La intimidad no es lo que dicen en la tele: es algo que se aleja de la locura y la frialdad del mundo para aportarnos cordura y calor. Una intimidad que no exige, sino que libera, es la que nos puede aportar felicidad (renunciando a ella) en estos tiempos tan oscuros. Por eso es necesario volver a la raíz de todo y esa raíz está en el interior. Por Samuel Morales (*).