Regus Working Mums Report 2011
Todavía siguen conociéndose diversas consecuencias negativas de una recesión que, a pesar de ser considerada como concluida por muchos, solo ahora empieza a dejar ver algunas de sus caras menos predecibles y a mostrar sus efectos en distintos ámbitos.
Y es que la recesión parece haber afectado directamente incluso a las madres de familia trabajadoras. De acuerdo con una nueva encuesta de Regus, realizada entre más de mil empresas inglesas, las oportunidades laborales para estas integrantes de la sociedad se desplomaron en el Reino Unido, en donde de 38% de firmas que las contrataron el año pasado se pasó a solo 26% que planean hacerlo en 2011.
La caída no es nada considerable y, además, deja al Reino Unido muy por detrás de la media mundial: el año pasado 44% de las compañías a nivel global contrataron a madres trabajadoras, mientras que este año la cifra de las que planean hacerlo es de 36%.
Miedo a las madres
La caída en las oportunidades para las madres trabajadoras no se debe a una disminución en los planes de contratación, ya que 43% de las firmas encuestadas afirman tener la intención de aumentar su número de empleados, sino a una prevención directamente relacionada con el miedo a las desventajas que puedan traer las madres de familia a los negocios.
Se trata de miedos que fueron reavivados debido al estrés y al bolsillo ajustado que ocasionó la recesión: 38% de los empleadores temen que las madres sean menos comprometidas y flexibles que el resto de los empleados; 31% creen que las madres se volverán a ir rápidamente para tener otro hijo; y 17% se preocupan porque las madres que vuelven al trabajo después de tener un hijo puedan estar desactualizadas en sus conocimientos y habilidades.
Como lo explica Celia Donne, directora regional de Regus y madre de dos hijos, “No sorprende ver que actitudes llenas de prejuicios vuelvan a ser parte del panorama con los ajustes económicos, y algunos negocios son, aún, evidentemente culpables de traer dudas pasadas de moda al ambiente de trabajo contemporáneo. Aunque la gran mayoría de las compañías coinciden en que cerrarles la puerta a las madres trabajadoras significa dejar por fuera a un personal valioso, existe cierto temor de que los compromisos familiares puedan dificultarles a las madres la entrega de toda su atención y su compromiso al trabajo”.
La situación es especialmente preocupante en un momento en el que, irónicamente, debido a la recesión, las madres se han convertido en un aporte económico fundamental dentro de sus familias que, en caso de faltar, las podría perjudicar seriamente, además de que el desempleo femenino se podría disparar.
Y es que la recesión parece haber afectado directamente incluso a las madres de familia trabajadoras. De acuerdo con una nueva encuesta de Regus, realizada entre más de mil empresas inglesas, las oportunidades laborales para estas integrantes de la sociedad se desplomaron en el Reino Unido, en donde de 38% de firmas que las contrataron el año pasado se pasó a solo 26% que planean hacerlo en 2011.
La caída no es nada considerable y, además, deja al Reino Unido muy por detrás de la media mundial: el año pasado 44% de las compañías a nivel global contrataron a madres trabajadoras, mientras que este año la cifra de las que planean hacerlo es de 36%.
Miedo a las madres
La caída en las oportunidades para las madres trabajadoras no se debe a una disminución en los planes de contratación, ya que 43% de las firmas encuestadas afirman tener la intención de aumentar su número de empleados, sino a una prevención directamente relacionada con el miedo a las desventajas que puedan traer las madres de familia a los negocios.
Se trata de miedos que fueron reavivados debido al estrés y al bolsillo ajustado que ocasionó la recesión: 38% de los empleadores temen que las madres sean menos comprometidas y flexibles que el resto de los empleados; 31% creen que las madres se volverán a ir rápidamente para tener otro hijo; y 17% se preocupan porque las madres que vuelven al trabajo después de tener un hijo puedan estar desactualizadas en sus conocimientos y habilidades.
Como lo explica Celia Donne, directora regional de Regus y madre de dos hijos, “No sorprende ver que actitudes llenas de prejuicios vuelvan a ser parte del panorama con los ajustes económicos, y algunos negocios son, aún, evidentemente culpables de traer dudas pasadas de moda al ambiente de trabajo contemporáneo. Aunque la gran mayoría de las compañías coinciden en que cerrarles la puerta a las madres trabajadoras significa dejar por fuera a un personal valioso, existe cierto temor de que los compromisos familiares puedan dificultarles a las madres la entrega de toda su atención y su compromiso al trabajo”.
