El nuevo año ha arrancado con episodios de sombra que afectan a la economía, a la estabilidad regional e incluso a las libertades. Atravesamos una transición global que se presenta compleja y turbulenta, llena de incertidumbre y de esperanza.

2015 ya es año más cálido de la historia moderna. Noviembre ha superado récords y diciembre va por el mismo camino. Y se prevé que 2016 será todavía más cálido, con una temperatura media de más de un grado superior a la de los niveles preindustriales. Parece que el acuerdo alcanzado en el COP21 llega demasiado tarde.

Una obra colectiva, en la que han participado 60 expertos y el pintor Javier Montesol, plantea las reformas que necesita la Justicia en España y la forma de llevarlas a cabo asumiendo las aportaciones de la ciencia y la tecnología. Un nuevo hito de la Fundación Fide que ha inspirado “Pintar la Justicia”.

La revista Grist ofrece una visión idílica del futuro de nuestra civilización. Considera que la frontera entre lo biológico y lo sintético se diluirá en este siglo y dará paso a una nueva revolución industrial basada en el ecomodernismo.

El sociólogo Nico Sther publicó recientemente en Nature un interesante artículo sobre la importancia de la democracia para solucionar el calentamiento global cuya reflexión ilustra adecuadamente el alcance que puede tener el acuerdo alcanzado en París en el marco del COP21.

La necesidad de refundar Europa ha cobrado fuerza tras los atentados de París y la crisis de los refugiados, que impulsan los nacionalismos y cuestionan la viabilidad de la UE, mientras otros países y regiones sacan partido de la deriva europea.

Internet está sirviendo para frenar el calentamiento global, impulsar el Estado Islámico con la connivencia de operadores europeos, y celebrar las muertes del atentado de California en las redes sociales. También para acabar con la vida privada de todos nosotros en aras de la seguridad.

2015 será seguramente el año más cálido de la historia, advierte la Organización Meteorológica Mundial. Un periódico africano señala que el fin de los comportamientos delictivos es el principio del fin del calentamiento mortal del planeta. Las escenas de Pekín, París o Madrid de este tóxico diciembre añaden el color final al espectáculo de cómo está terminando este 2015. Sin olvidar por ello el drama de los refugiados, con las repetidas escenas de niños muertos arrastrados por el mar hasta la orilla de ninguna parte.

La tecnología se despierta y acude a redimir el planeta. La cumbre climática de París (COP21) ha sido el escenario del lanzamiento de una nueva iniciativa para invertir miles de millones de dólares en desarrollos tecnológicos que puedan detener el calentamiento global.