El crowdlending o préstamos P2P (peer-to-peer) consiste en la financiación a empresas, proyectos o personas por parte de numerosos inversores, en lugar de por un único o un número limitado de inversores. Es un modelo de economía colaborativa que permite financiarse directamente por la comunidad sin acudir a los servicios de un banco u otra entidad financiera tradicional.
Con el crowdlending, explica la plataforma ECrowd!, las personas prestan pequeñas cantidades de dinero a una empresa a cambio de un retorno financiero estipulado en un contrato de préstamo.
Las ventajas para las empresas son conseguir la financiación que los bancos no conceden, la diversificación de las fuentes de crédito, o también la obtención de notoriedad por el hecho de utilizar el crowdlending. Para los pequeños prestamistas las ventajas son una mayor rentabilidad, la transparencia sobre el uso que se le da a su dinero y la posibilidad de generar un impacto positivo con él.
Las empresas, señala la Wikipedia, normalmente han de demostrar su calidad crediticia así como su nivel de morosidad para ser clasificadas y calificadas con el fin de aportar información sobre su riesgo a los prestamistas. Los tipos de interés dependerán de la calificación de la empresa, así como la demanda de préstamo por parte de los inversores.
Las operaciones de crowdlending están supervisadas por el Banco de España, cumpliendo así con la Ley de Plataformas de Financiación Participativa, promulgada este año. Cuando un pequeño inversor quiere comprobar el historial de solvencia de un emprendedor ante de prestarle su dinero, es el Banco de España el que regula los formularios que deben presentarse.
Las empresas que decidan financiarse mediante este sistema acudiendo a inversores acreditados o institucionales (sin limitación para invertir: personas físicas con ingresos de 50.000 euros anuales) podrán recaudar hasta 5 millones de euros. Las que recurran a inversores no acreditados podrán conseguir 2 millones.
Con el crowdlending, explica la plataforma ECrowd!, las personas prestan pequeñas cantidades de dinero a una empresa a cambio de un retorno financiero estipulado en un contrato de préstamo.
Las ventajas para las empresas son conseguir la financiación que los bancos no conceden, la diversificación de las fuentes de crédito, o también la obtención de notoriedad por el hecho de utilizar el crowdlending. Para los pequeños prestamistas las ventajas son una mayor rentabilidad, la transparencia sobre el uso que se le da a su dinero y la posibilidad de generar un impacto positivo con él.
Las empresas, señala la Wikipedia, normalmente han de demostrar su calidad crediticia así como su nivel de morosidad para ser clasificadas y calificadas con el fin de aportar información sobre su riesgo a los prestamistas. Los tipos de interés dependerán de la calificación de la empresa, así como la demanda de préstamo por parte de los inversores.
Las operaciones de crowdlending están supervisadas por el Banco de España, cumpliendo así con la Ley de Plataformas de Financiación Participativa, promulgada este año. Cuando un pequeño inversor quiere comprobar el historial de solvencia de un emprendedor ante de prestarle su dinero, es el Banco de España el que regula los formularios que deben presentarse.
Las empresas que decidan financiarse mediante este sistema acudiendo a inversores acreditados o institucionales (sin limitación para invertir: personas físicas con ingresos de 50.000 euros anuales) podrán recaudar hasta 5 millones de euros. Las que recurran a inversores no acreditados podrán conseguir 2 millones.
Plataformas
Entre las plataformas existentes en España, destaca por ejemplo LoanBook, especializada en financiación a pymes. En su web explican cómo funcionan: las empresas (españolas) solicitan financiación a través de la plataforma online; LoanBook se ocupa de analizar cada solicitud y asignarle un rating con el objetivo de ayudar a los inversores a entender los riesgos implicados; y los inversores hacen ofertas para participar en el crédito, eligiendo el importe de su participación y el tipo de interés al cual están dispuestos a prestar.
