Aprovechando que hace poco Barcelona ha celebrado su trigésima edición del Salón del Comic, uno de los eventos más importantes de Europa dentro del mundo del noveno arte, y dado que el tiempo que nos ha tocado vivir pasará a la historia por una aplastante crisis de valores con una deriva oscura y más que preocupante, creemos que el libro que hoy traemos da en el clavo por celebrar lo primero y denunciar lo segundo.
El año pasado la editorial barcelonesa Glenat publicó Fagocitosis, de Marcos Prior & Danide, una novela gráfica descarada e irreverente que, bajo el signo de un necesario humor negro, da un buen repaso a algunos de los mitos de oropel que nuestra sociedad de la publicidad y el consumo ha fabricado para nuestra tranquilidad.
Fagocitosis la componen 17 historietas cortas concebidas para ciudadanos que busquen entretenimiento y sepan digerir la denuncia política y social. El cómic echa abajo el telón de humo de nuestra sociedad y, con humor ácido y corrosivo, nos enfrenta a nuestra verdadera condición, más cercana a la máquina que a la humanidad, de individuos devorados, fagocitados, por un sistema insaciable.
El primer relato, llamado El discreto encanto, es un divertimento que funciona como entrante perfecto. Aparece una cama vacía y deshecha, con un cenicero, una botella, un libro, y lo que parece un terminal móvil de última generación.
Alguien sale de la ducha, se abotona una camisa de la marca ‘Redbook’, chaqueta y bolso, y sale a la calle. Pasamos la página y conocemos a nuestro personaje: es el mismo Karl Marx por las calles difuminadas en pleno siglo XXI.
El año pasado la editorial barcelonesa Glenat publicó Fagocitosis, de Marcos Prior & Danide, una novela gráfica descarada e irreverente que, bajo el signo de un necesario humor negro, da un buen repaso a algunos de los mitos de oropel que nuestra sociedad de la publicidad y el consumo ha fabricado para nuestra tranquilidad.
Fagocitosis la componen 17 historietas cortas concebidas para ciudadanos que busquen entretenimiento y sepan digerir la denuncia política y social. El cómic echa abajo el telón de humo de nuestra sociedad y, con humor ácido y corrosivo, nos enfrenta a nuestra verdadera condición, más cercana a la máquina que a la humanidad, de individuos devorados, fagocitados, por un sistema insaciable.
El primer relato, llamado El discreto encanto, es un divertimento que funciona como entrante perfecto. Aparece una cama vacía y deshecha, con un cenicero, una botella, un libro, y lo que parece un terminal móvil de última generación.
Alguien sale de la ducha, se abotona una camisa de la marca ‘Redbook’, chaqueta y bolso, y sale a la calle. Pasamos la página y conocemos a nuestro personaje: es el mismo Karl Marx por las calles difuminadas en pleno siglo XXI.
Avanza y deja a su derecha un gran establecimiento de comida rápida en cuyo logo destaca la M gigante y blanca sobre fondo rojo: “Marx Donald’s”. Dentro, un niño deja un momento su hamburguesa para jugar con el regalo del menú: dos barbudos muñequitos de Marx y Engels.
A partir de aquí vemos deshumanización en todos sus niveles y con toda su crudeza: maltrato infantil, precariedad laboral, publicidad salvaje o la psicosis de los falsos ídolos de la televisión.
La actualidad de los relatos es tal, que por ellos desfilan personajes públicos, encubiertos pero fácilmente reconocibles, como Zizek, Carl Sagan o el mismísimo Emilio Botín.
Todo esto, no lo olvidemos, con la ironía bien conseguida de unas viñetas que mezclan diversos estilos, soportes y géneros, desde lo naif al realismo, de la ciencia-ficción a la distopía, anuncios en paradas de autobús, presentaciones Power-point, ofertas de trabajo, etc.
Por las 118 páginas de Fagocitosis, entre capturas de GoogleMaps y viñetas tradicionales, se respira un aire incontenido de rabia contra nuestro particular ocaso de los dioses.
El resultado es un arriesgado pero innegable producto estético que, además de crítica despiadada a la sociedad de consumo y a la crisis económica, sirve de reivindicación artística a una disciplina que ya no lo necesita.
Reseña del profesor, poeta y crítico, Antonio Mochón, editor del blog La vida no existe.
A partir de aquí vemos deshumanización en todos sus niveles y con toda su crudeza: maltrato infantil, precariedad laboral, publicidad salvaje o la psicosis de los falsos ídolos de la televisión.
La actualidad de los relatos es tal, que por ellos desfilan personajes públicos, encubiertos pero fácilmente reconocibles, como Zizek, Carl Sagan o el mismísimo Emilio Botín.
Todo esto, no lo olvidemos, con la ironía bien conseguida de unas viñetas que mezclan diversos estilos, soportes y géneros, desde lo naif al realismo, de la ciencia-ficción a la distopía, anuncios en paradas de autobús, presentaciones Power-point, ofertas de trabajo, etc.
Por las 118 páginas de Fagocitosis, entre capturas de GoogleMaps y viñetas tradicionales, se respira un aire incontenido de rabia contra nuestro particular ocaso de los dioses.
El resultado es un arriesgado pero innegable producto estético que, además de crítica despiadada a la sociedad de consumo y a la crisis económica, sirve de reivindicación artística a una disciplina que ya no lo necesita.
Reseña del profesor, poeta y crítico, Antonio Mochón, editor del blog La vida no existe.