Un informe realizado por la American Sociological Association señala que la educación de estos jóvenes se ve afectada por las influencias que sobre ellos ejercen los países de origen, los países huéspedes y las comunidades inmigrantes a las que pertenecen.
Un estudio realizado por científicos norteamericanos con 46 individuos de fuertes convicciones políticas de diversa índole ha puesto de manifiesto que las tendencias políticas tienen una base fisiológica.
Científicos canadienses han descubierto que el comportamiento de la mosca de la fruta depende de su entorno social: las respuestas químicas que generan estos insectos no sólo dependen del ritmo interno de cada individuo, sino que se regulan también en función del genotipo de sus iguales.
Un equipo internacional de científicos ha conseguido predecir los orígenes geográficos de una amplia muestra de europeos, a partir del análisis del genoma de estos individuos.
El ejército de los Estados Unidos ha puesto su punto de mira en la neurociencia para desarrollar nuevos medicamentos o dispositivos para poder luchar en los conflictos del mañana, según un informe comisionado por la Agencia de Inteligencia para la Defensa en el que han participado prestigiosos científicos.
Científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) han demostrado por vez primera que la meditación puede ayudar a los enfermos de SIDA, ralentizando el proceso de deterioro de un tipo de células, las CD4-T, consideradas el “cerebro” del sistema inmunológico humano.
Científicos suecos e ingleses han descubierto que las fobias sociales dependen de una hormona llamada oxitocina, que segrega nuestro organismo en ciertas situaciones y que propicia la calma.
Los niños sufren de la misma forma que los adultos por el dolor ajeno, según ha descubierto una investigación de la Universidad de Chicago. Analizando los cerebros de 17 niños de entre 7 y 12 años, se descubrió que mostraban, al ver a alguien sufriendo dolor físico, las mismas respuestas neuronales que los adultos, y en las mismas áreas cerebrales. Además, regiones adicionales del cerebro, relacionadas con los juicios morales, se activaron también cuando los niños observaron imágenes en las que una persona hacía daño a otra de manera intencionada. Estos resultados apuntan a que la empatía tendría un factor innato, que no depende de la educación recibida.
La sonrisa de un bebé tiene un efecto en el circuito de recompensa del cerebro de su madre, provocando un “estado de euforia natural”. Este grado de activación de las neuronas maternas no se alcanza cuando la madre ve la imagen de su niño llorando. A estas conclusiones ha llegado un equipo de investigadores del Baylor College of Medicine de Estados Unidos, que analizaron con tecnología fMRI la actividad cerebral de un grupo de madres primerizas mientras éstas miraban imágenes de sus hijos y de niños desconocidos. Los científicos señalan que resulta esencial conocer las bases neuronales del vínculo madre-hijo para comprenderlo mejor y para entender por qué, en algunas ocasiones, este vínculo no llega a desarrollarse.
Dos genes son responsables de que vayamos a las urnas en las elecciones, pero también de otros comportamientos políticos, como el de presentar una candidatura. Se trata de los genes MAOA y del 5HTT, ambos relacionados con la regulación de la serotonina en el cerebro, un neurotransmisor que regula las interacciones sociales. Un estudio realizado en Estados Unidos ha vinculado por primera vez dichos genes con la participación electoral a partir del cotejo de datos del grado de herencia de los comportamientos políticos en gemelos monocigóticos y bicigóticos. Como conclusión, los científicos señalan que la participación electoral depende en nada menos que en un 72% de estos dos genes. Esto significa que los factores genéticos y biológicos serían más importantes de lo que se creía en la determinación de nuestra predisposición a votar.
La estimulación intelectual de los bebés por parte de sus madres durante los 12 primeros meses de su vida, el grado de comportamientos predecibles de éstos o su carácter son elementos cuya evaluación ha permitido pronosticar el tipo de conducta de los niños en el futuro. Un estudio realizado por la Universidad de Chicago ha puesto así de relieve la importancia de las vivencias de esta edad para la formación de la personalidad en el futuro, por lo que los científicos advierten de la importancia de las intervenciones enfocadas hacia la educación en esta fase temprana del desarrollo de los bebés, en prevención de problemas futuros.
A la hora de optar por dos opciones para obtener una recompensa, las abejas y los humanos funcionamos de manera parecida, señala un estudio realizado por científicos de Israel. Ambas especies damos importancia no sólo al beneficio que obtendremos, sino también a la claridad de la información con la que contemos acerca de dicho beneficio. La investigación fue realizada con 50 estudiantes universitarios y abejas. Los primeros debían elegir entre dos opciones que les proporcionaban más o menos dinero. Las abejas entre dos opciones de las que dependía obtener gotas de agua azucarada con mayor o menor concentración de azúcar. Los dos grupos funcionaron de manera similar: eligiendo las opciones más seguras y en función de la claridad con que dichas opciones les fueron presentadas.
Científicos de la Universidad de Cambridge han demostrado por vez primera una relación entre la actitud impulsiva al tomar decisiones en entornos sociales y los niveles de serotonina en el cerebro. Ya se sabía que este neurotransmisor condiciona el comportamiento en sociedad, pero hasta la fecha no habían podido relacionarse directamente. Reduciendo el nivel de serotonina de voluntarios sanos mediante la dieta y sometiendo a éstos a un juego económico, se descubrió que los participantes con niveles bajos de serotonina en su organismo eran más reacios a aceptar las injusticias, a pesar de que éstas le reportasen algunos beneficios, sin considerar la posible ganancia.