El sistema de Cielo Único incrementará la seguridad aérea europea

Los recientes problemas de seguridad aérea, generada por los paquetes con material explosivo con destino a Estados Unidos de América y provenientes de Yemen, han renovado el debate sobre la seguridad aérea internacional. En este sentido, tal y como se informa en El País, estas cuestiones están provocando que en todo el mundo se esté incrementando el control aeroportuario o incluso el cierre del espacio aéreo a vuelos procedentes de Yemen. De hecho, el hallazgo de los explosivos ha puesto en alerta también a las autoridades de aviación de todo el mundo y a las compañías aéreas.

Ante esta realidad de riesgo social constante, la generación de grandes mecanismos de control aéreo se ha convertido en algo vital para las sociedades occidentales. Si a esto añadimos las estimaciones de crecimiento en el número de pasajeros, entonces las necesidades de incremento en los mecanismos de seguridad son incuestionables.

Crecimiento de usuarios

Tal y como informa el Ministerio de Fomento del Gobierno de España, según las mejores estimaciones disponibles, en los próximos años se incrementará sustancialmente el número de pasajeros que empleen el transporte aéreo. De hecho, de los 193 millones de pasajeros que han pasado por los aeropuertos españoles durante el año 2006, se prevé que el número crecerá hasta llegar a los 260 millones en el año 2012 y los 317 millones en 2020.

Para dar cobertura a este incremento en el número de usuarios, en este Ministerio se trabaja con la posibilidad de que sea necesario pasar de los 1,15 millones de vuelos comerciales que se contabilizaron en 2006 en los aeropuertos de España, a los 3,1 millones en el año 2012. Ello quiere decir que en el periodo 2006-2012 la demanda de transporte aéreo en España habría crecido en un 35%.

Estos datos contrastan con la información expuesta en Tendencias21 respecto al Informe de la Sostenibilidad en España. En este trabajo se informaba que se va a producir un crecimiento lento en el número de pasajeros y, por tanto, esto traerá consigo una disminución del número de operaciones totales (en torno al -5% en 2009). A su vez, al menos en 2010-2011, es posible que el nivel de operaciones y la mejora de la eficiencia en los aviones mantengan los niveles de consumo total y emisiones similares a las de los años 2005-2007.

Seguridad aérea

Los atentados acaecidos en USA en el desgraciadamente famoso 11S han puesto en jaque a los responsables de seguridad mundial. Ante este tipo de situaciones, muchas veces (tal y como nos ha indicado en conversaciones personales el profesor emérito de la Universidad de Santiago de Compostela D. Juan Luis Pintos) los Estados tienden a poner en marcha actuaciones con el objetivo de generar e incrementar la confianza en la población civil.

En este contexto, Bruce Schneier, descrito por The Economist como un “gurú de la seguridad”, ha expuesto hace algún tiempo en CNN que tras estas situaciones de riesgo y peligro, se genera por las instituciones correspondientes lo que ha dado en llamar el “teatro de la seguridad”. Dicho “teatro” hace referencia a las medidas de seguridad que hacen a la gente sentirse más segura, sin necesidad, realmente, de mejorar en nada la seguridad. No obstante, sigue diciendo, las mejores defensas contra el terrorismo (no enmarcadas en ese teatro) son, en su mayoría, las que menos se ven: investigación, inteligencia y las respuestas a las emergencias.

Posiblemente la macroestrategia de conformación del Cielo Único Europeo se enmarca dentro de este proceso de mejora defensiva “silenciosa”. En este sentido, la Unión Europea ha comenzado en los últimos tiempos ha desarrollar y poner en práctica una política común de transporte aéreo. La idea de ésta es la de lograr un sistema de transporte aéreo eficaz que permita un funcionamiento seguro y regular de los servicios de transporte aéreo y que facilite el objetivo fundamental de la libre circulación de mercancías, personas y servicios.

Cielo Único Europeo

Todo parece indicar que, con mayor o menor celeridad, en los próximos años se va a producir un incremento del tráfico aéreo. Este incremento incide directamente en el posible retraso de las aeronaves y del transporte de los usuarios. Téngase en cuenta que los retrasos suponen una carga económica para las compañías aéreas de entre 1.3 y 1.9 billones de euros al año.

Pese al esfuerzo de modernización, el sistema de gestión del tránsito aéreo en Europa sigue siendo costoso y está limitado a causa de una red de rutas basada en las fronteras nacionales y no en el flujo de tráfico aéreo. Por esta razón, la correlación fronteras nacionales-espacios aéreos se sustituirá por los llamados bloques funcionales (FABs). Hoy por hoy, el cielo europeo está dividido en 9 bloques, que actúan como zonas estratégicas y que simplifican el mapa.

Por otra parte, el incremento del tráfico obliga a prestar especial atención a a garantía de la seguridad. De hecho, cuando el Cielo Único sea una realidad, todos los bloques funcionales estarán coordinados y compartirán información en tiempo real. De esta manera, se maximiza la capacidad, la eficiencia de la red y la seguridad.

La iniciativa de Cielo Único Europeo, según la Declaración de Madrid, prevé que mejore, sustancialmente, esta situación. Sobre todo, y a nivel de la seguridad, son fundamentales la cooperación civil-militar y el fortalecimiento de la seguridad de la red a través de la ampliación de competencias de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) para la gestión del tráfico aéreo y de los aeropuertos. De este modo se busca garantizar la seguridad a través de un sistema completo de tipo “puerta a puerta”.

Seguridad e información

Para lograr este objetivo de aumentar la seguridad del espacio aéreo europeo a través de una gestión única es fundamental que los procesos de seguridad se encuentren integrados. Para ello, usuarios y proveedores de servicios deben entrelazarse más e incrementar la confianza entre las partes implicadas.

En ese sentido, el trasvase de información entre los gobiernos, los espacios aéreos es fundamental para poder desarrollar y compartir políticas conjuntas de seguridad que permitan proteger el sistema y minimizar los riesgos potenciales que siempre existen en todas las actividades humanas.