EDUARDO MARTÍNEZ DE LA FE
Ya hemos visto que los gigantes de Internet quieren invertir sus fortunas para desarrollar investigaciones que permitan un desarrollo limpio capaz de invertir el calentamiento global.
Ahora Der Spiegel revela que la potencia de Internet que muestra el así llamado Estado Islámico es posible gracias a los operadores europeos, que les facilitan satélites e infraestructuras para sus macabros espectáculos propagandísticos. Miran para otro lado cuando sus sistemas muestras escenas que aterran al mundo porque necesitan amortizar rápidamente sus inversiones en satélites.
Por su parte, Hillary Clinton se escandaliza en la cadena norteamericana ABC de cómo las redes sociales celebran las muertes de San Bernardino, en California, y reclama una alianza para que los mensajes del Estado Islámico no encuentren reflejo en las redes sociales.
Para bien o para mal, el futuro bascula en torno a Internet, ya sea para impedir una hecatombe climática o para frenar la expansión del terrorismo, del que el ministro del Interior norteamericano, Michael McCaul, ha reconocido que es imposible detenerlo completamente.
Internet también está sirviendo para terminar con la vida privada de todos nosotros en aras de la seguridad colectiva, como se lamenta Le Temps de Ginebra tras los atentados de París. Financial Times ratifica esta impresión al confirmar que Microsoft permitirá que los datos de los usuarios alemanes de su infraestructura permanezcan en el país, lejos del espionaje norteamericano.
Están locos estos humanos, podríamos decir evocando a Ovelix cuando decía: están locos estos romanos.
Ahora Der Spiegel revela que la potencia de Internet que muestra el así llamado Estado Islámico es posible gracias a los operadores europeos, que les facilitan satélites e infraestructuras para sus macabros espectáculos propagandísticos. Miran para otro lado cuando sus sistemas muestras escenas que aterran al mundo porque necesitan amortizar rápidamente sus inversiones en satélites.
Por su parte, Hillary Clinton se escandaliza en la cadena norteamericana ABC de cómo las redes sociales celebran las muertes de San Bernardino, en California, y reclama una alianza para que los mensajes del Estado Islámico no encuentren reflejo en las redes sociales.
Para bien o para mal, el futuro bascula en torno a Internet, ya sea para impedir una hecatombe climática o para frenar la expansión del terrorismo, del que el ministro del Interior norteamericano, Michael McCaul, ha reconocido que es imposible detenerlo completamente.
Internet también está sirviendo para terminar con la vida privada de todos nosotros en aras de la seguridad colectiva, como se lamenta Le Temps de Ginebra tras los atentados de París. Financial Times ratifica esta impresión al confirmar que Microsoft permitirá que los datos de los usuarios alemanes de su infraestructura permanezcan en el país, lejos del espionaje norteamericano.
Están locos estos humanos, podríamos decir evocando a Ovelix cuando decía: están locos estos romanos.