Un grupo de investigadores de la universidad estadounidense de Ohio ha descubierto que los niños parecen tener mejor memoria que los adultos, gracias a un detallista sistema de atención característico de la infancia y que se va perdiendo según crecemos.
Los investigadores, liderados por el profesor Vladimir Sloutsky, han comprobado que el aumento del conocimiento parece reducir la capacidad de memorizar, al menos en el caso estudiado, en el que una serie de niños de cinco años de edad superaron a los adultos en un test de reconocimiento memorístico.
Para realizar el estudio, publicado por la revista Psychological Science, los investigadores mostraron a 77 niños pequeños y a 71 estudiantes de universidad imágenes de gatos, osos y pájaros. El estudio estaba diseñado para hacer que los participantes mirasen las imágenes sin saber lo que se estaba investigando.
Los investigadores afirmaron que los niños acertaron un 31% de las veces al identificar las imágenes de los animales que habían visto al inicio de la muestra, mientras que los adultos sólo acertaron un 7% de las veces.
Memoria infantil
Sloutsky cree que la razón de esta diferencia radica en que los niños razonan de manera distinta a la de los adultos, utilizando un sistema de memoria que se caracteriza por acumular similitudes.
Para ello, cuando ven varias imágenes seguidas intentan, prestando gran atención, asimilar los animales que aparecen después a los primeros que ven, dentro de cada una de sus categorías.
Así, por ejemplo, si un niño ve primero un gato, se fija en las características de los gatos siguientes para intentar asimilarlos al primer gato que ha visto.
Los adultos, en cambio, estructuran su memoria por categorías, en lugar de por características. De esta forma, una vez que han determinado que el animal que ven es un gato, no prestan más atención.
La razón es que los adultos no canalizan la información que consideran irrelevante. Posteriormente, si se les pide que recuerden esta información, no pueden porque no lo aprendieron de memoria.
Memoria de la madurez
A medida que los niños comienzan a desarrollar esta forma de organización del
pensamiento por categorías, su nivel de memorizar se iguala al de los adultos porque con el crecimiento hay que ser más efectivo y selectivo respecto a qué debemos prestar mayor atención.
El estudio resulta muy útil para investigadores y educadores, ya que demuestra que por lo general los niños maduran desde muy temprano, son capaces de aprender de múltiples maneras y tienen mucho potencial.
Los investigadores, liderados por el profesor Vladimir Sloutsky, han comprobado que el aumento del conocimiento parece reducir la capacidad de memorizar, al menos en el caso estudiado, en el que una serie de niños de cinco años de edad superaron a los adultos en un test de reconocimiento memorístico.
Para realizar el estudio, publicado por la revista Psychological Science, los investigadores mostraron a 77 niños pequeños y a 71 estudiantes de universidad imágenes de gatos, osos y pájaros. El estudio estaba diseñado para hacer que los participantes mirasen las imágenes sin saber lo que se estaba investigando.
Los investigadores afirmaron que los niños acertaron un 31% de las veces al identificar las imágenes de los animales que habían visto al inicio de la muestra, mientras que los adultos sólo acertaron un 7% de las veces.
Memoria infantil
Sloutsky cree que la razón de esta diferencia radica en que los niños razonan de manera distinta a la de los adultos, utilizando un sistema de memoria que se caracteriza por acumular similitudes.
Para ello, cuando ven varias imágenes seguidas intentan, prestando gran atención, asimilar los animales que aparecen después a los primeros que ven, dentro de cada una de sus categorías.
Así, por ejemplo, si un niño ve primero un gato, se fija en las características de los gatos siguientes para intentar asimilarlos al primer gato que ha visto.
Los adultos, en cambio, estructuran su memoria por categorías, en lugar de por características. De esta forma, una vez que han determinado que el animal que ven es un gato, no prestan más atención.
La razón es que los adultos no canalizan la información que consideran irrelevante. Posteriormente, si se les pide que recuerden esta información, no pueden porque no lo aprendieron de memoria.
Memoria de la madurez
A medida que los niños comienzan a desarrollar esta forma de organización del
pensamiento por categorías, su nivel de memorizar se iguala al de los adultos porque con el crecimiento hay que ser más efectivo y selectivo respecto a qué debemos prestar mayor atención.
El estudio resulta muy útil para investigadores y educadores, ya que demuestra que por lo general los niños maduran desde muy temprano, son capaces de aprender de múltiples maneras y tienen mucho potencial.