Un gemelo digital de la ciudad alemana de Herrenberg permite una experiencia inmersiva que no solo incluye los datos físicos, sino también las emociones de los ciudadanos para optimizar la planificación urbana.
Una mano artificial controlada por la mente siente lo mismo que una mano biológica usando algoritmos de inteligencia artificial. No necesita soportes adicionales.
Pequeños robots accionados por luz son capaces de sentir: detectan temperatura y tensión y tienen percepciones complejas de su estado corporal y del entorno.
Un chip 100 veces más pequeño que el diámetro de un cabello humano es capaz de replicar la actividad de un cerebro biológico con el mismo voltaje neurológico.
Corales biónicos impresos en 3D producen densas poblaciones de algas microscópicas que pueden salvar a los arrecifes de coral, devastados por el cambio climático.
Una nueva tecnología piratea los sueños para mejorar la creatividad y el bienestar de las personas. Aprovecha la transición onírica para controlar lo que soñamos.
Nace un tribunal digital para regular las relaciones comerciales entre pares de las comunidades blockchain: puede aplicarse ya y resolver desacuerdos sin necesidad de la justicia tradicional.
Una red neuronal artificial buscará partículas exóticas analizando patrones de los sucesos que ocurren en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC). Tal vez descubra una nueva física o ratifique el modelo estándar.
La IA traduce pensamientos humanos a textos escritos: analiza patrones neuronales asociados a vocales y consonantes y escribe oraciones con significado sin necesidad de escucharlas.