Científicos británicos han observado el crecimiento de algas microscópicas en partes de la Antártida, que están convirtiendo en verde el continente blanco por efecto del cambio climático.
Estos científicos han creado el primer mapa a gran escala de estas algas a medida que florecen en la superficie de la nieve a lo largo de la costa de la península antártica.
Aunque cada alga individual es de tamaño microscópico, cuando crecen en masa convierten la nieve en verde brillante y pueden verse desde el espacio, destacan los investigadores
El equipo de científicos, pertenecientes a la Universidad de Cambridge y el British Antarctic Survey, combinó datos satelitales con observaciones en el terreno durante dos veranos en la Antártida para detectar y medir las algas verdes de la nieve.
El mapa se utilizará para evaluar la velocidad a la que el continente blanco se está volviendo verde debido a la crisis climática.
In crescendo
Los resultados de esta investigación, publicados en Nature Communications, indican que esta nieve verde se extenderá por la Antártida a medida que sigan aumentando las temperaturas globales.
La península es la parte de la Antártida que experimentó el calentamiento más rápido de todo el planeta en la última parte del siglo XX.
La tendencia al calentamiento prosigue en la región antártica: el pasado enero, la Antártida Oriental registró su primera ola de calor, con temperaturas casi 7ºC por encima de la media.
"A medida que la Antártida se calienta, pronosticamos que la masa total de algas nevadas aumentará", señala Andrew Gray, autor principal del artículo, en un comunicado.
Son costeras
Las floraciones de algas verdes de nieve se encuentran alrededor de la costa antártica, particularmente a lo largo de la costa oeste de la península.
Crecen en las áreas más cálidas, donde las temperaturas promedio son de poco más de cero grados centígrados durante el verano austral (de noviembre a febrero).
Casi dos tercios de las floraciones de algas verdes se encuentran en islas pequeñas y bajas sin terreno elevado.
Sin embargo, la mayoría de las algas de nieve se encuentran en el norte de la Península y las Islas Shetland del Sur, en áreas donde pueden extenderse a tierras más altas a medida que la nieve baja se derrite.
Junto a animales
El equipo descubrió asimismo que la distribución de las algas verdes de la nieve también está fuertemente influenciada por las aves marinas y los mamíferos, cuyo excremento actúa como un fertilizante natural altamente nutritivo para acelerar el crecimiento de algas.
Más del 60% de las flores se encontraron a menos de cinco kilómetros de una colonia de pingüinos.
También se observó que las algas crecían cerca de los sitios de anidación de otras aves, incluidos los skuas (págalos grandes), y las áreas donde las focas llegan a tierra.
Sumideros de carbono
Las algas de nieve son un componente clave de la capacidad del continente para capturar dióxido de carbono de la atmósfera a través de la fotosíntesis, destacan los investigadores.
La fotosíntesis es el proceso mediante el cual las plantas y las algas generan su propia energía: utilizan la luz solar para capturar dióxido de carbono de la atmósfera y liberar oxígeno.
La mayoría de las algas viven en ambientes acuosos, y cuando hay exceso de nitrógeno y fósforo disponibles, pueden multiplicarse rápidamente para crear floraciones de algas visibles.
Los investigadores identificaron casi 2 kilómetros cuadrados de superficie ocupada por algunas de estas algas, que podrían haber capturado alrededor de 479 toneladas de dióxido carbono (CO2) por año: es el equivalente a 875.000 viajes en coches de gasolina por el Reino Unido.
Los investigadores dicen que la cantidad total de carbono contenida en las algas de nieve antárticas es probable que sea mucho mayor, porque el dióxido de carbono también es absorbido por otras algas rojas y anaranjadas, que no se pudieron medir en este estudio.
Estos científicos han creado el primer mapa a gran escala de estas algas a medida que florecen en la superficie de la nieve a lo largo de la costa de la península antártica.
Aunque cada alga individual es de tamaño microscópico, cuando crecen en masa convierten la nieve en verde brillante y pueden verse desde el espacio, destacan los investigadores
El equipo de científicos, pertenecientes a la Universidad de Cambridge y el British Antarctic Survey, combinó datos satelitales con observaciones en el terreno durante dos veranos en la Antártida para detectar y medir las algas verdes de la nieve.
El mapa se utilizará para evaluar la velocidad a la que el continente blanco se está volviendo verde debido a la crisis climática.
In crescendo
Los resultados de esta investigación, publicados en Nature Communications, indican que esta nieve verde se extenderá por la Antártida a medida que sigan aumentando las temperaturas globales.
