Científicos de la Universidad de California, en colaboración con la Universidad de Cantabria, han comprobado un aumento en la energía de las olas en los últimos años. Este factor se suma al aumento del nivel del mar como amenazas a las zonas costeras ligadas al cambio climático.
El estudio ha sido dirigido por Borja G. Reguero, investigador del Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de California en Santa Cruz. Publicada en Nature Communications, la investigación se realizó en el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria), y muestra una asociación directa entre el calentamiento del océano y el aumento de la energía de las olas.
Señales previas
Una amplia gama de tendencias y proyecciones a largo plazo llevan la huella digital del cambio climático, incluido el aumento del nivel del mar y de las temperaturas globales, así como la disminución del hielo marino. Los análisis del clima marino global hasta el momento han identificado aumentos en la velocidad del viento y la altura de las olas en áreas localizadas del océano en las altas latitudes de ambos hemisferios.
Estos aumentos han sido mayores para los valores más extremos (por ejemplo, olas de invierno) que para las condiciones medias. Sin embargo, una señal global de cambio y una correlación entre los aumentos localizados en las alturas de las olas y el calentamiento global no se habían detectado hasta ahora.
Nuevos datos
El nuevo estudio se centró en la energía contenida en el oleaje, que se transmite desde el viento y se transforma en movimiento ondulatorio. Esta métrica, llamada potencia de onda, ha aumentado en asociación directa con el calentamiento histórico de la superficie del océano, de tendencia creciente. Además, ha influido en los patrones de viento a nivel mundial, y esto, a su vez, está haciendo que las olas del océano sean más fuertes.
“Por primera vez, hemos identificado una señal global del efecto del calentamiento global en el clima de oleaje. De hecho, la energía de las olas ha aumentado globalmente en un 0,4 por ciento por año desde 1948, y este incremento está relacionado con el aumento de las temperaturas de la superficie del mar, tanto a nivel mundial como por regiones oceánicas”, explica Reguero en un comunicado.
El cambio climático está modificando los océanos de diferentes maneras, incluidos los cambios en la circulación océano-atmósfera y el calentamiento del agua, según el coautor Iñigo J. Losada, director de investigación del IHCantabria.
"Este estudio muestra que la energía global del oleaje puede ser un indicador potencialmente valioso del calentamiento global, de manera similar a la concentración de dióxido de carbono, el aumento del nivel del mar global o la temperatura atmosférica de la superficie global", explica Losada.
Olas más destructivas
Comprender cómo la energía de las olas del océano responde al calentamiento oceánico tiene implicaciones importantes para las comunidades costeras, como la anticipación de los impactos en las infraestructuras, las ciudades costeras y los pequeños estados insulares.
Las olas oceánicas determinan dónde las personas pueden construir puertos, o si se requiere protección a través de las defensas costeras, como rompeolas y diques. De hecho, la acción de las olas es uno de los principales impulsores del cambio costero y las inundaciones, y a medida que aumenta la energía de las olas, sus efectos pueden ser más profundos. El aumento del nivel del mar agravará aún más estos efectos al permitir que más energía de las olas llegue a la costa.
Si bien el estudio revela una tendencia a largo plazo del aumento de la energía de las olas, los efectos de este aumento son particularmente evidentes durante las temporadas de tormentas más energéticas. Así ocurrió durante el invierno de 2013-14 en el Atlántico Norte, que impactó la costa oeste de Europa. También fue devastadora la temporada de huracanes de 2017 en el Caribe, que ofreció un duro recordatorio del poder destructivo y los impactos económicos de las tormentas costeras.
Los efectos del cambio climático serán particularmente notables en la costa, punto de encuentro entre los humanos y los océanos, según Fernando J. Méndez, profesor asociado de la Universidad de Cantabria. “Nuestros resultados indican que el análisis de riesgo que descuida los cambios en la potencia de las olas y el aumento del nivel del mar como el único conductor puede subestimar las consecuencias del cambio climático y dar como resultado una adaptación insuficiente o inadecuada”, añade.
Referencia
A recent increase in global wave power as a consequence of oceanic warming. B. G. Reguero et al. Nature Communications, vol. 10, 14 January 2019. DOI: doi.pangaea.de/10.1594/PANGAEA.896536.