La situación es especialmente preocupante en un momento en el que, irónicamente, debido a la recesión, las madres se han convertido en un aporte económico fundamental dentro de sus familias que, en caso de faltar, las podría perjudicar seriamente, además de que el desempleo femenino se podría disparar.
Algunos las valoran
A pesar de las desalentadoras cifras, existen quienes valoran y defienden el trabajo y las capacidades laborales de las madres de familia. De acuerdo con la encuesta, la mayoría de las empresas valoran a las madres que vuelven a su trabajo después de tener un hijo.
Hay varias cifras positivas: 67% de estas firmas consideran que las compañías que ignoran a las madres que retornan se están perdiendo de una parte significativa y valiosa del talento de los empleados; 51% ven a las madres trabajadoras como oferentes de unas capacidades difíciles de encontrar en el mercado laboral actual; y 45% afirman que las madres que vuelven a su trabajo son valiosas porque ofrecen experiencia y habilidades sin demandar un gran salario.
En palabras de Donne, “A medida que el lugar de trabajo evoluciona se va reconociendo que los negocios que son capaces de integrar estos valiosos activos tienen una mayor posibilidad de éxito.
Afortunadamente, los cambios en la flexibilidad laboral se están convirtiendo en la norma y los negocios más inteligentes se darán cuenta de que pueden proporcionar un ambiente de trabajo más amigable con la familia y, a la vez, más productivo, simplemente permitiéndoles a los empleados trabajar durante horas alternativas o más cerca de casa. Reconociendo que las necesidades de las madres trabajadoras no son excepcionales y extendiéndolas a todos los trabajadores se incrementa la productividad y se reducen los gastos generales, a la vez que se fomenta la motivación en el personal”.
La encuesta muestra un panorama en el que muchos reconocen el valor laboral de las madres de trabajo pero tienen miedo, sobre todo por los ajustes financieros de la recesión, de esos antiguos prejuicios y de invertir en personal que pueda no aportar lo que las compañías necesitan para sobrevivir y ser exitosas. Aun así, algunas parecen atreverse a jugársela por las madres y a creer en sus habilidades.
A pesar de las desalentadoras cifras, existen quienes valoran y defienden el trabajo y las capacidades laborales de las madres de familia. De acuerdo con la encuesta, la mayoría de las empresas valoran a las madres que vuelven a su trabajo después de tener un hijo.
Hay varias cifras positivas: 67% de estas firmas consideran que las compañías que ignoran a las madres que retornan se están perdiendo de una parte significativa y valiosa del talento de los empleados; 51% ven a las madres trabajadoras como oferentes de unas capacidades difíciles de encontrar en el mercado laboral actual; y 45% afirman que las madres que vuelven a su trabajo son valiosas porque ofrecen experiencia y habilidades sin demandar un gran salario.
En palabras de Donne, “A medida que el lugar de trabajo evoluciona se va reconociendo que los negocios que son capaces de integrar estos valiosos activos tienen una mayor posibilidad de éxito.
Afortunadamente, los cambios en la flexibilidad laboral se están convirtiendo en la norma y los negocios más inteligentes se darán cuenta de que pueden proporcionar un ambiente de trabajo más amigable con la familia y, a la vez, más productivo, simplemente permitiéndoles a los empleados trabajar durante horas alternativas o más cerca de casa. Reconociendo que las necesidades de las madres trabajadoras no son excepcionales y extendiéndolas a todos los trabajadores se incrementa la productividad y se reducen los gastos generales, a la vez que se fomenta la motivación en el personal”.
La encuesta muestra un panorama en el que muchos reconocen el valor laboral de las madres de trabajo pero tienen miedo, sobre todo por los ajustes financieros de la recesión, de esos antiguos prejuicios y de invertir en personal que pueda no aportar lo que las compañías necesitan para sobrevivir y ser exitosas. Aun así, algunas parecen atreverse a jugársela por las madres y a creer en sus habilidades.