Representar el conocimiento de sentido común en ordenadores es un desafío aún no superado por la Inteligencia Artificial. Sin embargo, en la actualidad se elabora un programa con millones de microteorías sobre el mundo, que en el futuro servirá para reproducir en las máquinas el sentido común humano. También está en marcha un proyecto paralelo de robot humanoide, que a través de sus sentidos artificiales (de visión, audición y tacto) absorbe información para alimentar su sentido común. Si finalmente se consiguen, estas máquinas podrán mejorar sus prestaciones en una gran cantidad de actividades “inteligentes”, como tratamiento de lenguajes naturales, reconocimiento de imágenes y de patrones, resolución de problemas o toma de decisiones expertas.
Fukujama ha arremetido en un artículo contra el transhumanismo, considerándolo como una de las ideas más peligrosas del pensamiento actual, aunque reconociendo que ya no se le puede considerar como "ciencia ficción tomada demasiado en serio". El transhumanismo es un fenómeno social mucho más complejo que se basa en los...
Un nuevo libro escrito por un eminente científico francés retoma el discurso apocalíptico y señala los horrores que se avecinan a nuestro mundo en el siglo XXI, al que llama la “máquina infernal” que estamos legando a las generaciones futuras. Una conjunción peligrosa nos acecha: los conflictos,...
El planeta Tierra rebosa de fenómenos que parecen caóticos aunque, en realidad, se ciñen a reglas estrictas pero difíciles de desentrañar. Su estructura es tan compleja, con tanta cantidad de variables implicadas, que parece imposible hacer una predicción a un futuro siquiera relativamente cercano....
De la misma forma que el microprocesador revolucionó la electrónica a partir de 1971, la transmisión de información fundada en la óptica está a punto de convertirse en el motor de la próxima ola de innovaciones. La óptica y el fotón, después de haber conquistado las telecomunicaciones, van a invadir progresivamente nuestros ordenadores y a duplicar sus posibilidades. Memoria holográfica, detectores ópticos de seísmos y lentillas ultraplanas asentadas sobre una gota de agua, son las primeras aplicaciones. Por René Trégouët.
El reciente libro de José Rodríguez Elizondo, editado por La Tercera-Mondadori, es el esfuerzo de un chileno por hacer conocer el Perú a sus compatriotas, y de una suerte de peruano de "adopción" por hacer conocer Chile a sus coterráneos del otro lado. Nadie lo podrá acusar de vendepatria. Además, las academias diplomáticas de ambas partes debieran tenerlo como antídoto contra la historia oficial. Por Álvaro Vargas Llosa.
La globalización, tal como se conoce en la actualidad, no ha sido la primera en la historia de la biosfera y del hombre, donde hubo y habrá fases de expansión y de apertura, seguidas por fases de contracción, retracción, cierre, separación y aislamiento. El síndrome más común y más inquietante de la globalización es el de los ganadores-perdedores, que se aplica a todas las entidades, desde lo biológico a lo económico y social. En términos económicos y sociales, las brechas entre países y en el interior de cada país no son deseables ni siquiera para los “ganadores”, ya que estas brechas implican un aumento de la inseguridad (nacional y planetaria. Estas brechas debidas a la globalización no son inevitables siempre que no se cometan dos errores fundamentales: el pensamiento único y la pasividad social, ya que la globalización no es la consecuencia de una supuesta doctrina neoliberal, ni de ninguna otra ideología. Por Francesco Di Castri.
La película El Día de Mañana dibuja un escenario dantesco que ha sido anticipado por la ciencia, aunque lo hace de una forma irreal que distorsiona la naturaleza y los ritmos de los cambios climáticos que podrían derivarse de la intervención humana. Ello no impide que contribuya a la sensibilización social sobre la importancia que reviste el cambio climático, que ya manifiesta indicios preocupantes y aconseja prudencia en las actuaciones políticas. Roland Emmerich nos recuerda además que el espectro del Apocalipsis continúa presente después del emblemático año 2000. Por Eduardo Martínez.
La Inteligencia Artificial concibe ya la fabricación de una máquina que reconozca, comprenda y exprese emociones similares –aunque no iguales– a las humanas, con la finalidad de lograr que sea “genuinamente inteligente” y que interaccione de manera adecuada con las personas. Equipada con hardware y software especial, el sistema artificial podrá ver y reconocer expresiones faciales y posturas corporales, así como detectar pautas vocales y entonaciones del habla, dilatación en las pupilas, cantidad de latidos cardíacos y hasta patrones odoríferos característicos. De esta manera, será capaz de inferir con bastante precisión el estado emocional en que se encuentran las personas y actuar en consecuencia. Por Sergio Alejandro Moriello.
La vida es un sistema organizativo que se perpetúa en un contexto cambiante, en un proceso invasivo y asimilador de la materia y la energía disponible en su entorno. Este mecanismo ha llegado a desarrollar la capacidad de construir y ejecutar modelos cada vez más potentes de su entorno cuya tendencia es, en el límite, crear un modelo del propio universo en el que se inscribe, y ejecutarlo. En ese momento, el Universo será creado. A esta hipótesis se la denominará "Causa sui". Su propia causa. Por Alfredo González Colunga.