“El último que salga, que apague la luz” fue una pintada que caracterizó la emigración masiva de uruguayos entre 1975 y 1976, debido a la dictadura cívico-militar implantada en 1973. Visto el impacto que está teniendo el Brexit en otros países europeos, el ejemplo británico puede cundir y dar dimensión continental a la ironía uruguaya.
Las reglas del juego que ha impuesto Bruselas en los últimos tiempos, y más particularmente las políticas de austeridad que han polarizado a la sociedad, haciendo a una élite cada vez más rica y al resto de la población cada vez más pobre, han provocado finalmente la decisión británica. La baraja no sirve ni para el Reino Unido ni para el resto de Europa. Hay que volver a repartir juego con otras cartas.
Es hora de revisar políticas, de regular los mercados: tal vez implantar por fin la tasa Tobin que grave las transacciones financieras y permita sanear las economías. Es hora de pensar en las personas si queremos proseguir en la senda de la unión continental y erigirnos en una potencia acorde con nuestra demografía y talentos.
Hay que retomar el propósito de los precursores de la UE, Monet, Schumann, Spinelli, volver a los orígenes y reconstruir sobre otras premisas más armónicas el proyecto europeo. Los plazos de tiempo no importan. La historia tiene un ritmo muy diferente a la escala de cada generación.
Las reglas del juego que ha impuesto Bruselas en los últimos tiempos, y más particularmente las políticas de austeridad que han polarizado a la sociedad, haciendo a una élite cada vez más rica y al resto de la población cada vez más pobre, han provocado finalmente la decisión británica. La baraja no sirve ni para el Reino Unido ni para el resto de Europa. Hay que volver a repartir juego con otras cartas.
Es hora de revisar políticas, de regular los mercados: tal vez implantar por fin la tasa Tobin que grave las transacciones financieras y permita sanear las economías. Es hora de pensar en las personas si queremos proseguir en la senda de la unión continental y erigirnos en una potencia acorde con nuestra demografía y talentos.
Hay que retomar el propósito de los precursores de la UE, Monet, Schumann, Spinelli, volver a los orígenes y reconstruir sobre otras premisas más armónicas el proyecto europeo. Los plazos de tiempo no importan. La historia tiene un ritmo muy diferente a la escala de cada generación.