. Por otro lado, está ISEI, especializada en sistemas integrados de electrónica a bordo de aeronaves y, sobre todo, en registradores de vuelo, responsables de los servicios entre la boya y los registradores de vuelo. Por último, Tetis, especializada en I + D; y el equipo de producción y sistemas para la seguridad energética compleja, que se encarga de la eyección del sistema.
El consorcio de pequeñas y medianas empresas también incluye al Instituto de Fresnel, que está a cargo de las transmisiones de radio y las Artes y Oficios ParisTech de Aix-en-Provence, una institución de educación superior que se ocupará de las limitaciones físicas del choque una vez que se produzca el impacto de la aeronave en el agua.
El futuro de la seguridad aérea
En el dossier sobre el proyecto BELOCOPA se nos muestra que el transporte aéreo representa actualmente un número mayor a los 18.000 aviones, con más de 40 asientos en cada aeronave. Todo ello representa un volumen total de más de 28 millones de pasajeros en todo el mundo.
A su vez, las perspectivas de crecimiento vinculados con el aumento de los viajes de ocio (más del 75% transporte aéreo), el crecimiento demográfico internacional y la emergencia de las nuevas economías de regiones con una alta densidad poblacional (situados principalmente en Asia y en América del Sur) arroja el resultado final de un volumen de más de 25.000 nuevas aeronaves para el año 2025.
En este sentido, se prevé que en los próximos veinte años se produzca un incremento de la producción de los fabricantes europeos y estadounidenses del siguiente tipo:
Esta gran cantidad de vuelos y pasajeros, por desgracia, no está exenta de accidentes, aunque –como es bien sabido– los índices de accidentalidad en la aviación son mucho menores que en otros sistemas de transporte. Pues bien, podemos señalar que el incremento en el tráfico dará lugar a un aumento de la probabilidad de producirse accidentes. Dicha probabilidad es debida a un incremento significativo en el número de aeronaves, y al aumento de densidad y de congestión del tráfico.
Cajas negras y seguridad
Las cajas negras son, de manera general, un software de almacenamiento de datos que permite conocer la información de un determinado vuelo, así como las decisiones tomadas por el comandante durante el vuelo. Cuando se produce un accidente de aviación, el análisis de la información contenida en las cajas negras aportan una información muy valiosa que permite saber si dicho suceso ha sido producido por error humano, porque han fallado los sistemas de seguridad o por un error en los sistemas asociados.
De esta manera, es posible hacer las modificaciones oportunas para que esto no vuelva a suceder, minimizando así los potenciales accidentes futuros. La relevancia que este tipo de software es tan elevada que en marzo de 2010, D. Gene Green, congresista de los estados unidos de América, propuso la aprobación de un mandato federal que obligase a los fabricantes a incorporar una caja negra en los automóviles. El objetivo básico de dicha propuesta es mejorar la seguridad y reducir los posibles accidentes.
En el dossier sobre el proyecto BELOCOPA se nos muestra que el transporte aéreo representa actualmente un número mayor a los 18.000 aviones, con más de 40 asientos en cada aeronave. Todo ello representa un volumen total de más de 28 millones de pasajeros en todo el mundo.
A su vez, las perspectivas de crecimiento vinculados con el aumento de los viajes de ocio (más del 75% transporte aéreo), el crecimiento demográfico internacional y la emergencia de las nuevas economías de regiones con una alta densidad poblacional (situados principalmente en Asia y en América del Sur) arroja el resultado final de un volumen de más de 25.000 nuevas aeronaves para el año 2025.
En este sentido, se prevé que en los próximos veinte años se produzca un incremento de la producción de los fabricantes europeos y estadounidenses del siguiente tipo:
- 3.500 aviones regionales (90 asientos o menos)
- 16.000 aviones de pasillo único (de 100 a 240 asientos)
- 6000 aviones de doble pasillo (200-400 asientos)
- 1000 tipo de avión de fuselaje ancho; tipo 747 o A380 (400 asientos)
Esta gran cantidad de vuelos y pasajeros, por desgracia, no está exenta de accidentes, aunque –como es bien sabido– los índices de accidentalidad en la aviación son mucho menores que en otros sistemas de transporte. Pues bien, podemos señalar que el incremento en el tráfico dará lugar a un aumento de la probabilidad de producirse accidentes. Dicha probabilidad es debida a un incremento significativo en el número de aeronaves, y al aumento de densidad y de congestión del tráfico.
Cajas negras y seguridad
Las cajas negras son, de manera general, un software de almacenamiento de datos que permite conocer la información de un determinado vuelo, así como las decisiones tomadas por el comandante durante el vuelo. Cuando se produce un accidente de aviación, el análisis de la información contenida en las cajas negras aportan una información muy valiosa que permite saber si dicho suceso ha sido producido por error humano, porque han fallado los sistemas de seguridad o por un error en los sistemas asociados.
De esta manera, es posible hacer las modificaciones oportunas para que esto no vuelva a suceder, minimizando así los potenciales accidentes futuros. La relevancia que este tipo de software es tan elevada que en marzo de 2010, D. Gene Green, congresista de los estados unidos de América, propuso la aprobación de un mandato federal que obligase a los fabricantes a incorporar una caja negra en los automóviles. El objetivo básico de dicha propuesta es mejorar la seguridad y reducir los posibles accidentes.