Además, en el caso de los préstamos, los inversores tienen la posibilidad de comprar y vender participaciones en préstamos existentes en el Marketplace de la web. LoanBook administra el crédito, se ocupa de coordinar el pago de las cuotas y el recobro, así como de monitorizar e informar sobre el mismo a los inversores. "Los inversores crean sus propias carteras de créditos, distribuyendo su capital entre un gran número de empresas con el objetivo de diversificar su riesgo".
La plataforma Excelend explica en un artículo publicado en El Mundo que los interesados en percibir un préstamo tienen que registrarse y explicar cuánto dinero necesitan (entre 3.000 y 15.000 euros), y el equipo de la compañía se encarga de estudiar detenidamente cada caso ofreciendo plazos de devolución de entre uno y cinco años. Una vez aceptada la propuesta y autorizada la financiación, se publica la solicitud en la web para que todos los inversores particulares que estén interesados en colaborar puedan hacerlo, con una aportación mínima de 50 euros.
Para que el inversor se sienta protegido, la plataforma pone a sus disposición un sistema propio de cobertura de pérdidas, financiado con las cuotas de los prestatarios.
Otra plataforma es ECrowdInvest, de ECrowd!, que presume de gestionar proyectos que generan "un impacto positivo sobre el medio ambiente, por ejemplo, en la financiación colectiva de proyectos que impliquen la reducción de emisiones de dióxido de carbono hacia la atmósfera".
Entre los proyectos que presentan en su web, figura por ejemplo la ampliación de la red de fibra óptica de Centelles (Tarragona) -"tramo C"-, 25.000 euros a 3 años, con un interés del 5,50%; o la reforma y mejora de la sostenibilidad de un edificio residencial en el centro de Barcelona, 200.000 euros a un año, con el mismo interés.
Entre las plataformas existentes en España, destaca por ejemplo LoanBook, especializada en financiación a pymes. En su web explican cómo funcionan: las empresas (españolas) solicitan financiación a través de la plataforma online; LoanBook se ocupa de analizar cada solicitud y asignarle un rating con el objetivo de ayudar a los inversores a entender los riesgos implicados; y los inversores hacen ofertas para participar en el crédito, eligiendo el importe de su participación y el tipo de interés al cual están dispuestos a prestar.
Además, en el caso de los préstamos, los inversores tienen la posibilidad de comprar y vender participaciones en préstamos existentes en el Marketplace de la web. LoanBook administra el crédito, se ocupa de coordinar el pago de las cuotas y el recobro, así como de monitorizar e informar sobre el mismo a los inversores. "Los inversores crean sus propias carteras de créditos, distribuyendo su capital entre un gran número de empresas con el objetivo de diversificar su riesgo".
La plataforma Excelend explica en un artículo publicado en El Mundo que los interesados en percibir un préstamo tienen que registrarse y explicar cuánto dinero necesitan (entre 3.000 y 15.000 euros), y el equipo de la compañía se encarga de estudiar detenidamente cada caso ofreciendo plazos de devolución de entre uno y cinco años. Una vez aceptada la propuesta y autorizada la financiación, se publica la solicitud en la web para que todos los inversores particulares que estén interesados en colaborar puedan hacerlo, con una aportación mínima de 50 euros.
Para que el inversor se sienta protegido, la plataforma pone a sus disposición un sistema propio de cobertura de pérdidas, financiado con las cuotas de los prestatarios.
Otra plataforma es ECrowdInvest, de ECrowd!, que presume de gestionar proyectos que generan "un impacto positivo sobre el medio ambiente, por ejemplo, en la financiación colectiva de proyectos que impliquen la reducción de emisiones de dióxido de carbono hacia la atmósfera".
Entre los proyectos que presentan en su web, figura por ejemplo la ampliación de la red de fibra óptica de Centelles (Tarragona) -"tramo C"-, 25.000 euros a 3 años, con un interés del 5,50%; o la reforma y mejora de la sostenibilidad de un edificio residencial en el centro de Barcelona, 200.000 euros a un año, con el mismo interés.