La península es la parte de la Antártida que experimentó el calentamiento más rápido de todo el planeta en la última parte del siglo XX.
La tendencia al calentamiento prosigue en la región antártica: el pasado enero, la Antártida Oriental registró su primera ola de calor, con temperaturas casi 7ºC por encima de la media.
"A medida que la Antártida se calienta, pronosticamos que la masa total de algas nevadas aumentará", señala Andrew Gray, autor principal del artículo, en un comunicado.
Son costeras
Las floraciones de algas verdes de nieve se encuentran alrededor de la costa antártica, particularmente a lo largo de la costa oeste de la península.
Crecen en las áreas más cálidas, donde las temperaturas promedio son de poco más de cero grados centígrados durante el verano austral (de noviembre a febrero).
Casi dos tercios de las floraciones de algas verdes se encuentran en islas pequeñas y bajas sin terreno elevado.
Sin embargo, la mayoría de las algas de nieve se encuentran en el norte de la Península y las Islas Shetland del Sur, en áreas donde pueden extenderse a tierras más altas a medida que la nieve baja se derrite.
Junto a animales
El equipo descubrió asimismo que la distribución de las algas verdes de la nieve también está fuertemente influenciada por las aves marinas y los mamíferos, cuyo excremento actúa como un fertilizante natural altamente nutritivo para acelerar el crecimiento de algas.
Más del 60% de las flores se encontraron a menos de cinco kilómetros de una colonia de pingüinos.
También se observó que las algas crecían cerca de los sitios de anidación de otras aves, incluidos los skuas (págalos grandes), y las áreas donde las focas llegan a tierra.
Sumideros de carbono
Las algas de nieve son un componente clave de la capacidad del continente para capturar dióxido de carbono de la atmósfera a través de la fotosíntesis, destacan los investigadores.
La fotosíntesis es el proceso mediante el cual las plantas y las algas generan su propia energía: utilizan la luz solar para capturar dióxido de carbono de la atmósfera y liberar oxígeno.
La mayoría de las algas viven en ambientes acuosos, y cuando hay exceso de nitrógeno y fósforo disponibles, pueden multiplicarse rápidamente para crear floraciones de algas visibles.
Los investigadores identificaron casi 2 kilómetros cuadrados de superficie ocupada por algunas de estas algas, que podrían haber capturado alrededor de 479 toneladas de dióxido carbono (CO2) por año: es el equivalente a 875.000 viajes en coches de gasolina por el Reino Unido.
Los investigadores dicen que la cantidad total de carbono contenida en las algas de nieve antárticas es probable que sea mucho mayor, porque el dióxido de carbono también es absorbido por otras algas rojas y anaranjadas, que no se pudieron medir en este estudio.
Pequeñas algas que se vuelven verdes sobre la nieve proliferan en las costas antárticas. Foto: Matt Davey.
Ecosistema crítico
La Antártida es el continente más austral del mundo, típicamente conocido como una tierra congelada de nieve y hielo. Pero la vida terrestre puede ser abundante, particularmente a lo largo de su costa, y está respondiendo rápidamente a los cambios climáticos en la región.
Los musgos y los líquenes forman los dos mayores grupos visibles de organismos fotosintéticos, y han sido los más estudiados hasta la fecha.
Este nuevo estudio ha encontrado que las algas microscópicas también juegan un papel importante en el ecosistema de la Antártida y su ciclo del carbono.
La Antártida es el continente más austral del mundo, típicamente conocido como una tierra congelada de nieve y hielo. Pero la vida terrestre puede ser abundante, particularmente a lo largo de su costa, y está respondiendo rápidamente a los cambios climáticos en la región.
Los musgos y los líquenes forman los dos mayores grupos visibles de organismos fotosintéticos, y han sido los más estudiados hasta la fecha.
Este nuevo estudio ha encontrado que las algas microscópicas también juegan un papel importante en el ecosistema de la Antártida y su ciclo del carbono.
Referencia
Remote sensing reveals Antarctic green snow algae as important terrestrial carbon sink. Andrew Gray et al. Nature Communications, volume 11, Article number: 2527 (2020). DOI:https://doi.org/10.1038/s41467-020-16018-w
Remote sensing reveals Antarctic green snow algae as important terrestrial carbon sink. Andrew Gray et al. Nature Communications, volume 11, Article number: 2527 (2020). DOI:https://doi.org/10.1038/s41467-020-16018-w