Las dietas ricas en grasa provocan a los tres días cambios en el cerebro que afectan al sistema inmunitario, al metabolismo y a la capacidad del organismo de obtener energía de los alimentos que consumimos.
El consumo de refrescos está asociado con un aumento del riesgo de muerte y de enfermedades circulatorias y digestivas, solo por el hecho de beber uno, dos o más vasos al día. Pero no está vinculado al cáncer.
Los cánceres asociados a la obesidad se están aumentando entre las personas más jóvenes, especialmente los de hígado, tiroides y biliares, y los de útero entre las mujeres. Los nuevos rangos de edad son los 20-49 años y los 50-64 años.
La contaminación del aire precipita el envejecimiento de los pulmones y propicia la EPOC. Afecta más a las personas expuestas al tabaquismo y a las que tienen bajos ingresos.
Las bacterias intestinales protegen contra la gripe, por lo que los antibióticos pueden acabar con la resistencia temprana a los virus. Nueva evidencia de que no deben tomarse a la ligera.
Fumar no sólo perjudica la salud, sino que también cambia nuestra personalidad: nos hace emocionalmente inestables y nos vuelve más tristes, ansiosos y preocupados, y también menos sociales. Estos efectos duran incluso después de haber dejado el hábito.
La flora intestinal está implicada en la fibromialgia: muestra abundancia o ausencia de determinadas bacterias en función de la gravedad de los síntomas.
Los seres humanos tenemos los mismos mecanismos celulares de ratones, moscas y gusanos para protegernos del envejecimiento, pero se deterioran a partir de los 50 años debido a la complejidad de nuestro genoma.
Investigadores norteamericanos han conseguido prolongar la vida de un paciente con cáncer de colon mediante un tratamiento que había sido obtenido con moscas de la fruta, utilizadas como avatares.